He de reconocer que, cuando surgió aquel boom que hubo hacia mediados de los 90 de cantautores como Ismael Serrano, Pedro Guerra o, el que hoy nos ocupa, Javier Álvarez, yo estaba más metido en otros estilos como el Power Metal y no profundicé mucho en aquellos músicos, más allá de lo que se podía escuchar en radio, televisión o en determinados locales.

Ahora sigo escuchando todos los estilos de mi adolescencia pero a ellos les he ido añadiendo otros y por ello no hago ascos a acercarme a ver y escuchar músicas algo más alejadas de mis gustos habituales para ir descubriendo otros mundos y otras sensaciones que tenía alejadas.

Dentro de las jornadas “Las noches de los conciertos”, que organizan durante todos los viernes de julio y agosto el Ayuntamiento de Piélagos y Escenas Esenciales en diferentes localidad del citado municipio en el cual resido, iba a actuar Javier Álvarez en su jornada inaugural, en un lugar como los jardines del Palacio de los Bustamantes en Renedo de Piélagos.

Curiosamente, y pese a estar a muy pocos metros de donde vivo, solo había estado allí otra vez y fue con motivo de visitar el Portal de Belén que allí se ubica en fechas navideñas y es que es un lugar muy bello pero que no está todo lo utilizado que se debería.

Por tanto, poco había que pensar y para allí que fui para ver este concierto, en una tarde noche soleada y en un ambiente diferente al que suelo frecuentar, pero se trataba de aprovechar estos días en que apetece estar en la calle, con un evento de un artista muy conocido y además a cinco minutos andado de casa.

Al llegar allí pude ver una buena afluencia de público, con la gente llegando todavía, y donde se veía una mezcla entre seguidores del artista y curiosos que no suelen ir a ver conciertos, lo que siempre es bueno para que se normalice la música en directo y puedan disfrutarla niños y personas de avanzada edad por igual.

Para poner un poco en antecedentes, Javier Álvarez debutó discográficamente con su trabajo “Javier Álvarez” de 1995, que fue un autentico pelotazo, para seguir con “Dos” de 1996, “Tres” de 1999, su disco de versiones “Grandes éxitos” del 2001, “Tiempodespacio” del 2003. “Plan Be” del 2005, la banda sonora “El veneno del baile” del 2009, año en que también publicó “Guerrero Álvarez”, sobre poemas de Pablo Guerrero, “A” del 2010, no publicado comercialmente y “10” del 2018.

Hubo que esperar un poco, más o menos media hora y ya con la noche empezando a asomar, para que la actuación comenzase con una versión de Prince, el “When doves cry”, cantada a capela por un artista que se presentó en solitario, mostrándose muy expresivo al cantar y trasmitiendo mucho sentimiento desde el primer minuto.

Tras cosechar los primeros aplausos, era el momento de coger su guitarra acústica y comenzar a cantar “El mar”, la que abre su último trabajo  publicado hasta la fecha, muy pegadiza y que demuestra que el músico no ha perdido la magia durante su trayectoria, para saludarnos y avisarnos de que la siguiente fue su primer single, “La edad del porvenir”, uno de sus himnos de su ópera prima y que lo fue también de toda una generación, muy cantada y celebrada por buena parte de la gente.

Y de su primer single al que fue su segundo, el no menos conocido “1, 2, 3, 4”, que fue muy coreado por un público que se fue metiendo en el concierto, ayudado por la cercanía del cantante, siguiendo el orden de los temas que fueron sencillos de ese primer trabajo con “Piel de pantera”, reconociendo que, al ser de hace muchos años, el tono le costaba un poco, con parte de la gente colaborando y cantándola.

Precisamente confesó que esos coros le hacían mucha ilusión porque hace mucho que no toca con una banda, cerrando ese recorrido por su primer plástico con “De aquí a la eternidad”, una bella pieza y en donde se pudo ver a parte del público disfrutando y es que es mucho lo que el artista trasmite en sus conciertos, para pasar a su segundo disco con “Sunset Boulevard”, un tema en el que aparece otra de sus pasiones, el cine, y que suele cantar en su proyecto Las Maris junto a Nieves Arilla, otra de las canciones por la que no pasa el tiempo y que, pese a ser muy íntima, fue número uno en su momento.

Pasando ahora a su tercer trabajo, llegaba el momento de interpretar “Padre”, el que fue primer single de dicha obra y que fue censurada por su letra revindicativa, ya se sabe lo que pasa cuando se dice lo que no quieren oír, y que de alguna manera era una especie de reggaetón, pese a que no era un estilo que estuviese de moda entonces, pasando a su cuarto disco, el de las versiones, y es que él no se considera autor y le gusta cantar temas de otros, interpretando el conocido himno legionario“ El novio de la muerte”, con  un guiño final a la Internacional.

Sus conciertos son atípicos, al menos lo que allí se vio, y decidió cantar delante del pie de micro pero sin micrófono el corte “Ni na no”, de su quinta obra, en lo que él llamó un falso playback, una crítica a los concursos musicales tipo Operación Triunfo, bailando mientras cantaba, para, tras preguntarnos si estábamos a gusto, con afirmativa respuesta, recuperar su guitarra que había abandonado temporalmente con la anterior canción, para presentar “Así, así”, que daba nombre a un single que publicó en el año 2003, con un contexto político en contra de la guerra de Irak, y en la que hizo los típicos coros de los seguidores de fútbol.

Dio un salto en el tiempo y pasó a su último disco publicado hasta la fecha, reconociendo que las que más le apetecen tocar son éstas más recientes, comenzando con “En la cuarta”, sentándose a pie des escenario y bajando al suelo el pie de micro, mientras situaba las letras a su lado, una de las canciones que más me gustan de dicha obra, continuando en la misma con “No fue”, para la que buscó una afinación vocal acorde, otro buen tema de este trabajo que publicó y luego despublicó.

Siempre muy cercano y comunicativo, continuó con “Dicen” y es que le apetecía tocar más temas nuevos, estando dicho pieza recogida en su disco de hace 4 años, con una letra con mucho mensaje, confesando que las siguientes no están publicadas y que no las subiésemos a redes, siendo el turno de un corte llamado creo que “Como te he hecho esto”, más íntimo pero pegadizo, mientras cantaba y silbaba al mismo tiempo.

Nos comentó que iba a tocar dos más de estas nuevas, siendo el momento de “No pasa nada”, muy animada y movida, para confesar que no sabía si era buena idea tocar la siguiente, que probablemente sea el single y que se llama algo así como “Soy gilipollas”, lanzándose a interpretarla animado por la gente, muy pegadiza y cantando los asistentes el estribillo.

Nos advirtió que iba a ir terminando porque desconocía el tiempo que llevaba, recordando que tenía algunos discos para vender, siendo el momento de una versión del “Caña brava” de Antonio Morel Y Su Orquesta, que también está en ese nuevo disco que todavía no está subido a redes,  agradeciendo a Vero, nuestra técnica de sonido favorita, su labor y pidiendo que metiese unos sonidos grabados, siendo el segundo falso playback, bailando sin guitarra, en una pieza muy movida.

Se despidió con una versión del “Chiquitita” de ABBA, que interpreta con Las Maris, siendo el tercer falso playback de la noche, muy cambiada, dándole un toque personal y tirándose al suelo al final, reincorporándose para agradecer al ayuntamiento de Piélagos el que hubiera contado con él, marchándose al grito de “Menos deporte y más bailar”, haciendo el último playback, mientras sonaba música de fondo, bailando primero en el escenario y luego entre el público y sentándose al lado de alguno de los presentes.

De esta manera, y tras casi una hora y media sobre las tablas, concluía la actuación de un Javier Álvarez que demostró que es un artista con todas las letras, con esa parte de genial locura, arropado por un buen repertorio, en donde compaginó temas conocidos de su dilatada trayectoria, con otros que no lo son tanto e, incluso, adelantando algunos que todavía no han sido subidos a las redes sociales.

Se mostró en todo momento muy comunicativo y cercano, haciendo que su concierto fuese muy ameno hasta para gente que no conocíamos mucho de su trayectoria, más allá de los temas más conocidos, todo ello en un entorno muy bonito y que todavía quedó más resaltado por el gran trabajo de luces y sonido que se hizo durante toda la noche.

Siempre es muy aconsejable salir de nuestra área de confort para descubrir experiencias como la de esta noche con Javier Álvarez, muy recomendable y que espero poder repetir en futuras visitas del arista a nuestra tierruca.

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De esta manera concluía la primera de las jornadas que estan organizando Escenas Esenciales y el Ayuntamiento de Piélagos durante esos meses de verano, con una muy entretenida actuación de un Javier Álvarez que nos hizo disfrutar durante esta noche, la cual alargaríamos un poco por otros lugares de esta localidad aunque hubiese que madrugar al día siguiente.