Jardines del Ayuntamiento, Los Corrales de Buelna, Cantabria
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A raíz de esta pandemia, que parece que nos va dejando poco a poco, el gobierno regional de Cantabria y algunos ayuntamientos se lanzaron a organizar conciertos en entornos poco habituales y donde la música pero también la imagen fueran los protagonistas, con aforos reducidos y de manera sentada, como pedían los protocolos de estos dos últimos años.
Pese a que ahora los conciertos se pueden volver a disfrutar de pie, son varios los ayuntamientos que siguen manteniendo esa propuesta en los meses de verano, una forma de ver y escuchar la música de manera distinta a la que estamos acostumbrados y que permite apreciar ésta de manera más concentrada.
El Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna se unió a esta iniciativa y durante el pasado año llevo a cabo una serie de conciertos en el entorno del ayuntamiento bajo el nombre de “Los conciertos del Palacete”, a los cuales no pude asistir, pero si me dejaría caer este año, ya que volvieron a repetir experiencia los sábados del mes de julio, bajo el buen hacer de la gente de Escena Esenciales.
El tercer sábado del mes de julio, festividad del Carmen, le tenía apuntado desde que me enteré de que la Vargas Blues Band iba a actuar en dicha programación, así que, sin mucho que pensar, me hice con la entrada para asistir a este evento de un artista que suele visitar nuestra tierruca con frecuencia, de hecho vendrá más veces durante este verano a diferentes localidades, siendo la última vez que lo vi en directo ya hace casi 4 años.
Esta era una jornada calurosa pero al mismo tiempo con unas nubes que amenazaban tormenta, de hecho se oía algo a lo lejos, y con los dedos cruzados para espantar la lluvia, me acerqué al lugar donde iba a llevarse a cabo el concierto, todavía con poca gente, aunque la cosa se fue animando a medida que se acercaba la hora de inicio, pero sin llegar a la entrada decente que un artista de tal valía merece.
Vargas Blues Band
Hablar de Javier Vargas es hacerlo de un guitarrista con casi 5 décadas de trayectoria y que ha trabajado con algunos de los mejores artistas tanto nacionales como internacionales, al margen de desarrollar, desde 1991, su propia aventura bajo el nombre de la Vargas Blues Band, que está noche se presentaría con Javier Vargas a la guitarra, John Byron Jagger a la voz y la armónica, Luis Mayo al bajo y la voz y Jota Marsán a la batería.
Y como suelen ser estos eventos, el concierto comenzó de manera puntual, con la banda saliendo a escena y el guitarrista saludándonos y empezando a tocar un tema muy guitarreo y pegadizo y que fue una buena muestra de lo que nos esperaba, para, después de agradecernos nuestros aplausos, pasar a aventurar que la noche se presumía fresca pero que ellos la iban a dar calor, presentando a sus compañeros de escenario y avisando de que nadie saldría de allí sin cantar blues, continuando con una pieza corta pero muy intensa.
Turno ahora para su versión del “I'm a King Bee” de Slim Harpo, con un comienzo muy guitarrero y ese sonido clásico de blues y, aunque tuvieron algún pequeño problema con la armónica, nos brindaron una adaptación muy animada, para, tras pedir perdón por el fallo con la armónica, continuar con otro corte con una constante guitarra y un sonido muy bueno y pegadizo, tema que fue muy aplaudido y es que sonó realmente genial.
Agradecidos por los aplausos, continuaron con su versión del “Take me to the river” de Al Green, muy bueno y bailable y haciéndonos movernos en nuestras sillas, tras la cual John Byron nos anunció que la siguiente era una cacncion que el guitarrista y él mismo habían compuesto, siendo el turno de “Somewhere in the shadows”, de aquel proyecto llamado Vargas & Jagger del que publicaron un disco en el 2019 llamado “Move on”, con un toque más enigmático y diferente, pero que también fue muy aplaudido.
Los primeros acordes de la siguiente canción no dejaban lugar a las dudas y llegaba la compañera de disco de la anterior, esa combinación llamada “Sympathy for the devil versus muévete”, en donde se unen los citados temas de The Rolling Stones y de Rubén Blades, que, para más aliciente, contaron con los fuegos artificiales sobre el cielo procedentes de una celebración en un recinto no muy lejano, con una nueva exhibición de Javier y con John Byron explayándose, en una interpretación simplemente espectacular.
La siguiente pieza comenzó con un sonido bailable y movido, acompañado por un sonido de guitarra constante y machacón pero con momentos para el lucimiento, siendo seguida por la muy conocida “On the road again” de Canned Heat, una muy buena versión que fue prolongada con el sonido de la armónica replicando a la guitarra, en otro gran momento.
Vargas Blues Band
Turno ahora para la versión del “Champagne & Reefer” de Muddy Waters, con ese comienzo tranquilo tan característico y la guitarra como llorando, relajándose hacia la mitad y dejándonos un solo de Javier constatando su calidad, mostrándose agradecidos por los aplausos que les brindábamos, para continuar con otro tema muy animado y movido desde el principio, con un gran solo hacia la mitad y con un bajo muy marcado, haciéndonos vibrar una vez más.
Casi sin pausa, el anterior corte fue seguido por otro con la guitarra entrando directamente y siendo Luis el que se hizo cargo de la voz, en una pieza muy pegadiza y cantada, para, seguido, continuar con la conocida “Texas tango”, que daba nombre a su disco del año 1995, manteniéndose Luis a la voz, una canción muy animada y con la gente dando palmas hacia la mitad de la misma.
Sin dejar ese mismo disco, era el momento de “Black Cat Boogie”, muy pegadiza y bailable, con John Byron haciéndonos cantar y participar en el concierto, dejándonos un momento para el lucimiento de Luis y de Jota, con dos solos muy brillantes e interactuando con la gente, para pasar a su versión del “Someone else is steppin´ in” de ZZ Hill, recogida en su último lanzamiento “Back in Memphis”, un temazo, muy pegadizo y bailable y que fue de los que más me gustaron de la noche.
Otra que tampoco necesitaba presentación es “Get Up, Stand Up” de The Wailers, con más presencia de la batería, John Byron retomando la labor de vocalista principal y llevada a su terreno, con gran presencia de la guitarra en la parte central y acabando por recordar la figura de Bob Marley, para comenzar a toda velocidad su versión del “Little Queenie” de Chuck Berry, dejándonos esa magia que tiene su música y buscando y logrando la interactuación con los presentes.
De esta manera se despidieron, agradeciéndonos nuestra asistencia y lanzando vivas al rock y al blues, pero la gente quería más y la banda no tardó mucho en volver a salir, comenzando el batería a dar paso a la mítica “Honky tonk women” de The Rolling Stones, lógicamente muy celebrada y que hizo que los presentes disfrutásemos, para, casi sin pausa, dar paso a la genial “Blues local” de Pappo, con Luis a la voz, un tema muy sentido y pegadizo que también caló muy bien entre los asistentes.
Vargas Blues Band
Regresaron a sus temas propios con “Chicken Dinner”, de ese disco del 2019 del que hablé más arriba, pidiendo palmas en un corte muy animado y pegadizo y que demuestra, una vez más, que el arte de Javier Vargas no tiene límites, para tocar, por petición popular, “Chill Out (Sácalo)” de John Lee Hooker y Carlos Santana, con Luis a la voz, un temazo y que es de los más queridos por sus seguidores, como se pudo comprobar, y con el que se despidieron, recordándonos que tenía merchán de la formación a la venta.
Así y tras casi dos horas sobre las tablas, concluía un impresionante concierto de la Vargas Blues Band, con los músicos dándolo todo y demostrando su enorme calidad, antes un público escaso pero muy motivado y con ganas de disfrutar de la magia de esta impresionante banda.
Da igual que toquen temas propios o versiones, que la mitad de los cortes ni siquiera sepamos si son una u otras cosa, lo que es cierto es que su música te atrapa y te engancha de tal manera que te gustaría seguir ahí toda la noche ,sin dejar de cantar o mover la cabeza con sus canciones; además, a la habitual variedad musical en el estilo del propio Javier, se une las influencias que aporta John Byron que le dan un toque más moderno, por decirlo así, a su estilo.
Sin lugar a dudas, siempre es muy recomendable ver a la Vargas Blues Band y dejarte llevar por esta magia que nos trasmiten; en cuanto pueda, repito.
Nada más acabar el concierto y con su último disco bajo el brazo, me marché de este recinto, tras charlar con algún amigo, para seguir la noche por algún bar de Los Corrales de Buelna, recordando lo vivido esta jornada con la Vargas Blues Band que hicieron disfrutar a los presentes en este sábado de julio, donde los pudimos disfrutar gracias a Escena Esenciales y al Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna en esta unión que, esperemos, siga trayéndonos más artistas de este nivel a dicha localidad.