Nunca hubiera imaginado que el primer día del año, mientras mucha gente se estaba recuperando de la resaca de la Nochevieja y otros quizás estarían de empalmada o llegando a casa, iba a estar viendo un concierto de rock, pero lo cierto es que una serie de factores provocaron que así fuese.

Suelo pasar las navidades en la localidad de Sarón donde tenemos familia y para mi estas fiestas son precisamente para eso, para estar con la familia, pero eso no impide que salgamos a tomar algo y en la festividad de la semana anterior nos dimos cuenta que en uno de los pocos locales que abren los días de Navidad y Año Nuevo, el Sonrisas Café Bar, iba a tener lugar el concierto de la banda Punto Es.

Y sí he de ser del todo sincero, no iba con la idea de ver el concierto sino simplemente de tomar algo mientras la música sonaba de fondo y de hecho fuimos algo más tarde de la hora fijada, pero una vez sentados en una de las mesas ubicada en esa enorme plaza en donde está ubicada la terraza del citado bar, no pude evitarlo, la cabra tira al monte, y me metí de lleno en su actuación.

¿Qué quienes son Punto Es? Pues una formación cántabra que llevan desde el 2017 haciendo versiones de clásicos del pop y del rock de de los años 80 y 90  y que está compuesta por Fran a la voz, Adolfo a la guitarra, Guti al bajo y Oswaldo a la batería, músicos que también forman parte de otras bandas de versiones como esos Viene y Va que vi nada más salir del confinamiento en el verano del 2020.

La primera canción que escuchamos, ya una vez pedidas la consumiciones, fue la genial “Llamando a la tierra” de la Steve Miller Band y que todos conocemos en nuestro estado por la versión de M Clan, uno de esos temas que siempre me han gustado, para continuar con ese “Rojitas las orejas” de Fito y los Fitipaldis y es que sí sus integrantes están en una banda a la citada formación, lógico es que toquen piezas del cantante bilbaíno.

Y siguiendo con este carismático artista, llegaba el turno de “El roce de tu cuerpo”, de su etapa en Platero y tú y que personalmente siempre me ha gustado más, y que es como una inyección de adrenalina, para mostrarse muy “Agradecido” por nuestra acogida, siendo el momento de la conocida canción del maestro Rosendo, otra pieza por la que no pasan los años.

Nos avisaron que su actuación estaba llegando a su fin y era el momento de la siempre celebrada y coreada “Chiquilla” de los Seguridad Social, una de la canciones más conocidas de la historia del pop y del rock estatal y con la que, en un principio se despidieron.

Pero la gente quería más y ellos, pese al cansancio y a alguna lesión, decidieron dárnoslo, siendo el turno de aquel “Clavado en un bar” de los Mana, una buena definición de cómo estábamos en ese momento, para continuar con la movida “Salta” de los Tequila, otra de esas joyas que tampoco parecen pasar de moda.

Y ya, ahora sí, se iban a marchar, pero antes nos iban a dejar con ese “Por la boca vive el pez” de Fito y los Fitipaldis para la que contaron con la participación del hijo del batería tras los parches, haciendo una gran labor, poniendo así punto final a su actuación de entorno a dos horas y de la que nosotros pudimos disfrutar de la mitad.

Lo cierto es que fuimos con la idea de escuchar buena música mientras acompañábamos nuestras consumiciones y eso fue lo que obtuvimos, algo que está asegurado cuando tenemos con los instrumentos a tan buenos músicos y con el micro a un cantante capaz de animar a todos los presentes, acercándose por las mesas y haciéndonos partícipes de esta fiesta.

Lo mejor de todo es que Adolfo andaba con una lesión, de la que se quejaba en alguna ocasión, pero dio el callo como siempre lo hace y el resto de los músicos estaban algo cansados, además de que son días de alternar y echarse tarde, pero todos dieron la talla y demostraron ser uno verdaderos profesionales.

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De esta manera Punto Es consiguieron prolongar esta sesión vermut del primer día del año y es que algunos de los allí presentes parecían no tener prisa, pero nosotros teníamos obligaciones familiares y nos fuimos de allí en torno a las 16.00 con ese buen sabor de boca que te deja acudir a un concierto y disfrutarlo en un ambiente diferente al habitual y en un local como este Sonrisas Café Bar al que espero poder acudir en más ocasiones para degustar más música en directo.