Casi sin darnos cuenta empezamos el otoño, después de uno de los veranos más calurosos que se recuerdan en nuestra tierruca, pero esas son las consecuencias del cambio climático que todavía algunos se afanan en negar.
Este viernes, además de con el otoño, nos reencontrábamos con el Rock Beer The New, esa batalladora sala ubicada en el centro de Santander y que lleva algún tiempo programando conciertos prácticamente todos los días de la semana, aunque yo no había vuelto a estar entre sus paredes desde hacía más de un mes.
La ocasión era muy especial, ya que visitaban la citada sala los madrileños King Sapo, una banda de la que venía oyendo hablar mucho y bien, por lo que no me lo pensé dos veces y apunté dicha fecha en mi calendario, para así poder disfrutar de una noche de rock and roll puro e intenso.
Cuando llegué a la sala, a la hora fijada del comienzo de la actuación, había una buena presencia de gente, aunque alguno de los presentes aprovechó que los músicos habían ido a cenar para tomar lago por los bares adyacentes, demorándose el comienzo del concierto más de una hora y ya con una interesante asistencia de público.
Hablar de King Sapo es hacerlo de una banda creada en el año 2018 y que surge de la disolución de la formación Eldorado de la que proviene Jesús Trujillo a la voz, Andrés Duende a la guitarra y Javier Planelles a la batería a los que se une José Alberto Solís, bajista de Última Experiencia, y que, hasta el momento, han grabado dos discos, “Niño gurú” del 2019 y “Sexo en Marte” de este mismo año, además de un EP acústico llamado “Lengua purpura” y publicado el pasado año.
King Sapo
La banda se situó en el escenario, con su cantante con una guitarra acústica, para comenzar su velada con “Sexo en Marte”, precisamente la que cierra y da nombre a su actual trabajo, con un inicio lento y relajado, pero intensificándose con un final explosivo y en el que aprovecharon para saludarnos, antes de que José Alberto Solís bajase del escenario a empujarnos literalmente para que ocupásemos las primeras filas, continuando con la que da inicio a su actual plástico, “Te sigo, te huelo”, ya con Jesús Trujillo sin la acústica, en la que es una pieza muy pegadiza y cantada, pero que también tiene partes muy elaboradas y con la que pusieron aquello en erupción.
Sin casi tiempo para respirar continuaron con otro de los temas de su actual disco, concretamente “Desorden”, uno de los que sirvieron como adelanto del mismo, con un ritmo muy pegadizo y que fue muy cantado por un público que estaba realmente entregado a la banda, para, tras un breve respiro para afinar, continuar la descarga con “Insomnios”, de su ópera prima, con su cantante haciéndose cargo de la acústica y su batería usando unas maracas para acompañar, una pieza muy movida y en la que pidieron palmas, dejándonos con un final muy vibrante e intenso y con Javier dándolo todo en este corte tan cañero.
Después de agradecer nuestros aplausos, fue Andrés el que dio inicio a “Fénix”, de su nuevo álbum, pidiendo palmas al público mientras el batería tocaba las maracas al inicio para luego meter caña, con un estribillo pegadizo y un sonido que te hacía moverte, con la ayuda de las palmas, y alargando el final, para enlazarla con su compañera de disco “Temporal”, la cual empezó relajada para luego coger fuerza, siendo una muy bonita e intensa canción.
King Sapo
Ya con su vocalista sin la acústica se lanzaron a tocar la guitarrera “Insecto”, de su actual disco, un gran corte en el que, hacia la mitad, relajaron un poco el sonido para que el bajista estuviera en primer plano, mientras el batería tocaba a la vez con la baqueta y las maracas, recuperando la fuerza en la parte final, para continuar el recorrido por su presente obra con la bailonga “La vida es hoy”, muy animada, positiva y haciendo a la gente moverse con ese ritmo pegadizo que tiene.
Sin abandonar su reciente plástico, era el momento de una de las que más me gustan del mismo, “Deja que vibre”, muy movida y pegadiza y con un ritmo muy contagioso, siendo muy celebrada, para regresar a su primer trabajo con “Niño gurú”, la canción que también sirvió como carta de presentación de la banda, comenzando la guitarra y las maracas del batería con ligera calma, para luego meter más caña, dejándonos una pieza muy quedona y haciéndonos mover la cabeza, siendo muy celebrada según fue reconocida.
Sin pausa ni tampoco dejando su ópera prima, era el momento de “Hombre humo”, con un muy intenso comienzo, muy potente y con un estribillo pegadizo, con el vocalista cantando hacia la mitad sin micro, para dar paso a una progresión entre bajista y batería, en un momento muy especial, siendo enlazada con “Alguien como tú”, su compañera de disco y que fue muy cantada, con esos cambios de ritmo que la hacen tan querida por sus seguidores.
King Sapo
De nuevo su vocalista se hizo con la guitarra acústica para avisarnos de que este era el último tema, lo cual fue reprobado por la gente que quería más, agradeciendo a la sala y al público el trato recibido, siendo el momento de “Hablando con árboles”, la que cerraba su primer disco y que empieza relajada, solamente con el cantante y su acústica, incorporándose luego el resto de músicos de manera pausada, muy bella y tranquila, con los asistentes acompañando el final con palmas, aunque luego éste se intensificó.
Se ausentaron del escenario, pero la gente quería más y salió de nuevo Jesús Trujillo en solitario, enfundándose una vez más su acústica y continuando este recorrido por su primer disco con “Libre”, muy cantada por el público, incorporándose luego el resto de músicos y subiendo la intensidad gradualmente, pero muy poco a poco, hasta llegar a un nivel muy contundente de batería y dejándonos un gran tema.
Llegaba el momento de hacer una versión del “Trouble so hard”, original de Vera Hall, aunque más conocida actualmente por la revisión de Moby, en la que su vocalista pidió un aplauso para sus compañeros de escenario, quedándoles una adaptación muy movida y animada, para despedirse de todos nosotros con “Afrodita blues”, de su primer disco, comenzando el guitarra con un solo, pidiendo que los arengásemos cuando empezaron todos a tocar, un tema muy potente y jugando con esos contaste de intensidad, cantando el estribillo de “Highway to hell” y dejándonos luego una gran demostración a cabo de los músicos de la formación.
King Sapo
De esta manera y tras hora y media de actuación, terminaba el concierto de unos King Sapo que fueron despedidos con una fortísima ovación, después de haber disfrutado de su genial velada, con una banda que toca con mucho estilo y ganándose a la gente desde el principio gracias a su actitud sobre las tablas.
Lo cierto es que, aunque sus discos son muy buenos y están muy bien trabajados, sin duda es en directo cuando la banda se muestra en todo su esplendor, no solo para la gran ejecución de sus temas, sino por esa energía que desprenden y esa gran comunión que consiguen con sus seguidores, que disfrutaron mucho de la velada.
Como dato curioso, en el concierto vi a muchos músicos de bandas cántabras, algo que probablemente tenga mucho que decir de la calidad de esta formación a la que, sin duda, os animo a ver en directo, si tenéis la ocasión, porque lo vais a disfrutar.
Tras despedirme de algunos de los presentes y después de adquirir el ultimo Cd de King Sapo, firmado in situ por sus componentes, me marché de la Rock Beer The New donde, una vez más, vibramos con la música en directo, en este caso con este cuarteto madrileño que nos demostró porque son una de las bandas de las que más se habla dentro del circuito estatal y que, estoy seguro, van a llegar muchos más lejos de lo que ya lo han hecho.