Un concierto entre semana no es lo que más ilusión me haga por lo que supone tener que desplazarte y llegar tarde a casa teniendo que madrugar al día siguiente, pero lo cierto es que cuando te ponen uno en la misma ciudad que trabajas, a una hora que se ajusta a tu salida del trabajo y con pinta de que no va terminar muy tarde, pues no hay mucho que pensar.
Ni tan siquiera si la banda que va a tocar es para ti totalmente desconocida o al menos lo era hasta el anuncio de ese concierto como para mí lo era La Casa Fantom, y eso que el nombre me sonaba, ya que son varias la veces que han pisado Cantabria, pero reconozco que no los había prestado atención.
Lo cierto es que ese miércoles post San Valentín los noruegos, en una amplísima gira que estaban llevando a cabo por la península, iban a dejarse caer por La Parroquia en Torrelavega, o lo que es lo mismo, el nuevo nombre que ha dado la actual dirección a la mítica Sala Arena, una sala siempre añorada y quizás no lo suficientemente valorada cuando estaba en funcionamiento.
¿Quiénes son La Casa Fantom? Pues un dúo compuesto por Lars a la batería y Bard al bajo que se alternan en las labores vocales y que llevan en activo desde el año 2000, habiendo publicado hasta la fecha siete discos, además de cinco Eps, un single y un disco compartido, si no he contado mal, de un estilo amplio y difícilmente clasificable.
La Casa Fantom
Así que para allá que me fui a dicho evento, para el que la información era la justa y casi con cuentagotas, ya que hasta un día antes yo al menos no sabía ni la hora, pero al llegar se veía mucha gente afuera del local y eso que éste estaba casi a oscuras, debido a que la parte de arriba estaba cerrada y solamente estaba abierta la zona inferior en donde iba a tener lugar el concierto.
Lo cierto es que a la hora en que comenzó el evento, apenas unos minutos después de la hora señalada, había una gran afluencia de gente que me hacia recordar épocas pasadas y grandes noche allí vividas, además con la ventaja de poder ver el concierto de pie tras las nuevas medidas, encontrando el escenario en la zona detrás de la mítica columna en donde estaba situado el batería mientras que el bajista se ubicaba en la parte frente a los baños.
Y con Bard presentando a la banda en un correcto castellano, comenzaron la actuación con ese “Feed my silence” que daba nombre a su disco del 2012, con ese inicio lento y calmado para luego explotar pero con las voces limpias y suaves de su bajista, siendo seguida por “Note to self”, de su último trabajo, “Burning eyes” su Ep de hace 3 años, y en la que fue Lars el que se hizo cargo de la voces, siendo una canción muy intensa y cañera y tocada a toda velocidad.
Como en el mencionado Ep, la anterior fue seguida por “Red horizon”, contrastando ya que ésta es una pieza más lenta e incluso con un cierto aire más rockero pero sin perder la fuerza e intensidad que nos estaban trasmitiendo y con mucha profundidad en su sonido, siendo seguida, entre los aplausos de los presentes, por “Demons”, de su trabajo del año 2016 “Kill me clean”, manteniéndose, como en la anterior, Bard a la voz, todavía más lenta y pesada y jugando con diferentes cambios de intensidad que nos hacían sentirnos en una especie de ritual sónico.
La Casa Fantom
Antes de continuar he de confesar que es probable que algunos de los títulos que estoy comentando no sean exactamente éstos, pero es lo que he podido hacer con mi escaso conocimiento de la banda y su setlist casi jeroglífico.
Tras un ligero y breve relax, necesario tras tanta intensidad, era el momento de “Ingen ny dang”, esa breve canción que daba nombre a su disco del 2006, que comienza de manera relajada para luego continuar con mucha fuerza, siendo el momento de recuperar su obra del 2016 con ese “Insides out” que inició Lars con ese ritmo casi marcial desde su batería, haciéndose cargo de la voz, un tema que sonó muy pesado y a la vez como queriendo coger velocidad, para luego relajarse al final aunque manteniendo un poso de esa contundencia a la vez.
No conseguí identificar la siguiente pieza, que fue unida a la anterior y que arrancó a toda velocidad para luego relajarse, pero manteniendo esa intensidad, jugando con contrastes entre partes muy rápidas y otras más relajadas, siendo después el turno de “Cursed”, la que daba inicio a su Ep de hace 3 años y que comenzó lenta y muy calmada para luego intensificarse pero manteniendo esa lentitud, con momentos de más velocidad y con alternancia en las voces.
Y cuando llevábamos poco más de media hora de concierto agradecieron a los presentes su asistencia, así como a los que habían hecho posible esto, la gente de producciones Tudancas, despidiéndose con la última canción, pero vaya tema, el “Burning eyes” que daba nombre a su Ep del 2019 y que en directo se prolongó hasta casi los 20 minutos, dejándonos una sensación realmente mágica y con muchos matices, dando de esta manera el punto y final a un concierto de algo menos de una hora de duración.
La Casa Fantom
Realmente analizando lo que viví en este concierto no es de extrañar la gran afluencia de gente que se dio cita en esta jornada, pero es que lo que nos ofrecieron La Casa Fantom fue una experiencia muy especial y muy original, consiguiendo meternos en su ambiente desde el principio y dejándonos un concierto muy variado y en donde ellos dos solos se sirvieron y se bastaron para hacernos pasar una buena velada.
Pese a que el sonido no fue todo lo bueno que debía y que queramos o no una gira tan extensa va dejando huella en forma de cansancio, nadie salió de allí decepcionado, con un dúo que se entregó al máximo y nos dejó un interesante recorrido por su amplia trayectoria, aunque más centrado, como es lógico, en sus últimos lanzamientos.
Y tras adquirir su último Ep y despedirme de parte de la concurrencia, me marché de esa Parroquia Musical Pub, contento de que esta mítica sala vuelva a estar operativa y comience a programar conciertos, y encantado por la actuación de La Casa Fantom, una banda que es muy recomendable en directo y que nos demostró, una vez más, que saliendo de nuestra zona de confort hay grupos muy interesantes.