Encarábamos el comienzo de otro fin de semana con bastante actividad, especialmente ese viernes, en donde había hasta 4 eventos más a los que podía haber acudido, en diferentes zonas de Cantabria, pero me decidí por el que había conocido en primer lugar y que, además, era una cita a la que tenía muchas ganas de acudir, ya que, de un lado me iba a volver a encontrar con los madrileños Kitai y, por otro, iba a ver por vez primera a los cántabros Zarza.
La cita iba a tener lugar en una sala Niagara de Santander, por donde no me dejaba caer desde hacía un mes y a donde acudí con tiempo, tras organizarme bien, habida cuenta de la salida del trabajo y demás, aunque todavía tuve que esperar un poco a que abriesen las puertas, demorándose levemente el comienzo de las actuaciones, mientras David Van Bylen iba pinchando música, para amenizar la espera e ir metiéndonos en ambiente, igual que haría al acabar los conciertos.
Aunque cuando se abrieron las puertas éramos muy pocos los presentes, aquello se animó rápidamente y, cuando subieron a escena Zarza, la presencia de gente era más que importante, con un amplio grupo de seguidores de este trío, compuesto por Pablo Girón a la guitarra y voz, Fer Güemes al bajo y a la voz y Martín Santos a la batería, músicos ya curtidos por haber formado parte en distintas bandas de la escena cántabra, pero que apenas llevan un par de años en activo con este nombre.
Pese a que era mi primera vez con esta formación, desde esta web ya os hemos venido hablando de ellos e, incluso, Jorge los había visto en directo el pasado año, siendo poca la música de la banda que está en redes, por lo que no sabía bien lo que me iba a encontrar, comenzando a tocar una intro instrumental de manera progresiva, con muchos contrastes de intensidad y que sirvió para calentar el ambiente y unirlo con “La carretera”, con potencia, siendo una canción pegadiza, la cual fue cantada por Fer y que contó con un gran solo de guitarra.
Zarza
Más relajado fue el inicio de “El farol”, con un aire más profundo, siendo cantada, esta buena y elaborada pieza, por Pablo, tras la que pasaron a saludarnos y bromearon sobre que nunca pensaron en estar tan ponto en esta sala, conocida por ser de la últimas en cerrar en la capital cántabra, continuando con “Olivia”, que se inició de manera tranquila y que fue tocada con mucha intensidad, notándose la presencia de una batería machacona y con una buen solo de guitarra.
Nos adelantaron que la siguiente nos sonaría y es que, efectivamente, “Esperando”, es una de las canciones que tienen subidas a redes sociales, la cual fue dedicada a la pareja de Pablo, que estaba con gripe, empezando tranquila la guitarra y luego metiendo caña la batería, pero sin coger velocidad, siendo cantada por la gente y cogiendo más y más fuerza, acelerándose más adelante y con los asistentes acercándose a las primera filas, para, tras un breve momento de relajación, luego coger más rapidez y dejarnos con un gran solo de guitarra, con Pablo bajando a tocar entre el público.
Tras tomarse una breve pausa, continuaron con “Puedo”, que fue comenzado por Martín, con Fer haciéndose cargo de la voz, con un sonido lento, pero con la batería metiendo intensidad, mientras el tema iba creciendo paulatinamente, con más y más fuerza, con todos luciéndose musicalmente, pasando a combinar diferentes intensidades y potencias, todo ello con un estribillo pegadizo.
Turno ahora de lanzarse a hacer una versión, ni más ni menos que del “Come together”, de The Beatles, la cual iniciaron con fuerza, pero con un aire relajado, siendo cantada por Pablo con mucha intensidad y con la gente dando palmas a su compás, para pasar a otra de las conocidas y es que habían subido hacía pocos días un video de “Homenaje”, saludando a los responsables del mismo, una muy buena pieza, muy pegadiza y con muchos matices y en la que Pablo fue el que sostuvo la voz principal.
Zarza
Iban encarando la recta final, como nos avisaron, y además lo iban a hacer casi sin pausa, siendo el turno de “Rebelión”, otra pieza que anunciaron como nueva, pidiendo palmas para acompañarlos, comenzando con un sonido eléctrico y potente, con cambios de sonido, una canción muy pegadiza y con Fer tocando entre el público, para despedirse, con “Vamos a bailar”, la cual empezó movida y bailable, con los asistentes empujándose y disfrutando y con Pablo tocando entre los presentes, parando para que la gente diese palmas, pidiéndonos que les ayudásemos y prolongado el final, para que la gente participase, contando con una velocidad progresiva y siendo un corte muy pegadizo.
De esta manera, con foto final incluida, y tras más o menos 50 minutos de actuación, concluía un muy bueno y muy divertido concierto de unos Zarza que tienen una propuesta musical muy interesante, en la que enlazan diferentes sonidos, algunos herederos de sus bandas pasadas, pero dándolo un toque personal y logrando enganchar a la gente, tanto a sus seguidores, como a los que les descubrimos esa noche.
Musicalmente tienen calidad más que de sobra y vocalmente me gusta esa alternancia entre los dos cantantes, así como esas partes en que las voces se superponen, combinando, en sus cortes, partes más contundentes, otras más relajadas y tranquilas y algunas que son hasta bailables, pero todas ellas se disfrutan más en directo, donde parecen ganar más y es que se les ve muy cómodos sobre el escenario.
Sin duda, una de esas bandas a las que habrá que seguir la pista y ver cuáles son sus siguientes pasos, pero, mientras, seguiremos escuchando sus canciones y viéndolos en directo, siempre que nos sea posible, algo que también os aconsejo.
Recuerdo que, Jorge, el jefe de esta web, llevaba mucho tiempo hablándome de una banda llamada Kitai, a los que vio en esta misma sala ya hace más de 5 años, alabando sus directo, y lo pude comprobar por mí mismo en la edición 2020 del Alabordaje Fest, menos de una semana antes de que nos confinasen a todos por el coronavirus.
Pero tenía muchas ganas de verlos en un concierto siendo ellos la banda principal y esta noche iba a poder disfrutar de ello, siendo un grupo formado hacía el año 2012 y que está integrado por Alex a la voz, Edu a la guitarra, Fabio al bajo y Deiv a la batería y voces, con cuatro discos editados, “Que vienen”, del 2015,“Pirómanos”, del 2017, a raíz del cual les entrevistamos, “Mixtape”, del 2020, y “No somos tu puta banda de pop”, del 2022, aunque éste último ha sido reeditado en una nueva versión llamada “Somos tu puta banda de rock”, también del pasado año. Además, cuentan con los Ep´s. “Origen”, del 2013, “Viral”, del 2014, “Llegan”, del 2017 y “Fahrenheit”, del 2018, además de singles y demás.
Pero vamos ya con lo que fue el concierto en sí, subiendo primero Deiv, con una intro sonando de fondo, comenzando a aporrear su batería, llegando después Edu y Fabio y, por último, Alex, lanzándose a tocar “Pero si, pero no”, de su último trabajo, muy pegadiza y con la gente cantándola y estando muy entregada desde el principio, para, tras saludarnos y animarnos a irnos arriba, ser el turno de “A bocajarro”, compañera de disco de la anterior, muy movida y animada, metiéndonos más en ambiente y con esos momentos en que se quedaban quietos para luego coger más fuerza.
Sin casi parar y tras preguntarnos qué tal estábamos, con positiva respuesta de los presentes, era el turno de “Desierto”, de aquel segundo disco con el que todos oímos hablar de ellos, empezando relajada, pero con fuerza, cogiendo más potencia y jugando con diversos contrastes de intensidad, llegando a puntos de mucha fuerza, para, sin pausa alguna, regresar a este último lanzamiento que venían presentando, con la pegadiza “KFC”, una de las que primero te entran del mismo, muy movida, bailable y que fue muy bien acogida por la concurrencia.
Kitai
Se tomaron un ligero respiro, antes de preguntarnos qué tal íbamos y recordar que venían con un nuevo disco, en el que se encuentra recogido “Hay un sueño”, empezando a ritmo marcial, siendo una pieza con fuerza, pegadiza y movida y que te engancha rápidamente, pasando a recordar el último concierto antes de la pandemia, del que hablaba un poco más arriba, siendo el turno de “Cometa Halley”, también del mismo trabajo, sobre ese cometa que pasa una vez en la vida de las personas, la cual empezó relajada y siendo cantada en sus inicios por el batería, cogiendo fuerza cuando entró a cantar Alex, haciéndonos cantar el estribillo a capela.
Ahora llegaba el momento de recordar sus anteriores trabajos, llevándonos a su segundo lanzamiento con “Fuego en la radio”, con una buena presencia del bajo, muy pegadizo y tocado hasta el estribillo, para luego comenzar a interpretar “Cadáver exquisito”, el que abría su ópera prima, muy movido y animado, jugando con alternancia de intensidades y con una exhibición musical del batería.
No querían que aquello se enfriase y era la ocasión de otra de su actual obra, “Zombie”, con la que nos podemos identificar todos un poco, pidiéndonos que alzásemos los cuernos, muy pegadiza y con mucha intensidad, siendo otra buena canción de este gran trabajo, siendo unida por el ritmo de la batería con aquel “H2O”, que ya estaba en su primer ep, pero que luego recuperaron para su segundo disco, buscando siempre interactuar con los presentes, muy pegadiza y animada, contando con muchos matices, muy dinámica, haciéndonos bailar a un lado y a otro, agarrados con las personas que teníamos al lado, en un momento de máxima comunión entre los presentes, siendo el turno de tocar los acordes iniciales de “Seven Nation Army”, de The White Stripes, con su bajista cobrando mucho protagonismo.
De vuelta a su nuevo disco, llegaba el turno de “Medio limón”, el cual empezó con fuerza y luego fue sonando con mucha potencia, con un estribillo muy movido y cantado, metiéndonos más en ambiente y con un explosivo final, tras el que nos recordaron que tenían un puesto de merchán, con material de la formación y que habían hecho, meses atrás, su primera gira por Latinoamérica, dedicando el siguiente corte, “Cocodrilo”, que aparece en la reedición de su reciente trabajo, al padre de Edu, recientemente fallecido, empezando esta canción con un contundente sonido de batería, ganando fuerza paulatinamente, siendo una pieza pegadiza y en la que bajó su vocalista a cantar entre el público, en otro momento muy especial de la velada.
Kitai
Una de las canciones que desde que la escuché me tiene cautivado es la que se llama como la banda, “Kitai”, presente en su ópera prima y que su vocalista inició acompañado de una guitarra, sonando muy tranquila y relajada, para que poco a poco, la pieza, fuese cogiendo fuerza cuando se incorporaron el resto de músicos, con un final muy explosivo, para retornar a su presente disco con “Todo me da igual”, que empezó relajada y lenta, pidiendo que quien se la supiese la cantasen, cogiendo luego mucha fuerza y potencia, con un gran solo guitarra y haciéndonos cantar ese pegadizo estribillo que posee.
Sin duda, el tema estrella o, al menos, el más conocido de su actual trabajo es el genial “Lydia Bosch”, y es que, como nos dijeron desde el escenario, ellos eran nuestra puta banda de rock, un himno, que fue muy coreado, con su batería haciéndose cargo de la voz principal en buena parte del mismo y animándonos a cantar, como así hicimos, con toda nuestra fuerza, una verdadera fiesta, que fue seguido, tras preguntarnos donde estaban las chicas y recordarnos que tenían allí su puesto de merchán, con el popular “Quiérote”, de su tercer trabajo, en el que también nos invitaron a cantar con ellos, siendo una canción muy movida, pegadiza y de las que se te quedan grabadas rápidamente.
Nos invitaron a emborracharnos, siendo el turno de “Borracho de amor”, de su reciente trabajo, con los cuatro músicos cantando a capela el inicio, empezando con fuerza, muy movida y con todo el mundo cantando y bailando con su ritmo, para avisarnos de que ellos iban a concluir, pero que la fiesta seguía con David Van Bylen, agradeciendo a Zarza por haber tocado con ellos, para acabar con su clásico “Riviera Maya”, de su segunda obra, que fue un disfrute total para todos los allí presentes y en el que nos hicieron agacharnos, para luego saltar todos a la vez.
Kitai
De esta manera y tras más o menos una hora y media sobre las tablas, concluía un concierto brutal a cargo de unos Kitai que demostraron ser una banda inmensa en directo, con temas que han calado muy bien entre la gente, pero que, en vivo, además, se convierte en una fiesta, siendo cantados por todos los presentes y que ganan también en contundencia, logrando atraparte todavía más.
Desde luego nadie les ha regalado nada, pero ahí están, haciéndose con un hueco dentro de la escena estatal y lográndolo, además, como se han de hacer las cosas, a base de buenos temas y buenos discos, demostrando la gran calidad que poseen musicalmente, con un cantante que sabe cómo ganarse a la gente, pateándose todo tipo de escenarios y dándolo todo en cada concierto, haya mucha o poca gente.
Kitai son una de las bandas más grandes de la escena actual, con un sonido fresco y un futuro muy grande por delante, habiendo sacado discos de gran calidad y con conciertos, como el de esta noche, que son verdaderamente inolvidables; no te los pierdas en vivo.
Después de adquirir algo del puesto de merchán de la banda y de despedirme de alguno de los presentes, me fui de la Sala Niágara, con el buen sabor de boca que me habían dejados los dos conciertos que había visto, con unos Zarza que demostraron tener una propuesta más que interesante y unos Kitai que son un verdadero tsunami en directo, con verdaderos himnos, muy bien tocados y que calen directamente en la gente. Una vez más, agradecer a la sala Niágara su apuesta por la música en directo.