Los calores veraniegos empezaban a apretar en la segunda semana del mes de julio, pero eso no iba a impedir que continuase con mí habitual cita con la música en directo todos los viernes y sábados del año que puedo y esta vez, por segunda semana consecutiva, iba a tomar rumbo a la localidad de Unquera.
En esta ocasión la cita era con ese grupo ya mítico cántabro llamado Kaskarriak, que cumplen más de dos décadas al pie del cañón, junto a una banda pucelana que viene pegando fuerte y que se llama Matarlos Es Poco, uno de esos conciertos que tenía apuntado en mi agenda desde hacía semanas.
Así que, después de trabajar y darme un par de baños en la playa, me dispuse a tomar rumbo a la sede de la Asociación Cultural Los Bancos de Atrás en Unquera con la tranquilidad que te da saber que vas a aparcar con mucha facilidad y al lado del local y que los horarios se van a cumplir con rigurosidad. Un ejemplo.
Al llegar pude ver que todo estaba dispuesto para el concierto que, en esta ocasión, iba a tener lugar en las pistas deportivas que se encuentran junto al local de la asociación, algo que ciertamente agradecimos y es que no hacía día para estar en un recinto cerrado; por cierto que iba a ser la primera vez que veía una actuación en dicha ubicación ya que las otras veces que había estado siempre había sido dentro.
Como es habitual, la cita no se hizo esperar y solamente un cuarto de hora después de la hora fijada y ante no mucho público, iniciaban su andadura Kaskarriak, esta noche en formato quinteto, con Gros y Villas a las voces, Mujika como único guitarra y coros al no poder acudir Nacho, Ales al bajo y coros y Kapi a la batería.
En estos 22 años de andadura la formación cántabra ha publicado o subido a redes los siguientes trabajos: “La excusa del progreso” del 2002, “Que nuestros hijos nos perdonen” del 2010, el Ep de versiones “Tributos” del 2017 y su más reciente “Padece mentira" del 2019, además de los directos “Living Satán-der” del 2006 y “Directos 2003-2013” del 2013.
Kaskarriak
Y después de más de tres años sin verlos allí estaba el grupo santanderino comenzando con un chequeo previo de sonido a modo de introducción antes de arrancar la velada con ese “homenaje” al presidente de nuestra tierruca, “Comediante”, de su segundo disco y que empezó a animar a la gente, para continuar con “La voz dormida”, de su último plástico, otro gran tema y muy pegadizo.
Aprovecharon un ligero parón para hacer ajustes técnicos y agradecernos nuestra asistencia, siguiendo el recorrido por su última entrega con “Silban las balas”, muy pegadiza y que es una crítica al negocio de la guerra, avisando de que igual que predijeron la pandemia ahora predicen la “Invasión”, un nuevo corte en donde se habla de la llegada de los extraterrestres, muy logrado y es que, como dijeron desde el escenario, somos la generación que vimos la serie “V”.
Nos agradecieron nuestros aplausos antes de continuar con la que da nombre a su más reciente criatura, “Padece mentira”, un gran tema y que se queda muy rápidamente, antes de dedicar la siguiente, “Marginación social” de su segundo disco, a los viejos rockeros, un clásico en su repertorio y que no puede faltar.
El calor hacía mella en todos los presente y pudimos ver como Gros tenía la cara como un tomate, pero eso no hizo que aquello decayese y continuaron con “Entre muros y rejas”, la que abre su presente disco, muy buena y elaborada y que quisieron dedicar a todos los presos, siendo el turno de otra pieza que no conocía llamada “Incorruptibles”, muy machacona y potente
No quisieron olvidarse de la labor que realiza la Asociación Cultural Los Bancos de Atrás, agradeciéndoles el que hubieran contado con ellos y recordando que el concierto era con entrada inversa, continuando el recorrido por su presente trabajo primero con “Cuanto cabrón”, tocada a toda velocidad, y luego con “Dinero”, muy pegadiza y cañera y que son muestra de la gran calidad de su actual obra.
Se mostraron encantados de que el concierto fuera al aire libre para así poder fumar, antes de continuar “Cualquier tiempo pasado”, otra de su actual disco y que es un trallazo muy movido y pegadizo, para seguir con una muy mítica como es “Nacer para morir”, la que abría su trabajo de hace ya 12 años y que fue muy cantada por todos los que la conocían.
Kaskarriak
Nos empezaron a avisar de que estaban encarando la recta final de su actuación y era el turno de “Tu ruina”, recordando así su ópera prima, con ese ritmo ska que la hace tan especial y que fue muy celebrada, siendo seguida por la cañera y rápida “El miedo”, de su más actual obra y que es una canción muy apropiada para estos tiempos que nos tocan sufrir y en donde nos asustan con muchas mentiras.
Animaron a la gente que estaba paseando por el exterior del recinto a que entrasen dentro y participasen de aquella fiesta, siendo el momento de una versión del “Benditas apariciones” de Los Milicianos, muy potente, intensa y muy pegadiza, para recuperar los temas propios con ese himno en que se ha convertido por derecho propio “Antifa”, un corte recogido en su más actual trabajo.
Pero para himno y mítico “Disturbios”, de su segundo disco de estudio, muy celebrado y esperado siempre en sus conciertos y con esos puños en alto animándonos a la insurgencia, para despedirse de todos los presentes con “Hipocresía”, su compañera de trabajo y con ese estribillo tan pegadizo que fue cantado con ganas por buena parte de los presentes.
Y de esta manera, tras algo menos de una hora de actuación, concluía la velada de unos Kaskarriak que, pese a tocar sin uno de sus guitarras, dieron un muy buen concierto, sin apenas pausas entre tema y tema y entreteniendo a la gente que, aunque estuvo un poco parada durante buena parte del recital, disfrutó con los cántabros.
Lo cierto es que lo goce con su actuación y es que eran muchas las ganas que tenía de verlos porque, pese a que les haya disfrutado en directo muchas veces, siempre me lo paso bien con ellos y no me canso de hacerlo ya que me gusta mucho su estilo musical y, sobre todo, lo ameno que hacen sus conciertos.
Espero poder volver a verlos dentro de muy poco y supongo que no tardaran mucho en sacar temas nuevos, algo a lo que estaré atento.
La verdad es que el cambio fue bastante rápido y es que cuando se ponen ganas y voluntad es más fácil que las cosas se hagan bien, así que, casi sin darnos cuenta, teníamos sobre el escenario a los vallisoletanos Matarlos Es Poco, grupo integrado por Abel a la voz, David y Viki a las guitarras y coros, Ordax al bajo y coros y Lajo a la batería.
Compuestos hace una década, este quinteto cuenta en su discografía con la maqueta “Por algo se empieza” del 2013 y los discos “La masacre continua” del 2016, “Ruido podrido” del 2019 y su más reciente trabajo “Volver a encender”, publicado en el pasado año y que sería la columna vertebral de su concierto.
Comenzaron su descarga con “Sin mirar atrás”, el tema que precisamente cierra su actual obra y que sonó muy cañero y potente, tras el que nos animaron a quitar la vergüenza, continuando con “Engendros”, su compañera de plástico y que es una pieza muy rápida e intensa y con la que consiguieron atraer mayor interés de la gente.
Tras un breve respiro continuaron con “Estado de alarma”, su primer guiño a su anterior disco, tocado muy bien y a toda velocidad, para, tras saludarnos, seguir con “Marcadxs a fuego”, de su actual trabajo y que dedicaron a toda la gente que sigue en la escena y apoyándola, contando a la segunda voz con la colaboración de una amiga de la banda y que gustó mucho.
Matar es Poco
Como nos indicó la banda, la siguiente es la que daba nombre e inicio a su actual plástico, “Volver a encender”, otro corte que sonó muy bien y rápido, mostrándose encantados de poder salir de su ciudad, para pasar a hacer una versión de un grupo precisamente de Valladolid, “Perros de presa” de Achtung, tocada a toda velocidad pero con un cambio de ritmo a la mitad, estando dicho tema también incluido en el disco que venían presentando.
Continuaron con el recorrido a su actual referencia esta vez con un tema propio, “Sueños rotos”, un corte muy potente y movido, para continuar con su compañera de trabajo “Noche de sangre” y que fue unida, teniendo ese ese sonido potente y con una letra muy directa y pegadiza.
Se mostraron ilusionados por haber venido a tocar a Cantabria y además hacerlo con los míticos Kaskarriak, siguiendo este repaso a su actual trabajo primero con “Enfermiza”, muy potente y con mucha fuerza e intensidad, y después con “Nuestro orgullo”, en cuya versión del disco colabora Efrén de los cántabros Karne Cruda, la cual empezó lenta para luego coger velocidad y convertirse en un verdadero himno.
Nos avisaron de que aquello se iba acabando porque son viejos y se cansan, pero todavía tendrían tiempo de tocar los dos cortes que restaban de su nuevo disco, comenzando con “Nostalgia”, muy buena y con ese sonido machacón que posee, para luego seguir con “La barbarie”, que habla sobre la masacre que se cometió en su tierra en el año 1936, un temazo y con una muy buena temática.
Ahora si se despidieron de todos nosotros con “Bestias de la autoridad”, la que cerraba su primer disco, y que fue dedicada a las fuerzas del orden, siendo muy cantada, pero la gente quería que tocasen alguna más y, aunque su repertorio previo ya había sido interpretado, recuperaron “Vida hambrienta”, de su anterior obra, con ese comienzo más relajado pero intenso y que se acabó convirtiendo en un tema muy pegadizo y coreable.
Y ante la insistencia de los presentes y con la aprobación de la gente de la asociación, dedicaron “Barrio pobre”, tema publicado en su primer trabajo pero que ya aparecía en su maqueta, a la gente de de Valladolid que había venido, uno de los cortes que más me gustaron de toda la velada y con el que pusieron punto y final a su más o menos una hora de actuación.
Matar es Poco
He de confesar que, pese a no conocer mucho de la banda y haberlo escuchado apenas un par de veces por las redes sociales, la propuesta de Matarlos Es Poco me había llamado la atención y su concierto no hizo nada más que refrendar esto, demostrando mucha intensidad en sus canciones, con su vocalista dándolo da todo y unas interpretaciones que demuestran que son músicos con muy buen nivel.
Lo cierto es que no hay nadie que sobresalga sobre el resto, sino que es el bloque y el contenido de las composiciones, tanto en lo musical como en ese mensaje tan directo y tan de calle, lo que realmente más me ha gustado de una banda a la que, sin duda, debería ver cualquier seguidor de este estilo de música.
Por el momento yo me quedo con el recuerdo de este concierto allí vivido y con sus dos últimos discos que allí adquirí para seguir indagando en su música, a la espera de volver a verlos en directo.
Una vez terminó este evento y después de despedirme de algunos de los presentes, me fui a seguir la fiesta por otro lado, pero muy contento por los conciertos de Kaskarriak y Matarlos Es Poco, ya que ambos nos hicieron disfrutar a todos los presentes, y muy agradecido a la Asociación Cultural Los Bancos de Atrás de Unquera por esa labor altruista que hacen y encima lo saben hacer bien, así que, siempre que pueda, por allí me pasaré.