Me da mucha rabia tener que demorar la realización de las crónicas más allá de dos semanas porque creo que pierden cierta vigencia, pero la realidad muchas veces está por encima de nuestros deseos y durante el mes de febrero mi tiempo disponible ha sido escaso. Es lo que hay cuando uno no se dedica en exclusiva a esto.
Lo cierto es que el primer fin de semana de dicho mes y después de muchos aplazamientos, la gente de Mortaja Records, en colaboración con el Rock Beer The New, iba a traernos dos conciertos: el sábado Ojo Pipa y Mudmoose y el domingo a los Pizzería Moloch y Manía; por cuestiones personales sólo acudí a la cita del sábado y quedo pendiente para ver en otra ocasión a las otras dos formaciones.
Hubo un poco de lio con los horarios y la hora señalada en los carteles se adelantó, aunque la realidad es que el evento comenzaría a la hora señalada en la primera ocasión lo que sirvió para que la gente pudiera llegar con tiempo, tomara algo y charlase con esos amigos o conocidos a los que hacía mucho que no veía.
Lo cierto es que hacia mes y medio que no pasaba por el céntrico local santanderino, unas veces por las navidades y otras por las restricciones derivadas del maldito Covid, pero allí estábamos todos los presentes con la necesidad de recuperar la música en directo y esa cierta normalidad perdida semanas atrás, aunque el concierto fuera todavía sentado.
A eso de las 21.00 teníamos sobre las tablas a los Ojo Pipa, una banda a la que había visto un par de veces el pasado año, una en ese mismo local solo unos días antes de yo coger el dichoso virus y otra en pleno mes de agosto en el Teatro Municipal Concha Espina de Torrelavega.
Ojo Pipa
El trío, compuesto por Daniel García guitarra y voz, Víctor de Oliveira, batería y coros y Rodrigo David bajo y coros, se subió a las tablas con pintura en la cara de algunos de sus integrantes, iniciando su repertorio con “R.R.C.”, un corte muy cañero y pegadizo y metiendo tiza desde el principio, siendo unido con “Chavalería tiquismiquis”, tocado a toda pastilla, otra gran pieza, muy quedona y contagiando esa maravillosa locura que la banda posee.
Tras preguntarnos qué tal estaba todo, con positiva respuesta y trasmitiendo las ganas de fiesta que había, continuaron con “Scalextric”, combinando esa potencia e intensidad con ese aire aflamencado en ciertos momentos, para continuar con “Moreno” que arranca con esos sonidos tan particulares que tiene, contrastando ritmos pero con un estribillo pegadizo y contundente, convirtiendo aquello en una locura, parando a mitad del tema para anunciar que tenían camisetas en su puesto de merchán y dejarnos con un final muy intenso.
Llegaba ahora el momento de relajar un poco aquello pero sin perder la esencia de su estilo con “Tarta de galleta”, la cual arrancó lenta y calmada para luego coger más fuerza aunque manteniendo ese tempo pausado, demostrando sus grandes cualidades técnicas y su locura, continuando con ese “Lijas”, un clásico ya de la banda y que dedicaron a la gente que es muy pesada, una pieza corta y muy directa.
Después de alguno ajustes técnicos y recordando las redes sociales en las que podemos seguirlos, continuaron con “Ns /Nc” que empezó de manera muy bailable y con una brutal sección rítmica y terminó con un final muy acelerado, para presentarnos una canción que yo al menos no había escuchado, “Reintegro”, que comenzó con un solo de guitarra y de manera muy movida y que tuvo un buen acompañamiento de los coros que dieron a la pieza un toque especial.
Y no había pausa alguna y llegaba el momento de ese clásico de la banda que es “Tortilla de patata”, que estaba en su único trabajo hasta la fecha, “Ojo Pipa” del 2020 y del que grabaron un video clip, iniciándolo de manera más relajada que en su origen y siendo cantado su estribillo por toda la sala, en uno de los momentos más esperados de su actuación.
Ojo Pipa
Dani inició en solitario “Chicha o fasito”, cantando y tocando de manera relajada, siendo acompañado a las voces por sus dos compañeros, para luego empezar a dar caña, con un pegadizo estribillo y un sonido totalmente logrado, siendo unida, como es habitual, por “Espumito”, comenzando a toda velocidad y con muchos contrastes, dando un buen punto a la canción.
Confesaron que la siguiente iba a ser la última canción, reconociendo que había sido un placer haber tocado esta noche y anunciando que ésta era una pieza nueva que llamaron “Flor”, con un comienzo muy guitarrero para, de golpe, relajarse y comenzar a cantar de manera tranquila y más adelante volver a acelerarse, siendo una maravillosa locura que me gustó mucho.
Y, aunque hicieron amago de irse, todavía hubo tiempo para una más, siendo el momento de “Pifostio”, un clásico de su repertorio y que cerraba su único disco hasta la fecha, con toda la gente disfrutándola y la banda enloqueciendo sobre las tablas.
De esta manera y tras 45 minutos sobre las tablas, acababa la actuación de uno Ojo Pipa que dieron un concierto muy bueno, dándolo todo y haciendo un recital corto pero muy intenso, siendo, probablemente, el mejor que les haya visto y ya son unas cuantas veces las que he disfrutado con su música.
Ahora toca seguir esperando a que el grupo publique más canciones, además de seguir disfrutando de sus conciertos, en este crecimiento de una banda que está destinada a hacer grandes cosas dentro del rock cántabro como lo están haciendo desde que comenzaron hace ya 4 años y es que ni la pandemia puede con los Ojo Pipa.
Y tras una breve prueba, enseguida teníamos sobre las tablas a los chicos de Mudmoose, o lo que es lo mismo el grupo anteriormente llamado Hopeless Messiah que cambio de nombre en agosto del 2021 al incorporarse Edu a la batería, junto a los integrantes de la citada formación Söphee Cürr al bajo y la voz, y Ernes y Abel a las guitarras, habiendo publicado en febrero del pasado año un primer trabajo, todavía con su anterior denominación, llamado “Faces From Delirium”.
Lo cierto es que tenía muchas ganas de ver como se desenvolvían en el escenario ya que son músicos con ya una dilatada trayectoria pero que practican un estilo algo alejado a lo que hacían en sus otros proyectos, con un cierto aire stoner pero con mucha personalidad.
Y para comenzar su velada nada mejor que con un tema tan directo como ese “Riding on the storm” que también abría su única referencia, con algunos problemas en el sonido inicial pero luego superados y que fue seguido por esa versión del “Green Machine” de los Kyuss que cerraba su disco del pasado año, con la banda sonando ya más compacta y con muy buen sonido de las guitarras, una intensa sección rítmica y con la potente voz de Söphee
Llegaba el momento de presentar algunos temas más recientes como “Seas of dust”, con ese comienzo lento y con mucha profundidad, mostrándonos una pieza muy elaborada y que me gustó mucho, intensificándose en la parte final con un buen solo de Ernes.
Mudmoose
Tras agradecernos nuestra presencia, recordaron el concierto del día después y lo que les había costado hacer este evento, con aplazamientos y demás, continuando con “Lords of the Highway”, una canción que confesaron que habla sobre las drogas, siendo una pieza muy intensa y potente pero a la vez pegadiza, una buena muestra de que la banda sabe lo que quiere, para continuar con una versión de ese clásico atemporal que es el “N.I.B” de los Black Sabbath y al que dieron un toque muy personal que les quedó muy bien.
Las necesidades fisiológicas de Ernes hicieron que el resto de los músicos improvisasen algo, para, ya con el guitarrista de vuelta, continuar con otra no editada llamada “Bloodrelative” que empezó de manera lenta y relajada, con Söphee casi susurrando, para luego endurecerse y cantar con garra y fuerza, aunque con un buen contraste con los coros, dejándonos un tema con mucho gancho, antes de avisarnos que la siguiente era bastante larga, siendo el turno de otro corte nuevo, titulado “The Leak, the door, the sun”, que se inició con un sonido instrumental que se iba intensificando a medida que la pieza crecía, sosteniendo la voz sosegada hacia la mitad y cantando luego con más fuerza, con un gran solo de Ernesto y siendo quizás la canción que más me gustó de todas las que interpretaron.
Encarando ya la ultima parte de su actuación, llegaba el momento de presentar otro corte aun no editado llamado “The view from halfway down”, una canción lenta pero con mucha intensidad y fuerza, antes de despedirse de todos los presentes con “Alice”, una de las incluidas en su única referencia hasta la fecha, más rápida y guitarrera y que es de esa piezas que se te quedan ya que son muy movidas.
Mudmoose
Y así, tras más o menos 75 minutos de actuación, se marchaba la gente de Mudmoose tras haber dado un concierto muy bueno, con muchos matices en sus canciones y un repertorio muy variado, donde hay piezas largas y con mucha profundidad y otros temas más cortos y directos.
Sin lugar a duda la formación tiene mucha calidad, algo lógico habida cuenta de la experiencia de sus componentes, y sobre todo mucha inquietud para seguir evolucionado desde ese sonido primigenio hacia otros más elaborados y ampliados que, por lo escuchado esta noche, demuestra un mayor grado de madurez de este cuarteto.
Espero poder ver a la banda en más ocasiones, además de que suban a redes a corto plazo estas canciones que todavía no están publicadas, porque me parece una propuesta muy original y que ha de dar mucho que hablar dentro de nuestra escena.
De esta manera y cuando quedaba media hora para la medianoche, abandoné el Rock Beer The New después de haber disfrutado de este concierto de dos banda que demostraron, una vez más, la gran calidad y variedad de la música en Cantabria y a las que solamente les hace falta un empujón de los aficionados a la música para tener un mayor reconocimiento. Gracias a Mortaja Records y al Rock Beer The New por haberlo hecho posible.