Una noche más regresaba al Rock Beer The New, esa sala santanderina que hoy en día es la única en Cantabria en donde se programan conciertos de rock todos los fines de semanas e incluso algún día entre semana, algo a tener en cuenta en estos tiempos en los que no muchos locales apuesten por la música en directo y menos de manera tan continuada: no olvidemos que el próximo año cumplirá 35 años desde su apertura.
Esta jornada de viernes la tenía apuntada desde hacía casi dos meses que fue cuando se anunció que los cántabros Zen iban a actuar en directo, siendo su actual formación la compuesta por los habituales Rafa Pérez a la voz y Gabriel Estirado a la guitarra, junto a Jose Luis Missiego a la batería que ya lleva 4 años con la banda y desde hace algo más de dos años Floren Santamaría al bajo y Kike Martínez a la otra guitarra.
La última vez que les había visto en directo fue en ese mismo escenario pero ya hace 3 años, por lo que todavía no había visto a esta nueva formación de la banda que esta vez prometía presentar nuevos temas para un futuro segundo disco que están preparando, además de recordar los que estaban publicados en su único trabajo hasta la fecha “Futuro” del 2015.
Por todo ello, tenía muchas ganas de volver a ver a la banda sobre las tablas, algo que harían esta noche en solitario, pero también ellos mismos estaban ávidos de sentir esa experiencia, ya que desde que surgió la pandemia en marzo del pasado 2020 no habían podido tocar en directo; ahora solamente faltaba que la gente respondiese a este evento, algo cada vez más difícil de predecir. Al final hubo buena presencia de público aunque siempre era de esperar más.
Como es habitual los viernes, por motivos laborales llegaba con el tiempo justo; tal es así que cuando entré en la sala ya habían comenzado con “El pastor”, uno de los cortes nuevos que nos iban a presentar esta noche y que nos mostró un buen trabajo de los guitarras, para, tras presentarse, continuar con “Esclavo del silencio”, perteneciente a su único disco y con esa sección rítmica que sonaba realmente machacona.
Zen
Animándonos a ponernos de pie, ya que la inmensa mayoría de los presentes estaban sentados y separados del escenario, continuaron el recorrido por su plástico con “No hay nadie más”, muy pegadiza y algo más relajada que las precedentes, para, después de agradecernos nuestra presencia y a la sala por haber contado con ellos, recordarnos que seguían presentando ese disco que no ha tenido el recorrido que debía pero también mostrando nuevas canciones como la genial “La vida es el final”, un temazo, muy potente y cañero y que fue muy bien recibido.
De vuelta a “Futuro” era el momento de uno de sus canciones más conocidas como es “Tu sombra se perdió”, que siempre funciona muy bien en directo, para, a continuación, dedicar “Ya no vale mirar hacia atrás”, otro tema nuevo, a su anterior bajista Carlos Estirado, con muchos cambios de intensidad y un poderoso final con todos lo músicos alrededor de la batería.
No se olvidaron de los ex-miembros de la banda que estaban allí presentes, con un agradecimiento a Mari por ayudarles con “Al final del camino”, un temazo que estaba recogido en su disco y que sonó brutal esta noche, tras el cual tuvieron que hacer unos ajustes técnicos antes de presentar otro corte nuevo, “Tu condena”, con una entrada eléctrica muy heavy y muy trabajada, otro de estos cañonazos en los que están trabajando, con buenos solos y con los dos guitarras uniéndose en la parte izquierdo del escenario desde nuestra perspectiva.
Seguían con las dedicatorias y “Tras el viento” se la quisieron dedicar a Mon, su anterior guitarrista, porque era su favorita, con un comienzo relajado pero que luego va creciendo en fuerza e intensidad, pasando a mostrarnos otra nueva pieza llamada “Su caridad”, con un comienzo más cañero, muy poderosa y con Missiego luciéndose al final, en el que fue un tema muy intenso y pegadizo.
Zen
La siguiente canción, “Dueña de mi voluntad”, la suelen dedicar a los grupos con los que tocan, pero esta noche, como actuaban solos, se la dedicaron a la sala y a los medios que apoyan la música (gracias por vuestras palabras hacia mi), comenzando con un solo de batería y siendo un temas pegadizo, que se relaja para luego volver a coge fuerza y con ese maravilloso final que tiene, para después engañarnos diciendo que la siguiente, “Cordero de dios”, era una balada pero resultó ser muy cañera y thrashera, con Rafa mostrándonos sus dotes vocales y con una gran demostración de todos los instrumentos.
Ahora llegaba una buena tanda de temas presentes en su disco que iniciaron con “Mi oración”, muy pegadiza y quedona, tras la que nos volvieron a pedir que nos acercásemos, con algo más de suerte ya que la gente estaba más metida en el concierto, para continuar con “Abre las alas”, con un comienzo muy intenso y explosivo y con los asistentes dando palmas, mostrándonos unos interesantes cambios de ritmo y unos muy buenos solos tanto de guitarra como de bajo.
Nos anticiparon que aquello se iba acabando, pasando a continuación a presentar a los miembros de la banda, reiterando los agradecimientos, para, ahora sí, tocar esa balada llamada “Musa del adiós, una muy bella composición, para luego recuperar la fuerza mientras se empezaban a despedir con “Futuro”, la que daba nombre a su disco, con ese sonido más progresivo que tiene.
Tras unas palabras de Missiego, llegaba el momento de ese temazo que es “¿Luz? ¡Oscuridad!”, un corte que se va acelerando pero que tiene un sonido muy potente, tras el que nos recordaron el concierto que, junto a otras 3 bandas más, iban a ofrecer el siguiente sábado en Torrelavega, volviendo a agradecernos nuesta asistencia, presentándonos una pieza nueva, “Prisioneros de un sueño”, que suena intensa, pero con un tono más accesible dentro de su estilo aunque con una base potente y una gran parte final donde los guitarras se lucieron
Zen
Ahora sí que llegaba la conclusión del concierto y lo haría con “La suerte cambia”, también de su único disco, que iniciaron con unos efectos de sonido, siendo una pegadiza pieza y con un buen sonido de guitarra, convirtiéndose en un gran colofón a sus casi dos horas sobre las tablas.
Probablemente este haya sido el mejor concierto que hayan dado Zen, o al menos de los que yo les he visto, y dese luego de los más extensos, notándose a la banda con muchas ganas y mucha motivación, además de poder observar lo bien que se han amoldado los nuevos integrantes en una maquinaria que parece perfectamente engrasada.
Zen tienen muy buenos músicos, con una sección rítmica muy contundente, dos guitarras que saben lucirse y un cantante que tiene un gran registro vocal, pero sobre todo tienen muy buenas canciones y ambas cosas las pudimos comprobar esta noche.
Ahora toca seguir disfrutando de la actividad de la banda ya sea en forma de futuros conciertos o de esos nuevos temas que, a tenor de lo escuchado esta noche, parecen dar un nuevo enfoque a la carrera de la formación, pero sin por ello perder la esencia de ese sonido propio que tienen.
Y así, tras despedirme de algunos de los presentes y de parte de la banda, me fui del Rock Beer The New, más que satisfecho por la velada que habíamos vivido, con unos Zen que demostraron estar en plena forma y que pueden dar mucho que hablar en los próximos meses tanto en directo como con ese disco que tanto estamos esperando.