Como cada verano, durante las fiestas de Santander, la campa de la Magdalena se convierte en el lugar donde se celebra un festival, actualmente llamado Magdalena en Vivo y por donde pasan algunos de los artistas locales, estatales e internacionales de mayor relevancia y de diferentes estilos.
Lo cierto es que, aunque muchos de los grupos que por allá pasan no me llaman mucho la atención, siempre hay algún artista de esos que no te puedes perder, como fue el caso del pasado año con Bonnie Tyler o como sería en esta ocasión la jornada del 26, con Simple Minds y M Clan por un lado, o ésta de la que os voy a hablar, el sábado 30 compuesta por Andrés Suárez y Rulo Y La Contrabanda, por otro.
Dicho concierto era la jornada benéfica del mencionado festival y cuya recaudación se iba a destinar a apoyar los proyectos sociales de la Cocina Económica de Santander, la Asociación Cántabra Pro Salud Mental (ASCASAM) y la Fundación Cantabria Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (Fundación CADAH).
He de ser totalmente sincero y yo iba a ver a Rulo Y La Contrabanda y de hecho reconozco que no conocía nada más que de oídas a su compañero de cartel, pero eso no iba a impedir que pasase a ver a los dos artistas y es que uno no sabe lo que se puede esperar en un concierto en directo, generalmente mucho más vibrante de lo que suelen ser los artistas en estudio.
Salí de casa con mucha antelación, habida cuenta la experiencia del sábado anterior y es que dicha localidad estaba a tope de gente esos días debido a las fiestas de Santiago, algo que se veía incrementado por el tirón de este concierto y de otros que había en la ciudad, unido al buen tiempo, por lo que costó aparcar más de lo esperado: más de 45 minutos y gracias.
Andrés Suárez
Una vez accedí al recinto, supe que era el momento de buscar un buen hueco y aguantar en dicho sitio durante las cuatro horas que iba a estar allí dentro y es que la cantidad de gente allí presente era ya muy importante, algo que no haría nada más que aumentar durante toda la noche.
El primer artista en subir era Andrés Suárez, un cantante gallego muy conocido dentro del ambiente musical más pop y con una ya prolífica carrera en sus dos décadas en activo, con 9 discos de estudio y algunos directos, con lo que se puede apreciar que la actividad del músico ha sido vertiginosa, especialmente en la última década.
Le iban a acompañar en el escenario José Barragán 'Sefo' a la guitarra, Luismi Baladrón al bajo, Marino Saiz, teclado, violín y coros, Cristina Rubio a los teclados y voces y Andrés Litwin a la batería, haciéndose el cargo de la voz principal y de las guitarras acústicas.
Con bastante puntualidad comenzaría su actuación con “Te doy media noche”, de su disco del 2015 “Mi pequeña historia”, muy tranquila y con la gente cantándola, para continuar con “Necesitaba un vals para olvidarte”, uno de los temas inéditos que publicó en aquel directo llamado “Moraima” del 2013 y en donde se notó que una importante parte del público conocía la trayectoria del artista.
Iba enlazando una canción con otra y ahora era el momento de “Más de un 36”, de su disco “Cuando vuelva la marea” del 2011,con la gente cantando el inicio y el músico saludando en la mitad de un tema muy relajado y aplaudido y con un “te quiero mucho Santander” que llegó a los presentes.
Se tomó un breve respiro que sirvió para saludarnos y sentirse honrado por estar en ese bello sitio, presentándose, vacilando sobre la temática de sus letras y deseando que pasásemos un buen rato, invitando a nuestra paisana Vicky Gastelo para que cantase con ellos “Números cardinales”, de su segundo disco “Maneras de romper una ola” del 2007, una bonita canción y con una bella combinación de ambas voces.
Andrés Suárez
Ya sin la invitada, continuaron recordándonos que estábamos en la semana grande de Santander y que había que disfrutar, siendo el turno de “Nina”, de su último disco “Andrés Suárez” del 2020, y que fue muy coreada, siendo seguida por “Vuelve”, presente en su trabajo “Canciones que nunca debí componer” de hace 10 años, animando a quien se supiese la letra a gritarla, siendo cantada por todo el mundo, solo acompañando por los teclados en el principio e intensificándose al final, concluyendo haciendo reverencias al público.
No quería perder el tiempo y la anterior fue seguida de “No diré”, la que abre su actual disco, para la que pidió palmas en ese animado estribillo, antes de que fuera la batería la que diese inicio al tema “A media estrella”, de su trabajo de hace 11 años, y en el que de nuevo solicitó nuestras palmas, siendo un corte algo más guitarrero y más cañero dentro del estilo del artista.
Regresábamos a lo más actual del artista y lo hacíamos con “A través de los ojos”, un tema que ha subido a redes el pasado año y que aparece en la edición deluxe de su último disco, el cual tienen unos coros finales que fueron cantados por todos los presentes, acompañado de palmas, tras el cual se confesó muy unido a esta tierra y nos quiso mostrar un trocito de la suya en “Así fue”, otro de los inéditos de su trabajo del 2013, notándose las partes de violín y alternado intensidades, con una parte muy folk y bailable, arropado con palmas.
No querían que se perdiese esa conexión que habían logrado con los asistentes y continuaron con “No saben de ti”, la que abría su trabajo de hace 7 años, con la guitarra dando intensidad con un contundente solo y la gente cantándola, para, tras un cambio de guitarra, decirnos que si algo le partía el alma era que digan que el público del norte es frío y aquí se nota que no es así, haciendo un mix que ha llamado “Popurri del Covid” compuesto por fragmentos de “No te quiero tanto”, de su obra del 2007, “Luz de Pregonda”, de su álbum del 2015, y “Lo malo está en el aire”, de su plástico del 2011, pidiendo a la gente que cantase con ellos.
Andrés Suárez
Nos avisaron de que no se iban todavía, siendo el turno de “El corazón me arde”, de su disco del 2017 “Desde una ventana”, pidiendo a todo el mundo que diese palmas porque a todos nos arde el corazón, más intenso y con un ritmo muy pegadizo, tras el cual agradecieron a toda la gente que organiza esto, a los técnicos y a la gente de su equipo a los que fueron nombrando, presentando a sus músicos, que no son mercenarios sino una gran familia, para anunciarnos que la siguiente era un tema más tranquilo, “320 días (hace un año)”, presente en su obra de hace 9 años, para el que nos incitó a que iluminásemos el cielo con nuestros móviles, intensificándose hacia el final y dejando un muy buen sabor de boca.
Reiteró sus agradecimientos a todos y en especial a Rulo, al que considera un amigo, despidiéndose con”Despiértame”, de su último disco, haciéndonos cantar solos en una pieza muy pegadiza y tras la que nos volvió a agradecer nuestras acogida y nos animó a que siguiese la fiesta, dejando lucirse a sus compañeros de tablas.
Y aunque la gente quería más, no había tiempo para ello y la banda saludó desde el escenario, concluyendo así su actuación, tras un poco más de una hora sobre las tablas y dar un concierto que gustó mucho a los presentes, especialmente a sus bastantes seguidores, con momentos muy intensos y otros más relajados.
Aunque no es el estilo que más me gusta, lo cierto es que se me hizo amena esta actuación, gracias al buen hacer del artista, sin olvidar la gran labor de unos músicos excepcionales, que supieron estar al servicio de las canciones y, al mismo tiempo, demostrar la gran calidad que atesoran.
La gente disfrutó mucho con un músico al que yo apenas conocía pero que demostró que si ha llegado a las cotas de reconocimiento que tiene es por algo y en directo sabe enganchar al público con sus canciones.
Larga fue la espera entre el final de una actuación y el inicio de la otra, próxima a la hora, algo que fue amenizado con el lanzamiento de unos balones por unas personas vestidas de osos, pero que a todas luces se me hizo excesivo, sobre todo porque, durante la mitad de ese tiempo, no pasó nada en el escenario, aunque sí que nos bombardearon con anuncios de los patrocinadores del evento.
Lo que sí es cierto es que había mucha expectación para ver a Rulo Y La Contrabanda, una banda de casa, muy querida y que tiene ya una trayectoria de 12 años, con cuatro discos de estudio publicados hasta la fecha, “Señales de humo” del 2010, “Especies en extinción” del 2012, “El doble de tu mitad” del 2016 y su más reciente “Basado en hechos reales” de finales del 2019, además de los directos “A ras de cielo” del 2011 y “Una noche en el castillo” del 2014.
La formación que actualmente acompaña al ex componente de La Fuga, el cual se hace cargo de la voz, armónica y guitarra, está compuesta por Adolfo “Fito” Garmendia a la guitarra y voz, Dani Baraldés “Pati” guitarra y coros, Kike Mavilla al bajo y un nuevo batería llamado El Chilo por lo que pude entender.
Una vez que nos habíamos aprendido todos los anuncios de memoria, empezó la cuenta atrás para surgir unas imágenes de la vida del protagonista, subiendo los músicos que comenzaron a tocar “La cabecita loca” , de su ópera prima, y por fin teníamos a la banda al completo, después de 4 años desde que les vi por última vez, convirtiéndose aquello en una verdadera locura, con todo el mundo cantando y siendo un muy buen inicio de velada.
Rulo y La Contrabanda
Se presentaron, recordando que venían desde Reinosa, siendo el momento de la primera de las canciones de su banda madre, “Buscando en la basura”, un temazo que también fue muy cantado, tras el cual nos saludaron para pasar a tocar “Me gusta”, de su anterior obra, muy pegadiza y con la gente saltando y disfrutando, mientras la formación sonaba muy compacta.
Recordó que esta gira es de 25 fechas porque se conmemoran 25 años desde que se formó La Fuga y que ésta es una fecha que tenían grabada a fuego, siendo el momento de otro de esos clásicos de su anterior banda, “Baja por diversión”, muy celebrada y en la que alternó las voces con Fito, para luego Rulo enfundarse una guitara acústica a la hora de interpretar “Noviembre”, de su anterior lanzamiento, más tranquila en su inicio, que fue cantado por toda la gente a capela, siendo una pieza muy bonita y entrañable.
La siguiente canción, “Todavía”, fue la primera que caería de su más reciente disco, aún con la acústica y que fue definido como un tema de fidelidad, muy pegadizo y cantado, para, tras recuperar la guitarra eléctrica, preguntarnos qué tal estábamos, algo que fue respondido con gritos de “Rulo, Rulo”, confesando que se pone nervioso cuando toca en casa, recordando estos dos años tan difíciles que todos hemos pasado y reivindicando que vivir “No sólo respirar”, dando paso a ese tema de La Fuga, una pieza, muy animada y con ese final tan machacón.
De vuelta a su más reciente trabajo, era el momento de la que lo abre, la entrañable “Verano del 95, para la que contaron con la colaboración de Dani Martín, el cual había actuado allí solo hacia 48 horas y le devolvió la colaboración al de Reinosa, convirtiendo aquello en una locura, en un momento para el recuerdo y en el que evocaron su amistad y el comienzo de la misma, agradeciéndole su presencia.
Regresábamos a su anterior disco con el tema que lo abría, “Tu alambre”, muy cantado y pegadizo, contando con un buen solo de guitarra de Fito, para, casi sin pausa, lanzarse con “Majareta”, de su época en La Fuga, un clásico que fue cantado por la gente desde que la reconocieron, en otro de esos momentos donde afloraron los recuerdos de quienes vivimos aquellos tiempos décadas atrás.
Rulo y La Contrabanda
Pero Rulo Y La Contrabanda también tienen ya un buen puñado de temas que se han convertido en clásicos del rock estatal como “Mi cenicienta”, antes del cual se presentaron los músicos que componen la banda y agradeciendo al equipo que los acompaña, siendo, como era de esperar, muy cantada.
Nos confesaron que, mientras decidían que piezas iban a incluir en el repertorio, surgieron las habituales dudas, pero que habían una que estaba claro que iba a estar sí o sí y esta era “La balada del despertador” de La Fuga, un tema mítico en su repertorio y entrañable, con Rulo a la acústica y que les quedó muy bien, para preguntarnos qué tal íbamos de ritmo, animándonos a dar palmas antes del inicio de “Como a veces lo hice yo”, de su ópera prima, un corte cañero y con Rulo, sin guitarra, moviéndose por el escenario y consiguiendo que la gente enloqueciese todavía más.
Nos deseó que nos vaya bonito hoy y siempre y que, cuando se pueda, las noches sean noches “En vela”, otro de los clásicos de su tiempo en La Fuga y que siempre es muy celebrado como también lo sería esta noche, tras la que Rulo se sentó a los teclados y recordó a dos amigos de la banda que se habían ido hacía poco y demasiado pronto como eran Boni de Barricada y Pau Dones de Jarabe de Palo, iniciando en solitario la preciosa “Heridas del rock & roll”, de su primer trabajo, y luego ganado intensidad con toda la formación, en otro de los momentos más emotivos de la velada.
Avisó de que llegaba el momento, si no los remediábamos, de tocar la última y para ello contaron con la colaboración de Andrés Suárez con el que, como en la edición deluxe de su último disco, interpretaría “The End”, muy celebrada y haciendo un buen dueto, marchándose los dos cantantes y dejando a los músicos lucirse.
Una vez se fueron todos del escenario, la gente empezó a pedir más, apareciendo de nuevo Rulo en solitario, que se sentó a los teclados para interpretar “La última bala”, la que cierra su actual disco, muy entrañable y bonita y haciéndonos cantar a capela, para luego salir Fito y los dos, guitarra en mano, reconocer que la siguiente, “Primavera del 87” del primer trabajo de La Fuga, la pensaron hacer solamente unos minutos antes de subirse al escenario, un verdadero clásico, alternado ambos las voces y dedicado a la gente de Reinosa y Campoo.
La siguiente pieza, “Dentro de una canción” y que no está recogida en ningún disco sino que se ha subido a redes esta primavera, es el reflejo de lo que les había supuesto hacer esta gira, aun con Rulo con la guitarra acústica, siendo una canción muy buena y potente, pasando a confesarnos que todo esto lo hacían “Por verte sonreír”, otro de los clásicos de La Fuga, con la gente enloquecida, cantando y grabando el momento y con la banda dándolo un toque diferente, mientras los asistentes alargábamos el final.
Rulo y La Contrabanda
Sin tiempo que perder, llegaba otro tema emblemático de su anterior banda, “P'aquí p'allá”, un himno muy cantado y en donde nos pidieron acompañarlos con nuestras voces, muy celebrado y disfrutado, siendo despedido por Rulo con un “eternamente p´ aquí p’allá", y tampoco hubo pausa entre la anterior y “32 escaleras”, de su anterior referencia, muy cantada y con esos coros tan pegadizos que tiene, despidiéndose con ese “cuídense y que les cuiden” y el final “viva Cantabria”.
De esta manera y mientras sonaban el “Twist and shout” de The Beatles por los altavoces, concluía el concierto de Rulo Y La Contrabanda después de hora y tres cuartos sobre las tablas, saludando y despidiéndose de todos los presentes, los cuales no queríamos que aquello se acabase.
Lo cierto es que la banda sonó muy bien y muy potente, demostrando la clase de todo el grupo y que en directo suenan con mucha más fuerza que en estudio, pero sin perder esa esencia de una formación que hoy jugaba en casa y con el público muy entregado, pero que, a pesar de ello, se dejaron la piel sobre las tablas.
Ahora toca esperar los siguientes pasos de la banda que, supongo, pasen por acabar de promocionar su último disco y a medio plazo ponerse a componer nuevos temas; ojala pueda volver a verlos pronto.
Nada más acabar el concierto intenté salir de allí lo más rápido posible, porque era mucha la gente allí presente y que se preveía un poco de atasco, aunque, afortunadamente, puede marchar de manera relativamente rápida y llevarme el recuerdo de estos dos conciertos, donde la música de autor de Andrés Suárez y el rock de Rulo Y La Contrabanda nos hicieron pasar una más que agradable noche.