No hay duda alguna que, con permiso de los otros 4 grupos que iban a actuar en esta edición, la cita más especial de este fin de semana en el Rebujas Rock era la que iba a protagonizar El Drogas, antiguo miembro de Barricada y que lleva casi una década con su carrear en solitario que arrancó tras su salida de la mítica banda y que tantos y tan buenos momentos nos ha traído.
El artista navarro no es ajeno a este festival, al que ha acudido en diferentes ocasiones, la última con su propia banda hace ya 8 años, en el 2013, aunque han sido muchas más veces las que ha visitado tierras cántabras, siendo la última a la que yo pude acudir hace un año en Torrelavega.
En esta ocasión venia presentado su recién editado libro-disco “El largo sueño de una polilla”, siendo el formato en que se iba a presentar el que se ha denominado “El Drogas akustik fraktion”, una gira que había comenzado solo unos días antes y en la que Enrique Villarreal "El Drogas" a la voz y guitarra acústica, se rodea de sus habituales Txus Maraví a la guitarra acústica y slide guitar y Eugenio Aristu "Flako" al Contrabajo, coros y guitarra acústica, además de Germán San Martín a los teclados y acordeón, Selva Barón a los coros, armónica y percusión, Patria Greham a los coros y percusión y Nahia Ojeta a la percusión, guitarra acústica y coros.
Obvia decir que el simbólico precio de la entrada y el carisma que tiene el de la Txantrea hicieron que tanto la primera remesa de entradas como la ampliación posterior se agotasen en poco tiempo y es que es una persona muy querida en nuestra tierruca, como allí se demostró.
Y para que la fiesta fuera completa, se organizó una firma de discos y libros un par de horas antes del concierto en el hospedaje la Becada de Buelna, al que acudí, no sin antes confundirlo con el restaurante, para adquirir su último libro-CD y que me firmase tanto éste como el anterior “Solo quiero brujas en esta noche sin compañía” de hace 2 años; la verdad es que me puse hasta nervioso por estar unos segundos con un personaje tan fundamental para entender el rock estatal como es El Drogas. Otra gran iniciativa de la organización de El Rebujas Rock porque allí acudimos unos cuantos, incluidos gente de la propia organización.
El Drogas
Ya una vez en el recinto, se pudo observar que esta era una gran noche y estoy seguro que se podían haber hecho al menos dos pases porque mucha gente se quedó con las ganas y fueron muchos los curiosos que se quedaron a escuchar la actuación desde los aledaños de la pista en donde tuvo lugar el concierto.
Y en torno a la hora fijada se apagaron las luces y, después de los anuncios de los patrocinadores, comenzó a sonar una intro, subiendo los 7 músicos que estarían esta noche sobre las tablas, para, tras un breve saludo, comenzar ese recorrido por su ya larga trayectoria, precisamente con la pieza que abre su actual disco, “Dejándonos la piel (Nos incendian esta tierra)”, una bella y relajada canción con la que nos fueron poniendo en situación de lo que iba a ser esta noche.
Llegaba el momento de empezar a animar un poco la velada y para conseguirlo tocaron “Solo es febrero” de su anterior trabajo, concretamente del tercer disco “Timbre canalla y de bullanga”, ya todo un clásico, al menos para mí, para hacerse Enrique de una guitarra, que cogería y soltaría durante toda la noche, y animarse con la primera que caería de su proyecto Txarrena, ese “Todos los gatos” que estaba registrada en su “Azulejo frio” del 2011, muy coreada por una concurrencia deseosa de cantar con la banda.
Se mostró agradecido de repetir aquí ya que era la cuarta ocasión en que actuaba el festival, una con Barricada, otra con Txarrena y la arriba mencionada del 2013, siendo precisamente a finales de ese mismo año cuando publicó aquel genial “Demasiado tonto en la corteza”, en cuyo primer CD, el denominado “Alzheimer”, estaba presente “Collar abandonado”, una de las más conocidas de dicho trabajo y que aquí sonó más calmada de lo habitual.
El teclado sería quien diese entrada a ese “No puedo correr” que abría el quinto disco del su anterior obra, el llamado “Timbre equivocado”, una dulce y relajada pieza y es que, como el mismo Enrique nos dijo, esta gira es para escuchar más atentamente todavía su música, aunque también hay momentos para esos himnos atemporales como el “Frío” de los Alarma, pero que versionó ya en el primer trabajo de Txarrena, de igual nombre, publicado allá por 1992, siempre muy esperado y cantado por todo el mundo.
También en el primer disco de ese proyecto que se llamó Txarrena estaba ese “El lobo feroz” que quisieron dedicar al público más menudo, también muy bien acogido, antes de recordar la figura de Eduardo Galeano, cuya imagen siempre le viene a la cabeza cuando tocan la genial “Sin reverencias”, de su trabajo del 2013 y también presente en la parte llamada “Alzheimer”, ya un clásico en su trayectoria en solitario.
El Drogas
Pero para clásico el que llegaba ahora y es que era el turno de aquel “No sé qué hacer contigo” que daba nombre al cuarto disco de Barricada, allá por 1987, siempre muy querido y con un muy buen trabajo de las coristas, sobre todo de Patria Greham en la parte final, para regresar a la máxima actualidad con su recién editado trabajo, en donde están presentes piezas como la preciosa “Apoyarse en el aire” y es que, como desde el escenario nos dijeron, hay gente que está empeñada en que digan existiendo las colas del hambre, muy relajada pero muy profunda en su contenido.
De nuevo se mostró agradecido y “a gusto”, esa coletilla suya tan esperada en sus conciertos, para interpretar una de las canciones que más me han gustado de su nuevo álbum, sino la más, es decir “Dos sillas”, muy entrañable, continuando el repaso a ese disco que acaba de sacar del horno con “Nacer contigo de nuevo”, siendo Germán San Martín el que la dio entrada con sus teclados, Nahia Ojeta haciéndose cargo de una guitarra y con Selva Barón dejándonos una grandísima labor con su voz; es imposible no emocionarse con estos temas.
Txus con su guitarra dio paso a otro himno de los Barricada como es “Animal caliente”, del siempre recordado “Rojo”, que cuando apareció en 1988 me enganchó completamente a la banda, y que aquí sonó más relajada pero con las coristas dando empuje a la canción, para, tras tomarnos un poco el pelo y viéndose muy buen ambiente entre ellos, continuar con otro momentazo como es la esperada “Azulejo frío” que daba nombre al segundo disco de Txarrena hace 10 años, muy cantada y es que es un tema que se convirtió en clásico nada más salir.
Ahora sería Flako el que diese comienzo con su contrabajo a ese “Cordones de mimbre”, otro que estaba registrado en “Alzheimer”, el primer disco de su obra del 2013, un auténtico temazo que con el paso del tiempo se ha convertido en un corte mítico, como ya lo fue cuando apareció en el primer trabajo de Txarrena “Empujo pa'kí”, que sonó con mucha fuerza y que fue uno de los momentos más movidos de toda la velada.
De nuevo regresábamos a su anterior obra de la que recuperaron un corte que aparecía en el quinto CD, el llamado “Timbre equivocado”, como es “Perderte es la diferencia”, muy calmada pero de una gran calidad, como todas las presentes en ese imprescindible álbum, y en donde también aparecía “Sin lámpara”, concretamente en su primer disco, llamado “Timbre acústico”, también muy esperada por los seguidores de la carrera en solitario del artista y siendo muy cantada por los asistentes.
Regresaron a los tiempos de Barricada con “La hora del carnaval”, también de su álbum de 1988, con ese sonido de teclado que le da un toque muy especial y que, como era de esperar, fue muy coreado por todos, antes de reconocer que había sido un placer pasar este rato con nosotros, despidiéndose con “Acertijo por andar”, el que cerraba el quinto disco de su anterior obra, muy relajado y calmado, saliendo los músicos poco a poco, quedándose el teclista el último.
El Drogas
Nadie quería, lógicamente, que aquello se acabará porque lo estábamos pasando todos muy bien, así que la gente pidió la vuelta de la banda la cual regresó, agradeciendo a los técnicos su labor y cantando cumpleaños final en euskera a la organización, antes de comenzar a tocar “Al salir la luz”, del primer CD de su anterior obra, con los presentes acompañando la canción con voces y palmas, reafirmándose ese buen ambiente entre ellos y la conexión con el público, para despedirse definitivamente con “Esta noche” del disco “Rojo” de Barricada, que puso todo aquello en ebullición, con toda la pista cantando a capela durante un buen rato, mientras el grupo saludaba desde las tablas.
Y, así, con la gente pidiendo otra durante un buen rato, concluía esta noche con El Drogas, que, durante los 100 minutos que duró su actuación, nos ofreció un muy buen concierto, muy dinámico pese al tipo de formato y en donde repaso prácticamente todas sus etapas en sus ya amplia trayectoria, dándoles un toque muy especial con este formato acústico.
Acostumbrados como estamos a conciertos amplios del de la Txantrea, éste se me hizo corto, pero tengamos en cuenta que son actuaciones acústicas y ampliar mucho el repertorio quizás podría no ser una buena idea, siempre hablando de este tipo de formato; otra cosa es que se pudiera combinar con una parte electica.
De todas maneras yo salí más que satisfecho ya que este concierto colmó todas las expectativas que traía con creces, ofreciéndonos una velada muy entrañable y con mucha calidad, algo que es innato al citado artista que se ha rodeado de un elenco de músicos realmente brillantes.
Fueron muchos los que se quedaron allí un rato más tomando algo, pero yo puse rumbo a otra zona no muy lejana para continuar la noche y recordar este regalo que nos dieron las gente del Rebujas Rock en formato de concierto casi familiar de El Drogas, un músico que ha sabido reinventarse a lo largo de su trayectoria y que esta noche agrandó todavía más su leyenda.