Minutos después, al más puro estilo de Freddie Mercury, se consigue hacer participar a los presentes en la Riviera al eco de Maria con “La gent” durante más de un minuto. Una atmósfera de conexión que rompía con la anterior expectación, se acelera el ritmo y la gente empieza a aplaudir.
Con “A la vida” vuelve la calma, tanto que parece que nos están acunando al son de una nana, para seguir con “45 Cerebros y 1 Corazón”. Continúa la emoción presente en todo momento, los espectadores cantan al unísono en un espacio totalmente azul el final de “Metorit ferit”.
Y se alzaron las manos con “Tú Que Vienes a Rondarme”, en un entorno que no desmerece a la emoción y la calidez de la canción, todo se fue tiñendo de rojo y de pasión, materializando “el fuego baila y tú cantas” de su letra.
El concierto escala desde tener un público totalmente absorto con la voz, la música y las luces a un público que se integraba en una fiesta con el grupo. Con “Fiera de mí” llegó la verbena, rompiendo del todo con el principio de la noche para pasar a unos asistentes sumergidos en el espectáculo, saltando y cantando al ritmo de la canción y de Maria Arnal.
Cuando ya parece que todo ha acabado, llega la algarabía. Invita el momento a bailar, saltar y disfrutar. La noche que nos ha brindado Maria Arnal i Marcel Bagés se podría resumir como una explosión de emoción, felicidad, euforia y buena sintonía |