Tal fecha como la de este sábado, hace 365 días, acudía, sin saberlo, al que sería mi último concierto del tristemente inolvidable 2020 tras haber asistido a 46 eventos; en este 2021, y pese a unos primeros meses de nula actividad musical, el de esta fecha hacía el número 50 y con unas perspectiva de que a unos cuantos más voy a poder asistir de aquí a final de año.
Y es que las cosas han empezado a recuperarse y la actividad comienza a ser la de hace 2 años, con menos salas presentes y menor oferta, al menos de momento, pero todavía siguen resistiendo locales en nuestra tierruca como el Rock Beer The New que ha pasado a ser el lugar de referencia, casi en exclusiva, del rock en Cantabria y a donde regresaba solamente 24 horas después de hacerlo por última vez.
Esta jornada nos iban a visitar dos bandas de la vecina Bizkaia y además con dos propuestas radicalmente distintas ya que, de un lado teníamos a The Covenant, con esa mezcla entre Doom y Post Metal que practican, y de otra a los rapidísimos Motorastola y ese sonido a medio camino entre Heavy, Speed y Punk que te hacen mover la cabeza con violencia.
Y, aunque no conocía nada de ambas bandas, me decidí a asistir tras escuchar un poco de su música en las redes sociales ya que me llamaba la atención su música y quería ver que tal puesta en escena tenían ambas, por lo que para allá que fui con la eterna duda sobre la afluencia de gente.
The Covenant
Ventajas de haber acudido al concierto del día anterior: me enteré que el horario que ponía en el cartel no era el correcto y que aquello iba a empezar una hora más tarde de lo allí señalado, por lo que llegué con tiempo pero no teniendo que esperar una hora como algunos conocidos que se vieron las pruebas de sonido de ambos grupos.
Se podía ver una interesante presencia de gente, algunos venidos desde tierras bilbaínas, pero también una buena presencia de habituales de la escena cántabra, por lo que se respiraba un buen ambiente para disftuar de una buena noche de rock, aunque siempre sería deseable más afluencia.
Los primeros en subir a las tablas fueron The Covenant, un cuarteto integrado por Güito al bajo y las voces, Jonba al las guitarras y voces, Pabs a la guitarra, voces y sintetizadores y Vicu a la batería, habiéndose fundado el pasado año y editando en marzo de este 2021 su Ep “Deimos / phobos” que repasarían ampliamente durante su actuación.
Comenzaron su actuación con el inicio lento de “Nervión”, de su único trabajo, con Pabs haciéndose de la parte vocal con ese fuerte registro que tiene, para luego ser los otros dos vocalistas los que, tras ese breve parón que tiene hacia la mitad, surjan con las voces limpias de Güito y las más death metaleras de Jonba, y una música que combina partes más intensas en la parte central con otras más lentas sobre todo hacia el final.
The Covenant
Siguieron metiéndonos en su particular ambiente con “The collapse of the universe”, con ese comienzo rápido y usando las voces limpias de Jonba y Güito combinadas en su inicio, mostrándonos un ritmo casi místico junto a un pronunciado sonido de guitarra de fondo, mientras la intensidad se iba relajando para luego recuperarla en la parte final.
Nos recordaron que iban a desgranar parte de ese disco que tenían a la venta, siendo el momento de uno de los adelantos, la genial “Dead witches”, con de nuevo Jonba haciéndose cargo de las partes vocales más intensas y casi dejándose allí la voz, combinada con la de Güito, un temazo muy intenso que fue unido con esa versión del “Unknown Awareness” de los norteamericanos Kylesa, con esa entrada tan ambiental con voces limpias, para luego meter más caña e intensidad, dejándonos una muy buena revisión del mismo, con ese sonido compacto que nos ofrecieron.
Tras agradecer a la sala, a los presentes y a Carlos de Producciones Tudancas el haber colaborado en la difusión del evento, nos anticiparon que solamente les quedaban un par de temas más, siendo el turno de “Event horizon”, de su único disco y que precisamente le cierra, comenzando lento pero que rápidamente Jonba le dio más fuerza con su voz, dotando al corte de un cierto tinte místico en su origen, para luego coger más fuerza, acompañando Pabs con su intensa voz. Un temazo y una verdadera experiencia.
El anterior fue seguida a toda velocidad por “Extintion rebellion”, con voces muy intensas y cogiendo más rapidez en el estribillo, aunque alternando intensidades y voces, siendo un tema algo más breve que los anteriores, tras el cual se tomaron un breve respiro para pasar al que abre su disco, “God's extinction”, con ese comienzo relajado y ese aire oscuro en que se envuelve su música y con las voces combinadas mostrando toda su crudeza.
The Covenant
Y aunque en un principio ahí acababa su concierto y nos agradecían el haber venido, se lanzaron a interpretar un corte nuevo llamado “Ent”, con ese inicio lento pero que luego va cogiendo intensidad y potencia, de nuevo con Güito y Jonba alternando las voces y jugando muy bien con esa combinación de intensidades, acabando cantando los tres, siendo una canción que me gustó mucho y que tiene muchos detalles interesantes.
Y así, tras más o menos 45 minutos, concluía esta actuación de unos The Covenant que me sorprendieron muy gratamente, con una propuesta en la que han sabido mezclar muchos estilos pero dándoles un toque muy personal, sabiendo en todo momento alternar tanto el sonido del grupo como las voces.
Además de la calidad de sus canciones y de la buena ejecución de sus músicos, lo que más me llamó la atención de su concierto es que te engancha desde el primer minuto y no te suelta en ningún momento, con esa música que parece querer llevarnos a otra dimensión y nos envuelve mientras disfrutamos de esta experiencia.
Por cierto, todavía más mérito tiene el que, como me dijeron, éste era su tercer concierto como banda, por lo que les auguro un gran futuro si siguen en esta línea ya que calidad, canciones y mimbres tienen de sobra.
Y llegaba el turno de Motorastola, una banda formada ya hace 4 años y que está integrada por Astola a la guitarra y las voces, Dabuten al bajo y Ronan, que esta noche se ocupaba de la batería en lugar de Mateu, y que ya habían visitado esta sala con anterioridad, por lo que ya tenían algunos amigos y conocidos allí presentes.
Hasta el momento la banda ha registrado dos trabajos: su Ep de debut “Motorastola” del 2018 y su primer larga duración “Working class metal” que publicaron este mismo verano, basándose su concierto en repasar ambos trabajos en su totalidad.
Tras el cambio de instrumentos y la prueba correspondiente, teníamos sobre las tablas a este trío, que comenzaron presentándose y vacilando sobre el presidente de nuestra comunidad, mientras nos recordaban que era el primer concierto con Ronan, comenzado la descarga con “The day of the bitch”, de su más reciente disco, tocada a toda velocidad como es norma de la casa.
Tras ella y sin dejar dicho trabajo, era el turno de la pegadiza “Demolition derby”, con ese cierto aire al Thrash Metal más primitivo, tras la cual tuvieron que resolver un problema que tuvieron con el afinador y que hacía que aquello no sonase como debía, para, tras solucionar este asunto, soltarnos la primera que caería de su Ep, siendo el turno de “Bangkok rules”, muy rápida y dando bien de zapatilla.
Continuando el orden en que aparecían en su obra de hace 3 años, llegaba “Fuck the MFP”, con un sonido muy cañero y machacón que nos hacia mover nuestra cabeza con ganas, antes de regresar a su actual disco con el que lo abría, es decir ese “Metalpunk Warriors”, no tan rápido pero mucho más afilado e intenso, notándose una mayor elaboración y un buen solo de guitarra.
Motorastola
Con la siguiente canción, también registrada en su actual plástico, reconocieron que habían ido a lo fácil ya que llegaba el turno de “ITV” y es que a nadie le gusta tener que ir por allí, un cañonazo corto y directo, pasando ahora a tocar otra de la misma obra, “Road rash”, más elaborada pero tocada a toda velocidad, siendo de las más largas que tienen pero que se pasó en un suspiro.
Confesando que lo de la pandemia no había sido nada y que ellos querían un apocalipsis de verdad, llegaba el momento de “No law in the wasteland”, la que abría su Ep, una pieza muy intensa y con un final muy acelerado, para que, regresando a su actual obra, fuera el bajo el que diese entrada a “Memories are blades”, con ese sonido muy ochentero que tiene y con un buen solo de guitarra, siendo llamada por la banda la baladita.
Se notaba que el buen rollo estaba presente arriba y abajo de las tablas, continuando el recorrido por su actual obra con la corta y directa “Bilbiko mubleak”, la única que tienen en euskera en su repertorio, para interpretar la única que restaba de su primer Ep como es ese pegadizo “Oteros”, dedicada con todo el odio del mundo a las zonas azules.
Motorastola
Quisieron dedicar a Mateu, su habitual batería, “Sword of justice”, muy rápida y resultona, para despedirse definitivamente, como ellos mismos dijeron, haciendo lo que saben hacer, siendo el turno de ese “Working class metal” que cierra y da nombra a su actual referencia, muy rápida e intensa y es que estamos ante un verdadero himno.
Y así, tras poco más o menos 40 minutos sobre las tablas, se marchaba la gente de Motorastola, habiendo tocado todas las canciones que tienen editadas y después de habernos dejado una descarga muy rápida y vibrante, con ese sonido que nos evoca los orígenes del primer Thrash Metal pero combinado con partes más heavys y otras más cercanas al punk.
Lo cierto es que todos los allí presentes disfrutamos de esta actuación, muy corta pero muy intensa y que nos dejó con ganas de más, con la banda buscando en todo momento que aquello fuera una fiesta y mostrando complicidad con los asistentes.
Esperamos poder volver a verlos muy pronto y ojala ese día acuda un poco más gente y no sufran los problemas técnicos del principio, que cortaron un poco la intensidad que habían tenido en el arranque aunque enseguida consiguieron recuperarla.
Y tras adquirir material de las dos bandas, me fui del Rock Beer The New después de haber disfrutado de una variada pero muy intensa velada con estas dos bandas bizcaínas que nos dejaron dos grandes conciertos, cada una en su estilo, y a las que espero poder volver a ver muy pronto. Donde seguro volveré es a dicha sala y a no mucho tardar.