Incluso desde antes de que me trasladase a vivir a Vioño, ya hace más de 11 años, siempre he relacionado las fiestas de la Virgen de Valencia con las actividades que, durante esos primeros días del mes de septiembre, tienen lugar en el Varuko de dicha localidad, ya que ahí es donde está la esencia de la juventud del pueblo y el ambiente que más me interesa.
Y este año, después de pandemias y demás problemas, una vez más, la gente del Varuko, con Toño a la cabeza, ha seguido apostando por hacer unas fiestas alternativas, con una programación que esta vez ha tenido algún entremés en el mes de agosto, al que no pude acudir por esta fuera, continuando los actos durante los 3 primeros días de septiembre, además del día de la fiesta, el 8 de septiembre.
Lo cierto es que no había podido acudir a los actos que allí tienen lugar desde hacía 5 años por circunstancias personales, pero tenía muy claro que este año me iba a dejar pasar por allí todos los días que me fueran posibles.
Y ese jueves, casualmente el día que volvía a trabajar, regresaba a ver un concierto a dicho local, un par de meses después de haberlo hecho por última vez, y sin saber muy bien qué es lo que iba a encontrarme, ya que no tenía ninguna referencia de Bryan Micra, el artista que esta noche iba a actuar, y es que no había visto nada de su propuesta por redes sociales.
Al llegar al local, en donde se estaba preparando una parrillada para acompañar la bebida de los presentes, pude ver que apenas había sitio en el exterior del mencionado recinto y que prácticamente todas las sillas estaban ocupadas, por lo que se presumía íbamos a pasar un buen rato.
Bryan Micra
No tenía clara la hora en la que iba a comenzar el evento, que lo haría a las 21.30, pasando, después de charlar un poco con Toño y alguno más de los presentes, a ocupar un hueco justo delante del improvisado escenario donde Bryan Micra nos iba a regalar, solamente con su voz y su guitarra, un concierto con temas propios y versiones de algunos artistas de su gusto.
Y fue precisamente eso lo que nos dijo cuando se puso delante del micrófono para presentarse, mostrándose muy agradecido por tocar aquí, comenzando su repertorio con una versión de uno de los grupos que más me han impactado este verano, Niña Polaca, de los que interpretó con acierto “Willy”, para continuar con “Miraflores”, una pieza de La M.O.D.A, a los que tendremos este otoño por Cantabria y que le quedó muy animada.
La primera canción propia que sonó esta noche fue “Día rumbero”, la cual empieza tranquila para luego coger ritmo, dejándonos en la letra referencia a sus influencias y siendo muy aplaudida, para, tras algunos ajustes en la guitarra, continuar con un homenaje a El Niño de la Hipoteca con “Alquitrán y carmín”, que fue animando todavía más aquello.
Siguiendo con canciones del cantautor catalán, llegaba la versión de “Romeo y Julieta”, demostrando algo que ya me habían dado cuenta y es que tiene una bonita voz y con personalidad, siendo un corte pegadizo, para continuar con “Calimocho”, un tema propio, con una letra muy entrañable y una música muy animada: me gustan bastante sus composiciones.
La siguiente pieza es una de esas que las conoce todo el mundo y que funcionan muy bien en este tipo de concierto más intimistas y es que estamos hablando de ese clásico que es “No puedo vivir sin ti” de Coque Malla y que, lógicamente, fue muy cantado por la concurrencia, para confesar que con el siguiente tema a veces se traba con la letra pero que la iba a tocar igual porque le gusta, siendo éste “23 de junio” de Vetusta Morla, y en la que, efectivamente, se lió un poco con la letra pero lo suplió con el sentimiento y las ganas que puso.
Bryan Micra
Comentó que la siguiente pedía ser tocada sentado, así que se hizo de una silla y es que llegaba ese clásico que es “Ojala” de Silvio Rodríguez que, como Bryan había esperado, disfrutamos como él, un corte que se fue animando poco a poco, para avisarnos que iba a subir la intensidad de aquello con su homenaje a nuestros amigos de A Duras Penas con su “Oro entre basura”, muy movido y cantado y es que estamos ante una banda con mucho tirón, sobre todo por la parte central de Cantabria.
Momento de hacer otro tema propio, en este caso “El perro Tommy”, a quien nos pidió que le hiciésemos caso, el cual empezó relajado para luego ir avanzando poco a poco en intensidad, pasando luego a hacer una versión, en este caso de Niña Polaca, de quienes, por cierto, el cantante llevaba una camiseta, tocando en este caso la no menos genial “Madrid sin ti”, un verdadero temazo que le quedó muy bien, dándole su toque personal.
Nos empezó a avisar de que aquello se iba acabando, pasando a interpretar otro corte propio, “Tan cerca”, que habla de un amor perdido y que es una pieza relajada pero con cambios de ritmo, reafirmando la calidad de sus composiciones, como también quedaría constancia en “Nuestro momento”, también de propia creación y que habla de los ratos que pasamos con los amigos, muy festiva y movida.
Bryan Micra
Encarando la recta final de su actuación, era el turno de un par de versiones de temas que son por todos conocidos, comenzando con “Carolina” de los M Clan, muy bien tocado, para continuar con “Como Camarón” de los Estopa, con la gente dando palmas y quedándole muy bien.
Para la siguiente pieza cedió su guitarra a su amigo Alex para interpretar “El aire de la calle” de Los Delinqüentes, una adaptación que les quedó muy bien, con el invitado tocando muy bien la guitarra y Bryan centrándose en la parte vocal, para despedirse con el deseo de poder volver a tocar pronto, dejándonos con la popular “Me voy” de Julieta Venegas, muy conocida y cantada por los presentes.
Pero la gente quería más y aunque él argumentaba que no tenía más, lo cierto es que nos interpretó una muy animada y bella versión del “Filosofía del Mozín”, de sus compadres de A Duras Penas, con la que puso, ahora sí, punto y final a su velada tras más o menos hora y cuarto de actuación.
Muy gratamente sorprendido me quedé con la actuación de un Bryan Micra que dio un concierto muy animado y demostrando mucho estilo y personalidad al cantar, con una buena selección de versiones y una gran calidad de sus temas propios que, personalmente, fueron las que más me gustaron, aunque a nadie le amarga un dulce en forma de clásico.
La verdad es que, pese a cierta timidez y los lógicos nervios al inicio del concierto, poco a poco fue soltándose y demostrando que tiene estilo y personalidad tanto a la guitarra como con la voz y sabiendo defender perfectamente tanto sus temas como los ajenos.
Habrá que seguir la propuesta de Bryan Micra para ver si continua creando nuevos temas y estaré atento para volver a verlo en directo en cuanto me sea posible.
Estas son las grandes cosas que ocurren en estos locales, que dejan tocar a artistas sin mucho nombre todavía para que, poco a poco, se den a conocer y podamos saber de su existencia, como a Bryan Micra esta noche en el Varuko de donde me fui, después de felicitar al cantautor y despedirme de alguno de los presentes, muy satisfecho por lo que acababa de vivir con este concierto.