Después de que el domingo anterior tuvieran que cancelar el evento programado por enfermedad de uno de los miembros de la banda que iba a actuar, Carlos y todo el equipo del Alquimia Tavern de Los Corrales de Buelna retomaban la actividad musical, con una actuación Pájaros de Barro, un grupo tributo, principalmente a El Ultimo de La Fila, aunque también repasarían otras etapas de la carrera de Manolo García.

Es cierto que nunca he sido un seguidor de la citada banda, una de las más importantes del pop-rock de los años 80 y 90, pero eso no quita para que reconozca, tanto lo personal de su propuesta, como la calidad de sus interpretaciones, por lo que, como quince días atrás, regresaba al citado local, con ganas de disfrutar con los temas del grupo barcelonés.

Al llegar al local ya se veía un buen ambiente, aunque éste iría creciendo durante el trascurso del evento, el cual se inició poco antes de las 14.00, con este grupo, compuesto por Ludo Terruella a la voz y teclados, Luis Mateos a la guitarra, Juanjo Gil al bajo y Rober López a la batería, prestándose, y comenzando a repasar temas de la citada banda con “Llanto de pasión”, de aquel “Como la cabeza al sombrero”, del año 1988, muy buena y con la formación sonando muy bien.

Quizás uno de los primeros temas que recuerdo haber escuchado de la banda fue “Querida Milagros”, presente en su primer trabajo, “Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”, de 1985, un clásico y que sirvió para que los asistentes comenzasen a animarse, dedicando a Tino González Blanco, ex batería del grupo y allí presente, ese corte llamado “Lejos de las leyes de los hombres”, de su disco “Enemigos de lo ajeno”, de 1986, más intenso y con una parte más guitarrera al final.

Nos agradecieron los aplausos que les estábamos brindando, antes de seguir con “Cuando el mar te tenga”, presente en su disco “Nuevo pequeño catálogo de seres y estares”, de 1990, que empezó calmada y que fue tocada, como harían con todas, con mucha elegancia y clase, para interpretarnos, a continuación, “Un giro teatral”, del quinto trabajo de Manolo García en solitario, “Los días intactos”, del 2011, también con un sonido relajado y pausado, pero al mismo tiempo animado.

Volvíamos al primer plástico de la banda con “El loco de la calle”, otro de esos temas muy conocido por todos y que fue muy disfrutado por los allí presentes, avisándonos de que la siguiente iba sobre alguien a quien no querían invocar y es que llegaba “Dios de la lluvia”, que abría su disco de 1988, una canción animada y elaborada, justamente en el mismo momento en que la dirección del local nos deleitó con una tapa de ensaladilla.

Avanzábamos hacía 1990, cuando en su quinto disco aparecía “Canta por mí”, otro tema muy conocido y muy pegadizo, que fue animando todavía más a los presentes, para, sin dejar dicho trabajo, llevarnos con ese “Musico loco”, algo más relajado y demostrando la gran voz que tiene su vocalista, adecuándose a un registro tan difícil como el del cantante catalán.

Regresaron a la aventura en solitario de Manolo García con “Nunca el tiempo es perdido”, del disco del igual nombre, publicado en el 2001, con ese sonido inicial de batería, un muy buen tema, muy conocido y con el guitarrista luciéndose, tras el cual presentaron a los músicos, por cierto, todos ellos de un gran nivel, aprovechando también para refrescarse, antes de continuar con “Aviones plateados”, de aquel trabajo de 1986, que empezó calmada, siendo una pieza muy buena, pegadiza y que luego se vuelve más animada, viéndoseles divertirse y dejándonos una exhibición musical.

En 1993 la banda publicó “Astronomía razonable”, en donde estaba integrado “Mar antiguo”, una canción relajada y calmada y que fue muy bien recibida, antes de que nos avisaran de que el batería iba a tener un momento especial para dar comienzo a “Ya no danzo al son de los tambores”, de su disco de 1988, relajada, pero con mucha pegada y que fue cantada con mucha elegancia.

Más atrás en el tiempo, concretamente a 1983, se remontaron, para recordar aquel grupo que luego daría origen a El Último de la Fila, llamado Los Burros, y en cuyo disco “Rebuznos de amor”, aparecía la muy conocida “Huesos”, más rápida e intensa, animándose más la gente y haciéndonos cantar, para anunciarnos que, ese temazo llamado “Insurrección”, de su trabajo de 1986, se le dedicaban a las discográficas de entonces, con la gente dando palmas al principio, un clásico y al que le prolongaron el final.

También muy conocido es “Como un burro aparcado a la puerta del baile”, de su disco de hace 3 décadas, muy esperado y cantado por todos los presentes, siendo muy bien tocado, para, sin dejar esa misma obra, adentrarse en “Lápiz y tinta”, con mucha clase y elegancia y con la guitarra tomando mucha presencia, mientras todos los allí congregados disfrutábamos con lo que ocurría sobre las tablas.

Pasábamos al corte con el que se daba inicio el primer disco de la banda, “Dulces sueños”, muy intenso y guitarrero, haciendo cantar el estribillo a la gente en la parte final, muy buen terminado y con el guitarrista luciéndose, para retornar a su trabajo de hace 35 años con la genial “Sara”, con su cantante tocando el cencerro, otra canción muy esperada y que fue muy cantada por los allí presentes.

Turno ahora para un par de cortes de la trayectoria en solitario de Manolo García, comenzando con “Pájaros de barro”, de aquel primer disco llamado “Arena en los bolsillos”, de 1998, con palmas iniciales y        que fue muy celebrado, mientras la gente pedía más, continuando en ese mismo disco con “A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando”, también muy cantada por todos los que allí estábamos disfrutando con la actuación del cuarteto.

Y en un principio así iba a acabar el concierto, si no hubiera sido por la insistencia de los allí reunidos, haciendo una versión muy particular del “Insurrección”, con ese aire reggae inicial y que tan bien les quedó, para recuperar también “Llanto de pasión”, precisamente con la que comenzaron y que dedicaron a los que habían venido más tarde, con ese aire tan ochentero y pidiendo y logrando que la cantásemos con ellos.

Ahora sí, después de dos horas de concierto, concluía la actuación de uno Pájaros de Barro, que ofrecieron una velada muy entretenida y divertida, demostrando tener mucha calidad y hacer un homenaje por todo lo alto a este grupo tan conocido, consiguiendo enganchar hasta a gente no especialmente fanática del grupo catalán, como es mi caso, pero que esa mañana nos reencontramos con muchos temas que hacía tiempo no escuchábamos.

La verdad es que disfruté mucho, no solo por esos temas que, en su inmensa mayoría, ya conocía, sino con lo bien que ejecutan dichos cortes, algo que, como dije más arriba, no es fácil, ya que estamos hablando de canciones con mucha personalidad, pero ellos supieron adaptarlas con mucha solvencia, viéndoseles disfrutar y haciendo que nosotros también lo hiciésemos.

Sin duda, Pájaros de Barro son una banda muy recomendable de ver en directo, especialmente si eres seguidor de la carrera artística de Manolo García,

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Tras cambiar impresiones con parte de los presentes y apurar los últimos tragos, puse rumbo a casa con la sensación de haber disfrutado de un gran concierto, recordando muchos de esos temas que nos acompañaron en nuestra vida, a cargo de estos Pájaros de Barro, en un lugar como el Alquimia Tavern, que sigue apostando con fuerza porque, al menos los domingos por la mañana, haya música de calidad en Los Corrales de Buelna. Gracias por todo ello.