Alt-J es típico cabeza de cartel de grandes festivales españoles como BBK Live o Mad Cool. Sin embargo el pasado 15 de noviembre pudimos disfrutarlos de una forma un tanto distinta: nada más y nada menos que en el Wizink Center.
Hace unos años el grupo británico dio su debut con grandes temas como Breezeblocks, Taro o Matilda del álbum An Awesome Wave. Desde entonces no nos han dejado de regalar buena música y original, cada una más diferente de la anterior. Quizás sea eso lo que no hipnotiza de ellos.
Alt-J
Salieron al escenario ovacionados por un público entregado, ellos con una notable timidez iniciaron el concierto con el poderoso Bane y ese juego de eléctrica y cánticos gregorianos. La piel como escarpias.
Continuaron con un repertorio impecable, The Actor, U&ME o Matilda entre otras muchas, nos condujeron hasta el ecuador del concierto.
Entre un par de canciones, el vocalista, Joe Newman, regalaba sencillas pero cálidas palabras. Pero sin duda el dicharachero del grupo era Gus Unger, el teclista, quien llegó a bromear con unos del público que estaban de un modo “muy afectuoso”.
Quien no dio un ápice de feedback con los asistentes fue el batería, Thom Sonny aunque allí lo importante es cómo transmites. Los ingleses consiguieron embobarns a todos, aún más, ya que no hubo un solo momento de la noche donde algún sonido llamase la atención en el mal sentido.
Alt-J
La noche navegó a través de 3WW, Taro o Dissolve Me hasta el bis. Nos regalaron un pedazo de final con Left Hand Free, Hard Drive Gold y Breezeblocks. Una setlist bastante completa, para mi gusto perfecta, ni excesiva ni escasa.
Si tuviese que añadir un “pero” a este concierto es qu era un bolo que se habría disfrutado mejor en un espacio más pequeño. De hecho solo había sitio hasta la mitad de pista, la otra mitad estaba cerrada al igual que la zona de gradería.