Continua la programación La Escena que tiene lugar en el Escenario Santander y regresaba solo una semana después a ese mismo local para ver uno de esos conciertos que no te puedes perder por nada del mundo; de hecho tenía otro evento al que pensaba acudir ese mismo día y nada más ver quiénes eran los protagonistas de esta velada cambie el plan sin pensarlo un segundo.
Y es que este segundo viernes del mes de septiembre visitaban el citado recinto dos bandas que hacía casi dos años que no tocaban en directo: de un lado Mindblast, un grupo con una gran proyección y cuyos grandes planes se fueron abajo por el Covid y por otra parte una leyenda del metal en Cantabria como son Mordor, una formación que tocan de manera muy ocasional.
Como era de esperar, esta cita llamó la atención de mucha gente, encontrándonos entre el público, que en buena cantidad allí asistió, bastantes personas que sólo van a los conciertos realmente importantes por cuestiones de disponibilidad, junto a un buen número de seguidores más jóvenes, aunque la media de edad esta vez era mayor de la habitual.
A los chicos de Mindblast los llevó siguiendo desde hace 6 años con más o menos regularidad, especialmente a partir del año 2019 en que dieron un fuerte paso adelante que quedó plasmado en su disco debut “A.L.S”, siendo la última vez que les vi apenas un mes antes del confinamiento general.
Mindblast
Y, para no perder la costumbre del local, solo unos pocos minutos después de la hora fijada empezó a sonar una intro que sirvió para que Javier Mena a la voz y la guitarra, Mario Díaz a la guitarra, Iván Gómez al bajo y Adrián "Chadry" a la batería fueran tomando posiciones, siendo muy aplaudidos y comenzando con “Hesitate”, es decir con uno de los temas más cañeros de su repertorio, con ese sonido fuerte y machacón que tiene y demostrando que también pueden tocar de manera agresiva.
Tras recoger muchos aplausos y darnos cuenta de lo bien que estaba sonando la banda desde el comienzo, llegaba el momento de la primera canción que caería de su único disco, siendo precisamente la que le da nombre, “A.L.S”, publicado justamente hace 2 años por estas fechas, muy esperada y aclamada, para recordar que habían vuelto después de casi 2 años sin tocar, llamándonos a gritar con ellos antes de comenzar el corte que abría dicho trabajo, “Amnesia”, un temazo, muy contundente y con mucha fuerza, mientras seguían buscando la complicidad de la gente.
Continuaron con el repaso a su única referencia con la siempre celebrada “Don´t look back” que, como en el disco, fue unida a “Interlude”, dejando uno de los momentos más celebrados de la noche, antes de anticiparnos que han creado algunos temas nuevos durante estos meses, entre los que está “Party breaker, que empezó con fuerza y una batería potente, siendo una pieza muy pegadiza, sobre todo en el estribillo, pero con agresividad, buscando y logrando la colaboración del público.
Mindblast
Tras tener que realizar algún ajuste técnico, llegaba el momento de “Peace through seas as blood”, una de las que llevan tocando desde sus primeros años pero que no grabaron para este trabajo, con un sonido con mucha fuerza y un estribillo pegadizo, siendo, como era de esperar, un momento muy celebrado, pasando a presentarnos la segunda novedad de la noche, llamada “Lucky day”, una canción que comienza relajada pero luego se vuelve más potente y con una buena presencia del bajo; tienen muy buena pinta las nuevas composiciones.
Llegaba el momento de empezar a despedirse y es que, como ellos mismos dijeron, luego había que ver a Mordor, continuando con otro corte nuevo, “Dear passengers”, muy potente y duro en su comienzo, con muchos efectos en la voz y un ritmo machacón, endureciéndose más en la parte final, para despedirse definitivamente, no sin antes agradecernos el haberles acompañado, con la canción que también cerraba su único trabajo, es decir “Desert”, un verdadero himno, de los que más gustan en directo y con el que se marcharon definitivamente tras más o menos 50 minutos sobre las tablas.
Lo de Mindblast esta noche fue un grandísimo concierto y es que ya había ganas de verlos en un escenario grande, sonando de maravilla y mucho más cañeros que en otras ocasiones, y, por lo hablado con muchos de los presentes que no conocían a la banda, gustaron y mucho, despertando el interés de muchos de los allí congregados.
Se notó también que había muchas ganas de verlos y ellos supieron aprovechar su oportunidad de tocar ante un público entre el que había gente que era la primera vez que les iba a ver, repasando ampliamente su único disco y dejándonos muy buen sabor de boca con las nuevas canciones que nos mostraron esta noche.
Habrá que ver cuáles son los próximos pasos a dar por la banda que, esperemos, vengan en forma de nuevo trabajo a corto o medio plazo y a los que ojalá podamos ver en directo dentro de muy poco ya que son un grupo que, sin duda, merece la pena ver en vivo.
Y llegaba el momento esperado de volver a ver a los míticos Mordor, una banda que toca de manera muy ocasional, siendo la última vez hace casi 2 años, pero que siempre que tocan en Cantabria y en especial en Santander reciben muy buenas acogidas, algo que demuestra el cariño que se le tiene al grupo.
Son ya tres décadas desde que surgió esta banda y que puso a nuestra tierruca en el mapa del Thrash estatal gracias al éxito, primero de su maqueta “Sin lechuga” de 1993 y luego de sus dos grandes discos “Hogar, dulce hogar” de 1994 y “¿Evolución?…” de 1997, estando la banda integrada desde 2006 por Kini a la voz, Javi y Fonso a las guitarras, José al bajo y Víctor a las batería, es decir los mismos de su época más exitosa salvo el cambio de cantante y la presencia de Fonso como segunda guitarra.
Y sin grandes alardes se plantaron sobre el escenario, lanzándose a tocar ese “Libérame” que ya habíamos escuchado en su anterior concierto, lenta pero muy intensa, potente y con un final muy cañero, para pasar a la canción que abría su primera obra, es decir ese “Enterrado vivo”, muy mítica y esperada, con Kini animándonos a cantar con ellos porque ésta nos la sabíamos y provocando el primer momento de alta emoción de su velada.
Tras agradecernos el haber venido y anunciando que ya que nosotros no podíamos movernos al tener que estar sentados lo harían ellos, arrancaron la siguiente pieza con ese sonido tan especial que tiene en su comienzo “Veredicto”, también de su primera referencia y que es de las más queridas, algo que quedó demostrado por la entrega de la gente, tras la que vacilaron sobre que ya no podían más, animándonos a consumir y a estar a gusto, siendo el momento de un tema nuevo, pero que, como ellos dijeron, ya tiene un par de décadas como es “Loco”, muy pesada, cañera y con un ritmo muy pegadizo.
Mordor
Se mostraron sorprendidos y agradecidos de que una banda que toca tan poco como ellos traiga tanta gente, lo que demuestra el interés que el grupo aun genera, siendo el momento de “Gritos ahogados”, de su segundo disco, tocada a toda velocidad y con mucha fuerza, sonando muy brutal, para, tras un breve respiro, ser la guitarra la que diese inicio a “Canción de odio”, del mismo plástico, otro temazo y con la formación sonando de manera sublime, y es que el que tuvo retuvo.
Pero también seguían mostrándonos alguno temas que aún no han sido editados como aquel que llaman “Nueva 4”, comenzado de manera potente y con la sección rítmica sonando como una apisonadora, aunque con momentos más relajados y muchos contrastes, tras el que nos hicieron gritar para hacernos partícipes del concierto, siendo Javi el que dio inicio a “Imagina que eres dios”, muy rápido pero con muchos matices y partes realmente geniales.
Íbamos encarando la recta final de su actuación pero aun nos quedaban un par de cortes de su primera referencia, comenzando con la mítica y siempre esperada “¡Voy a Volar!”, en la casi se me sale la cabeza del sitio de tanto moverla y con la gente aguantando estoicamente en sus sitios, despidiéndose definitivamente con “Sherezade”, otro clásico y es que estamos ante un temazo que nunca puede faltar, con el que finiquitaron su actuación tras 50 minutos sobre el escenario y la banda saludando desde el mismo.
Mordor
Como era de esperar, Mordor dieron un grandísimo concierto y es que, acostumbrado a verlos en sitios más pequeños, dio gusto que lo hicieran sobre un escenario grande y con todos los lujos de los que disfrutamos en el Escenario Santander, sabiendo sacar provecho a ello y agrandando todavía un poco más su leyenda.
Conciertazo en toda regla de una banda mítica dentro del rock Cantabria como es el citado quinteto, que, aunque con cuentagotas, siguen dando actuaciones en los que afloran los recuerdos, sin olvidar esos temas aun no publicados y que también tocan en sus directos y que, ojalá, veamos dentro de poco editados de alguna manera.
Son unos músicos fantásticos, con unas canciones que son auténticos himnos y que son venerados en nuestra comunidad con lo que la apuesta era segura, uniéndose, además, las ganas de verlos que había y el recinto en el que tuvo lugar el evento, por lo que todo salió perfecto.
Y así, tras haber disfrutado de dos grandísimos conciertos y haberme despedido de algunos amigos, puse rumbo a casa con la satisfacción de ver el gran nivel de nuestras banda, tanto las actuales como las más veteranas, algo que demuestra que, pese a las pocas ayudas que se reciben de las instituciones, aquí hay calidad para dar y tomar, como pudimos contemplar en ese maravilloso lugar que es el Escenario Santander y que sigue acogiendo estas jornadas que tan buenas noches nos están dejando.