Reconozco que me debo estar haciendo viejo y que los carteles con más de dos grupos hacen que mire mucho quienes son los grupos que van a tocar, antes de decidirme a acercarme a ver dichos conciertos y más si son en viernes, habida cuenta que al día siguiente hay que trabajar.
El primer viernes del mes de febrero había en el Rock Beer The New de Santander un evento con tres grupos y desde el principio me entró por el ojo ya que iban a juntarse el mismo día Wet Cactus, a los que hacía muchísimo tiempo que no veía en directo, Medussa que habían sacado uno de los discos que más me gustaron del año pasado y Böira, una banda catalana con diez años de trayectoria y de la que apenas había oído hablar, pero que, cuando escuché su propuesta, ésta me pareció muy interesante.
Así que no había muchas dudas para regresar a la céntrica sala santanderina, un mes después de hacerlo por última vez, en un evento que organizaban la gente de Producciones Tudancas, que siguen peleando porque la escena underground cántabra salga adelante y consiguiendo traer bandas más que interesantes de otras zonas como harían esta noche.
Wet Cactus
Como era de prever había mucha gente en la sala cuando llegué, con el tiempo más que ajustado habida cuenta los contratiempos que producen el salir de trabajar casi cuando se iban a abrir las puertas, recorrer 30 km y aparcar en Santander, que no es moco de pavo.
Por desgracia aquello se iba a demorar más de la cuenta debido a que las pruebas de sonido se habían alargado y no sería hasta pasadas las 21.30 cuando la velada comenzó, con la actuación de los Wet Cactus, a los que ya hacía casi 4 años que no los veía en directo por unas u otras circunstancias y la verdad es que tenía muchas ganas de verlos, ya que son una de esas bandas que si ya de por si te fascinan en estudio, en directo son una autentica salvajada.
Aunque ya están cocinando nuevos temas, hasta el momento solamente tienen editados los discos “Wet cactus” del 2015 y “Dust, hunger & gloom” del 2018, manteniéndose la formación como en sus orígenes, hace casi una década, compuesta por Daniel Pascual al bajo y la voz, Oscar Marcano y Ernesto Diez a las guitarras y Jaime Pérez a la batería.
Comenzaron su andadura saludándonos y con un tema que denominaron en su setlist “Cabalgada”, empezando la batería y luego metiendo bien de fuerza, siendo una pieza rápida, pero jugando con muchos cambios de intensidad, ralentizándolo, para luego intensificar este corte instrumental, que fue unido con “Full moon over my head”, ese temazo de su segundo plástico, que ya se ha convertido en un clásico de su discografía, con ese ritmo contagioso y un final muy intenso y, como durante toda la velada, proyectándose imágenes sobre un pantalla ubicada detrás de la batería.
Wet Cactus
Tras algunos ajustes y preguntándonos que tal íbamos, con positiva respuesta de la concurrencia, siguieron el recorrido por su última obra de estudio con “So long”, el que precisamente la abría, un tema que empieza algo más tranquilo, pero que luego va cogiendo bien de fuerza e intensidad, sonando tremendo y con un gran final que nos hizo disfrutar, para, sin pausa alguna, remontarse a su ópera prima con “Ride the way for free”, con la batería introduciendo la canción con esa arrancada que contrasta con algunas partes más lentas, pero potentes.
La sala no paraba de ovacionar a la banda, que continuó el recorrido por sus discos publicados hasta la fecha, siendo el turno de “Sleepy trip”, la extensa pieza que cerraba su último lanzamiento, la cual empezó relajada, pero con ese sonido tan hipnotizante y muchos contrastes de sonido, con parte más veloces y otras más machaconas y con ese final tan especial y poderoso, para retroceder a su primer trabajo con “Damned rope”, que se inició lento y tranquilo, pero cogiendo poco a poco fuerza, haciéndonos mover los cuellos con su ritmo y relajándose en la parte final.
Wet Cactus
Llegaba el momento de los agradecimientos y de recordar a sus compañeros de cartel, para adelantarnos que solamente les quedaban dos temas y que eran nuevos, además de invitarnos a pasar por su puesto de merchán, siendo el primero de los cortes “Ritual”, empezando relajado, pero luego cogiendo más y más velocidad y fuerza, intercalando con partes algo más relajadas y con un poderoso y explosivo final, una muy buena pieza instrumental que fue unida, casi sin parar, con “Winter”, empezando fuerte, con un ritmo movido y un estribillo contagioso, dejándonos con un acelerado final.
De esta manera y tras algo menos de una hora, concluía la actuación de unos Wet Cactus que dieron un impresionante concierto, demostrando la gran calidad que tienen siempre en directo y es que es una banda que te enganchan rápidamente en vivo, todavía mucho más que lo hace cuando escuchas sus discos, convirtiéndose sus veladas en unas vivencias totalmente recomendables.
Esta formación no hace más que mejorar y eso que ya es difícil porque el nivel de la misma ya era alto en sus orígenes, pero no hacen sino sorprenderme gratamente cada vez que los veo en directo y, en función de lo escuchado esta noche, sus nuevas composiciones no solamente igualan, sino que superan lo ya editado, por lo que habrá que estar atentos para ver cuando se publican estas nuevas creaciones y disfrutarlas en profundidad.
Recomendaron encarecidamente ver a Wet Cactus en directo, sobre todo si te gusta el stoner, porque son una verdadera maravilla y una garantía en vivo.
Tras un cambio bastante ágil, llegaba el momento de Medussa, con los que ya había coincidido un par de veces el pasado año, la última en pleno otoño, y son una de esas bandas que no te puedes perder, porque en directo son una verdadera apisonadora, como he tenido ocasión de observar en las sucesivas veces que los he visto en directo.
Ya hace más de una década que se creó este proyecto, compuesto desde hace ya algún tiempo por Fernando Navarro y Juan Gutiérrez a las guitarras, Alfonso Borbolla al bajo y Javi Arias a la batería y que tienen grabados los discos “Ocho”, del 2014, “100.000.000 de años” del 2016, “La palabra ha muerto” del 2018 y “Xibalbá”, ese discazo del pasado año que tanto me ha gustado.
Para iniciar su velada interpretaron “Autodomesticación”, un corte que solamente apareció en la edición digital y en digipack de su última obra, pero no en el vinilo, empezando lento, pero con mucha fuerza, jugando con esos contrastes que tan bien les quedan, siendo unido con “Ningen sengen”, uno de los que más me gustan de este disco, el cual sería el único del que sonaron canciones, metiendo mucha caña desde el inicio y que es un temazo, con el que nos hicieron disfrutar por todo lo alto.
Medussa
Inconfundible es el inicio de “Terror háza”, con ese pal mute de Fernando muy intenso y característico, para luego estallar de golpe con ese sonido machacón que está en toda la canción, para pasar al corte que daba nombre a ese disco que estaban repasando, es decir, “Xibalbá”, con la batería metiendo caña desde el inicio, siendo un tema muy potente, pero luego relajándose, para después recuperar esa fuerza y contundencia y dejarnos una composición sublime.
Casi sin parar, llegaba “Anosognosia”, con ese inicio tan electrizante en el que el bajo está muy presente, con muchos contrastes de ritmo y bonitos sonido de guitarra, mientras toda la sala cabeceaba con su ritmo, dejándonos con un magnífico final, continuando el repaso a su última obra con “Ukase”, empezando con mucha fuerza y potencia, pero al mismo tiempo con melodía y con algunas partes en que el bajo estaba muy presente, siendo una bella pieza con fragmentos muy intensos.
Medussa
Llegaba el momento de la despedida y esta iba a llegar con “Morpho azul”, no sin antes agradecernos nuestra presencia, una canción que arranca con mucha contundencia y con el bajo en primer plano, con una música con mucha fuerza y potencia, haciéndonos mover la cabeza y contando con una parte central más melódica, pasando luego a ese fragmento más tranquilo, recuperando luego fuerza y relajándose al final hasta parar definitivamente.
Medussa demostraron, una vez más, durante su algo menos de una hora de actuación, que son una verdadera apisonadora en directo, dejándonos ver su calidad, elegancia y clase a la hora de ejecutar esas piezas tan bien elaboradas, pero que en vivo ganan muchos enteros, haciendo de sus conciertos algo totalmente recomendable para cualquier seguidor del metal potente.
Medussa
Da igual que Fonso llegase de trabajar con el tiempo justo para colgarse el bajo o que los hayamos visto unas cuantas veces, sus conciertos siempre son recomendables y siempre descubres matices diferentes en sus canciones, además de dejarte llevar por ese sentimiento y sensibilidad que su música, al menos a mí, me trasmite, contrastando con la fuerza y la potencia que siempre tiene su propuesta, sin olvidar que estamos delante de unos magníficos músicos.
Un grupazo como la copa de un pino y al que siempre que puedo me acerco a ver en directo porque los disfruto mucho.
Ya pasábamos de la medianoche y tras un cambio un poco más largo que el anterior, aunque no excesivo, llegaba el turno de Böira, ese grupo del que no conocía mucho hasta poco tiempo antes y que está integrado por Aleix Archs y Guillem Alberich a las guitarras, Núria Sanz i Tamayo a los teclados, Marc Rios al bajo y Mario Pérez a la batería y que, en esta década que llevan en activo, han publicado los discos “Si de la runa naixés” del 2015 y “Cendres ~ Mineral” del 2021, además del EP “Postcards from Nepal” del 2016 y que puso la banda sonora al documental de igual nombre.
Iniciaron su actuación como lo hace su último disco hasta la fecha, es decir con “Torelló”, con ese comienzo relajado a modo de intro que estalla de golpe con mucha fuerza y que produce un contraste de sonido, con una fuerte presencia del teclado hacia la segunda mitad, para luego meter más caña, con sus músicos moviéndose mucho sobre el escenario y metiéndonos en su velada.
Böira
La anterior fue enlazada con una de las piezas que más me llamaron la atención de este nuevo disco como es “Brot”, con ese comienzo tan directo y animado, un sonido juguetón en su inicio, pasando por una parte más calmada, para luego la batería sonar más machacona y llevarnos a un final con mucha fuerza, tras el cual se presentaron y nos agradecieron nuestra presencia, así como a la sala, organización y compañeros de cartel, continuando con el extenso “Allau”, de su primer trabajo, un grandísimo tema, con muchos matices y contrastes y ese final relajado tan brillante que nos dejó todos con la boca abierta.
Recuperando su actual disco, llegaba el momento de “Obaga”, el cual comenzó con un sonido grabado, que dio paso a ese inicio relajado, pero poco a poco aquello fue intensificándose, con mucha clase y fuerza, y logrando un final realmente explosivo, que se unió, casi sin parar, con “Octubre”, el que cierra este trabajo, metiendo mucha fuerza de entrada, con los músicos siempre moviéndose mucho en el escenario y trasmitiendo esa energía, pasando luego el corte por una partes más relajada, aunque luego el tema volvió a coger mucha fuerza.
Este mismo año ya han publicado un tema nuevo a sus redes sociales, concretamente su versión del inmortal “You'll never walk alone” de Gerry & The Pacemakers y que los seguidores al futbol conocen por ser el himno del Liverpool FC, aunque también se canta en otros campos, la cual empezó relajada, con Nuria a la voz, manteniendo ese tempo relajado al principio, pero cogiendo luego más y más fuerza y un aire más cañero, demostrándonos como saben dar su toque personal hasta a canciones tan conocidas como ésta y la bonita voz que tiene su teclista.
Böira
No querían que aquello se enfriase y llegaba el momento de regresar a su último trabajo con “Postcards”, unida a la anterior casi sin parar, entrando la batería y cogiendo mucha fuerza y potencia, jugando con esos contrastes de sonido, para luego relajarse en la parte final, pero solo levemente ya que terminó con mucha fuerza y mucha intensidad.
Nos agradecieron nuestra presencia y nuestra acogida, avisándonos de que les quedaban solo dos temas y terminaban, siendo ambas de su primer trabajo, comenzando con “Volcano”, el cual comenzó con un sonido juguetón de guitarra y con mucha fuerza y potencia, coreando desde el escenario esa parte central, siendo una pieza machacona y que fue seguida, tras afinar, con la extensa “Refugi”, la cual empezó lenta, aunque luego fue cogiendo fuerza, pasando después el corte a relajarse mucho hasta casi pararlo y luego regresar con mucha fuerza de golpe y acabar con esos contrastes de intensidad al ritmo de la batería, sonado un outro de fondo, mientras se despedían y nos saludaban.
Böira
Así, de esta manera y tras más o menos una hora de actuación, concluía un fantástico concierto de unos Böira que son una banda que en directo ganan mucho, ya que su propuesta tiene más fuerza cuando ésta es necesario y las partes más clamadas se sienten más, acompañado todo ello con una puesta en escena muy dinámica y que hace que no sepas en donde poner tus ojos ante la calidad de lo que está pasando sobre el escenario.
Sin duda alguna, aquella noche se ganaron un buen puñado de seguidores y es que, aunque las canciones en estudio ya son de una gran complejidad y están muy bien trabajadas, es en directo donde crecen de manera exponencial, logrando la atención y la implicación en su actuación de un público que, como esta noche, en su mayor parte apenas los conocíamos, pero que quedamos atrapados por su sonido.
Por supuesto os recomiendo que sigáis la pista a esta banda, que merece mucho la pena; yo así lo haré y ojalá vuelvan por aquí muy pronto.
Ya era muy tarde para mí cuando esta velada acabó, por lo que, tras despedirme de amigos y conocidos, me fui para casa muy contento por los tres conciertos que nos habían traído la gente de Producciones Tudancas, como siempre sinónimo de calidad, en donde nos reafirmamos con el nivel de las bandas locales Wet Cactus y Medussa y descubrimos a unos Böira que cautivaron a todos los que esa noche llenamos el Rock Beer The New de Santander.
03/02/2023 
Txutxy Cano 
Txutxy Cano
Rock Beer The New, Santander, Cantabria
