Irremediablemente el tiempo va pasando y encaramos ya el último mes de este 2022, en el que hemos recuperado cierta normalidad en nuestras vidas, y es que, si echamos la vista atrás y recordamos como eran las cosas justo hace un año, es como para alucinar, con este carrusel de sensaciones y situaciones que todos, en mayor o menor medida, hemos vivido en estos 365 días.
Digo todo esto porque, día arriba día abajo, es lo que separa mi anterior concierto de Ídolos del Extrarradio con el que iba a vivir este primer viernes del mes de diciembre, el cual tendría lugar en la Sala Niágara de Santander y en donde estarían acompañados por los torrelaveguenses Zientotreintaiuno, una formación a la que ya hacía mucho que no veía en directo.
Zientotreintaiuno
Sin mucha prisa llegué a la Sala Niágara, con poca gente en los alrededores a la hora en que se abrieron las puertas, entrando sin que hubiera nadie todavía y es que los asistentes tardaron en llegar, aunque, cuando el concierto iba a empezar, estos salieron de debajo de las piedras y hubo una importante presencia de público en el céntrico local, al que regresaba cuatro semanas después de mi anterior visita.
Tras esperar algo más de un cuarto de hora sobre la hora fijada, se subieron al escenario Zientotreintaiuno, ese cuarteto torrelaveguense, compuesto en la actualidad por Eva a la voz, Rubén guitarra y coros, Darío al bajo y Amaia a la batería, habiendo editado, en sus 18 años de trayectoria hasta la fecha, los trabajos “Maketa” del 2005, “Zientotreintaiuno” del 2015, “Grabaciones perdidas “del 2016 y, su más reciente obra, “Simple impulso” de este mismo año.
La verdad es que ya tenía muchas ganas de volver a verlos y es que la última vez que los vi fue hace más de 3 años, comenzando su descarga con “No puedo respirar”, de su actual obra, tocada a toda velocidad y siendo muy intensa, tras la que nos saludaron, se presentaron y nos agradecieron el que estuviésemos allí, para continuar, tras ajustar el sonido, con “Aquí al final hay concierto”, la que abre su presente trabajo, siendo Darío el que la dio inicio, muy pegadiza y al final metiendo más velocidad.
Zientotreintaiuno
Sin dejar su más reciente criatura, fue de nuevo Darío el que dio entrada a “Luchan”, con cambios de ritmo y un estribillo pegadizo, mientras la gente se iba metiendo en ambiente, antes de continuar con “Lárgate de aquí”, que habla de cuando vas a una fiesta y aparece esa persona que no aguantas, tema presente en los dos anteriores trabajos y que es de los que se te quedan grabados rápidamente.
Turno ahora del que es su himno, “Zientotreintaiuno”, otra que estaba en sus trabajos del 2015 y 2016, tocada a toda velocidad y dándolo todo, para, sin pausa alguna, continuar con “Hipotálamo”, presente ya en su maqueta y que es una pieza corta y directa.
Tras recordarnos que tenían su último disco a la venta, regresaron al mismo con el que le daba nombre, “Simple impulso”, pegadizo e intenso, para continuar el recorrido por el citado lanzamiento con “Todos caen”, rápido y cañero y a la vez pegadizo y con fuerza, manteniendo la atención de los presentes.
Nos presentaron un corte nuevo, que ni tan siquiera aparece en el disco, llamado “Dolor”, el cual fue anunciado como algo oscuro, siendo Darío quien le dio entrada, muy elaborado y con una guitarra muy machacona, continuando con “Reparte leña”, una de las más queridas por sus seguidores, también presente en su segunda y tercera obra, la cual siempre es muy celebrada.
Zientotreintaiuno
Desearon que nos hubiera gustado su actuación porque ésta estaba llegando a su fin y no iban a hacer bises, siendo el turno de dos cortes que todavía no han editado, comenzando con “No tienes cerebro”, con el bajo entrando con mucha fuerza y potencia, para luego acelerarse y con un final enloquecido y rápido, despidiéndose de todos nosotros con “Te voy a destrozar”, mostrándose encantados de compartir escenario con Ídolos del Extrarradio, un tema que fue tocado a toda pastilla.
De esta manera y tras poco más de media hora, concluía la actuación de unos Zientotreintaiuno que dieron un concierto muy intenso y con mucha contundencia, dándolo todo sobre las tablas, como en ellos es costumbre, consiguiendo que la gente disfrutase con esos temas que son ya conocidos por sus seguidores.
La verdad es que tiene un directo muy rabioso y los nuevos temas, tanto los que están en el disco, la mayoría de los cuales ya había oído, como los que escuché esta noche por vez primera, demuestran la mayor elaboración de los mismos, pero sin salirse de ese estilo marcado que tienen.
Muy recomendables los Zientotreintaiuno, a los que, si nada pasa, veré en unas semanas en Torrelavega; os aconsejo que les peguéis una escucha, si no los conocéis, y, sobre todo, que los veáis en directo.
Tras la actuación de los torrelaveguenses, se produjo el cambio de instrumentos, que fue bastante rápido y ágil, algo que siempre es de agradecer y más cuando es un viernes y, como todos, toca madrugar al día siguiente.
A los Ídolos del Extrarradio los había visto por última vez justo hace un año, en uno de esos momentos en que, ahora toca concierto de pies, ahora sentado y aquella vez fue sentados, por lo que había muchas ganas de disfrutar de este concierto en un formato más habitual.
Este trío, con 17 años de trayectoria e integrado por Alex Pis al bajo y la voz, Fuzio a la guitarra y Gutxi a la batería, ha publicado hasta la fecha los siguientes, trabajos: “Quien necesita amor teniendo una pistola” del 2007, “El depresivo cuadro de los chicos eléctricos” del 2009, el EP “Guerras Bipolares” del 2011, su compartido con los también cántabros Sierra Leona “Ídolos del Extrarradio / Sierra Nevada” del 2012, el Ep “Vorágine” del 2014, “La llamada del oso” del 2017 y su más reciente “Discurso caníbal” del 2019, aunque pronto tendrá continuación.
Ídolos del Extrarradio
Precisamente con el corte que da nombre a su último lanzamiento, “Discurso caníbal”, arrancaron, con Alex siendo el que le dio comienzo, una pieza muy buena en intensa, tras la que nos saludaron y dedicaron el concierto al recientemente fallecido Covas, continuando en el mismo plástico con “Fuego en el estarbax”, con ese ritmo contagioso y bailable, siendo una canción muy cañera.
Retrocediendo hasta su disco de hace 5 años, llegaba “Sangre de obrero”, la cual empezó lenta y relajada para luego ir cogiendo velocidad, ya con el público entregado, tras la cual pidieron algún ajuste de sonido, para avisarnos de que estaban a punto de grabar temas nuevos, siendo el turno de uno de ellos, que ya escuché hace un año, “María Magdalena”, el cual empieza rápido y cañero, pero que luego se vuelve relajado, pero potente y con la sección rítmica sonando bien fuerte.
De vuelta a su disco de hace 3 años, era el momento de ese tema que tan bien ha calado llamado “Neo opio”, muy intenso y coreado por la concurrencia, para ser el turno de otro de esos cortes que no está publicado todavía, pero que conocía de la anterior vez, “Si se puede bailar, no es mi revolución”, que empezó explosivo, para luego ir relajándose levemente, con un ritmo tranquilo, pero con muchos cambios, para después terminar esta pegadiza pieza a toda pastilla.
Una vez más, regresaron a ese trabajo de hace 3 años con “Como tú”, una pieza muy cañera y a la vez corta e intensa, para, sin casi pausa, continuar con “Fuego amigo”, una canción que yo no conocía y que entró con un ritmo contagioso, siendo breve pero muy animada.
Ídolos del Extrarradio
Recordando que hemos pasado del oscurantismo cristiano al islámico, llegaba el momento de la siempre esperada “Cosas de críos”, de su anterior obra, con ese inicio explosivo y que fue muy bailada y coreada, para reconocer que para la siguiente estaba pensando en Pablo Iglesias, siendo el turno de otra nueva, “Ganas de vomitar”, empezando relajada, pero teniendo luego bastante contundencia.
Tras afinar, aunque fuese de derechas, era el momento de “Nutria suicida”, de su Ep del 2014, el cual empezó con mucha fuerza y siendo un corte muy cañero, para pasar a otra nueva y es que hoy se habían levantado “Algo soviético”, muy rápida y con mucha potencia.
Ahora fue la batería la que unió la anterior con “Caza furtiva”, de su último lanzamiento, sonado fuerte y cañera y con el trío motivándose, una gran pieza, con cambios de ritmo, antes de avisarnos de que iban a ir acabando, siendo el momento de “Ojitos de caracola”, otra de las que conocí el pasado año, entrando de golpe, con un sonido pegadizo y bailable, aunque luego se relajó brevemente, para más tarde intensificarse.
Llegaba la oportunidad de llevarnos al oído una de las más míticas y esperadas, “Purga en el parque”, de su obra de hace 5 años, con ese sonido tan guitarrero que tiene, para, sin dejar dicho disco, empezar a sonar el bajo, que nos llevó a “La llamada del oso”, comenzando de manera relajada, pero con fuerza y demostrando su calidad, algo fuera de toda duda.
Ídolos del Extrarradio
Agradeciendo a sus compañeros de cartel el haber tocado con ellos, era el momento de ese “España”, también publicado en su disco del 2017, con la batería marcando el inicio y dejándonos una pieza muy movida, con la que concluían su velada tras casi una hora de concierto.
La verdad es que nunca fallan en directo los Ídolos del Extrarradio, que dieron esta noche un muy buen concierto, muy intenso y demostrando la clase y la fuerza que tiene en el escenario, todo ello avivado por un público que estaba deseoso de verlos y es que no son una banda que se prodiguen tanto como nos gustaría en vivo.
Sus temas son ya clásicos del rock cántabro, debido a que ofrecen una propuesta musical diferente a la que habitualmente se escucha por estos lares, pero siempre con la calidad que atesoran sus músicos, algo que también hemos podido comprobar en las nuevas composiciones, que no palidecen antes los cortes ya conocidos, sino que van un punto más allá.
Sin duda, una experiencia diferente la de ver a unos Ídolos de Extrarradio que, como nos dijeron, se meterán dentro de poco a grabar y, por lo tanto, habrá que estar pendientes a estas nuevas grabaciones, así como a sus futuros conciertos.
Después de despedirme de algunos de los presentes, y con el nuevo disco de Zientotreintaiuno debajo del brazo, me fui de la Sala Niágara, más que satisfecho por lo allí vivido, con dos bandas de lo dieron todo ante una importante presencia de público, que llenó el citado local y que disfrutó de ambas propuestas ampliamente.