Restaurante Los Arcos, San Vicente de la Barquera, Cantabria
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Llegaba el último viernes del mes de marzo y había ganas de escuchar música en directo para quitarme de encima el agobio de otra semana laboral y los sinsabores de la vida y me decanté, sin dudarlo mucho, por el concierto que el dúo Yabar iba a dar en San Vicente de la Barquera, concretamente en el Restaurante Los Arcos, y así quitarme la espina de no haber podido estar en la presentación, en esa misma localidad, de su primer disco “La canción que nunca se acaba” editado este mismo año.
Este dúo, compuesto por Fernando Yabar a la voz y las armónicas y Alejandro Busto a las guitarras, comenzó su andadura allá por el 2018, habiéndoles visto hasta en 3 ocasiones hasta esa vez, una en el Made In Cantabria del 2020, otra en solitario en el Reino Eco Bar de Cabezón de la Sal y por último, a finales del pasado 2021, en la Asociación Cultural Octubre, dejándome siempre un más que agradable sabor de boca.
Así que, nada más salir de trabajar y con la esperanza de llegar a tiempo y aparcar rápido, puse rumbe hacia la bonita villa marinera, sin saber muy bien el ambiente que me iba a encontrar.
Lo cierto es que, tras tardar más de lo esperado en aparcar, llegué al céntrico local, que se reinauguraba en esa fecha, y ya había comenzado la actuación del dúo de manera muy puntual, con mucha gente afuera, y sonando ese “Besos a traición” que también abre su único disco hasta la fecha.
Yabar
Tras saludarnos, siguieron el recorrido por dicho trabajo con “Malgré moi”, ese bello blues en francés, antes de continuar con el tema que da nombre a su ópera prima, “La canción que nunca se acaba”, una preciosa pieza que hizo que la gente fuese poco a poco metiéndose en el evento mientras iban tomando algo y comiendo las tapas que nos iban ofreciendo.
Y seguirían motivando a los presentes con “L´ harmónica”, una canción que nos dijeron que habla de barcos y que está basada en la Bretaña, siempre muy animada y celebrada, para regresar a su disco con una pieza que han grabado con Nando Agüeros y cuya letra es de Aquilino Ceballos, y es que llegaba el momento de la muy bella y siempre entrañable “Mi tierra”, de lo mejor de su repertorio.
Tras una breve pausa para respirar y tomar aire, llegaba el turno de la siempre mítica “Blowin' in the wind” de Bob Dylan, una de las pocas que tienen en el idioma de Shakespeare, para anticiparnos que ahora llegaba un tramo de poseía cantada que inauguraron con “El niño que ya no soy” de Gabriel Celaya, presente en su disco, muy bonita y aplaudida por una concurrencia que ya se había adentrado en el local para escuchar con mayor nitidez la música del dúo.
Y es que, como dicen en su disco, “Ya lo sabía yo”, uno de esos temas movidos con los que es imposible que no se te vayan los pies, tras el que recordaron los próximos conciertos que tenían, pasando a interpretar la siempre reconocible “La mala reputación” de Georges Brassens y adaptada al castellano por Paco Ibáñez y que fue muy cantada por los asistentes.
Buscando la complicidad con los presentes, muchos de ellos no habituales en los conciertos del dúo, hablaron sobre la buena relación entre la gente de la localidad donde tenía lugar el evento y Francia, siendo el turno de su versión de la conocida pieza “Aline” de Christophe que fue dedicada a todas las mujeres, muy bonita y muy bien tocada, siendo seguida por otra bella canción, “Yerbabuena”, que mantuvo la atención de la concurrencia.
Yabar
Uno de esos momentos álgidos en sus conciertos es la interpretación de la popular “Bella ciao” y es que, como es habitual, fue muy cantado por todos los allí presentes, para continuar con otro corte recogido en su disco como es “Comment parler”, un tema muy animado y con ese sonido tan inquietante pero que tan bien les queda.
Llegaba el turno de seguir con el recuerdo a grandes clásicos como ese “Je l'aime à mourir” de Francis Cabrel, una canción muy conocida, con esa temática de amor que fue una de las más entrañables y aplaudidas, después de la cual reconocieron que estaban más cerca del final, siendo el momento del “Marbletown” de Mark Knopfler, ya con la gente muy motivada, siendo un tema muy animado y en el que Alejandro se lució, como lo haría durante toda la velada.
Con Nandin, siempre con ese carisma que posee en el escenario, reconociendo que la siguiente no la suelen tocar, llegaba el momento de “Belleville Blues” de Murray A. Lightburn cantada en francés, que les quedó muy lograda y dándolo todo, antes de interpretar otro corte de su disco, mientras charlaban con algunos de los presentes, siendo el turno de otra de marineros como es “El Capitán”, una de las que más me gustan de su repertorio y que en directo siempre te engancha.
Era el momento de finalizar la velada, no sin antes agradecer a los presentes la buena acogida y a la dirección del local el haber contado con ellos y el buen trato recibido, siendo el turno de la única canción que restaba de su disco, su adaptación del tema de Bruce Springsteen “El río”, una de los primeros cortes que conocimos de este proyecto y con el que consiguen una magia especial en sus directos.
Yabar
Aunque en un principio su repertorio se había acabado, tanto los asistentes como la dirección del restaurante querían que aquello siguiese un poco más, siendo el momento de presentar una canción ecologista, que es algo que nos incumbe a todos y que fue escrita con mucha visión de futuro hace décadas como es “El progreso” de Roberto Carlos y es que es una pena que no hayamos aprendido nada.
Confesando que aunque les guastaría no podían estar allí toda la noche y es que, como Antonio Flores decía, “No puedo enamorarme de ti”, dejándonos con este corte, con todo el mundo cantándole y consiguiendo emocionar a muchos de los allí presentes.
De esta manera y después de una hora y media de concierto, se despedía el dúo Yabar, tras haberse ganado a la gente poco a poco y cosechando muchos aplausos en un público diferente al suyo habitual, pero al que se supieron amoldar y sacarle rendimiento en un ambiente festivo y desenfadado.
Puede que la música acústica no te llame mucho la atención, pero estoy seguro de que si acudes a un concierto de Yabar vas a disfrutar con las buenas ejecuciones de ambos músicos, que consiguen trasmitir al oyente toda esa emoción que sus canciones poseen y en donde cada nota está ahí por algo.
El dúo seguirá girando y presentando este disco por la geografía cántabra y siempre que me sea posible me acercaré a verlos y a disfrutar con su música como hice esta noche de la recién estrenada primavera.
Después de despedirme de los componentes de Yabar y con su disco bajo el brazo, me fui de este bello Restaurante Los Arcos al que le deseo mucho éxito y que, espero, siga trayendo música en directo como esta noche donde los sonidos del citado dúo llenaron de magia la noche barquereña.