Teníamos el evento de Tregua en Santander apuntado en nuestra particular agenda para finales del mes de noviembre del pasado año, pero una faringitis de su vocalista Mario impidió la celebración de ese concierto, aunque éste se iba a recuperar para el mes de abril del presente 2023, así que nos lo anotamos, con las lógicas reservas, ya que había muchos meses por el camino.
Sin embargo, esta vez hubo suerte y la fecha siguió adelante, por lo que la noche del 21 de abril regresaba a la Sala Niágara de Santander, tres semanas después de mi anterior visita, para disfrutar de esta banda gallega, de A Coruña para más señas, con 14 años de trayectoria y que, hasta la fecha, tienen registrados los discos “Nunca es tarde” del 2009, “Luces y sombras” del 2011, “Tregua” del 2017, “Kilómetro a Kilómetro” del 2018, que era un recopilatorio de sus más conocidos temas con invitados y “Lo urgente es vivir” del 2021, la obra que venían a presentar, y que cuenta, además de con el mencionado trabajo, con un directo titulado “De puertas pa´ dentro”, que fue grabado en marzo del 2019, aunque no se publicó hasta dos años después.
A este grupo, compuesto por Mario García a la guitarra y voz, Adrián Torreira a las guitarras, Iván Aguado a la otra guitarra, Rubén Rodríguez a los teclados, David Ruíz al bajo y coros y Miguel Vieites a la batería, los vi por vez primera en directo en un festival de Torrelavega, hace 6 años, y los volví a ver, dos años después, en la siempre añorada Black Bird de Santander.
Tregua
Desgraciadamente, para esta ocasión no se habían podido desplazar, por motivos laborales, ni Iván, ni Rubén, por lo que, el hoy cuarteto, se nos presentó con cierta puntualidad, en una sala que ya había cogido calor, iniciando su velada con “Tu corazón”, de su ópera prima, empezando relajada, pero con ritmo y que, poco a poco, fue animándose, siendo una canción pegadiza, que fue seguida, sin pausa, por la guitarrera “De vez en cuando”, la que abría su tercer trabajo, un tema muy animado y quedón y con un muy buen solo de guitarra de Adrián.
Pero no iban a olvidar ese nuevo disco que venían a mostrarnos y que es una gran obra, la cual contiene temas como ese “Miénteme”, que empieza de golpe, muy machacón y pegadizo y que fue muy cantado, para, sin casi parar, continuar con “La última página”, de su plástico de hace 12 años, muy buena y con fuerza, además de muy pegadiza y cantada por un público que animó dando palmas hacía la mitad, enganchándonos con su ritmo y con ese potente final.
Se presentaron y nos saludaron, recordando que hacía mucho que no venían por estas tierras, entre otras cosas, por culpa de la pandemia, siendo el turno de “Lo urgente es vivir”, la que da nombre a su más reciente obra, muy buena y pegadiza, bajando Mario y Adrián a tocar entre público, en la segunda mitad de la misma, intercalando fragmentos de temas conocidos, como el “Entre Sandman” de Metallica, siendo enlazada con “A largo plazo”, de su obra de hace 6 años, muy dinámica y en la que pidieron y lograron las palmas de la gente, siendo una pieza muy quedona y muy bailable.
Tregua
Tras tomarse un breve respiro para descansar de la intensidad que le estaban dando a este concierto, fue Mario el que dio comienzo a “Como un gato en un tejado”, la que abría su segundo registro, con un ritmo contagioso y un gran solo de Adrián, otra de esas composiciones que se te quedan grabadas rápidamente, para mostrarse encantados de haber encontrado tantos amigos en el camino como Sergio, de Jet Lag Disorder, que se subió con ellos a cantar la genial “Promesas olvidadas”, que da inicio a su actual plástico, la cual les quedó muy bien, haciendo, de este pegadizo corte, algo muy entrañable esta noche.
Siguieron desgranando piezas de este trabajo que venían a presentarnos, primero con “Para no volver”, la cual empezó relajada, con tranquilidad, pero con ciertos detalles de contundencia y un potente estribillo, demostrando su clase y los buenos temas que tienen, para, sin parar, continuar con “Arden las calles”, comenzando con ese sonido guitarrero vacilón, buscando y logrando la interacción de una concurrencia que estaba disfrutando con cortes como este que nos interpretaron.
Se tomaron una breve pausa, antes de continuar con la canción que daba nombre a su disco del 2018, “Kilometro a kilometro”, aunque ésta no aprecia en el mismo, sino que lo ha hecho en el directo y en este último, empezando de manera guitarrera, siendo muy pegadiza y cantada por la gente, con partes muy movidas y con esa parte final explosiva, para retroceder a su tercer álbum con “Un gramo de locura”, muy quedona y sonando con fuerza, mientras el público seguía cantando con la banda y es que se veía que los presentes eran muy seguidores del grupo.
Tregua
Después de tomar aire, continuaron con “Entre las cuerdas”, recuperando así el disco que nos venían presentando, empezando con mucha fuerza y con una letra que cala mucho, siendo una gran pieza, en la que David cantó una parte y en la que introdujeron un fragmento del “Bohemian Rhapsody” de Queen en la parte final, pasando a improvisar el comienzo del clásico “20 de abril” de los Celtas Cortos, habida cuenta lo cercano de esa fecha, para retornar a su plástico de hace 6 años con la genial y festiva “Descalzo por tus besos”, muy cantada y celebrada y es que es una canción muy pegadiza, con ese potente estribillo, con el cual buscaron y lograron que la gente cantase a capela, dejándonos un temazo.
Nos avisaron de que ya casi tenían que ir acabando, aunque la gente ni se lo planteaba y pedía más, continuando con “Volver a sonreír”, de su segundo trabajo, empezando con fuerza, muy potente, siendo a la vez muy animada, eléctrica y con un rápido final, para regresar a su actual referencia con “Uña y carne”, para la que pidieron unas palmas iniciales, otro temazo, con una potente batería, que fue muy celebrado y con ambos guitarras luciéndose, como durante toda la velada.
Llegaba el momento de presentar a los integrantes de la banda, además de recordar a sus compañeros hoy ausentes, sin olvidar a la gente que los había acompañado desde A Coruña, agradeciéndonos la acogida y dejándonos con el tema que restaba de tocar de esa obra que nos estaban presentando, “Agua pasada”, precisamente el que la cierra, el cual empezó con fuerza, algo que se mantuvo durante todo el corte, aunque jugando con cambios de ritmo y logrando que los presentes lo diesen todo.
Tregua
De esta manera y después de hora y media sobre las tablas, concluía un muy buen concierto de una banda que merece más reconocimiento a nivel estatal, bajo mi punto de vista, y que nos ofrecieron una velada rápida y sin apenas pausas, que se nos pasó en un suspiro, logrando el empuje de la gente y su cariño, pese a que éramos pocos, aunque los que allí estábamos fuimos con muchas ganas de pasarlo bien con su música.
Lo cierto es que en directo la banda tiene mucha más fuerza que en estudio, algo que pudimos comprobar esta noche y eso que les faltaban dos integrantes, eso sin restar merito a sus grabaciones, sobre todo a este último trabajo, que es un gran álbum, pero es en vivo donde se disfruta, como es lógico, de esa conexión con el público, además de ver como ellos se explayan más y demuestran sus muchas cualidades.
Sin duda, Tregua están muy bien situados para dar ese salto definitivo, que tanto se merecen, ya que calidad y canciones tienen para gustar al público; os animo a descubrir su música y, sobre todo, a velos en directo.
Con el último trabajo de la banda bajo el brazo y después de haber charlado un poco con alguno de sus integrantes, me fui de la Sala Niágara de Santander, muy contento por lo allí vivido, con un grupo que sigue creciendo año a año y en un lugar al que, seguramente, volveré en próximas semanas, ya que su programación siempre es muy interesante. La pena es que no hubiera acudido más gente, pero los que fuimos lo dimos todo y disfrutamos con la actuación de Tregua.