Tras haber acudido en la jornada anterior, regresaba al Escenario Santander a ver uno de los concierto más esperados del año: la fiesta por el XXV aniversario del programa Noche de Rock, un acontecimiento al que suelo asistir de manera regular, como hice en la anterior celebración, hace ya 2 años y medio, y es que habitualmente suelen traernos grupos de gran calidad y que de otra manera sería difícil verlos por nuestra tierruca.
Es más, no me hizo falta saber que grupos integraban el cartel para apuntar la fecha del 27 de noviembre en el calendario y comprar la entrada según salió, a principios de julio, deseando que nada se torciese por la maldita pandemia y pudiéramos ver en esa fecha a Criaturä, banda de Cantabria que debutaba esta noche tras haber tenido que suspender su puesta de largo por el inicio del confinamiento por Covid, y desde Barcelona Obsidian Kingdom, una de las formaciones más innovadoras del metal estatal, que era una de las deudas pendientes del programa y que esta vez pisaban por vez primera Cantabria.
A medida que se iba acercando la fecha, las dudas comenzaron a surgir sobre la respuesta de la gente, todavía algo perezosa tras esta nueva normalidad, pero lo cierto es que, a pesar de que la jornada era bastante desapacible en lo climatológico, la afluencia, teniendo en cuenta el tipo de evento que era, fue más que decente. De todas maneras, me hubiera gustado mucha mayor presencia de público, sobre todo de aquellos músicos a los que este programa les ha dado cabida: de buenos nacidos es ser agradecidos.
Criaturä
La primera banda en actuar eran los debutantes Criaturä, un trío de experimentados músicos integrado por Edu Martínez a la voz y el bajo, Carlos Hoppe a la guitarra y Gabriel Martínez, y a los que habíamos entrevistado con motivo de este concierto, donde nos dejaron entrever que su primer trabajo está al caer.
Y nada más salir, con la habitual puntualidad del recinto y de la gente de Noche de Rock, el trío pidió a la gente que se acercase más, iniciando la velada con una intro tranquila y relajada, con los 3 músicos en primera fila, pasando a tocar “Sol”, que comenzó de manera cañera, mostrándonos una pieza contundente, mientras nos insistían en que nos aproximásemos, dejándonos una muy buena primera toma de contacto con la banda.
Dándonos la bienvenida y agradeciendo a Noche de Rock la oportunidad, además de felicitarlos por este 25 aniversario, continuaron con el que probablemente sea su tema más conocido, ese “Descarte” que grabaron en video durante el confinamiento y que sonaba de fondo en la promoción de este evento en el programa de radio que hoy celebraba su cuarto de siglo, una canción muy buena, mostrándonos la calidad técnica de sus músicos y en la que, como fue tónica durante toda la velada, la voz se oía baja, al menos desde donde yo estaba.
Los títulos de las canciones que voy poniendo son los que aparecían en el setlist, por lo que alguno puede que no sea exactamente el real, siguiendo con “Mr. Drummer”, algo más relajada que la anterior pero también con muchos cambios de intensidad, para, tras algunos ajustes técnicos, continuar con “Sed”, una de las pocas que conocíamos de la banda y que habla sobre esa lacra llamada religión, comenzando lenta pero con potencia y con un solo de bajo en mitad del tema que fue la guinda a este buen corte.
No paraban de saludarnos y buscar esa conexión con el público, siendo el momento de “Pantera of town”, fuerte y cañera, sonando muy bien y con estilo, adornada con un solo de guitarra muy relajado y lento para luego incorporarse el resto de los instrumentos, para, tras vacilar con los presentes, continuar con “Pantano”, presentada por la banda como tan maravillosa como el resto, muy contundente y con un ritmo pegadizo, acelerándose hacía la mitad para luego recuperar este sonido inicial y dejarnos un final machacón, lento y potente que prolongaron.
Criaturä
Mostrándose agradecidos porque les estuviéramos aplaudiendo, continuaron con una versión del “Electric man” de Rival Sons que les quedó muy bien, muy movida y muy pegadiza, para, tras afinar la guitarra y presentar a los miembros de la banda, seguir con “Tormenta”, presentado como otro gran tema, y realmente es que es muy bueno, con ese sonido propio que tiene el grupo, presentando un ritmo constante y con un final abrupto.
La siguiente en sonar, “1 + 2”, la comenzó el batería, anunciándonos que con ésta se despedían, con muchos cambios de ritmo y un sonido pegadizo, sobre todo hacia la segunda mitad, haciéndonos mover la cabeza con su ritmo, para anunciar que ahora sí que de verdad se iban, reiterando los agradecimientos a Noche de Rock y con la esperanza de volver a vernos pronto, concluyendo con la versión del “No one knows” de los Queens Of The Stone Age, que fue un gran punto final, dejando el escenario con una outro instrumental.
Y así, tras algo menos de una hora, acababa este primer concierto de unos Criaturä que nos ofrecieron una buena velada, mostrándose muy seguros sobre las tablas y ofreciéndonos una actuación de mucha calidad, con temas con muchos cambios de ritmo que hicieron que se nos pasase en un suspiro, pese a no conocer muchas de sus canciones.
Ahora solo falta, además de verlos más veces en directo, escuchar esas grabaciones en las que están trabajando y así familiarizarnos todos aun más con el sonido de una banda que ha llegado para quedarse y mostrar ese estilo tan particular que tienen dentro de la escena cántabra.
Y tras Criaturä era el momento de los grandes protagonista a de la noche, Obsidian Kingdom, quienes sufrieron la marcha de 3 de sus integrantes hace unos meses y que está actualmente integrada por Rider G. Omega a la voz y a la guitarra rítmica, Viral Vector Lips a la guitarra, Om Rex Orale al bajo y un batería de reciente incorporación.
Hasta el momento la banda tiene publicados 3 discos de larga duración “Mantiis - An agony in fourteen bites” del 2012, “A year with no summer” del 2016 y el genial “Meat machine” del pasado año, además de una versión remix de su primer trabajo llamado “Torn & Burnt - The mantiis remixes” del 2013 y dos Eps que lanzaron en sus inicios titulados “Matter” del 2007 y “3:11” del 2010.
Y las cosas se torcieron en el cambio cuando la pedalera de Rider G. Omega empezó a fallar y hubo que buscar una solución rápida para que aquello pudiera salir adelante. Afortunadamente, había por allí músicos que tienen en ese mismo recinto su local de ensayo y fue Fer de Medussa el que bajó su pedalera para poder dar inicio al concierto.
Oskar de Noche de Rock subió a agradecer la colaboración de los que acudieron a echar una mano, mostrándose orgulloso de haber creado este vínculo en estos 25 años y pidiendo perdón por el retraso, pero contento porque, después de muchos años detrás de ellos, esta noche iban actuar en Cantabria Obsidian Kingdom.
Y desde el principio del concierto se adivinaba que aquello iba a ser digno de recordar, con esa intro atronadora que fue el preámbulo de “Meat star”, de su último disco, con ese comienzo lento que luego gira hacia un sonido muy explosivo y potente, combinando registros de voces y demostrando mucha variedad, en este auténtico temazo
Obsidian Kingdom
La anterior fue enlazada con “Last of the light”, de su primer disco, sonando una locución de fondo, para empezar con un sonido guitarrero y jugando con tonos más guturales, una canción muy cañera que luego se relajó y mostró un sonido atmosférico que quedó muy bien, para regresar a su actual obra con “Mr. Pan”, y ese comienzo más relajado para luego endurecerse y coger fuerza, pero siempre alternando intensidades y dejándonos un final muy machacón.
Aun no lo he mencionado pero lo cierto es que, además del sonido, las luces tienen un papel clave en el espectáculo de la banda además de esos fondos que aparecían detrás de la batería, uniendo a la anterior con “Haunts of the underworld”, de su ópera prima, con una locución inicial que dio entrada a ese comienzo lento y muy ambiental, siendo unida, como en el citado trabajo, con “Endless wall”, que también se inicia de manera relajada pero que, de repente, se gira hacia un sonido muy potente, con esas voces guturales que la convierten en una pieza muy intensa, oscura y potente, dejando un final en alto y con un tono lúgubre.
Llegaba el momento de recordar su segundo disco y lo hacían con la extensa “The Kandinsky group”, que fue enlazada con la anterior con los efectos de los pedales y con sonido de voces grabadas, cogiendo velocidad y cantando con voces limpias y luego endurecido la música, con una gran exhibición de Viral Vector Lips a la guitarra y dejándonos un prolongado final.
Cambiando de intensidad pero sin perder ese ambiente que estaban generando, regresaron a su primer trabajo con “Fingers in anguish”, en la que incluso Om Rex Orale cogió una silla para sentarse y el cantante abandonó su guitarra, siendo una pieza muy tranquila en la que casi susurraban, siendo unida, como en el citado disco, con “Ball-room”, ya con el cuarteto como en el inicio, comenzando de manera muy cañera, combinado voces guturales y limpias y con un ritmo machacón pero con alternancia de intensidades, con la sección rítmica atronando y su bajista bajando a los altavoces para buscar el contacto de la gente.
Obsidian Kingdom
Unida a la anterior, y sin dejar dicho trabajo, era el turno de “Cinnamon balls”, que comenzó lenta pero la voz la dio más fuerza y potencia, acelerando el tema y con un impresionante juego de luces, además de una locución hacia la mitad, para luego meter más tiza, dejándonos un corte muy contundente, que fue seguido por “Womb of wire”, de su actual obra, que se inicio con una nueva locución, comenzando despacio pero con una contundente batería y con un cierto aire tecno.
Regresaron a su anterior obra y lo hicieron con “The Polyarnik”, esa relajada pieza instrumental que sirvió de introducción, como en el disco, a “Black swan”, que comienza con esas voces limpias y con Rider G. Omega sin tocar la guitarra al principio y cogiendo fuerza progresivamente cuando el cantante recuperó la guitarra, para luego ir relajándose de nuevo hasta su final.
De nuevo era un buen momento para retornar a su más actual obra con “Naked politics”, con un comienzo muy explosivo, un tema con muchos contrastes pero que quizás sea más accesible y que fue muy bien recibido, siendo seguido por “Away / Absent”, de su segundo disco, con la batería entrando a fuego, una pieza muy intensa y contundente, pero que hacia la mitad se relaja para luego endurecerse y acelerarse, con el batería saliéndose y demostrando su enorme valía.
Y se despidieron de todos nosotros, agradeciéndonos nuestra presencia y deseando otros 25 años para Noche de Rock con la genial “The pump”, de su actual obra, con Rider G. Omega cantando sin guitarra al comienzo, con un sonido explosivo y combinando voces tanto guturales como limpias , dejando un magnífico final a su velada.
Obsidian Kingdom
Y así, tras una hora y cuarto de actuación, concluía la actuacion de uno Obsidian Kingdom que nos hicieron vivir una experiencia impresionante y es que lo que allí se vio fue una brutalidad de concierto, de esos que te puede gustar más o menos su música pero que lo que no puedes es negar la calidad de lo que estaba pasando sobre las tablas.
Aunque tenía más escuchado su última obra, no cabe duda de que eventos como el de esta noche sirven para conocer un poco más los trabajos anteriores de la banda, además de observar el poder de regeneración de un grupo que ha sabido remontar el vuelo y, a tenor de los allí visto, con nota sobresaliente.
Ojalá esta sea la primera de muchas visitas de esta banda por nuestras tierras y que lo sembrado esta noche sirva para que su nombre sea más conocido en Cantabria.
Y tras despedirme de algunos amigos, tomé rumbo a casa, impresionado por lo vivido esta noche, y agradecido a la gente de Noche de Rock por haberlo hecho posible, esperando que sigan muchos años más y continúen descubriéndonos grupos como estos Obsidian Kingdom que muchos hemos conocido en profundidad gracias a ellos.
27/11/2021 
Txutxy Cano 
Escenario Santander, Santander, Cantabria
