En plena jornada de reflexión de cara a la elecciones municipales y autonómicas, en la localidad de Torrelavega, habitualmente olvidada por las instituciones, iba a tener lugar el concierto de Marea y Bocanada, dentro de la gira “Sin riendas” de los primeros, con motivo de la publicación, a finales del pasado año, del esperado nuevo álbum, “Los potros del tiempo”, de esta mítica formación de Berriozar, que ya ha cumplido los 25 años de existencia.
Todos sabemos que los conciertos de Marea son escasos y que ellos mismos son como el Guadiana, que aparecen y desaparecen de la actividad musical con cierta frecuencia, lo que hace que, dichas actuaciones, sean verdaderos acontecimientos, algo que, lógicamente, no nos queríamos perder y que congregó a muchísima gente, lo cual se observaba nada más llegar a las inmediaciones del Velódromo Oscar Freire, en donde iba a tener lugar el evento, con un dispositivo enorme, cierre de salida y entrada de autovía incluido, y una fuerte presencia policial en el lugar. Afortunadamente, la lluvia, que amenazaba con caer, al final no lo hizo.
La marea de gente ya era muy amplia y eso que todavía quedaba tiempo para comenzar, viéndose la grandeza de la banda con el amplio puesto de merchán, muy concurrido desde primera hora, y el enorme escenario con el que contaron. Otros dos puntos a comentar, uno positivo y otro negativo, fueron, por la parte positiva, el que no hubiera ese engendro que es la zona VIP, que debería estar desterrada de todos los conciertos y festivales, y en la parte negativa el que, a los fotógrafos acreditados, se les obligase a salir del recinto, tras dos canciones, para dejar sus cámaras si querían seguir viendo la velada…
Ambiente
Fui cogiendo sitio lo más adelante que pude, después de charlar con muchos amigos y conocidos, que se encontraban por el prao, observando el gran despliegue técnico que, una formación del nivel de Marea, se pueden permitir y es que estamos hablando de la que es la banda más importante del rock estatal del presente siglo y que ha conseguido calar en diferentes generaciones, algo que no había nada más que echar un vistazo alrededor para comprobarlo, ya que sus temas son verdaderos himnos.
Como es habitual en este tipo de eventos, los horarios, anunciados con antelación, se cumplieron a rajatabla y enseguida teníamos sobre las tablas a los Bocanada, un, de nuevo, quinteto, formado hace ya 17 años y que está integrado actualmente por Martín, a la voz, Juanito y Abel, a las guitarras Rupi, al bajo, y Pepo, a la batería y a los que yo, personalmente, hacía más de 8 años que no veía, siendo ésta la cuarta vez que iba a hacerlo.
Tuvieron una magnifica acogida desde que salieron a escena, comenzando a tocar ese “Para siempre”, que abre su actual disco y para el que Martín entró al escenario un poco más tarde, siendo aclamado por todos los presentes, una pieza con un comienzo muy machacón, muy pegadiza y quedándose con toda la gente, tanto los que los conocían como los que no, pudiendo observarse las limitaciones de sonido, utilización de pantallas y capacidad de escenario habituales en las bandas invitadas.
Bocanada
Se presentaron, y nos comentaron que tenían poco tiempo, pero que venían a pasarlo bien, siendo el momento de “Tu nombre se escribe con sangre”, de su tercer trabajo, muy pegadiza, con un buen solo de guitarra de Juanito y con Martin rasgándose su camiseta, muy cantada, para, casi sin parar, continuar con “Más animal”, la que abría su anterior disco, con ese comienzo guitarrero, siendo una canción muy intensa y pegadiza, animando más a los presentes, a los que estaban demostrando que son una gran banda, por si había alguna duda.
Tras peguntarnos si seguían, con la aprobación de los asistentes, continuaron con “Que me arranquen el pellejo”, de su segundo trabajo, con ese inicio guitarrero, siendo un tema muy machacón y constante, aunque con cambios de ritmo, también muy pegadizo y con un buen solo de guitara, siendo precisamente la guitarra la que dio comienzo a “Comiendo soles (Sangre espesa)”, de su obra de hace una década, con una batería machacona, estando ante un corte muy animado y con un buen sonido de guitarra, cantado por todos los seguidores, ya que es de los que más gustan.
Seguían recordando algunos de sus mejores temas, de su ya dilatada trayectoria, con “La madriguera”, presentes en su segundo plástico, con ese sonido tan potente con el que se inicia, y Martín, como durante el concierto, yendo de una pasarela a otra, un verdadero himno, muy animado y cantado y con todo los del grupo alrededor de la batería en la parte final, demostrando esa unidad que la banda posee.
Bocanada
Nos recordaron que tenían un pequeño puesto de merchán junto al de Marea, preguntándonos que si queríamos más, con afirmativa respuesta y es que, como dijo Martín, nos hubiera costado lo mismo ver al grupo principal en solitario, pasando a tocar “Bocanada”, una canción que no está registrada en ningún disco y que habían subido a redes solamente unas semanas atrás y que, probablemente esté recogido en un futuro trabajo de la formación, un verdadero himno, con un comienzo muy intenso y en donde muestran la actitud de la banda en directo, muy cañero y con un gran solo de guitarra.
Avisaron de que solamente les quedaban un par de ellas, siendo el turno de “Río”, de su ópera prima, la cual empezaron con fuerza, siendo una pieza muy movida y cañera, contando con una batería muy potente, muy pegadiza y en la que, a diferencia de la versión del disco, Kutxi no salió a cantar con la banda, enlazándola con “Mala hierba”, la que cerraba ese mismo trabajo, con Martin sobre la barrera y luego bajando entre el público para cantar con el mismo, con un gran solo de guitarra, dejándonos una muy buena canción y con un final más relajado.
Pasaron a agradecernos nuestro apoyo, muy importante para una banda como ellos, y nuestra entrega, sacando a Zido Armendáriz, responsable de que ellos estén ahí, despidiéndose con “Campo a través”, también de su ópera prima, la cual empezó relajada, para luego meter bien de caña, muy pegadiza y potente y repitiendo el nombre de la formación al final, concluyendo, de esta manera, sus, más o menos, 45 minutos de actuación, entre grandes aplausos.
Bocanada
Sin duda alguna, Bocanada dieron un muy buen concierto, muy intenso y logrando la atención y el cariño de, al menos, las primeras filas, que era donde yo estaba situado, demostrando que son un grupo y que deberían tener mucho más reconocimiento del que tienen y es que actitud sobre el escenario y buenos temas tienen más que de sobra, como esta misma noche demostraron.
Pese a su cercanía con los Marea, recordemos que son del mismo pueblo y que Kutxi y Martín son hermanos y Juanito primo de ambos, y a que, seguramente hayan mamado las mismas influencias, Bocanada tiene un estilo con más matices que los cabeza de cartel, pero, en todo caso, demostraron que tienen mucha calidad, algo que queda patente en una discografía de la que hoy hicieron un breve recorrido, habida cuenta el escaso tiempo disponible, centrándose más en sus grandes clásicos, que fueron cantados con ganas por los presentes.
Desde luego tengo ganas de volver a ver a esta banda en directo y si es como artista principal mejor; os aconsejo que los prestéis atención, porque son un grupo de un grandísimo nivel, sobre todo en vivo, y que no se achican ante nada ni nadie.
No se hizo muy largo el cambio entre banda y banda, apareciendo un enorme telón con la portada de este último disco de Marea y pudiéndose observar, ya desde la prueba, el fantástico juego de luces que iban a tener, apretándose ya las primeras filas para disfrutar con los de Berriozar, a los que no veía desde hacía 4 años, cuando vinieron a Santander para presentar su anterior trabajo.
Es muy difícil mantener durante 25 años a una banda en activo en este estado y menos aún con la misma formación, la integrada por Kutxi Romero, a la voz, David Díaz “Kolibrí”, a la guitarra, César Ramallo, a la otra guitarra, Eduardo Beaumont “Piñas”, al bajo y en alguna ocasión voz, y Alén Ayerdi, a la batería, habiendo publicado, hasta la fecha, ocho discos de estudio, “La patera”, del 1999, “Revolcón”, del 2000, “Besos de perro”, del 2002, “28.000 puñaladas”, del 2004, “Las aceras están llenas de piojos”, del 2007, “En mi hambre mando yo”, del 2011, “El azogue”, del 2019 y, el que nos venían a presentar, “Los potros del tiempo”, de finales del paso año.
He de confesar que no me había entrado muy bien el último disco de la banda, pero mi impresión cambaría a raíz de escuchar esas canciones en un directo que iniciaron con una intro, en la que nos proyectaron imágenes con los potros protagonistas del álbum que venían a presentar, subiendo los músicos y con la gente enloqueciendo, sobre todo cuando apareció Kutxi, arrancando con “Otra cicatriz”, la que también da inicio a su actual trabajo, con más caña y energía que en estudio y que fue muy cantada.
Sin dejar dicho trabajo y sin casi pausa, era el momento de que sonará “Más me duele a mí”, muy buena y pegadiza y con un Kolibrí espectacular, siendo también muy bien acogida, tras la que nos saludaron, agradeciéndonos nuestra presencia y confesándonos que iban a tocar un poco de rock and roll, reconociendo que iban a tocar algunas nuevas, pero que, como son como las viejas, no íbamos a notar la diferencia, continuando el recorrido por este nuevo álbum con “La grillera”, con ese comienzo tan rockero, incluyendo luego partes más metaleras y siendo uno de esos cortes que se nota que ganan mucho más en directo.
Marea
No querían que aquello se enfriase ni olvidar todos sus discos restantes, siendo el momento de recordar los tiempos de “Mierda y cuchara”, de su quinto álbum, con esa guitarra juguetona inicial y con todo el mundo cantando y es que era el primer clásico de la banda en sonar, con un gran solo de guitarra de Kolibrí, para, sin dejarnos descanso, ser la ocasión de que se hiciese notar “El temblor”, de su anterior obra, con ese guitarrero inicio, una pieza muy buena y coreada, con otro grandísimo solo de guitarra y que, para mí al menos, es ya un clásico imprescindible en su repertorio.
Pero para imprescindible “Manuela canta saetas”, de su tercer lanzamiento, que fue enlazado por la guitarra de Kolibrí, un clásico, aclamado y cantado por todo el mundo con muchas ganas y entusiasmo, siendo felicitados por Kutxi por haber cantado tan bien, comentándonos que, aunque mucha gente dice de su actual trabajo que habla sobre la muerte, en realidad es de celebración de la vida, dedicando una de dicho disco, “El más sucio de los nombres”, a Amaya, que iba a estar viéndoles y que no pudo llegar a tiempo, siendo otra canción que gana mucho en directo, con un Kolibrí brutal y una potente sección rítmica.
Sin dejar dicho lanzamiento y siendo unida a la anterior, llegaba el momento de que sonará “Se acaba el baile”, muy pegadiza y con un sonido muy machacón y contundente, sobre todo en su parte final, tras la que se tomaron un breve respiro, antes de invitar a subir a Aarón Romero, el hijo de Kutxi, para cantar el imprescindible “Corazón de mimbre”, de su segundo plástico, con todo el mundo coreando el inicio y con los móviles grabando dicho corte, demostrando, su hijo, que lo lleva en los genes, muy suelto y moviéndose de arriba abajo por las pasarles, siendo un momento realmente impresionante e inolvidable.
Unido con el anterior, pero ya sin un invitado, que fue despedido entre muchos aplausos, llegaba el turno de “Que se joda el viento”, el tema que cerraba su cuarto trabajo, otro clásico, muy cantado y con todo el mundo saltando, siendo conectado por la guitarra de Cesar con “Ceniciento”, otra canción de su presente disco, con un gran solo guitarra de Kolibrí, en el mismo momento que una chica, que estaba cerca de mí, se desmayó, suponemos que por el calor, pero fue evacuada rápidamente, siendo una pieza muy pegadiza y que funciona mucho mejor en directo, mientras Kolibrí nos seguía deleitando con su calidad.
Marea
Desde el escenario nos desearon que tuviéramos una buena y feliz vida, pero que, sobre todo, tengamos una “Buena muerte”, quizás de las que más me han entrado de su actual trabajo y que fue muy cantada y coreada por un público que estaba totalmente entregado, pasando a ese momento en que Kutxi nos dejó con el que él considera el mejor cantante de rock estatal, es decir, el Piñas, vacilando sobre que él tenía que atender las redes sociales, recordando el primer álbum de la banda con la genial “Trasegando”, muy buena, coreada y que fue cantada muy bien por el bajista.
Tras este clásico imprescindible y todavía con el Piñas a la voz principal, continuaron, sin casi parar, con “Alfileres”, de su tercer disco, rasgando el bajista su voz y que también fue muy celebrado, con ese fragmento del “Whole Lotta Rosie” de los AC/DC en la parte final, para, ya con Kutxi al frente de la voz principal, hacer un breve homenaje a los que ellos consideran artistas fundamentales del rock estatal, recordando la figura de sus paisanos Barricada, en especial del tristemente fallecido Boni, con cuya guitarra roja tocaría Kolibrí “El trompo”, de la mítica formación, un momento muy emotivo y para el que se alternaron a las voces Piñas y Kutxi, en una gran y personal adaptación.
Kutxi reconoció que sabía que, a veces, sus letras no se entendían, pero en este último disco ha hecho una muy clara, “Te voy a decir la verdad”, una pieza que empezó muy relajada, con los dos guitarras en el centro, sonando muy bien y con partes más intensas, aunque combinado con otras más calmadas, para, sin casi parar, continuar el repaso al plástico que venían presentando con “Lo habido”, con un muy guitarreo inicio, muy pegadiza y con otro gran solo de guitarra, demostrando, una vez más, que en directo están en su salsa.
Marea
Pero claro, los cortes clásicos tienen ese plus de ser parte de tu banda sonora vital, como es el caso de “La rueca”, con el que se iniciaba su cuarto disco, otro temazo, que fue muy cantado por todos de principio a fin, siendo unido, con un gran solo inicial, con “La luna me sabe a poco”, de su tercer trabajo, una de las favoritas de sus seguidores y que, como era de esperar, fue muy bien recibida y cantada por todos los allí presentes.
Nos avisaron de que ya eran mayores y que se iban cinco minutos, que sus próstatas no aguantaban más, regresando en el tiempo que habían dicho, siendo el turno de los dos temas que restaban de su actual disco, comenzando con “Nuestra fosa”, haciendo un recitado inicial, siendo seguido por una guitarra relajada, estando ante una pieza tranquila y pausada, pero bella, con un brutal solo de guitarra, antes de continuar, sin casi parar, con “Esta puta soledad”, con la guitarra de Kolibrí sirviendo de unión, otra gran canción, muy pegadiza y con una buena exhibición técnica de todos los músicos.
Momento de volver a los orígenes de la banda con “En tu agujero”, de su tercer trabajo, que fue enlazada con el sonido del bajo y que fue muy cantada y celebrada y es que es otra de las que nunca pueden faltar, como tampoco lo puede hacer “Como los trileros”, de su cuarto plástico, para la que contaron con la presencia de Martin, de los Bocanada, muy buena y entrañable, con ese explosivo y prolongando final.
Marea
De esta manera volvían a abandonar el escenario, pero regresarían al grito de “otra, otra” de la gente, mientras nos preguntaron si queríamos que siguiesen, con total asentimiento de los presentes, cantándonos Kutxi una jota, presentando a los músicos y sacando a toda la gente de su equipo técnico, para agradecerlos su enorme labor, siendo el turno de “Jindama”, de su anterior lanzamiento, empezando guitarrera, un clásico reciente, con esa frase del estribillo que dice “La ciencia, llegó de Plasencia y de Carabanchel”, que tanto nos llega, con otro gran solo de Kolibrí, pero con Piñas también con su espacio para demostrar sus habilidades al bajo.
Kutxi nos avisó de que iba a bajar al foso para cantar con las primeras filas porque ha sido, es y será “El perro verde”, de su segundo trabajo, uno de sus temas más conocidos y que fue celebrado y cantado por todos los presentes, mientras el vocalista se daba un baño de masas, tras el que, ya desde el escenario, nos avisó de que habían recibido la visita inesperada de Ibai Ganuza, de Motxila 21, que cantó con ellos su himno “Marea”, de su ópera prima, muy cantado y con el que pusieron el punto y final a sus dos horas y cuarto sobre el escenario, mientras se despedían y saludaban, con el “Jindama” en modo acústico sonando de fondo.
Los Marea dieron un verdadero bolazo, con una puesta en escena brutal y, sobre todo, con una calidad que está fuera de toda duda, con un público, que, aunque mayoritariamente le tenían ganado de entrada, disfrutó con lo allí vivido, del primero al último, sonando himnos uno tras otro y es que tanto, los más clásicos, como los de más reciente factura, fueron coreados y celebrados, mientas la banda demostraba porque son tan grandes.
Marea
Seguramente todos hubiéramos querido que hubieran cantado alguna canción de nuestras preferidas, pero, también es probable, que ninguno quitaríamos alguna de las que allí sonaron, porque todas nos hicieron disfrutar y con todas los pasamos bien, siendo especialmente significativas las del último disco que, como dije al principio, no me acababan de enganchar en estudio, pero que en directo parecían ser otras y me acabaron de atrapar.
Sin duda, Marea son la banda más grande del rock estatal, al menos para mí, y noches como ésta no hacen nada más que refrendarlo; no te los pierdas, si pasan cerca de tu localidad, que con ellos nunca se sabe cuándo volverán y merecen y mucho la pena en directo.
Nada más acabar el concierto y con la cantidad de gente que allí había, salí del recinto rápidamente, con los últimos discos de los dos protagonistas de la noche bajo el brazo, que había comprado antes de empezar la velada, muy contento por haber disfrutado de estas dos grandes actuaciones, con unos Bocanada, que son una formación que han de estar en posiciones más altas, es decir, entre los grandes nombres de la escena estatal y unos Marea que son ya una leyenda de dicha escena y que en noches como ésta, no hacen nada más que rubricarlo. ¿Cuándo los volveremos a ver? Esperemos que sea más pronto que tarde.