Así como durante el mes de septiembre los ocho conciertos a los que asistí tuvieron lugar en Santander, en lo que iba de mes de octubre todavía no había pisado la capital cántabra, ya que los eventos a los que había asistido habían tenido lugar en la comarca del Besaya, pero eso iba a cambiar el tercer sábado del citado mes.
Y es que ese día la cita era en el Rock Beer The New, al que no acudía desde el día 25 del pasado septiembre y, como en aquella ocasión, la música que íbamos a escuchar era realmente cañera ya que las dos bandas practicaban una mezcla entre Thrash y Death Metal siendo los protagonistas de la noche Dystopian Omen desde Salamanca y Moshaholics desde Burgos.
En cuanto me enteré del concierto y ante lo imprevisible de la afluencia de la gente a los eventos en estos tiempos que nos toca vivir, me hice con la entrada y no dudé ni un segundo en volver a ver a los Moshaholics y en descubrir al quinteto procedente de Salamanca, esperando que fuéramos muchos los presentes.
Además, y para aumentar la ganas de asistir, iba a ser el primer evento al que iba a acudir desde que se ha facilitado el poder ver los conciertos de pie; todo ello hizo que la céntrica sala santanderina no sólo tuviera una gran afluencia de gente sino que el ambiente festivo se respirase nada más acercarse a dicho local.
Una vez dentro pudimos ver las pruebas de sonido de ambos grupos por lo que el comienzo de la velada se retrasó algo más de media hora sobre la hora fijada, tiempo que aprovechamos, además de para ver los mencionados preparativos, para charlar con algunos de los presentes y ponernos al día.
Dystopian Omen
La primera banda en sonar eran Dystopian Omen, los cuales debutaban esta misma noche aunque se formaron en el 2019 y ya tienen publicado un Ep, “Portraits of a razed world, Part I”, editado en agosto de este mismo año y del que me hice con una copia allí mismo, estando el grupo compuesto por María Banshee a la voz, Oli S. y Nacho R. a las guitarras, Johnny Molina al bajo y Jorge Azofra, que esta noche haría doblete, a la batería.
Y comenzaron su velada con un corte del mencionado disco, “Bitter lullaby”, que se inicia de manera lenta para luego intensificarse con ese ritmo machacón que tiene y que hizo rugir a la sala, pese a algunos problemas con el sonido, para, tras saludarnos y presentarse, continuar con “My heretic creed”, tocada a toda pastilla, muy cañera y potente, pese a que quedase ligeramente deslucida por algún acople en el micro.
No querían que la gente se enfriase y siguieron dando zapatilla con “Firing squad”, muy rápida en su esencia pero con muchos cambios de velocidad, lo que demuestra la variedad de su oferta musical, antes de regresar a su único trabajo con la genial “The man in the mirror”, un gran corte, muy potente y en donde se vio a la formación más relajada, pasados esos nervios iniciales, y con María demostrando sus grandes habilidades a la voz.
La siguiente pieza, “Seapultation”, nos la presentaron como una composición que habla sobre esa gente que pierde la vida pasando el estrecho, cañera pero con un parón hacia la mitad donde aparece una parte más melódica para luego retomar la intensidad, con muchos cambios de ritmo pero dando tiza, siendo enlazada con “Symphony of new order”, de su reciente trabajo, con ese comienzo lento y pesado, continuando de esta manera la canción, muy potente, aunque con alguna parte más rápida.
Dystopian Omen
Aunque la canción que venía a continuación no aparece en el disco, si que nos la presentaron como la que lo ilustra y es que llegaba el turno de “Medusa´s rage”, comenzando lenta y con voces limpias, para luego ir cogiendo fuerza y potencia, acelerándose después y con la batería sonando a todo pastilla, un auténtico temazo que, supongo, esté presente en la continuación de este EP, para, tras tomarse un breve respiro, lanzarse a por “Mousetrap surgery”, con un comienzo potente y rápido, para seguir luego con un ritmo lento y muy cañero.
Tras la anterior y sin parar, llegaba el turno de regresar a su Ep con la genial “Sleep paralysis”, con un comienzo lento y contundente, aunque progresivamente iba subiendo de intensidad y velocidad, probablemente la mejor de su repertorio, al menos para mí, pasando a despedirse y agradecernos nuestra acogida en esta noche tan especial, para dejarnos con la que restaba de sonar de su única referencia, precisamente ese “Awakening” que la abría, tocada a toda pastilla, muy cañera y potente y con la que dieron por concluido su concierto tras más o menos 45 minutos sobre las tablas.
La gente insistía en que tocaran alguna más pero no hubo tiempo para más, pero nos quedamos con el buen sabor de unos Dystopian Omen que dieron un muy buen concierto, mostrándose muy metidos en la actuación desde el principio y dando mucha caña con su propuesta, muy personal pero con muchos matices.
Realmente me sorprendieron en directo y más teniendo en cuenta que era su primer concierto, aunque algunos de ellos ya sean veteranos de los escenarios, y es que se ve a una banda con la ideas muy claras, con una sección rítmica realmente compacta, unas brillantes guitarras y una fantástica voz, con una María que demostró tener un gran registro para este tipo de música.
Tras un cambio bastante rápido, facilitado por compartir la misma batería, teníamos enseguida sobre las tablas a Moshaholics, quinteto compuesto por Mateo a la voz, Dilmar a la guitarra solista, Saúl a la guitarra rítmica, Dani, el último en llegar, al bajo y por supuesto Jorge Azofra a la batería, habiendo publicado hasta el momento una demo, “Moshaholics” del 2014, un año después de su formación, un Ep, “Acid archives” en el 2015 y su esperado larga duración “I hate society”, publicado hace unas semanas.
Esta banda ya ha visitado Cantabria en diferentes ocasiones, de hecho yo los vi hace 5 años en esa misma sala y se han ido labrando una buena base de amigos y conocidos que estaban deseosos de disfrutar con su música y de pasárselo muy bien, algo que pudimos notar cuando arrancaron con ese “Death cvlt” que abre su actual disco, el cual repasarían en su totalidad, intenso, cogiendo cada vez más velocidad y siendo un corte muy potente en su conjunto, buena muestra de lo que su velada nos iba a deparar.
Sin pausa alguna, continuaron este recorrido por su disco con “Alimentos mutagénicos”, que tiene ese comienzo potente y lento para luego coger más velocidad, con Mateo moviéndose entre las primeras filas para animar todavía más a la gente y con un final a toda pastilla, mientras el cantante empujaba a los más cercanos.
Recordaron que llevaban dos años sin tocar y felicitaron a Raúl de los Zaborra por su cumpleaños, que tenía lugar ese día, para seguir con la cañera “Tears of sand”, muy potente y que había salido como adelanto de su disco el día anterior, dando cera de lo lindo y con la gente haciendo un círculo, antes de empezar a anunciar que llegaba el momento de invocar a Satanás con ese “Charlie” a toda pastilla en su inicio aunque luego fueron alternando partes más calmadas con otras más intensas.
Tras un breve respiro y con vacile incluido con parte de la concurrencia, llegaba el tuno de “Ecclesiastic punishment”, el que fue primer adelanto de este disco, allá por el mes de febrero, un gran trema, muy rápido y con la gente totalmente enloquecida, para avanzar en su repertorio con “The bloodening”, muy dura y potente, también tocada a toda velocidad y mostrándonos esa fuerza que tiene, pero con voces más oscuras.
Moshaholics
Con tanta intensidad que nos estaban mostrando es normal que de vez en cuando tuvieran que tomar aire para refrescarse, antes de mostrarnos otro adelanto del disco y que salió allá por el mes de abril como es “Necronomicon”, muy rápido pero con ese sonido más oscuro que le estaban dando esta noche y muchos cambios de ritmo que hacen de él un tema que te engancha rápidamente.
Llegaba el momento del hardcore o así nos lo dijeron desde el escenario y es que era el turno de “Recipe for destruction”, una pieza corta, rapidísima y muy directa que la gente disfrutó con mucha intensidad, para, entre bromas con los presentes, Matero decir que nos odiaba a todos, es decir ese “I hate society” que da nombre al disco que nos venían a presentar hoy, muy potente y rápida, con Dani desmelenándose, disfrutando e interactuando con el público.
Y con “Edward Mordrak”, la que cierra el disco, llegábamos no sólo al final del repaso a dicho trabajo sino que, en un principio, también a la conclusión del concierto, con ese comienzo tan potente e intenso que tiene, muy agresiva y, pese a ser la más extensa de las que tocaron, una de las que más me gustaron.
Pero la gente pedía más y el grupo estaba en su salsa, provocando y vacilando a los asistentes, continuando con “Rotten apple”, de su Ep anterior aunque ya estaba en su maqueta, una canción rápida y cañera, con momentos más lentos y que sonó como un himno, para despedirse definitivamente con una pieza nueva llamada “Dark season” que fue dedicada al citado Raúl por su cumpleaños, tocada a toda velocidad, muy cañera y potente y con la que terminaron su poco más de una hora sobre las tablas.
Moshaholics
La verdad es que el concierto de Moshaholics fue una fiesta en toda regla, con la gente disfrutando con la rapidez y fuerza de los temas que iban ejecutando, tocados con gran calidad y haciendo que la intensidad no decayera en ningún momento, desgranando este disco que les va a dar un gran empujón dentro de la escena Thrash estatal.
Muy recomendable el concierto de los burgaleses, a los que me encantará volver a ver pronto, además de poder escuchar su nuevo disco en profundidad, esperando la publicación en formato físico, ya que aún no había salido ese día, y deseando que poco a poco se vayan haciendo un hueco dentro de la escena estatal, algo que tanto se merecen.
Y así, después del primer concierto en el que pudimos estar de pie y más o menos a la vieja usanza, me fui de un Rock Beer The New en donde disfrutamos de dos grandes actuaciones; de un lado el gran descubrimiento de Dystopian Omen y por otro la confirmación de Moshaholics como una banda que tiene mucho que decir en un futuro cercano.
Ahora solamente nos queda que el escenario de la citada sala se vuelva a ampliar para que los músicos puedan estar más a gusto y no unos arriba y otros abajo del mismo y ya estaríamos en el mismo punto que antes de la pandemia, aunque todavía haya que llevar mascarilla.