Tenía muchas ganas de ver a la gente de Mothertown, ya que me había quedado con las ganas de disfrutarlos en directo en varias ocasiones, especialmente en el mes de marzo, cuando, un problema de su vocalista hizo que tuvieran que posponer la fecha, para, por fin, llevarse a cabo en este sábado del mes de octubre.

A este grupo catalán, aunque afincado en Cantabria, le conocimos, gracias a nuestros amigos de Noche de Rock a finales del 2020, en la parte más dura de la pandemia, y han apostado claramente por ellos, llevándolos al Centro Cívico de Cudón, lugar en donde iba a tener lugar este concierto y al que ya hacía unos meses que no iba, en colaboración con el ayuntamiento de Miengo.

Este dúo, formado por Laura Toran a las voces y la guitarra acústica y Marco Simone a la guitarra eléctrica, tiene su origen en el año 2017 y hasta la fecha han publicados el Ep “A different light”, del pasado año, y su primer disco, “Welcome to Mothertown” de este 2022, habiendo llegado ambos a disco de la semana del citado programa radiofónico.

Acudía a esta cita muy ilusionado por ver a por primera vez a esta banda y casi convencido de que aquello iba a tener una buena entrada; desgraciadamente, no fue así y fuimos muy pocos los allí presentes, algo que no me cuadra porque, si los dos discos han sido tan bien acogidos entre los seguidores del citado programa, es porque a la gente le gusta, o eso al menos entendí yo.

Lo cierto es que estábamos casi en familia y ni tan siquiera esperar unos minutos mejoró mucho la situación, así que Oskar, el responsable de Noche de Rock, presentó el evento y anunció que este iba a ser el último concierto allí de este año, así que había que disfrutarlo como se merecía.

El dúo nos saludó y nos presentaron la primera pieza que sonaría, “Riding the waves”, registrada en su disco, el cual repasarían en su totalidad, anunciado como un canto a su verdadero hogar, la tierra, demostrando la bonita y potente voz de Laura y con un sonido entrañable, para continuar con la que le sucede en su reciente obra, es decir, con “Timenet road”, la cual comenzó despacio, pero cantada con fuerza y garra, en un tema que fue cogiendo intensidad, sacando un sonido muy bonito y con un gran solo de guitarra final.

Se mostraron orgullosos de no tener límites en lo musical y poder escuchar lo que quisieran, interpretándonos una versión de un tema muy conocido y que se remonta a los años 60, el genial “California Dreamin'” de The Mamas & The Papas, que, como nos desearon, lo disfrutamos, dándole un toque muy personal pero que les quedó muy bien, siendo unida por una canción propia y recogida en este disco que nos venían a presentar, concretamente “Voices on the streets”, una pieza muy bonita, conocida y muy animada, con la guitarra bien presente, dejándonos una composición corta pero directa.

Confesaron que un género que les gustaba mucho era el de las bandas sonoras y por ello hicieron un tema instrumental para su último disco, llamado “Western eyes”, con ese sonido tan americano, una pieza muy bonita y que nos hizo viajar, para regresar a ese trabajo que han lanzado este año con la canción que lo abría, es decir, “Silhouette”, que empezó relajada, pero con fuerza y mostrándonos de nueva esa voz bella y potente que posee, sin olvidar el lucimiento de Marco a la guitarra, disfrutando mucho con la misma.

Nos comentaron que en este último trabajo reivindican muchas cosas, como en “It goes fast”, donde se habla de disfrutar de la vida, que es muy corta, pero sin molestar, aprovechando para agradecernos el que estuviéramos allí, apoyando la música, comenzando dicha pieza de manera animada, pero alternando intensidades y siempre tocando con delicadeza y calidad.

Volvieron a las versiones, en este caso con una de los británicos America, quizás no muy conocidos actualmente, de los que tocaron “A horse with no name”, que la vocalista confesó que la hace viajar a America, ofreciéndonos una adaptación muy personal, que empezó de manera relajada, pero con la eléctrica presente, dejándonos una revisión muy bonita, con una gran voz y metiendo más caña la guitarra en la parte final, siendo muy aplaudida.

Tras afinar Laura, era momento de regresar a los cortes de cosecha propia con “Connected by wires”, de su reciente obra, que empezó con fuerza, pero que luego mostró muchos detalles, siempre con clase y estilo, para pasar a dedicar a Oskar el siguiente tema, el genial “Not enough”, presente en su Ep y que fue una de las primeras canciones que escuchamos de la formación, una pieza con mucha rabia, muy buena, pegadiza y con fuerza.

De vuelta a lo más actual del dúo, era el turno de “The dream of the dog”, una pieza que Laura dedicó a su perro Pancho, reconociendo que son seres especiales y reafirmándose en su lucha por los derechos de los animales, la cual empezó relajada y fue cantada con mucho sentimiento, con una parte final de exhibición musical de los dos y dejándonos una muy bonita canción.

En este viaje en que nos estaban acompañando por diferentes décadas, era el turno de los 80 con su adaptación del clásico “Personal Jesus” de los Depeche Mode, muy intenso, con ese ritmo constante y unos tonos potentes, mostrándonos una vez más Laura sus grandes cualidades vocales y que sabe llevar cualquier canción a su terreno.

He de confesar que tengo predilección por el tema “You are much better”, de su reciente disco y quizás el corte con el que me acabé de enganchar definitivamente a la banda, un temazo y que tiene ese estribillo tan pegadizo y contundente que te envuelve totalmente, para pasar a la que lo cierra, “What is inside?”, en la que tuvieron un comienzo en falso, con un muy animado arranque, una parte más intensa en el estribillo y la guitarra brillando al final.

Se mostraron encantados de estar allí, agradeciendo al Ayuntamiento de Miengo y a Noche de Rock el que hubieran contado con ellos, siendo el turno de “In the room”, la pieza que restaba de su presente trabajo, la cual comenzó de manera relajada, siendo otro bonito tema muy cálido e intenso y con muy buenos detalles de calidad, para pasar a ofrecernos una versión de los 90, en este caso del “Nutsehll” de los Alice In Chains, con la que se despedían, con un comienzo relajado, pero con buena presencia de la guitarra.

Y de esta manera, tras más o menos una hora y tres cuartos, se despedían Mothertown, no sin antes recordarnos desde la organización que el concierto era con entrada inversa y que habría un poco de picoteo después.

La verdad es que Mothertown dieron un concierto muy entrañable y que, pese a su duración, se pasó en un suspiro, gracias a la variedad de su repertorio, a la interacción con el público y, sobre todo, a la gran interpretación que hicieron los dos músicos de sus temas propios y de una muy bien escogida adaptación de clásicos de todos los tiempos.

Sin duda Mothertown nos demostraron la gran calidad de sus canciones, así como la ejecución de unos músicos que saben engancharnos con su propuesta, haciendo que los temas, que ya conocíamos de haberlos escuchado en estudio, tengan una magia especial en directo, algo que todos los allí presentes pudimos disfrutar.

Estoy seguro de que volveré a ver a este dúo en directo en cuanto me pesa posible, porque quedé realmente contento con lo vivido allí esta noche y os animo a todos a verlos en concierto en cuanto tengáis la posibilidad.

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Una vez terminó el concierto, estuvimos charlando, entre otros, con la gente de Noche de Rock, aprovechando para comprar las camisetas de su XXVI aniversario, así como el disco de los Mothertown, poniendo rumbo a otros lugares con el gusto de lo allí vivido, gracias al citado medio de comunicación, al mencionado dúo y al ayuntamiento de Miengo, que sigue apostando por la cultura de verdad, llevando a cabo eventos en un buen ambiente y que permite ir a toda la familia porque no eran las 22.00 cuando todo había acabado. Así da gusto.