“Que no soy naif ni pretendía serlo”
Desde luego el Conexión Valladolid no lo es ya que ha conseguido reunir rock, rap, pop, indie y electrónica en tan solo dos días.
El cuarto fin de semana de junio de 2022 vuelve, después del parón sufrido por la pandemia, el Festival Conexión Valladolid en el Pinar de Antequera con artistas como Kase.O, Lola Índigo, Macaco, Alice Wonder y Arde Bogotá entre otros muchos.
Después de preguntar a varios trabajadores conseguimos llegar al parking. Quien no quiera resolver pistas como si estuviera en una escape room puede hacer uso del servicio de bus que el festival ofrece desde su inicio hasta su final. Entramos a la pista y vemos dos majestuosos escenarios que están pegados, y en ese momento entendemos que la puntualidad de los grupos será milimétrica. La pista es de arena y eso nos sorprende. También nos sorprende, esta vez para bien, el servicio de limpieza continuo que hay en los baños, que se mantienen impolutos durante todo el día. Hay cantidad de barras para no tener que hacer colas a la hora de pedir y varios puestos gratuitos de agua para mantenerte hidratado y fresco durante el festival. Y ahora sí, comienza el espectáculo.
Viernes 24 de junio, los chicos de Ultraligera abren el festival en el escenario Pasión con un calor considerable y un público escaso por la tempranez horaria. Aún así no decaen y ofrecen a los espectadores dinamismo y diversión con temas como Mierda de fiesta y Hasta el fondo. Forman un buen elenco, con una calidad en directo considerable y una estética rockera cuidada y actual, acorde a su música. La banda se formó en el año 2021 y se aprecia que el control del escenario y la comunicación con el público es todavía inexperta. Sin embargo, apuntan maneras y con la experiencia pasarán a tener un manejo significativo del escenario, lo conseguirán rápido si se fijan en su bajista.
Ultraligera
Con tan solo dar un paso nos cambiamos a la pista del escenario Four Roses, el cual los técnicos han estado preparando durante la anterior actuación para dejárselo a punto a Chica Sobresalto. Maialen sale ataviada con su ya reconocible disfraz de la heroína que da nombre a su grupo, su alter ego, con la que se permite hacer las cosas que a ella le dan pudor, como “bailar mal” al son de su canción Bailando raro. Con su naturalidad consigue que el público lo de todo con ella y con la banda. Mientras que con su peculiaridad, su voz y el ingenio de sus canciones te embelesa. Te pone los pelos de punta con Navegantes, te hace empatizar con Fusión del Núcleo y Perdóname cuerpo por esta cabeza y te enciende con Oxitocina y Adrenalina.
Una pena que su concierto coincidiese con el de Andrea Garcy, que tocaban a la misma hora en el escenario Con los Nuestros. A quien le guste Chica Sobresalto le encantará este grupo pop de Valladolid, les recomiendo escuchar su EP Brenna, del que pudimos llegar a oír Aire y Fuego. Esta banda tiene unos músicos impresionantes con una cantante que cuando sonríe mientras canta te lleva con ella y con su voz y no te suelta.
Chica Sobresalto
Volvemos al escenario Pasión esta vez para escuchar a Alice Wonder, una músico extraordinaria con un estilo propio muy marcado que está acompañada de dos músicos más que, al igual que ella, son un 10. ¿Cómo describir su música? Alternativa. Bebe irremediablemente del rock y, a su vez, encuentras ritmos electrónicos, indie, hip hop...
Su música es profunda, cala hondo, hasta los huesos. Tiene una forma de hacer muy personal y característica. Nos deleitó con una de sus primeras canciones, Clean up the mess, y con otras tantas de las últimas que ha compuesto, como Sueño Raro y Corazón Mármol.
Alice Wonder
En tan solo unos breves minutos empiezan Lágrimas de Sangre, derrochando energía y contagiándola desde la primera hasta la última canción. Todo el público está entregado. Con su rap combativo, con sus movimientos, con la complicidad que tienen entre ellos y con la comunicación continua con la gente, consiguen generar una burbuja en la que todos van a una, nadie se queda atrás. Pudimos escuchar temas como Chispa y oxígeno, Voy a celebrarlo, Quemar el mar, Huele o ¿Quién manda? Y yo me pregunto ¿quién manda? LDS manda.
Lágrimas de Sangre
Continuamos con Macaco que, con su fusión musical, nos ofrece variados ritmos, desde la rumba al flamenco, la cumbia y el reggae. Su concierto es una sorpresa tras otra, ya no solo por la cantidad de estilos que toca, si no por el espectáculo en sí. Presenciamos a un guitarrista que, literalmente, va sobre ruedas, a una cabeza de mono a la que le lucen los ojos, a Macaco imitando un instrumento de viento y cantando ópera, además de un mix de grandes éxitos del flamenco que cierra el concierto.
Es notable la complicidad que hay entre todos los miembros de la banda, al igual que la experiencia que tienen sobre las tablas, donde podemos ver coreografías perfectamente ensayadas. Todos ellos son grandes músicos de diferentes lugares del mundo que aportan, precisamente, la música de la cultura donde nacieron para, unidos, hacer lo que Macaco hace. Escuchamos el mítico Moving, Volar y Con la mano levantá.
Macaco
Y ahora le toca a Rulo y La Contrabanda, que celebran los 25 años que cumple el primer disco de La Fuga. Por ello, nos deleitan con muchos de los míticos temas de la banda como Buscando en la basura, Baja por diversión, Majareta, Por verte sonreír o P’aquí P’allá. La voz de Rulo no parecía estar en su mejor día pero no supuso un problema porque todo el público cantaba a grito pelado estos grandes temas. Tocaron también Noviembre y Mi cenicienta entre otras, sin decaer los coros del público. Rulo no dejó pasar la ocasión y aprovechó para dedicar este concierto a Boni y a Pau Donés
Rulo y La Contrabanda
Con la puntualidad que el festival demuestra seguimos con los gemelos Ayak y Prok, que salen al escenario con el clamor del público. Cabe destacar la escenografía, una gran rueda de focos que ocupa el fondo del escenario, justo detrás del DJ Blasfem, la tercera pata del grupo.
En el hueco que se forma hay una pantalla donde se proyectan diferentes imágenes que acompañan a las canciones además del logo que identifica a los hermanos. El old school rap de los granadinos está lleno de ira en la interpretación de sus temas. Desprenden fuerza y furia: pegan patadas al suelo del escenario, corren por el, se empujan entre ellos, se abrazan… Son pura rabia. Pudimos verlo en temas como Reproches, Fresas con nata, Toblerone, Góndola y Guajiro entre otros.
Ayax y Prok
Y acabamos con los Sexy Zebras. El trío, sabiamente, empieza con Jaleo, con la que logran que, a pesar de la hora y el cansancio acumulado, los espectadores no flaqueen y continúen con una energía alta. Sin embargo, no consiguen mantenerla ya que durante sus primeras canciones realizan cortes en los que predominan el instrumental y algún coro, llegando a parecer que ha empezado una nueva canción, pero nos daremos cuenta de que no es así ya que recuperarán el final de la canción. Al hacer esto juegan con la energía del público que, sin quererlo, desconecta a ratos.
Con O todos o ninguno rompen esta estructura y van recuperando al público que está deseoso de darlo todo con los temas irreverentes de este grupo de rock. Pudimos escuchar Bailaremos, Marte y Nena. Finalizamos el viernes con nuestro calzado lleno de arena y nuestro coche impregnado en polvo marrón. Pero, también, exhaustos por todo lo vivido con los artistas que han pasado por las tablas.