Seguían las fiestas de San Juan en Los Corrales de Buelna este martes día 21 de junio y también los conciertos en la Plaza de la Constitución, donde estaban ubicadas las casetas, y lo hacían con la actuación de la gente de The Old Trastes, un quinteto, compuesto por Nancy a la voz y guitarra, Oscar a la guitarra, Manu al saxo y la voz, Javi al bajo y coros y Sasha a la batería electrónica y que se dedican a hacer versiones del rock estatal de los años 80 principalmente, aunque también hacen algún guiño a temas de otras décadas.
Se suele decir que la historia se repite y si la lluvia había respetado, más o menos, las actuaciones de los días precedentes, esta vez las previsiones si se cumplieron y, por desgracia, durante prácticamente toda el concierto de la banda no paró de caer agua, algo que recordaba mucho a lo que le había ocurrida a dicho grupo en ese mismo lugar tres años atrás.
Como en la jornada precedente, la actuación se retrasó aproximadamente media hora, algo que, de nuevo, facilitó mi llegada al concierto con tranquilidad y la lluvia, que había estado amenazando, comenzó a caer nada más iniciar la banda su velada con el clásico “El roce de tu cuerpo” de los Platero y Tú y que nos hizo bailar mientras aguantábamos las primeras gotas de agua.
Tras unos ajustes en el sonido, llegaba el turno de “Si si si” de Los Ronaldos, con la gente cantando estas canciones por casi todos conocidas, empezando los presentes a asomarse un poco más ya que la lluvia paraba, siendo el momento de “Maldigo mi destino”, conocida por su adaptación de Loquillo y Los Trogloditas aunque original de Los Sirex y que gustó mucho.
Nos saludaron pero no quisieron enrollarse mucho con las palabras por si regresaba la lluvia, continuando su actuación con ese temazo que es “Una noche sin ti” de los Burning, una canción que me trae muchos recuerdos y en la que, por desgracia, retornó el agua pera ahora con más fuerza, continuando con “El límite”, quizás el tema más conocido de la trayectoria de La Frontera.
The Old Trastes
Se nota que a los miembros de la banda les gusta Loquillo y los Trogloditas, porque, unida a la anterior, seguirían con ese “Feo, fuerte y formal”, tras lo que se mostraron disgustados por la lluvia pero agradecidos de que hubiese gente dispuesta a pasárselo bien con ellos, siendo el turno de mostrarnos su “Apuesta por el rock and roll”, de los Más Birras y popularizado por Enrique Bunbury, también otro tema muy conocido.
Pero para clásico el siguiente y es que llegaba el momento de “Cadillac solitario” de Loquillo y los Trogloditas, recreándose con un gran final, desenado desde el escenario que parase la lluvia, que estaba cayendo con mucha fuerza, para pasar a ser el turno de “Tranquilo majete” de los Celtas Cortos, un corte que parece no pasar de moda porque seguimos aborregados mientras dirigen nuestras vidas a su antojo.
A esta altura de la velada tuve que resguardarme porque era tanto lo que llovía que las notas que tomaba en el móvil me las iban borrando las gotas de agua, siendo el turno de la genial “El ritmo del garaje” de Loquillo y los Trogloditas, para, tras un breve respiro, continuar con otra del mismo autor como es “Carne para linda”, una de las que más me gusta del cantante catalán.
Nos animaron a que saltásemos, bailásemos y bebiésemos, que a esos habíamos ido, y que mejor que con “Hormigón, mujeres y alcohol” de Ramoncín, otra que no podía faltar en aquellas fiestas de finales de los 80 o primeros 90, para continuar con “Pobre tahúr” de La Frontera, en esta caso con Manu a la voz para dar descanso a Nancy en una gran adaptación.
The Old Trastes
Y de esta manera, con Manu a la voz principal, continuaron con el genial “Flojos de pantalón” de Rosendo y ese gran solo final, para, tras pedir unas cervezas, seguir con el muy conocido “Pacto entre caballeros” de Joaquín Sabina, pidiéndonos que cantásemos con ellos aquello de “mucha, mucha policía”, algo que siempre funciona en directo aunque esta vez, al estar todos más dispersos, no se oyó con tanta fuerza.
Seguían con esta parte más guitarrera y era el momento de “Al límite” de Ramoncín, otro de esos temas claves para entender el rock estatal, como también lo es el “Agradecido” de Rosendo, que quisieron dedicar a un chico que estaba en primera fila aguantando el chaparrón durante toda la noche.
Les quedó muy bien la siempre polémica “La mataré” de Loquillo y los Trogloditas, que no deja de ser eso, una canción y además muy pegadiza, tras la que hicieron un breve parón para que Oscar fuese al servicio, continuando con la genial y no menos polémica “No hay tregua” de los Barricada, que tantas noche de fiesta me acompañó en mi adolescencia.
Era el momento de emprender ese viaje que hacemos los rockeros y es que ya sabéis que “Los rockeros van al infierno”, de los Barón Rojo, con Manu a la voz y que sirvió de presentación a los integrantes de la banda, mientras la lluvia comenzaba a remitir, continuando con “En blanco y negro”, de los Barricada, con Manu acompañando en los coros y alargando el final.
Y llegaba el momento de la despedida y lo harían con el clásico “Dolores se llamaba Lola” de Los Suaves, con Manu y Javi cantando y con el que pusieron el punto y final a sus aproximadamente dos horas sobre el escenario y con ya poca gente en la plaza.
The Old Trastes
The Old Traste dieron un muy buen concierto pero muy condicionado por la lluvia, no tanto para el grupo, que pudo desarrollar su repertorio con total normalidad, pero si para un público que no pudo disfrutar como hubiese querido, bailando y cantando las canciones en mitad de la plaza.
Una pena lo de la lluvia, pero eso no impidió que pudiéramos disfrutar de la calidad de las versiones interpretadas y de su ejecución, haciéndonos pasar un agradable tarde noche de martes y amenizando la comida y la bebida de los allí presentes con buena música.
La actividad de la banda no cesa y seguirán amenizando fiestas y tocando en diferentes lugares durante este verano y os aconsejo que os paséis a verlos, porque lo pasareis muy bien con ellos.
Tras este concierto de The Old Trastes, accidentado pero muy entretenido, seguimos un rato más por la plaza charlando con amigos y conocidos, pero enseguida nos recogimos que al día siguiente había que trabajar, aunque volveríamos allí menos de 24 horas después porque de nuevo habría música en directo.