No todos los días se dispone del privilegio de ver al señor Steve Vai, y si la oportunidad la da verlo en un auditorio, merece la pena coger carretera y manta para ello, así que nos fuimos hasta Huelva para asistir, a la que sería la primera de las 2 fechas que tocaría en el Auditorio Casa Colón.

El maestro vendría a presentarnos su último trabajo de estudio, Inviolate (2022) después de un parón de casi 6 años en no sacar nada nuevo de estudio.

Con un Sold out para la primera fecha anunciada, el día 29, se decidió sumar una segunda cita, un día antes, que es a la que nosotros asistiríamos, y aunque no se colgó el cartel de no hay entrada, el auditorio contó con una asistencia muy amplia, quedando sitios libres únicamente en las últimas filas.

Y sin dilación respecto a la hora anunciada de comienzo, las 21:00, salieron los músicos al escenario, en esta ocasión, acompañando a Vai, encontraríamos a Philip Bynoe al bajo, a la guitarra Dante Frisiello, y a la batería Jeremy Colson, formación compacta que sin robar protagonismo al maestro de las 6 cuerdas hicieron un gran trabajo durante toda la noche.

Con “Avalancha” se inauguraría un setlist, del cual pudimos disfrutar muchos de los temas del nuevo disco, como este primero, que sonó muy contundente, dejando en momentos la parte más virtuosa del artista y llevándonos a ritmos más heavys. Continuarían con “Giant Balls of Gold” y “Little Pretty”, la primera vieja conocida pero no tan frecuente de verla en sus directos. Pronto llegaría una de las preferidas de los asistentes, “Tender Surrender” que fue interpretada con tal maestría que levantó de las sillas a todos los asistentes que le aplaudieron al unísono, y es que Vai parece hacer fácil todo lo que toca. “Lights Are On” e “Incantation” precedieron a un sólo de bajo que realizó el bueno de Philip.

De nuevo nos iríamos al último disco para escuchar “Candlepower” tema más anárquico y que sin duda nos recuerda la influencia que tuvo en él los años que pasó junto al gran Frank Zappa y su gusto por el jazz. En “Building the Church” llevó la guitarra hasta el siguiente nivel con su técnica y el caballo volvió a galopar a través de su palanca, al igual que en “Bad Horsie” donde pudimos escuchar los ritmos más agresivos y pesados de la noche; “I'm Becoming” introdujo la que posiblemente fuera uno de los temas que mejor sonaron y más emocionaron, “Whispering a Prayer”, 8 o 9 minutos de puro disfrute y surfear con la guitarra Ibanez del neoyorquino.

Afrontábamos ya una temida recta final, el concierto no decayó ni un minuto, y aunque es cierto que hay temas más animados que otros, está claro que quien viene a ver a Steve Vai, sabe a lo que va y lo que encontrará. El sonido fue perfecto durante toda la noche, y aunque a veces dieran ganas de levantarse del asiento y animarse, poder disfrutar de él sentado y tranquilo, hace que puedas poner los 5 sentidos en el escenario sin ninguna distracción.

También muchos años que no escuchábamos en directo “Dyin' Day” del “Fire Garden”(1996), posterior vino el momento más “heavy” de la noche con el solo de batería de Jeremy Colson, que demostró su gran adaptabilidad que tiene a los distintos géneros.  Mientras los técnicos fueron montando en medio del escenario un pié de guitarra que sujetaría la guitarra de 3 mástiles que vemos en la portada del último disco, y es que vendría “Teeth of the Hydra”, para quien tenga curiosidad de ver este peculiar instrumento y ver como Steve Vai se desenvuelve con él, tiene un videoclip donde se puede apreciar como interpreta el tema de una genial manera, en directo fue aún más impresionante de ver.

Con “Zeus In Chains” escucharíamos el último corte que nos dejó de “Inviolate” y daría paso a la traca final, que vino con “Liberty”, ese corto pero intento “canto” a la libertad de su afamado “Passion And Warfare” (1990) y que continuó con el esperadísimo “For the Love of God”, que para sorpresa de los asistentes, contó con una parte cantada, por el vocalista y guitarrista español Dani G., de la banda “Last days of Eden”, que a su vez es técnico de Steve Vai; Luego el propio Steve se recorrió las escaleras del auditorio mientras interpretaba el tema para acercarse al público y que éstos tocaran y “manosearan” su guitarra como objeto de culto que es.

Pensando que ya era final, aún pudimos disfrutar de un tema más, a modo de Bis, este fue “Fire Garden Suite I- Bull Whip”, con el que ahora sí, pondría fin a un concierto de casi 2horas y medias, de puro espectáculo musical y visual, porque aunque el escenario no contara con ningún tipo de atrezo ni nada significativo, si tuvimos una pantalla donde proyectaron vídeos relacionados con los temas durante todo el show.

Una gran experiencia poder vivir a Steve Vai de una manera diferente, en un auditorio-teatro, con una gran acústica que hacía justicia a la banda, y visto la respuesta que tuvo el público durante los 2 días de show, con una asistencia casi plena, podemos decir que fue un gran acierto por parte del Ayuntamiento de Huelva en apostar por el genio y maestro de la guitarra para esos días.