La fiebre de la noche del sábado ya empezaba a recorrernos por todo el cuerpo, con los vellos dispuestos a dejarse erizar desde la rabadilla hasta la nuca. Era uno de los días señalados. Aunque ya habían tocado buena parte de las 35 bandas, DJs y actividades en la playa, aún quedaba de todo eso durante algunos días. Este festival es todo lo que puedes imaginar y mucho más.
Ambiente
La noche se levantaba de su nicho diurno en busca de sangre fresca y decibelios Psycho, el particular cocktail del Meeting. Llegamos a punto para la actuación de los ingleses Long Tall Texans, otra banda con mayúsculas, que echó a rodar a mediados de los ochenta en Brighton con Mack Carew como voz cantante y bajista.
El fantástico trio de Rockabilly se marcó un concierto sublime y efervescente donde hubo tiempo de todo menos de pausa. Con una energía notoria dieron comenzó con “Indians” y acabaron con “Texas Beat” ambas de su último disco Ballrom Blitz, editado el año pasado. Con el mismo nivel alto de auto exigencia repartieron actitud en canciones como “Get Back Wetback”, del disco Saturnalia, o “Bloody” del fantástico álbum Aces And Eights, que tanto disfruté allá por los noventas, entre las más de veinte que sonaron en un concierto realmente arrollador y enérgico que tardaremos en olvidar. Al menos yo.
Long Tall Texans
Exhaustos vamos a darle un poco de alegría al gaznate con un extraño y frio líquido dorado mientras curioseamos por el mercadillo. Un consejo, no llevéis dinero, lo querréis todo.
Camisetas, camisas, pantalones, llaveros, accesorios, discos de vinilo o comics, como los que edita Dani Moreno de Motorzombis. Un sinfín de objetos adorables para los que los que un humilde presupuesto no deja más que ganas y deseo para otra ocasión. Sin duda, es otro plus del festival ya que estas prendas y objetos no son fáciles de encontrar con la calle. Se agradece.
Long Tall Texans
La música que empezaba a sonar nos llamaba de nuevo al redil, en este caso la llamada venía de Frenzy, los siguientes en tocar. Decir Frenzy es sinónimo de neo rockabilly, con enjundia y diversión constante. Siempre puede pasar algo más allá de la música durante el concierto que lo haga un poco distinto al resto. Sobra decir que con el multiempleado Steve WhiteHouse (The Blue Cats y The Sharks) al contrabajo y al micro nada permanecerá quieto mucho rato a su alrededor, incluido él mismo. La primera en sonar fue “Robot Riot”.
Los británicos tienen muchas tablas, no en vano llevan más de 30 años en la escena, y eso suele repercutir de forma positiva en los conciertos, que es el lugar donde una banda de este tipo cobra todo su sentido. Durante la canción “I See Red” inundaron la pista con balones de playa ¿A quién no le gusta golpear uno de estos de vez en cuando? Sin hinchables volando de aquí para allá también tuvieron a bien tocar “Ghost Train” del disco “Hall of Mirrors” y “Cry Or Die” como colofón.
Frenzy
Poco a poco la noche va llegando al último concierto, ojala viviéramos en una realidad cuántica donde poder convertir final en comienzo, pero no es así.
Demented Are Go son los encargados de poner la guinda a esta noche. Estos monstruos pustulosos se encargan de psychozombillyzar el escenario con un psychobilly genuino dotado de la aguardentosa y obscura voz de Sparky, que les hacen inconfundibles en un santiamén tenebroso. Pero esa no es la única seña de identidad. Su apariencia escénica de muertos vivientes, en estado pútrido, no deja indiferente a nadie y son un caramelo para todo aquel que intenta captar sus almas demenciales a través de la mirilla de una cámara. Se de lo que hablo.
No se puede negar que DAG son uno de los grandes iconos del Psychobilly, por estética, por actitud, por calidad, por historial… tanto en lo bueno como en lo malo. Lo cierto es que nadie puede hacer algo durante cuarenta años si no lo haces como mínimo muy bien y ellos están en ese escalón.
Demented Are Go
El concierto empezó con incertidumbre ya que hubo que ir a buscar a un Sparky que al fin llegó, mostrándose en las primeras canciones algo apático, aunque poco a poco fue cogiendo ritmo y a comportarse como lo que es, un rabo lagartija imposible de estar quieto si no es atado. La primera de las más de veinte canciones fue “Love Seeps” y no tardaron en sonar canciones como “Daddy´s Makin Monsters”, “Cant Sleep At Night” o la versión de Wanda Jackson “Funnel Of Love”, todas ellas aparecidas en su tremendo álbum Hellucifernation. Nos recordaron su disco de debut con la canción “PVC Chair”. También encontraron acomodo la brutal “Epileptic Fit” o la versión de Peanuts Wilson “Cast Iron Arm” psychobilizada a mas no poder, que es de lo que se trata. Ya para acabar una noche enorme con una actuación de calibre, el último empujón lo dieron con “Human Slug” y “Nightlife” como final de los finales.
Aquí acabó para nosotros un tremendo Psychobilly Meeting en su deseado regreso. Si el año que viene los zombies vuelven a salir de sus tumbas para matar al aburrimiento y a la normalidad entre mordiscos y acordes maléficos allí estaremos para dar un bocado, o dos. Keep On Psycho!! Vade retro Reggaeton!!!