¡Por fin llegó la octava edición del festival zamorano!
El 2 de Junio el festival nos comunicó en sus redes sociales que si las condiciones meteorológicas lo requerían todo se podría trasladar a un recinto a cubierto, por lo que quedamos tranquilos bajo la amenaza de lluvia, aunque la situación climática mejoraba cada día (este comunicado creó mucha confusión y frustración a los asistentes durante todo el fin de semana).
Justo cuando nos disponíamos a salir de Cantabria rumbo a Zamora, leímos un comunicado oficial del Z Live: 'TORO ON THE ROCKS SE SUSPENDE POR LA LLUVIA, PERO EL Z LIVE! SIGUE ADELANTE.'
La publicación en se sintió como un verdadero jarro de agua fría. Nos quedamos sin ver/escuchar a la reina del metal Doro, a nuestros amigos Trallery, y a las bandas Jelusick y Legión con una frustración enorme. Tras un intervalo en estado de shock, decidimos poner rumbo igualmente (eso sí, con los ánimos algo decaídos) hacia una pequeña localidad de la España vaciada: Faramontanos de Tábara, ya que nos fue imposible hospedarnos más cerca de la zona dónde se celebraría este año el Z!, dado a que las habitaciones de la ciudad y alrededores fueron volando desde el año pasado. Este año los más de seis mil asistentes del festival llenaron Zamora, municipios colindantes e incluso algunos tuvieron que desplazarse a Salamanca y Valladolid dónde pasar la noche.
Ambiente
A causa de la multitud, tuvieron que habilitar un segundo camping aparte del de Olivares y del Glamping en Cabañales que estrenaban este año, con sus respectivas lanzaderas al festival. Nos informaron de que habría zona de prensa para descansar, descargar las fotos o cargar baterías. También se puso en marcha Pekezetas!, un espacio con ludoteca para que disfruten los más pequeños de la casa.
Debido al cambio de planes optamos por tomar algo en el municipio dónde nos alojábamos, comprar algo de picoteo y cenar tranquilos en casa mientras reponíamos fuerzas para afrontar las siguientes tres jornadas de doce horas cada una.
Ambiente
El jueves nos levantamos con las previsiones meteorológicas bastante desfavorables, aunque cambiantes, y con poca motivación partimos hacia Zamora. El festival nos informó de que la Policía y el Ayuntamiento habilitaron la carretera pegada al recinto para aparcar en ambos carriles ya que los parkings quedaban un poco alejados, …media vida!. De camino nos comimos una gran tromba de agua y aparcamos en dicha carretera junto al recinto. Fuimos a la cola y esperamos un rato a que abrieran. Cuando rompieron las bridas para abrir las puertas y comenzamos a entrar nos comunican que hay un retraso de tres horas, así que nos dieron opción a entrar, validar la entrada y consumir, o bien validar la entrada y volver más tarde, o bien nos devolverían el dinero de la entrada sin problemas. El festival comunicó en sus rr.ss que los conciertos se reanudarían a partir de Ross the Boss, por lo que nos quedábamos sin The Broken Horizon, Diabulus in Musica, Rise to Fall y The Heretic Order, otro jarro de agua fría.
Sin duda el 2023 era el año del cambio para el Z!. Cambiaron la ubicación del Auditorio Ruta de la Plata a un descampado en el exterior del recinto I.F.E.Z.A., dónde montaron dos escenarios enormes uno junto al otro, dos barras, baños portátiles y zona de Foodtrucks. Entramos bajo un sol al que ya nos acostumbramos año tras año y aprovechamos para ver el Metalmarket, posteriormente acudimos a recargar nuestra pulsera cashless para usar como monedero, pudimos ver ambos escenarios, los dos desmesuradamente grandes y en igualdad de condiciones, ojeamos la zona de comida y vimos algunos charcos que quedaban del día anterior. Buscamos la sombra para poder esperar hasta que empezaran las actuaciones, afortunadamente el equipo de trabajadores nos repartieron unas banquetas para que la espera fuera más amena.
Ambiente
Aprovechamos a pillar algo de comer y dió comienzo Ross the Boss en el Silver Stage. Su vocalista Marc Lopes (Metal Church) salió con buena actitud dispuesto a levantar la moral de los asistentes. Fue una apertura agridulce debido a la situación, las caras de los asistentes se veían apagadas, había una mezcla de expresiones entre decepción que algunos venían arrastrando desde el día anterior, como de enfado generadas horas antes en la apertura de puertas, como de felicidad de quienes iban a ver a sus bandas favoritas. Abrieron con "Blood of the Kings" y pudimos ver a la gente como se concentraba en primeras filas. Nos acercamos un poco para ver a los músicos, todo el repertorio obviamente fue de Manowar, cayeron las míticas "Kings of Metal", "Heart of Steel", "Battle Hymn"…
Comenzaron a caer unas gotas que se fueron multiplicando a la vez que se abría un hueco en el cielo creándose así una escena épica en mitad del concierto. Momento de risas y abrazos cuando nos reunimos con nuestra familia asturiana Monasthyr. En la mítica "Fitgth to the world" su vocalista bajó a la valla antivuelco a cantar con el público, momento en el que apareció un arcoíris en frente del escenario en mitad del cielo gris. Todos con los brazos en alto cantamos al unísono el himno "Hell and Kill" para terminar la primera actuación del día.
Ross the Boss
Nos desplazamos al Cooper Stage para ver empezar a Septic Flesh, tras quince minutos de retraso comenzó la banda de death metal. Hay que recalcar que todas las actuaciones en este segundo escenario sufrieron de problemas de sonido. Los griegos tienen una gran puesta en escena, que junto a su sonido se traduce como "muerte y destrucción" con toques melódicos y un gran vozarrón. Pese a que no me gusta este estilo de tanta tralla, he de admitir que en directo me sorprendieron gratamente, sin duda me quedo con sus partes melódicas y su actuación enérgica.
Escogieron temas de cuatro de sus álbumes: "Communion" (2008), "The Great Mass" (2011), "Codex Omega" (2017) y su más reciente trabajo llamado "Modern Primitive" (2022). Les sobra actitud y potencia para partir cuellos, se notan sus tablas en sus directos. Interactuaron bastante con el público. Notamos una mejora de sonido comparado con la banda que abrió el festival, y es que fueron ajustando el sonido poco a poco. La parte del público más animada alzaban sus brazos al unísono de la banda. Antes del tema "Anubis" hubo problemas técnicos con los graves, pero terminaron de una forma apocalíptica.
Septic Flesh
Comenzaron Symphony X y nos fuimos apelotonando al frente. Su gran frotman Russell Allen ataviado con gafas de sol y chupa de cuero salió a darlo todo. Me gustó mucho el rollo de esta banda, la voz, las guitarras y sus temas de metal progresivo. Su setlist fue básicamente sus grandes éxitos con los que sin duda nos vinimos arriba. Me quedo con el tema "Sea of lies". Vimos a un Mike Lepond darlo todo al bajo (antiguo integrante de Ross the Boss) y a un Michael J. Romeo concentrado y sin fallar ni una.
Comenzaron a caer unas gotas pero los norteamericanos sacaron una botella de Jack Daniels y bebieron de ella para contrarrestar, ya sabéis: "al mal tiempo buena cara". Tuvieron muy buen sonido y una garra con la que nos engancharon. Terminaron por todo lo alto con el temazo "Set the world on fire" entre ovaciones.
Symphony X
Lo bueno de esta edición es que al tener los dos escenarios juntos el desplazamiento es de 20 metros, y comparado al de otros años es un acierto, lo malo es el no tener unas gradas en las que descansar cada vez que necesites, ya que las jornadas iban a ser muy largas. Hacia las diez de la noche salieron al escenario unos puntuales Amorphis, el viento hizo del momento algo muy épico, pareció salido de una escena bélica digna de Hollywood.
Me sorprendieron gratamente por su sonido, cuando no es un estilo que escuche habitualmente, me quedo con las partes melódicas sin duda, están cargadas de sentimiento. Muchos de los que estaban allí iban "hypeados" por la banda de death metal. Repasaron varios álbumes de su trayectoria como "Under the Red Cloud" (2015), "Skyforger" (2009) o su más reciente trabajo "Halo" (2022), me quedo con el tema "Bad Blood". La lluvia hizo su aparición de forma leve pero insistente esta vez. Guturales y partes melódicas con calidad, potencia, sonidos étnicos y una puesta en escena brutal hicieron que los de Finlandia se metiesen al público en el bolsillo.
Amorphis
¿Qué decir del brutal Michael Schenker Group que no se sepa ya? Les vimos hace unos años en Escenario Santander, y esta formación suena magníficamente bien. La nueva incorporación de su vocalista Robin McAuley me encantó, también le vimos actuar años antes en el ES con DIO Returns. Salió y comenzó "Cry for the nations", el sonido fue muy bueno. Tocaron la pegadiza "Doctor, Doctor" para animar a todos los presentes.
Tuvieron hora y media para hacernos bailar y cantar, y lo cierto es que nos lo pasamos genial con sus temas míticos. Entre aplausos tocaron "Shoot, shoot" y la top "Sail the Darkness" dónde me encantó su interpretación. Nos gusta la variedad de estilos que hay este año, ya que hay para todos los gustos, desde bandas hardrockeras hasta metal extremo, dando así oportunidad a que el público vaya rotando por tandas aprovechando para ir a comer algo o comprar en los puestos de merchan y metalmarket. Terminaron con la mítica "Only you can rock me" de los míticos U.F.O.
Michael Schenker Group
Hora del Barón Rojo, gran y longeva banda estatal, dónde añoramos tiempos mejores de su vocalista. Aunque cómo banda instrumental funciona, hay que saber cuando parar. Tocaron todo el disco de "Metalmorfosis" (1983), cuarenta años después de su lanzamiento le escogieron para su “décima” gira de despedida. Aproveché para ir a cenar y así sentarme un rato para descansar los pies, porque ya no tenemos veinte años y las horas de pie se hacen pesadas.
Me desplacé al puesto de Papa of Rock a por un bocadillo como en años interiores, porque: “En el Z! bocadillo de panceta!”. Nos dimos cuenta de que Lepoka en ved de probar sólo los instrumentos como todas las bandas, probaron dos canciones enteras, mientras el Barón actuaba, lo que provocó una bola de sonido, tal vez tuvieron problemas técnicos pero varios allí lo tachamos como una falta de respeto hacia la otra banda.
Barón Rojo
Lepoka comenzaron antes de dar las dos con sus dos habituales franciscanos hinchables presidiendo el escenario, aunque para nuestra sorpresa los chicos no se ataviaron con sus usuales túnicas marrones. Comenzó a llover, pero lejos de asustarnos nos movimos hacia delante motivados por los cantos para echar unos brincos, porque "from the lost to the river". Cañones de luz y de humo se movían sin cesar. Hicimos pogos, corros y saltos.
Las gotas cada vez eran más grandes, típicas de tormentas de verano y fue a más hasta ponerse a jarrear. Nos refugiamos momentáneamente en la zona de la barra, y seguido nos metimos en el I.F.E.Z.A. Allí estaban más de la mitad de los asistentes que quedaban, esperamos y esperamos algo más de media hora mientras nos secábamos como podíamos y descansábamos los pies, el sueño se apoderaba de nosotros.
Lepoka
Salimos del edificio hacia las tres de la mañana, Celtibeerian salían a escena (con su nueva formación) en el Cooper Stage. Seríamos unos ochenta los que quedábamos en pie pegados al escenario. Echamos en falta la voz melódica femenina que contraste con la voz grabe de Gus, pero la banda supo perfectamente como animar el cotarro y hacer bailar a la gente con wall of death incluido. Nos hubiese gustado quedarnos hasta el final, pero estábamos ya muertos, así que tras los tres primeros temas dejámos a los más valientes dándolo todo en primeras filas a ritmo de su Folk Metal. Procedimos a retirarnos y a secarnos en casa, quedaban otras dos jornadas de doce horas.