Sin querer lanzar las campanas al vuelo, que luego ya sabemos lo que pasa, parece que esta pesadilla que hemos vivido con el coronavirus va quedándose atrás y si la semana anterior ya pudimos asistir al primer concierto sin sillas, esta tercera semana del mes den octubre caían prácticamente todas las restricciones salvo la obligatoriedad de las mascarillas en lugares cerrados.

Por tanto, ahora todos aquellos que tenían ganas de ir a ver conciertos y que estaban esperando a que no hubiera sillas para hacerlo ya no tienen excusas para acudir a ver música en directo; además, las salas que quedan aquí en Cantabria empiezan a programar con cierta regularidad, por lo que ya es hora de salir de la madriguera y regresar a ver esos conciertos que tanto añorábamos durante el confinamiento ¿o era todo pose? 

Este viernes día 22 regresábamos, una vez más, al Rock Beer The New donde íbamos a asistir a la actuación de los chicos de Puraposse, un ahora cuarteto al que pude ver hace ya 4 años en la última edición del Azero´s Rock pero que esta vez ya iban a actuar como banda principal y única lo cual serviría para ver cuál es el grado de aceptación de su propuesta en nuestra tierruca.

Para aquellos despistados, Puraposse es una banda que forma Aguayiko al margen de los Kaotiko, en principio asumiendo solo la parte vocal, aunque, tras la marcha de su hermano Aguayo, ahora también toca la guitarra rítmica, junto a Zelayika al bajo y Jokin a la batería, con Erik como última incorporación a la guitarra solista y los coros.

Hasta el momento el grupo ha publicado dos trabajos: aquel “Etiqueta negra” del 2017, que precisamente presentaron en el arriba mencionado festival, y su más reciente disco “Sírvase” que fue publicado una semana antes de la celebración de este concierto y que sigue por esa senda de punk rápido y combativo, que ya nos ofrecían en su ópera prima, pero más trabajado todavía.

Nada más llegar a la sala me encontré con lo que me temía: el público no respondió. Parece ser que la gente sólo se mueve a ver los grupos consagrados o a ver a sus amigos, pero a la hora de apoyar a bandas no tan conocidas prefieren quedarse en casa o irse de copas. Luego, cuando no queden locales para ver conciertos, lloraremos.

Pero la gente de Puraposse no se iba a amilanar ante una audiencia que prácticamente se podía contar con los dedos de la mano y para allá subieron, presentándose en primer lugar y arrancando con ese “Fuertes de mente”, la primera canción que tocarían de su último disco, el cual repasarían en su totalidad y que lógicamente fue la columna vertebral de la velada, siendo un tema muy cañero y que puso las bases de lo que iba a ser la noche, con una temática en contra de la homofobia.

Nos pidieron que animásemos para que sintieran nuestro calor, enlazando la anterior con “Postre va caer”, muy pegadiza y animada y que acabó de meter a la gente en el concierto, saltando y agitando los brazos, para continuar el repaso a su actual referencia con ese “Montaje”, dedicada a los chicos de Altsasu que han sido encarcelados por una pelea de bar, cantado con mucha rabia y entrega.

Pero, aunque la base del concierto fuera su más reciente obra, no hay que olvidar que tienen un disco previo del que recordaron, tras un breve respiro, “Cuenta gotas” tocada  a toda velocidad  y es que es un pieza muy rápida y directa, después de la cual recordaron que empezaban la gira y que, aunque éramos pocos, estábamos los mejores, para proseguir con esa entrada de bajo que da paso a “Rock and roll”, pidiendo palmas y es que es una verdadera declaración de intenciones.

De manera lenta comenzó “A piko y pala”, que habla sobre la pelea de nuestros mayores por la conquista de los derechos de los trabajadores y que nosotros debemos continuar, muy coreable y que engancha bien, para proseguir, como en su disco actual, con “Clasista”, también muy pegadiza y con esos coros que tan bien quedan.

Era el momento de afinar y de mostrarse a gusto por retomar la actividad aunque fuésemos pocos, siendo el turno de recuperar una de las canciones más conocidas de su anterior trabajo, ese “Posser”, una pieza muy celebrada, con mucha velocidad y cañera, para relajar un poco el evento con “Sentidos”, el momento más relajado del mismo, con ese sonido más calmado que tiene pero sin perder la esencia de su música.

Llegaban ahora dos de los temas que más me han gustado de este segundo trabajo como son “Punky contento”, un auténtico himno y que se te queda muy rápido, para, tas vacilar entre ellos, y es que se ve que hay muy buen rollo en la banda, continuar con “Eyacula”, esa canción tan pegadiza que pone en cuestión ciertas medidas tomadas a causa de la pandemia.

A toda pastilla comenzó “Quiero a mi perro”, esa pieza que cierra este último disco y que critica la falta de lealtad de la gente, muy pegadiza y que nos hizo cantar con ganas, para, tras refrescarse, vacilarnos con que la siguiente era una nueva, siendo el turno de la mítica “Historia triste” de los Eskorbuto que fue cantada por todos los allí presentes como si nos fuera la vida en ello.

La canción que abre su nuevo disco, “Las calles”, fue la siguiente en caer, contando con la colaboración de Kurto, amigo de la banda y de esta web, que hizo los coros, un buen tema y que quedó muy bien, para regresar a su anterior trabajo con la genial “Aún quedan balas”, una de las que más me gustan y que fue muy cantada por todos los presentes que estábamos disfrutando de esta velada tan intima.

Sin pausa alguna llegaba el turno de “Serapio”, tocada a toda pastilla y con la gente coreándola, para despedirse ya,  porque sólo les quedaba una, agradeciéndonos nuestra asistencia y dejándonos con ese “Sin ausencia”, un gran tema, muy festivo y que puso un gran punto final a esta velada.

Y así, pese a la petición de que tocasen otra, acababa la actuación de Puraposse tras una hora justa sobre las tablas, después de un concierto que se nos pasó como un suspiro pero que fue muy intenso y muy ameno, dándonos esa dosis de punk rock que hace mucho que algunos no vivíamos así.

Demostraron ser unos profesionales de los pies a la cabeza ya que no se arrugaron ante la falta de público y lo dieron todo como si estuvieran ante cientos de personas, lo que dice mucho de ellos como músicos. Por cierto, otro detalle que tuvieron es que al final del concierto regalaron su último disco a los presentes, un gran gesto por su parte.

Desde luego esta noche los Puraposse nos acabaron de conquistar primero por su gran concierto, con esas canciones que son como autenticas puñaladas, y después por su cercanía y profesionalidad dentro y fuera de las tablas.

¡Muy grandes!

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Y así, tras esta gran velada ofrecida por el cuarteto, marché de ese templo que es el Rock Beer The New, una vez más contento por el concierto vivido pero muy confundido por la poca respuesta que los eventos están teniendo ahora que se vuelve a normalizar la situación: o nos ponemos pronto las pilas o habrá que salir fuera de Cantabria para ver a las banda porque éstas dejarán de acercarse a nuestros locales.