Otra de esas muchas giras aplazadas por la pandemia fue el motivo que llevó a juntar por primera vez a mi compañero y a mí al recinto de Vistalegre, en el que aún no habíamos realizado ninguna crónica conjunta. Y en esta ocasión, se trataba de una cita muy esperada, sobre todo por parte de David, gran seguidor y amante de los californianos desde casi sus inicios. Por cuestiones de desplazamiento, y de un tema de organización que trataré en profundidad a continuación, nos perdimos a la banda telonera de ambos grupos, pero algunos de los asistentes nos dijeron que The Halo Effect dio un muy buen concierto para caldear el suelo y las gradas.
Otro de los motivos que nos provocó un retraso en la entrada al directo fue que hubo una falta grave con las acreditaciones, concretamente, con la que cubre mi compañero David, pues al recoger nuestros pases, contábamos con el hecho de ya estar acreditados por Bring The Noise, ya que así nos constaba en los correos de confirmación que nos enviaron. Una vez en las taquillas, a última hora y con el tiempo más en nuestra contra que nunca, nos enteramos repentinamente de que alguno de los team manager de los grupos que actuaban en este día (no se nos especificó si por parte de Amon Amarth, Machine Head o quién) había decidido restringir el acceso con cámaras a algunos de los fotógrafos, sin dar mayores explicaciones, ni mucho menos comunicaciones.
Amon Amarth
Estuvimos tratando durante varios minutos con diverso personal de la organización, desde los responsables de las entradas hasta a los controladores de seguridad, sin resultados. Por lo que la cámara de mi compañero de fatigas tuvo que quedarse en el maletero del coche, con la consiguiente pérdida de tiempo entre ir y volver, y eso nos cambió la percepción que tendríamos del resto del concierto. Sin duda, el suceso que empañó la noche y uno de los peores que nos ha ocurrido como prensa, pues íbamos desde Valladolid para cubrir este trayecto por motivos del concierto, con el agravante de que, además de todo esto, no nos garantizaban la seguridad del equipo de mi compañero, pues nos obligaban a dejar todo el material fotográfico en una consigna de la que ni siquiera se responsabilizaban plenamente.
Ya una vez dentro de Vistalegre, nos llevamos otra sorpresa, y es que habían alterado el orden de las bandas, puesto que, por un comunicado que nos llegó un día antes, los primeros en tocar después de los teloneros serían Machine Head, y para nuestro asombro, lo primero que vimos al atravesar las puertas fue iconografía vikinga, así que entendimos que antes actuarían Amon Amarth. Con lo que nos costó avanzar unos metros a través de la sala, entendimos que la gira de “Vikings & Lionhearts” había conseguido vaciar bastante el cupo de entradas, y durante el primer concierto, el público que acudió a ver a estos suecos nos lo puso bastante difícil para conseguir movernos.
La puesta en escena no podía ser más nórdica ni más mitológica, empezando con Jocke y toda su batería presidiendo lo alto de un casco vikingo, cuyos ojos servían a su vez como pantallas. El fuego no tardó en hacer acto de presencia, abriendo el set list con “Guardians of Asgaard”, para que fuéramos notando si iban a caldear o no el ambiente. Nosotros, que estábamos bastante atrás, junto a las mesas de iluminación y sonido, podíamos sentir perfectamente los fogonazos, así que nos imaginábamos cómo estarían en las primeras filas. “Ravens Flight” y “Deceiver of the Gods” siguieron a continuación, como triunvirato que pudieron inmortalizar los fotógrafos que SÍ fueron acreditados para acceder al foso.
Amon Amarth
Para hacernos sentir más partícipes de una gesta de la Tierra Media, presidían ambos lados del escenario un par de vikingos impertérritos, como si estuviéramos accediendo a Gondor a través del río. Con “The Pursuit of Vikings” siguieron las referencias a la imaginería nórdica tan presente en la banda, y “The Great Heathen Army” no fue para menos. Haciendo un buen repaso a sus treinta años de discografía, siguieron “Heidrun” y “Destroyer of the Universe”, para ir perfilando lo que sería la primera mitad del bolo. “Put your Back Into The Oar”, “Cry of the Black Birds”, y sobre todo, una más que clásica y referente como “The Way of the Vikings” fueron encandilando y elevando todavía más al público, y lo mejor estaba por llegar.
Porque si algo define a esta banda, también es lo que cuidan la puesta en escena, no sólo con la pirotecnia y la iluminación, también con toda la iconografía material. Y para corroborarlo, hicieron acto de presencia una enorme hydra que fue reducida a martillazos por el mismísimo Johan, para cerrar así un repaso magistral que fue dado por “First Kill”, “Shield Wall”, “Raise Your Horns” (porque no todo es combatir, también hay que festejar), y “Twilight of the Thunder God” para bajar el telón de Odín.
Amon Amarth
Llegó un descanso bastante necesario, en el que vimos pasar a gente sin camiseta y con una sudada considerable, a lo que entendimos que esos fueron los que se quedaron por las primeras filas y lo dieron todo, como si quisieran entregar sus vidas en el Ragnarok. Nosotros también aprovechamos para descansar, al mismo tiempo que fuimos avanzando filas, sacando partido del creciente hueco, y nos acercamos bastante al escenario, que estaba totalmente cubierto por una lona que ya nos anticipaba lo que indudablemente ya sabíamos que venía. “Machine Fucking Head” no dejaba lugar a dudas de que cuatro californianos iban a reventar el escenario.
Trayendo un último disco bajo sus brazos, nacido en este mismo 2022, Of Kingdom And Crown consta de varios temas que el público quería disfrutar en directo, “Become the Firestorm” se convirtió en apertura y al mismo tiempo, muestra de ello. Siendo un grupo que también peina canas desde sus inicios hace también una treintena de años, nos dinamitaron varios temazos a toda potencia, y aunque la formación ya no sea la misma que cuando gestaron aquellos clásicos, no faltaron “Imperium”, “Ten Ton Hammer”, ni mucho menos, “I Am Hell”.
Lo que nos sorprendió, es que desde estos primeros temas, Rob se esforzaba en promover los circle pits y los pogos, y aunque pensábamos que en una sala de tamaño medio iba a costar animar al público, vaya si lo consiguió. Nosotros nos quedamos a partir de la primera mitad, bastante adelantados, y tuvimos que echarnos un poco para atrás para evitar ser engullidos por la energizada y animada marea de gente en movimiento circular. Y cómo no, con cañonazos de fuego que nos secaban hasta los ojos, para añadir más ánimo a la noche metalera.
Machine Head
Los que conocemos la discografía de Machine Head, sabemos que tienen temas largos, y luego, los muy largos. Por eso sabíamos que, si se centraban en estos, su set list no estaría compuesto por más de diez u once tracks, así que llegados a este punto del directo, supusimos que estaríamos llegando a la mitad del espectáculo. “Choke on the Ashes of your Hate” y “Darkness Within” fueron avivando más todavía si cabe el combustible inagotable del movimiento de la masa de la que formábamos parte, y para dejar los clásicos bien repasados, no pudieron faltar “Now we Die”, “From this Day” y, para sorpresa de muchos, la que pensábamos que iba a bajar el telón no fue dejada para el final, pues fue “Davidian” la que más nos hizo saltar.
Para terminar, hicieron su propia interpretación de “South of Heaven” mediante un extracto del tema de Slayer, y “Halo” sí que fue su despedida de la noche, con la que fueron marchando del escenario y despidiéndose de los asistentes. De nuevo, presenciamos un desfile de gente que había perdido la mitad de su ropa y de su sudor en los pogos, mientras nos íbamos con sensaciones agridulces, pues el sonido, en la posición desde la que estábamos, no nos transmitió la potencia y la nitidez que cabe esperar de un grupo tan mítico, solicitado y aclamado por sus seguidores.
Y sobre todo, por la decepción que nos supuso el hecho de tener que dejar la crónica que yo estoy firmando carente de la parte visual, de la que siempre se ha encargado mi compañero David de una forma seria y rigurosa, que no ha sido ni valorada por la organización, ni respetada por los demás profesionales del mundo musical.