Casi con total seguridad, organizar un concierto un domingo a las 17.00 horas no es la mejor idea del mundo, pero hay veces en que no queda más remedio y ese día, 16 de abril, tenía lugar, en Los Corrales de Buelna, la marcha “Luchamos por la vida”, que atrae siempre mucha gente a la localidad corraliega, por lo que llevar a cabo cualquier otra actividad probablemente sería un fracaso.

Por todo ello, la gente del Alquimia Tavern, en su buena costumbre de hacer que todos los domingos haya música en directo en dicha localidad, retrasaron el concierto, que tenía previsto de los cántabros Tudanca, a esa hora, para así dar tiempo a que la gente comiese con tranquilidad y que incluso pudiera prolongar la sobremesa, antes de acudir a ver a este grupo en directo.

Y para allá que me fui, otro domingo más, solamente dos semanas después de mi anterior visita al local y es que, la semana anterior, que también hubo música en vivo, estábamos de vacaciones, así que no pudimos ver la actuación de All Black Soul Music, algo que esperemos poder remediar en otras fechas.

Todavía no había mucha gente cuando llegué al bar, pero aquello se fue animando poco a poco, para ver a este grupo cántabros, compuesto por Paico González, guitarra y voz, Iván Gómez González flautas y gaitas, Txatxe Salceda al bajo, Pitu Corona al acordeón, Joansa Maravilla, batería, percusiones y coros, aunque en esta ocasión venían en formato trío con solo Paico, Iván y Joansa, aunque lo hicieron más que bien.

Ya os hemos hablado en esta web de esta banda, formada a principios del año 2020 y a los que entrevistamos al poco de conocer de su existencia, habiéndoles visto en directo un par de veces, una hace dos años, cuando los conciertos se tenían que ver sentados y con mascarilla y otra el pasado año en el Varuko de Vioño, en la que fue una verdadera fiesta y ya en condiciones normales.

Después de esperar un poco a que aquello se animase, comenzaron la velada presentándose e interpretando ese himno, que ya es un clásico de la banda, llamado “Genti del norti”, una canción que siempre es muy bien acogida, para la que pidieron nuestra colaboración en forma de palmas, continuando, tras saludarnos y recriminarnos que estábamos un poco parados para estar en un concierto de folk, con “Cuéntame”, no sin antes definir el folk como la música del pueblo, contando dicho tema con un sonido muy agradable, pegadizo y animado, haciéndonos movernos constantemente.

Se quejaron un poco del calor que hacía en dicho local, antes de continuar con “Va subiendo la marea”, empezando calmada y con un ritmo pegadizo, acelerándose luego y que fue muy celebrada gracias a ese estribillo tan quedón, para, tras afinar Paico, ser el momento de “Niños de Peter Pan”, comenzando Joansa, contando con un ritmo tranquilo, pero dándolo un toque especial con el sonido de la gaita que Iván aportó al corte.

Llegaba el momento de bailar con la pareja, según nos dijeron desde el escenario, pero en realidad era el turno de “Acompáñame”, un tema muy movido y animado, con una letra muy buena y que nos hizo animarnos todavía más, tras el que nos preguntaron qué tal lo llevábamos, con positiva respuesta de los presentes, para vacilarnos con que aceptaban peticiones, aunque era probable que no nos hiciesen caso, hablándonos Paico sobre la escasez de lluvia, algo que se nota en las huertas de manera más que preocupante, siendo el momento de “Cumbia”, solicitando que lloviese de una vez, muy animada y bailable, interactuando con la gente, dividendo la sala en chicos y chicas, para que cada uno cantase una parte, dejándonos un momento muy divertido.

Sin dejar de buscar esa interacción, siempre más que necesaria con los presentes y sobre todo en este estilo de música, llegaba el momento de la de los chicos de allá arriba, como se refirió a los habitantes de Silió y alrededores, que el primer domingo de cada año llevan a cabo “La Vijanera”, el título de la canción que vendría a continuación, aunque antes brindaron y Paico nos contó una anécdota de cuando tocaron Ojáncano en el Liberty, en los años 90, dejándonos una pieza muy movida y animada y que la gente celebró, contando con una parte más guitarrera, que la dio un toque especial.

Paico pasó a comentarnos que, al llevar una guitarra eléctrica en vez de la acústica, igual le criticaban como hicieron con Bob Dylan a mediados de los años 60, pasando a vacilarnos con la posibilidad de acabar el concierto ya, siendo el turno de un corte con mucho mensaje, algo que muy habitual en las letras de sus composiciones, como es el caso de “Lo que nos une”, empezando relajado, pero luego más rápido y bailable, logrando animar todavía más a la gente, que ya se iba metiendo en ambiente y llegando algo más de público, pasando a avisarnos de que iban a hacer otra con gaita, siendo el turno de “La de los molinos”, que habla sobre esos mastodontes que nos están instalando en nuestra tierruca, y es que, como bien dijeron, no se está en contra de las energía limpias, todo lo contario, pero si del modelo que se ha elegido, muy animada y movida y con ese aire tan interesante que la dan la flauta y la gaita.

Continuaron con más temas propios, como ese “Algo tengo que cambiar”, con Paico entre el público y cantando un fragmento a capela, muy movido y con letra crítica, conteniendo momento para el lucimiento de Joansa y haciendo que aquello fuese todavía más festivo, pidiendo palmas, siendo muy celebrado y con la gente disfrutando, algo que seguiría cuando empezaron a sonar las primeras notas de la popular “Bella ciao”, con ese grito de “antifascista siempre”, muy animada y siempre celebrada, con el cantante paseando por todo el bar, para revindicar que Los Corrales sea verde, como se dice en la letra de “Mi tierra”, ese guiño a su etapa en Cambalúa, muy festiva y con Paico divirtiéndose y haciéndonoslo pasar muy bien.

Tras este momento, abandonaran la zona en donde estaban actuando y los tres se situaron entre el público, con parte de la batería y asomando alguna pandereta, para empezar a tocar temas típicos de la zona de Campoo y luego contar con la colaboración de Cesar Higuera, conocido, entre otras cosas, por haber formado parte de La Humera, que se lanzó a cantar una muy entrañable adaptación del popular corte “Viva la Montaña, viva”.

Siguieron tocando temas populares entre el júbilo y disfruté de la concurrencia, para pasar a contar con la presencia de Ana Vélez, cantante y panderetera en Jaya Folk y a los que había visto unos meses atrás con su banda, logrando emocionarnos con un pericote y una jota, con las que se llevaría muchos aplausos y es que tiene una voz que trasmite mucho.

Y cuando ya parecía que aquello se había acabado, se subió Víctor, vocalista, entre otros grupos, de Cantaebria, que se colocó la guitarra y acompañó a la banda para tocar y cantar con ellos ese clásico de Cambalúa que se llama “Cantabria no se vende”, de nuevo en el escenario inicial, muy cantado por toda la sala, con muchas ganas y con el que nos hicieron pasar un buen rato y así poner el punto y final a su concierto, tras una hora y tres cuartos de actuación.

Tudanca nos ofrecieron una velada muy divertida y animada, que convirtió una anodina tarde de domingo en una jornada para recordar, siendo un concierto diferente a los que los había visto, no solo por este formato de trío en el que se presentaron, sino porque fueron dejándose llevar e improvisando sobre la marcha, logrando implicar al público y haciendo que algunos se animasen a tocar con ellos.

La verdad es que todo esto no hace sino confirmar que esta aventura está cada vez más viva y ganando adeptos siempre que actúan en directo, no solo entre los seguidores del folk, sino entre cualquier degustador de música y es que sus composiciones trasmiten y mucho y se han convertido, en poco tiempo, en auténticos himnos, y eso que hay poca música de ellos subida a redes y ni tan siquiera una grabación física, pero eso no ha impedido que sean una de esas banda que gusta ver en directo y cantar sus temas.

Sin duda, Tudanca es una banda que has de ver en directo y disfrutar de la fiesta que provocan, todo ello sin olvidar el mensaje de sus canciones y la calidad de sus músicos.

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Todavía me quedaría un rato largo allí, charlando con parte de los presentes y con los miembros de la banda, siempre hay que aprender de los que saben, prolongando esta tarde de domingo en la que los Tudanca nos hicieron disfrutar, en un Alquimia Tavern, que sigue apostando por la música en directo, de hecho, cuando escribo estas líneas, ya he visto algún concierto más allí y sé de varios que están programados, y, por mi parte, siempre que sea posible, por allí estaré.