Arde Bogotá y con ellos Santander

El pasado 19 de marzo, tuvo lugar  el Indiferente Festival en el Palacio de Festivales de Santander. Un reencuentro con la música en directo, los compañeros de concierto y los momentos en amigos.

Lo necesitábamos sin saber que lo necesitábamos. Un festival con una realidad híbrida entre la normalidad pre - pandemia y la normalidad actual. Un sábado magnífico que el tiempo quiso acompañar, porque sí, porque era día de estreno: volvían los festivales a Cantabria. 

Indiferente Festival nos dejó a todos con ganas de más y eso que encabezar la lista de un sinfín de conciertos en este formato, no debe ser nada fácil. Indiferente es la previa a lo que se viene y, ya se sabe que en muchas ocasiones las previas son lo mejor.

Y es que el día no pudo comenzar mejor, Niña Polaca y seguido, DJs y hora de vermouth en un Palacio de Festivales donde irradiaba el sol y la bahía se convertía en la verdadera protagonista. 

Putochinomaricón se encargó de dejar el hype para lo que se venía a la tarde. Arde Bogotá levantó a todo Santander, se vivieron los abrazos prohibidos, las canciones a grito pelao y mucho, mucho sudor. El grupo murciano realizaba parada cántabra por primera vez y dejaron a todos con un gran sabor de boca.

La energía y sensualidad eran más que latentes en este auditorio y por si no fuera poco, Antonio, el vocalista, abandonó el escenario para cantar entre el público. Eso sí, siempre con mascarilla.

Desde Galicia, Triángulo de Amor Bizarro, trajo el punk con altos dBs y unas pilas muy recargadas y con ganas de tocar. Pero sin duda, el gran aclamado del cartel fue León Benavente que, pese al tiempo de espera del inicio del concierto, el público fue fiel a la banda. Sin duda eran los más esperados.

Si algo ha tenido Indiferente Festivala es que no deja indiferente a nadie, Un inicio de temporada festivalera que no podría haber comenzado de lla mejor forma.