La verdad es que el programa de actuaciones que iban a tener lugar en la Plaza Porticada de Santander con motivo de las fiestas de Santiago, no me llamaba mucho la atención, pero, como en otros años, siempre hay alguna fecha que me parece interesante y, además, en esta ocasión dicho concierto era en la víspera del Día de Cantabria por lo que no había excusa posible.
De esta manera, el miércoles 27 de julio pusimos rumbo a Santander para regresar a dicha plaza 3 años después, en esta ocasión para ver a los valencianos Seguridad Social, una banda a la que he seguido más o menos de cerca desde finales de los años 80 y que está celebrando su 40 aniversario.
Dicha banda cuenta en su haber con 16 discos, a los que hay que añadir directos y recopilatorios, estando la actual formación, compuesta por su fundador José Manuel Casañ a la voz, Javi Vela a la guitarra, Jorge Molina al bajo y Víctor Traves a la batería, siendo uno de los grupos más demandados en las fiestas de los pueblos y ciudades de nuestro estado y a los que había visto por última vez ya hace 5 años.
Tras dar alguna vuelta para aparcar y andar la casi media hora desde donde dejamos el cocha a la Plaza Porticada, llegamos a pocos minutos de que se iniciase la velada, en otra calurosa noche de ese loco mes de julio y con la céntrica plaza con una buena cantidad de gente que, como suele ser habitual en este tipo de eventos, estaba compuesta por seguidores de la banda y curiosos.
Subieron los músicos al escenario con una intro de fondo que sonó tras apagarse las luces, lanzándonos un “buenas noches, Santander” y comenzando su actuación con “La camisa de once varas”, la que abría su quinto disco “Vino, tabaco y caramelos” de 1988, muy mítica y con la gente todavía expectante, dándonos la bienvenida y deseando “¡Que no se extinga la llama!”, canción que daba título a su aclamado séptimo trabajo de allá por 1991, otro tema que siempre gusta escuchar en directo.
Seguridad Social
Nos preguntaron si estábamos preparados para un clásico, con afirmativa respuesta de la concurrencia, comenzando el riff inicial de “Chiquilla”, desatando la locura de los presentes, pero rápidamente enlazaron con “Mi rumba tarumba”, del genial “Furia latina” de hace 29 años, muy bailada por la gente, para, sin parar, continuar con “Solo tú (eres mi pasión)”, otro de aquel disco de 1991 que les catapultó a la fama y que también fue muy bien acogido.
Se tomaron un breve respiro para recordar que todos hemos pasado una época difícil por la pandemia, pero nos animaron a no tener miedo porque “en los mapas del cielo el sol siempre es amarillo”, como dice el comienzo de su versión del “Acuarela” de Toquinho, presente en su disco “En la boca del volcán” de hace 25 años, más calmada pero igual de bailable y animada que el resto de las canciones de su repertorio.
Confesaron que hay temas que salen en menos de una hora y otros que llevan mucho tiempo de elaboración como es el caso del genial “El viajero”, de su obra de 1993, un temazo y en donde los músicos demostraron aun más su valía, después del cual José Manuel Casañ reconoció sentirse realmente bien y es que llegaba “Me siento bien”, el que abría precisamente dicho disco, otro gran clásico, muy intenso y con ese mensaje tan positivo siempre necesario.
Constantemente se dirigían a nosotros para buscar nuestra conexión y de hecho nos pidió una cosa y era que “Quiero tener tu presencia”, la que cerraba ese disco de hace ya 29 años, otro temazo y que siempre es muy celebrado, y que, particularmente, es otro de los que más me gustan de la banda, la cual reconoció que son lo que vemos, que no hay nada programado pero que lo que son es unos “Calavera”, presente en su álbum “Otros mares” del año 2003, también muy movida y cantada por la gente.
Regresaron a los orígenes de la banda para recordar aquel disco llamado “Introglicerina” del año 1990 que contenía aquel “1, 2, 3 Mueve los pies”, en el que brilló especialmente la sección rítmica, pero con momento también para el lucimiento de la guitarra, introduciendo un fragmento del “Que te voy a dar”, su mítica canción de su obra del año 1988 y con el que muchos los descubrimos, para recuperar el sonido de la anterior y juntándose todos menos el batería en la parte central del escenario.
No querían que aquello se enfriara y continuaron el recorrido por su amplísima carrera con “El ritmo del corazón”, la que abría su disco “Camino vertical” de 1999, tocada a toda velocidad y haciéndonos levantar las manos en la parte más relajada, avisándonos de que había llegado el momento de pasar a la “Acción”, uno de los tema más conocidos de su trabajo del año 1990, un verdadero himno y que fue muy cantado por todos.
Seguridad Social
Reconocieron que estamos todos “Condenado a vivir”, otro corte de sus inicios, concretamente de su tercer disco “Solo para los locos” de 1985, y que no pierde vigencia, funcionado muy bien en directo, antes de que el vocalista se quedase en silencio en el centro del escenario durante unos segundos antes de gritar “Chiquilla”, su tema estrella y presente en su obra de 1991, con mucha gente sacando sus móviles para inmortalizar ese momento y todo el mundo cantando la conocida pieza, mientras la banda prolongaba su final a la vez que su vocalista iba señalando a muchos de los presentes uno a uno.
Tras esta canción, el grupo se fue pero la gente empezó a pedir más, como era de esperar, regresando y preguntándonos si no teníamos casa, con negativa respuesta de los allí congregados, y nos propusieron seguir haciendo lo que quisiéramos, siendo el momento de “No verte más”, de su disco de 1991, comenzando el cantante y el guitarrista y luego el resto de los músicos, siendo una bella y relajada pieza, con un gran solo de guitarra final y que les quedó muy bien.
Preguntaron a los presentes cual les apetecía escuchar ahora y casi de manera unánime la gente demandó “Comerranas”, presente en su segundo disco “En desconcierto” de 1984, pidiéndonos que si la tocaban teníamos que cantarla, siendo muy celebrada, tocando a continuación un fragmento del “Reggae conexión”, la que cerraba su trabajo de 1991, interactuando con el público, pasando a acompañarla con esa locura que es “Mi almohada está preñada”, de su ópera prima “Konsspiración” de 1982, para retomar el final acelerado de “Comerranas”.
Seguridad Social
Tras cambiar el micrófono que le había dado algún problema, Jose Manuel Casañ nos recomendó la siguiente pieza, “El amor te vuelve gilipollas”, de su último disco de estudio “La encrucijada” del año 2017, muy pegadiza y de las mejores de los últimos trabajos y en la que pidió a los chicos y chicas cantar partes diferentes, dejándonos un momento divertido, para despedirse y darnos las gracias por haber estado allí, siendo el momento de su personal versión de “Un beso y una flor” de Nino Bravo, publicado en su álbum del año 1997, cantada por toda la plaza y que sirvió para presentar a los miembros de la banda, con sus solos correspondientes, siendo especialmente logrado el de batería y despidiéndose haciéndonos cantar el estribillo a capela.
Con el “What a wonderful world” de Joey Ramone sonando de fondo, se despidieron durante un buen rato, tras algo más de una hora y media de actuación, después de dar un entretenido concierto en el que ofrecieron a sus seguidores lo que estos esperaban y los presentes disfrutaron a tope, consiguiendo una buena conexión entre ambas partes.
Lo cierto es que Seguridad Social son una banda con un montón de canciones buenas y por todos conocidas y con las que no puedes parar de cantar y bailar a su ritmo ya que tienen mucho gancho, pero es que, además, son unos músicos muy buenos y que saben aportar esa parte técnica que sus temas tienen, además del carisma especial que tiene Jose Manuel Casañ.
Una vez más disfruté con un concierto de Seguridad Social, una de esas bandas que siempre que puedo veo en directo porque me lo paso muy bien con ellos.