Ya he comentado alguna que otra vez que soy una persona muy rutinaria y que rara vez voy de concierto otro día que no sea viernes o sábado, ya que entre semana se me hace complicado compaginarlo con el trabajo y el descanso y el domingo suele dedicarlo a pasarlo con Montse, que bastante poco nos vemos el resto de la semana.

Sin embargo, a veces los planetas se alinean, como en este segundo domingo de febrero y tenemos un concierto por la mañana, en Los Corrales de Buelna, donde solemos pasar los fines de semana, y así compaginar música, con la mejor compañía para mí y unos tragos: pocos planes mejores se me ocurren para una mañana de domingo.

Además, estábamos de celebración, ya que el lugar donde iba a tener lugar el concierto era el Alquimia Tavern, un local al que acudíamos de vez en cuando a ver conciertos, pero que ya hace casi 4 años tuvo que cesar dicha actividad por los caprichos de vete tú a saber quién.

¿Y qué íbamos a ver ese día? Pues además de ser una fiesta de la cerveza Redneck y degustar una paella que el local iba a ofrecer a todos los asistentes, lo verdaderamente importante es que íbamos a ver en directo a Los Panojos, esa amplia y cambiante formación, que lleva más de dos años presente en muchas fiestas, tanto dentro como fuera de Cantabria, y que ya había visto otras tres veces, todas ellas en esta misma localidad, siendo la última acabando el pasado verano.

Como ya muchos sabréis, estamos ante una banda que hace versiones a su manera de temas conocidos tanto de décadas pasadas como de tiempos más recientes y que esta mañana estaba integrada por Yors a la voz y la guitarra acústica, Víctor a la guitarra acústica y voz, Mikel a la guitarra y voz, Gus al bajo, coros y voz, Alberto a la percusión y Pablo a la batería, aunque con bastante alternancia en las posiciones durante la velada y con la colaboración de algún miembro más que apareció por allí.

Llegamos con cierta antelación para coger un buen sitio y poder pedir algo, mientras el hoy sexteto iba acabando de probar, empezando a llegar gente, que no se quiso perder la fiesta que nos venía encima, llenándose más y más a medida que se acercaba la hora del concierto y siendo realmente complicado ser atendidos para pedir más consumiciones.

Apenas pasaba un cuarto de hora de la fijada como inicio de la velada, cuando nos saludaron y recordaron que inauguraban la temporada de conciertos en el Alquimia, tras esos años sin programarlos, arrancando, como suele ser habitual, con “Perlas ensangrentadas” de Alaska y Dinarama, con la que empezaron a animar a un público con muchas ganas de divertirse.

Tras volvernos a saludar, llegaba el momento de “Caramelos” de Los Amaya, muy festiva y con un gran solo de guitarra a cargo de Mikel, para dedicar a esta web la siempre genial “Tiempos nuevos, tiempos salvajes” de los inigualables Ilegales, un temazo que sacó la parte más rockera de la banda.

Después de hacer algún ajuste de sonido, continuaron con “Gimme the power”, de los Molotov, que fue dedicada a una seguidora de la banda, muy movida y animada, con Víctor motivando a la gente y con la percusión tomando mucho protagonismo, para, casi sin parar, interpretar una versión del “Juventud infinita”, de Novedades Carminha, que, si no me falla la memoria, era la primera vez que se la oía en directo y que resultó muy entretenida.

Nos recordaron que se acercaba San Valentín y que Luz, una de las asistentes al concierto, había preparado unos detalles para quien quisiera comprarlos para su ser querido, antes de lanzarse a por otro clásico en su repertorio como es “Lobo López” de Kiko Veneno, muy pegadizo y en el que Pablo y Alberto intercambiaron posiciones, aunque luego recuperaron sus lugares originales para esa infaltable “Nisio”, adaptación de Los del Páramo sobre el clásico de Pink Floyd, iniciada con ese fragmento del “Stayin´ Alive” de los Bee Gees, una gran versión que la han hecho ya casi propia y con Víctor haciéndonos participar, mientras la gente disfrutaba cantando la misma.

Ahora sería Estela la que tomaría la guitarra de Víctor, que solamente cantaría en la genial “Desde que ya no eres mía” de Los Zigarros, grupo seguido por muchos de los presentes, incluidos los músicos, un corte que fue dedicado al local donde estaba teniendo lugar el evento, un verdadero temazo que fue unido por ese inmortal “El ritmo del garaje” de Loquillo y Los Trogloditas, dedicado a los que tenemos más de 40 años, muy movido y con Víctor gozándolo y alargando el corte para conseguir la interacción de los presentes.

Ahora fue Víctor el que se ausentó para interpretar ese conocido “Miña terra galega", la revisión del temas de Lynyrd Skynyrd por parte de los gallegos Siniestro Total y que tampoco creo habérsele oído tocar a la banda, la cual fue muy cantada, para regresar Víctor, que dio el relevo a Estela, para otra pieza que no puede faltar en su repertorio como es “Superhéroes de barrio” de Kiko Veneno, con un buen solo de Alberto a la percusión y que sirvió como presentación a los músicos, siendo una canción muy divertida y entretenida.

Llegaba uno de los momentos cumbres en sus conciertos como es esa versión del clásico de Eric Clapton que ellos han bautizado como “Mones”, adaptando la letra a un amigo de la banda que estaba por allí y al que se la dedicaron, muy cantada y celebrada y con Víctor rompiendo una cuerda de su guitarra, para pasar a otro tema muy animado como es el “Hay poco rock and roll” de los Platero y Tú, con Mikel a la voz, siendo muy coreada y con Víctor rompiendo otra cuerda, acabando la velada así, con solo 4 cuerdas.

Cuando empiezan a tocar “Milana” de Guadalupe Plata suele ser síntoma de que la actuación está llegando a su fin, con  Yors y Gus cambiándose las posiciones y con Estela por Mikel a la guitara, muy celebrado y alegre, para, recuperando la formación original, ser el turno de otro corte que no había escuchado tocado por la banda, como es “Metralleta Joe” de Ángel Stanich, muy movido y que fue dedicado a los traficantes de carne.

La siguiente pieza se la quisieron dedicar, irónicamente hablando, a esos ingenieros que hacen trenes que no entran por los túneles, y es que llegaba el momento de “O tren”, ese tema de Andrés do Barro, pero que en los años 80 versionaron Siniestro Total, otra canción muy celebrada y coreada, siendo el turno de otro corte que es más conocido por quien la versionó que por sus creadores, como es el caso de “Apuesta por el rock and roll” de los Mas Birras, pero que todo el mundo conoce por la versión de Bunbury, con Víctor a la voz principal, muy cantada y con la gente disfrutando.

Y siguió Víctor en plan estelar con ese “Mi gran noche” de Raphael y que también lleva cantando hace muchos años con Cantaebria, una de las muchas bandas en las que está, un pieza que siempre funciona en cualquier fiesta como ésta, siendo el momento de marcharse, no sin antes agradecer tanto al local por el trato y la paella, que, por cierto, estaba muy rica, a los asistentes y también a la gente de Redneck, llegando el turno del “Agradecido” de Rosendo, en la que Víctor recuperó su guitarra, siendo muy cantada por todos los allí presentes.

De esta manera y después de casi dos horas de actuación, concluía esta sesión vermú con la gente de Los Panojos que nos dieron aquello que veníamos a buscar, un poco de diversión y buena música, en un muy buen ambiente, mientras comíamos y bebíamos, acompañando a sus canciones con nuestras voces y con nuestros bailes y signos de complicidad.

Son un seguro en cualquier fiesta, como he podido comprobar en el último año, y todo ello porque no tiran del típico repertorio de temas clásicos del rock, que alguno cae, sino que introducen muchos cortes no tan conocidos y de épocas posteriores, lo que les da ese plus que les diferencia, además de la variedad en los estilos que interpretan, que dotan de frescura a su propuesta y con la ventaja de que toque quien toque lo va a hacer muy bien.

Sin duda, Los Panojos no pueden faltar en ninguna fiesta que se precie de serlo, porque son diversión, entrenamiento y buena música.

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