Empezábamos el mes de marzo con uno de los conciertos más esperados de estos primeros meses del año, como es esta gira conjunta que nos iba a traer a Soziedad Alkoholika y Crisix, un regalo de reyes, ya que fue la víspera de dicha fiesta cuando nos enteramos de la misma, y que iba a comenzar en el Escenario Santander, a donde regresaría tres meses después de mi anterior visita.
Lógicamente la expectación por ver semejante concierto se generó casi automáticamente y se llegó al sold out unos días antes de la celebración del evento, algo más que meritorio, habida cuenta de la gran cantidad de oferta que hay en nuestra tierruca y que la economía está como está, pero poca gente quería perderse a los gasteiztarras, con gran tirón en esta zona, ni tampoco a los catalanes, que se han creado merecidamente un gran nombre dentro de la escena metalera estatal.
Ahora solamente quedaba cuadrar bien todo y esperar a que llegase el día, escapándome un poco antes del trabajo, ya que el concierto iba a empezar pronto y en el Escenario Santander los horarios se cumplen escrupulosamente, llegando todavía con tiempo para poder entrar en un local que todavía no contaba con mucha afluencia, aunque, lógicamente, el público iría llegando hasta llenar dicho recinto.
Crisix
Tras saludar a algunos de los presentes y echar un vistazo rápido a los puestos de merchán para pasarme al final del concierto, me acerqué a las primeras filas, todavía relativamente despejadas, mientras observaba el enorme telón con el nombre de Crisix, la formación que, con absoluta puntualidad, arrancaría la velada.
Poca gente habrá en la escena metalera estatal que no conozcan a los catalanes, una de las bandas más importantes de la misma y que está compuesta por Juli Baz "Bazooka" Sánchez a la voz, Marc "Busi" Busqué Plaza y Albert Requena Mateu a las guitarras y voces, Pla Vinseiro al bajo y coros y Javi "Carry" Carrión López a la batería, a los que había visto en directo antes de la pandemia, aunque regresaron a Cantabria este otoño, evento al que no pude acudir.
Venían presentando su nuevo trabajo, “Full HD”, del pasado año, que es su sexto larga duración en estos 15 años de trayectoria, incluido aquel disco de versiones del 2019 llamado “Sessions #1 - American Thrash”, aunque también cuentan con un Ep del año 2021 titulado “The Pizza E.P”
Y ¿qué mejor manera de empezar un concierto que con el que, para mí, es su mejor tema? Pues ninguna y, después de una intro, se lanzaron a tocar “Full HD”, el que da nombre a su actual referencia y que provocó la locura entre los seguidores de la banda y la sorpresa entre quienes no los conocían o solo los habían escuchado de pasada, saludándonos y dejándonos ese temazo, que fue muy celebrado y cantado con ganas por las primeras filas.
Crisix
No venían aquí a perder el tiempo, conscientes de las limitaciones de horario, y llegaba el turno de “World needs mosh”, del antes citado Ep, tocado a toda velocidad, con su cantante gritando con todas sus fuerzas y comenzando a producirse un circle pit en esta cañera pieza, para pasar a presentarse y agradecer a la gente de Soziedad Alkoholika el trato, siendo el momento de “Leech breeder”, uno de los temas centrales de “Against de Odds” del 2018, que fue dedicado a los que abusan de su poder, otro trallazo que hizo enloquecer a la gente y con Busi bajando a tocar durante un instante entre los presentes.
Momento ahora de regresar a los orígenes de la banda con ese “Bring 'em to the pit”, presente en su segundo disco, “Rise... Then Rest” del 2013, pidiéndonos ayuda para cantar con ellos, comenzando de golpe, muy intensa, pegadiza y animada e interactuando constantemente con los asistentes, como harían durante toda la velada, para volver a su trabajo de hace 5 años con “Get out of my head”, muy rápido y cañero, con partes muy pegadizas, haciéndonos agacharnos para luego saltar, una muy buena canción, con ese parón casi al final que tan bien quedó.
Era el momento de experimentar, como ellos mismos dijeron, con Requena a la batería y Carry a la voz, para interpretar ese “Raptors in the kitchen”, que aparecía en su Ep de hace dos años, pero en esta ocasión cantada en castellano, breve y rápida, para, de nuevo, volver a producirse cambios, ya que Bazooka se hizo cargo del bajo, mientras Pla se enfundaba la guitarra, Busi a la voz principal, cediendo su guitarra a Carry, para lanzarse a tocar ese medley de clásicos del Heavy Metal, que comenzaron con el “Hit the lights” de unos tal Metallica, para seguir con el “Walk” de Pantera y finalizar con la genial “Antisocial” de los franceses Trust, aunque aquí fuese más conocida por la versión de Anthrax, un momento muy celebrado y que sirvió para enganchar a los que aun pudieran no conocer a la banda.
Crisix
Tras volver a ocupar todos sus posiciones iniciales, no quería olvidarse su disco del 2016, “From Blue to Black”, en donde estaba incluido “G.M.M. (The Great Metal Motherfucker)”, con un sonido muy fuerte y potente, haciéndonos mover nuestros cuellos, pasando a invitarnos a hacer un wall of death, siendo un tema divertido e intenso, antes de advertimos de que les quedaba una, pero que teníamos que animar para que la tocasen y que debíamos desfasarnos, siendo la ocasión de escuchar su clásico “Ultra Thrash”, de su ópera prima “The Menace” del 2011, tocado a toda velocidad y que provocó el delirio entre la mayoría de los presentes.
De esta manera y con la mayora de la gente con ganas de más, concluía esta demoledora actuación de unos Crisix que, en los pocos más o menos 40 minutos que estuvieron sobre las tablas, dieron un conciertazo, muy intenso y breve y que consiguió que los asistentes no solo disfrutasen con su velada, sino que probablemente la mayoría volvería a verlos otra vez a ojos cerrados.
No pararon ni un solo segundo, moviéndose arriba y abajo del escenario, pero sobre todo dejándonos grandísimas canciones que sonaron realmente potentes en un escenario como éste y ante un público que no era necesariamente el suyo, pero que se acabó rindiendo ante la evidencia de que estamos ante una de las más grandes bandas de la escena metalera estatal.
Crisix son el presente y el futuro de la escena y noches como ésta lo refrendan; esperemos que la próxima vez vuelvan a este mismo recinto sea como cabezas de cartel, porque se lo merecen.
Después de la actuación de los catalanes y mientras esperábamos el cambio de bártulos para ver al grupo cabeza de cartel, estuve comentando con varios de los presentes lo que acabábamos de vivir, recogiendo impresiones muy positivas, sobre todo de aquellos que iban a ver a Soziedad Alkoholika y se encontraron con una banda que quizás no habían escuchado en profanidad y que les había encantado.
Pero, pese a todo, los protagonistas de la noche eran los gasteiztarras Soziedad Alkoholika, con esa formación inalterable desde hace ya 9 años compuesta por Juan a la voz, Jimmy e Iñigo a las guitaras y coros, Pirulo al bajo y Alfred Berengena a las baterías, siendo la última vez que los vi en este mismo recinto, pero ya hace más de 6 años.
Son ya 35 años de trayectoria de una banda que conocí a primeros de los noventa, con aquella maqueta grabada y en cuya cara b estaba un directo de la misma, con temas que luego rescatarían, habiendo publicado hasta la fecha10 discos de estudio, incluido uno de versiones, además de la regrabación de su primer trabajo, un par de Eps, varios directos, splits y compilaciones.
Como una declaración de intenciones de lo que nos iban a ofrecer, salieron a escena con esa intro llamada “Ni por favor ni hostias” que abría su primer disco, “Soziedad Alkoholika” de 1991, pero que fue regrabado en el 2009 bajo el nombre de “Sesion#2”, con la gente volviéndose loca cuando sonaron los primeros acordes de aquel “Perra vida”, que, como en dichas obras, sucedía a dicha intro, siendo muy cantada y celebrada por la concurrencia.
Soziedad Alkoholika
Después de saludarnos y sin dejar su ópera prima y manteniendo dicho orden, era el momento de otro clásico de esos primeros trabajos como es “Pelota”, muy cañero y con esos cambios de ritmo que nos dejaron una pieza muy intensa, antes de retroceder a su maqueta, “Intoxicación etílika” del año 1990, con la historia del “Padre Black & Decker”, al grito de curas follacrios, una canción corta y directa y que fue también muy celebrada.
Sin casi pausa, avanzaron hasta el que es su último trabajo de estudio, “Sistema antisocial” del 2017, en donde estaba recogido “Policías en acción”, con ese guitarrero inicio, dejándonos una canción rápida e intensa, para, tras tomarse un breve respiro, continuar con esa intro que dio paso a “Nadie”, de aquel “Mala sangre” del 2008, con un comienzo lento y pesado, para luego coger más velocidad y fuerza, siendo una pieza pegadiza y potente.
Un poco más atrás en el tiempo se marcharon, concretamente hasta ese 2003 en que publicaron “Tiempos oscuros”, un gran trabajo, que contenía muy buenos cortes como el que le daba nombre, que fue el que sonaría, con ese crudo sonido de guitarra, mientras los cañones de humo, que había en el escenario, entraban en acción, en este temazo, muy potente y celebrado, con un final muy intenso y al grito de muerte al fascismo.
De vuelta a su obra del 2008, era el turno de ese “Política del miedo”, que puso a botar a toda la sala, produciéndose un intenso mosh entre los presentes, contagiados por la fuerza y energía que se estaba desprendiendo desde el escenario, tras el que tuvo lugar una breve pausa, en la que sonó una intro, antes de lanzarse a tocar ese “Sueños rotos”, de su exitoso “Ratas” del año 1995, con un comienzo potente y con fuerza, sonando como un cañón y con ese acelerado y rápido final.
Probablemente la canción que más me gusta de la discografía de los gasteiztarras sea “Palomas y buitres”, un verdadero temazo, que recogían en su disco de 1997 “¡No intente hacer esto en su casa!”, muy celebrado y tan vigente en muchos casos hoy en día, para retroceder a su álbum de dos años antes con “La aventura del saber” y es que hay que estar siempre con un ojo abierto, con esos coros iniciales, un tema muy rápido y con un estribillo muy pegadizo.
Soziedad Alkoholika
La intensidad del concierto era muy alta y los respiros entre tema y tema eran muy escasos y breves, siendo ahora el turno de un par de compañeras de la anterior, es decir, de aquel disco de 1995, comenzando con “Estado enfermo”, con mucha fuerza y sin perder esa tensión generada, para pasar al corte que le daba título, “Ratas”, uno de sus mayores clásicos y conocido por todos, apareciendo de nuevo los cañones de humo y con la gente disfrutando en el mosh.
Siempre le tuve un cariño especial al segundo disco de la banda, “Y ese que tanto habla…” de 1993, aunque es cierto que muchos de sus temas han quedado en el olvido y no suelen sonar en sus directos, aunque “Automarginado” es una de las excepciones, comenzando con ese característico sonido, otra pieza mítica y que sonó brutal, para recordar el buen rollo que ha de haber siempre en sus conciertos, siendo el turno de “Buenos momentos”, de aquel “Polvo en los ojos” del 2000, con la gente botando y con un sonido lento, pero muy potente y con un estribillo muy pegadizo.
Ya iban llegando los “Peces mutantes”, otra de las que siempre son muy esperadas en sus directos y que estaba recogida en su disco del 1997, muy celebrada y pegadiza y con los cañones de humo haciendo de nuevo acto de presencia, siendo unida con la genial “No kiero participar”, de su tercer trabajo, con un sonido muy potente y que también es una canción muy coreada y que la concurrencia disfrutó.
Pero para celebración, cuando empezó a sonar esa pieza que está dedicada a todos los asquerosos, como es “S.H.A.K.T.A.L.E. (Vomitaré en tu cara)”, la que abría su maqueta y que también estaba registrado en su ópera prima, la cual provocó la locura entre los presentes, muy rápida y con más humo desde el escenario, para pasar a otro tema que es muy importante para la banda, ya que siempre fueron perseguidos por sus letras, y es que llegaba el turno de “Piedra contra tijera”, de su plástico de hace 20 años, también muy celebrado y cantado.
Soziedad Alkoholika
Se acercaba la recta final del concierto, para la que regresaron a su mítica maqueta con “Sin dios, ni ná”, con ese comienzo machacón, una gozada de canción, muy directa, tras la cual se fueron brevemente del escenario, pero la gente y la banda querían más y ésta regresó, agradeciéndonos el haber llenado el recinto, animándonos a disfrutar, que el tiempo se pasa rápido, siendo el momento de “Cuando nada, vale nada”, de su disco del año 1997, muy celebrado y con la gente dándolo todo.
Recuperaron un corte de aquel disco de versiones, que se llamaba “Diversiones” del año 1996, concretamente el “Sorprendente” de los Leño, con esa parte reggae hacia la mitad que ellos han introducido, un homenaje muy potente y personal, para despedirse de todos nosotros, dándonos las gracias y siendo el turno de “Nos vimos en Berlín”, otra que estaba presente tanto en su maqueta como en su ópera prima, quizás su tema más emblemático, provocando el delirio entre los presentes y con nuevos cañonazos de humo desde el escenario.
Y, pese a que comenzó a sonar una outro, a que la banda se despedía y en el setlist no había más temas apuntados, volvieron a salir para decir que les había quedado de tocar una que suele gustar y es que faltaba de sonar el “Motxalo”, esa versión muy libre que hicieron del corte de Fischer-Z para ese disco de versiones del año 1996, muy buena y muy celebrada y con la que, ahora sí, las luces de la sala se encendieron, tras algo menos de una hora y media de actuación.
Soziedad Alkoholika
Soziedad Alkoholika dieron un verdadero bolazo, probablemente el mejor que los haya visto, ya que se les vio en un gran momento de forma, con un repertorio muy bien escogido, aunque siempre se echan en falta algunos temas en bandas de esta envergadura, y sonando al mismo tiempo potentes y nítidos, con una muy buena puesta en escena y logrando conectar con la gente, que disfrutó del evento como si no hubiese un mañana.
Quizás, y por poner alguna pega, se nos hizo corta la actuación, pero la duración es la habitual de los conciertos de una banda que repasó prácticamente todos sus discos, centrándose especialmente en los de la década de los 90 y es que, aunque han ido sacando algunos buenos trabajos después, en aquella época crearon auténticos himnos, que nunca pueden faltar en sus directos, y eso que su último álbum de estudio a mí me gustó mucho.
Esperemos no tardar otros 6 años en volver a verlos por estas tierras y, a ser posible, que vengan con un nuevo disco bajo el brazo; desde luego sus directos son un verdadero acontecimiento que no te debes perder.
Solo quedaba comprar algo de merchán en los puestos de los grupos, en donde había bastante cola, y marchar para casa, tras despedirme de algunos amigos y conocidos, con el sabor de boca de haber estado en unos de esos conciertos de los que se hablará largo y tendido en años posteriores dentro de la escena cántabra y es que tuvimos el privilegio de disfrutar de dos grandísimas actuaciones a cargo de Crisix y Soziedad Alkoholika, en un lugar tan especial como es el Escenario Santander.