Desde hacía ya un par de meses tenía marcado en rojo la fecha del 25 de septiembre porque era el día previsto para la presentación del primer disco de Innertha, una banda cántabra de la que tuvimos noticias a finales del pasado año cuando apareció una entrevista con ellos en el segundo número del Epitaph Magazine que escribe el gran Kini de los death metaleros Karonte.

Y es que de esta banda me había resultado muy interesante desde que llegó, primero en formato digital y luego de manera física, su primer disco “Oni Kudaki”, que salió a la venta el 1 de septiembre, por lo que no dude ni un instante en acercarme por el Rock Beer The New, pese a que había muchos y muy interesantes planes para ese día.

El grupo, como ya nos comentaron en esa entrevista que les hicimos hace unos días, está compuesto por Tukas a la voz, Javi a la guitarra, Raúl al bajo y Dani a la batería y vienen pisando fuerte con este trabajo, de tal manera que agotaron las entradas que se habían puesto a la venta tanto en un primer momento como en su posterior ampliación, quedándose  gente con ganas de verlos.

Ese  día se vivía un ambiente que de verdad era emocionante ya que te encontrabas con gente a la que hacía tiempo, mucho tiempo, que no veías, en unos casos por todo el tema del coronavirus y en algún otro caso por vivir fuera de Cantabria, por lo que era una noche de muchas emociones pero sobre todo de verdadero Thrash Metal de la vieja escuela.

Tras saludar a muchos de los presentes y coger algo para beber, me senté en primera fila para sentir la música más cerca, además de poder sacar algunas foto decente, estando rodeado por gente conocida por todos los lados, algo que se agradece y que te trae a la memoria esos momentos pre-Covid, con conciertos como aquel de Crisix al que asistimos muchos de los que allí estábamos.

Y la primera sorpresa la tuvimos nada más arrancar la actuación, con mucha puntualidad, y es que la banda contaba esta noche con un segundo guitarrista que era ni más ni menos que el propio Kini de Karonte, con lo que la intensidad, al contar con dos guitarras, sería mucho mayor; no olvidemos que en su génesis el grupo contaba con dos guitarristas, como nos recordaban en la entrevista arriba citada.

Comenzaron de la misma manera que lo hace ese disco que venían a presentar y que repasarían en su totalidad, es decir, con “Inertes”, un gran tema, muy cañero y que fue un buen inicio de velada, tras el cual nos saludaron antes de continuar con la que le sigue en el álbum, osea, “En llamas”, que nos hizo mover la cabeza con su ritmo y que acabó de enganchar a los presentes, muy motivados, por otro lado, desde el primer momento.

Tras realizar algunos ajustes técnicos, llegaba el momento de “Oscuridad”, con ese comienzo demoledor que tiene, sonando con mucha potencia y fuerza y ese final con la batería a toda pastilla, antes de homenajear al añorado Boni de los Barricada con una versión del “Tan fácil”, que, curiosamente, no cantaba él, la cual les quedó muy bien y que dudo que alguna vez sonase tan cañera como aquella noche.

Se estaban tomando el concierto como una fiesta, con pausas entre los temas que servían para interactuar con la gente y para refrescarse, regresando a su disco con el que fue su primer single, la homónima “Oni Kudaki”, un temazo que sonó como una ametralladora, quedándoles muy bien en directo, para tocar un breve fragmento del mítico “N.I.B” de los Black Sabbath que sirvió de entrada a la genial “El sepulturero”, muy machacona y que nos hizo mover nuestros cuellos con ganas.

La verdad es que se veía a la gente feliz, pese a las restricciones por la maldita pandemia, y aguantándonos las ganas de saltar, siendo ahora el turno de “Devastación”, con muchos matices y cambios de ritmo pero sonando contundente y cañera y con ese final ralentizado, para seguir, tras un poco de cachondeo entre ellos y los presentes, con ese “Derecho a morir”, la que cierra su trabajo, con ese sonido de guitarra que te hace cabecear y una potentísimas batería, dejándonos una brillante interpretación.

Sólo restaba un corte de caer de su disco y ese era el genial “Enemigo interior”, que sonó muy contundente y cañero y en el que eché en falta los coros de Kini que hubieran redondeada su ejecución, antes de reconocer que no tenía más temas propios pero que igual se aventuraban a tocar alguna versión, siendo el momento de la maravillosa “Refuse / resist” de la mejor época de Sepultura, un verdadero himno que tocaron de manera atronadora.

Ahora sí, se despidieron, reconociendo que no tenía más repertorio pero que iban a dejarnos con otro tema en inglés, con Tukas bromeando sobre si se le iba a notar el acento, siendo el momento de la canción más conocida de los Napalm Death, ese “Greed killing” que sonó muy intensa y con la que pusieron  punto y final a su hora de actuación.

Y de esta manera, dejándonos con ganas de más, terminaba la actuación de unos Innertha que nos ofrecieron un muy buen directo, sabiendo tomarse sus pausas para poder hacer un concierto brutal, sin muchas prisas pero sabiendo enganchar a la gente en todo momento a base de sus buenísimas canciones y de la calidad de sus interpretaciones.

Se lo tomaron como lo que era, una fiesta para presentar el proyecto (no olvidemos que era su primer concierto) y este “Oni Kudaki” que tan buena acogida está teniendo, y nos hicieron partícipes de dicha fiesta, con ese buen ambiente que se veía entre los músicos y los presentes, mezclado con algo de inevitables nervios, pero dejándonos un concierto que gustó mucho a los asistentes, deseosos de descargar adrenalina.

¡Brutales!

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Y después de charlas con algunos de los asistentes y despedirme de otros, me fui del Rock Beer The New después de haber disfrutado de un gran concierto de Thrash Metal con unos Innertha que han llegado para quedarse  y, si todo va como debe, se deben afianzar como una de las bandas de referencia de este estilo en nuestra comunidad porque temas y calidad para ello tienen de sobra.