En el séptimo capítulo de la quinta temporada de American Dad, Stan sigue a Hailey hasta un concierto de My Morning Jacket y, una vez allí, se siente irremediablemente cautivado por la música del grupo como si de Ulises y las sirenas se tratase.

Pues algo muy parecido ocurre con los madrileños NoProcede, a los que aunque hayas escuchado cien veces en disco, no eres capaz de hacerte una idea de la magia de su directo hasta que lo vives desde dentro. Por eso, cuando su cantante y frontman Javier Beltrán me invitó a ir a hacer unas fotos de su concierto en la Sala Mon el pasado once de junio, tardé unos seis segundos en decir que sí.

Y hasta allí que fui en compañía de lo mejorcito de la profesión, a un evento que, aún habiendo otros conciertos de gran magnitud simultáneamente en Madrid, había vendido en torno al setenta por ciento del aforo y para el que se habían repartido cientos de gafas 3d desechables pues, tras una cuenta atrás, se iniciaba una pequeña performance proyectada en una pantalla gigante que suponía el inicio de la despedida del komodo.

Fue “De mecha corta”, cuarto corte del último trabajo de estudio de la formación, el tema elegido para abrir un espectáculo que repasaría la mayor parte de la obra de la banda y que encendió a un público entregado casi de inmediato, percibiéndose un nivel de complicidad inusualmente alto y produciéndose una sinergia que incrementaba exponencialmente la, ya de por sí, devastadora carga emocional de unas letras que abordan el desamor, la nostalgia de lo que pudo ser, el inexorable paso del tiempo y los sueños que se nos quedaron en el camino; pero con una evidente ansia por vivir y enfrentar la adversidad y la complejidad de las relaciones humanas; adversidad retratada en temas como “Baldosas”, “Fracasar mejor” o “Miedo al miedo”.

¿Y qué mejor manera de enfrentar esa adversidad que en compañía de buenos amigos? Buenos amigos como Javi Deskarte, que subió a cantar “Que se quite el frío” del álbum Grisú (2016) y Javi Nadye, quien colaboraría en “La antesala del desastre” de Morder y Esperar (2019) justo a continuación de que la banda dejase solo a Beltrán para que interpretase “Modo experto” e inmediatamente antes de que dos osos de gran tamaño desatasen un conato de violencia entre el público que supuso el empujón definitivo de euforia en los asistentes y que se saldó sin heridos graves, pero con la pérdida y posterior aparición de un reloj deportivo con correa de señor de cincuenta.

Tras algo más de dos horas de concierto, los acordes de “Ser eternos” hacían presagiar el pronto final del show, no sin antes tocar “Ciudad olvido” y una versión un tanto bizarra de “Amores de barra”, para despedirse a ritmo de “Echarte de más” y continuar la fiesta hasta altas horas en la Rock Ola de los bajos de Argüelles.

Aquellos que no pudisteis asistir o los que os quedasteis con ganas de más, podréis despedir al komodo en el Festival Sierra Norte Rock (Galve de Sorbe, 25/06), en el Perra Vida Festival (Belchite, 9/07), Festival Rolling Custom Rock (Plasencia, 16/07) y el Festival Torruco Rock (Guadalaviar, 30/07).

“Y a veces se tiene que ir todo a tomar por c**o para dar el siguiente paso.”