Una de las visiones más impactantes del gran formato madrileño es la que resulta de contemplar lleno el WiZink Center desde el escenario; y el señor Fito Cabrales lo contempló el pasado día dos por cuarta vez en lo que va de año dentro de su gira “Cada vez cadáver” en la que presenta el disco homónimo que supone su séptimo trabajo de estudio.
Cinco minutos después de las diez de la noche, el que fuera cantante de Platero y Tú salía al escenario acompañado de su inseparable Carlos Raya (quien parece tener un cuadro en el desván envejeciendo por él) a la guitarra, Coki Giménez a la batería, Javier Alzola al saxo y Boli Climent al bajo; y tras arrancar el concierto a ritmo de “A quemarropa” -cuarto corte del disco del nuevo álbum- saludó a su público con una frase que se ha vuelto icónica en esta gira “Gracias por habernos esperado”.
El setlist incorporaba ocho de los diez temas que componen el nuevo disco (excluyendo “Fantasmas” y “Transporte”) que, para mi gusto tiene un aire más rockerillo que sus tres inmediatos predecesores, pero que, a mi parecer, no suponen una vuelta a aquellos primeros álbumes en solitario de hace veinte años, sino un paso más en la evolución de un músico inquieto y con ganas de experimentar, sin perder su esencia. Así mismo, incorporaba también una selección de las canciones más conocidas de su trayectoria que han demostrado sobradamente funcionar de maravilla en directo.
Fito & Fitipaldis
“Por la boca vive el pez” fue el primero de los temas clásicos que sonó aquella noche y que terminó de animar a los pocos espectadores que aún no se habían rendido al carisma del bilbotarra ni a lo pegadizo de sus ritmos; a los que complementaban una muy cuidada puesta en escena con un precioso trabajo de realización en pantallas gigantes y una iluminación sobresaliente.
Tras “Me equivocaría otra vez”, fue “Cielo hemético” el segundo de los temas del nuevo trabajo presentado ante una Madrid que había hecho los deberes y se había estudiado las canciones para cantarlas junto con su autor; llamando también la atención el gran número de niños que había presentes y a los que se veía disfrutar, literalmente, como enanos; dejando así espacio para la esperanza de la supervivencia y continuidad del rock en unos tiempos dominados por los ritmos latinos y la música enlatada.
Después de un pequeño viaje en el tiempo a cargo de “Whisky barato” se fueron intercalando temas rápidos con otros más relajados; destacando el momento de “Quiero gritar”, que contó con la colaboración al completo de Morgan, banda que ha teloneado a Fito durante esta última gira; y el momento de “Si me ves así” en el que las linternas de los móviles formaron un hipnótico mar de luces.
Fito & Fitipaldis
Durante la intro de “La casa por el tejado”, el altísimo nivel de complicidad mostrado por Fito y Carlos Raya hizo que el poco público de grada que permanecía sentado se pusiera en pie y se arrancase a cantar y a bailar, cada uno lo mejor que sabía; hasta que, al terminar “Antes de que cuente diez” Fito lanzase su guitarra a uno de sus técnicos que la atrapó sin problemas provocando primeramente que el WiZInk se quedase en silencio para, a continuación, estallar en aplausos.
Momento entonces de un primer amago de despedida seguido de la reaparición en escena de Fito, Raya y Nina (vocalista de Morgan) para interpretar en acústico “Abrazado a la tristeza”, cuarto tema del álbum Poesía Básica (DRO, 2001) grabado junto a Robe Iniesta y Manolillo Chinato y que Fito confesó visiblemente emocionado que, si ya resultó doloroso componer, le cuesta aún más tocar en directo.
La vigésima de las piezas que componen el setlist es “Soldadito Marinero” que quizá no sea la mejor canción de la discografía del de Zabala, pero seguramente sea la más representativa y la que su público vive más intensamente, canción durante la cual Fito vuelve a lanzar su guitarra para quedarse en silencio e instantes después es el resto de la formación la que deja de tocar para ceder todo el protagonismo a sus incondicionales.
Finalmente, tras un segundo amago de despedida seguido de una versión actualizada del clásico de Platero y Tú “Entre dos mares”, que hizo las delicias de los seguidores más antiguos, los acordes de “Acabo de llegar” anunciaban el final del concierto; un concierto vibrante de principio a fin, en el que se cuidó hasta el último detalle para que todo saliese a la perfección y que no dejó a nadie insatisfecho, aunque nos dejó a todos deseando volver a verlos.