Una muesca más en nuestros revólveres, otro clásico del Rock que pisa el escenario de la capital dentro de la programación de las Noches del Botanico, y es que el de Stockton es un nombre mítico mas que a lo largo de los años a grabado su nombre en el line-up de este festival. Christopher Joseph Isaak vino, vio y venció…y convenció a un prácticamente abarrotado Jardín Botanico.
El puertorriqueño Gabriel Rios tenía la difícil misión de abrir la noche, y sin conocer apenas nada de él y presentándose en formato dúo junto a su compañero Rubén Samama consiguió, de una manera o de otra, llamar la atención del respetable. Un público que comenzó muy frio con su presencia pero que debido a su simpatía y alta expresividad fue poco a poco conectando con el público. Su repertorio propio junto con un puñado de clásicos con un sonido muy boricua, prácticamente una hora de actuación, hizo que terminara con un “bis” rindiéndose al cantico de “otra, otra, otra” de unos espectadores sorprendidos de lo que estaban viendo. Yo no hubiera dado un duro por el a los 10 minutos de actuación y…no me quedo otra que cambiar la cronica.
Gabriel Rios
Pero el plato gordo era muy fuerte, un Chris Isaak que comenzaba nueva gira en Madrid y que reconocía estar algo nervioso, no se si creérmelo ¿Un tipo con semejante bagaje nervioso ante un publico al que tenia metido en el bolsillo desde que piso el escenario? No se Rick, parece falso, en cualquier caso, la simpatía y cercanía del norte americano ayudo a que no había ni un alma que pudiera mantenerse sentado en sus asientos, incluso en la grada. Emplazamiento que vio con sorpresa como Chris Isaak abandonaba el escenario para hacerles una breve pero intensa visita mientras interpretaba “Waiting” y “Don´t Leave On My Own”.
Si queréis os miento, pero el tema mas esperado de la noche cayo muy pronto, esto es como cuando estas viendo el sorteo de la navidad, en este caso el “gordo”, “Wicked Game”, fue el sexto tema de la noche, y no hizo otra cosa que confirmar que el impresionante estado de forma, incluido vocal, de un tipo que esta en los 66 años. Tiene porte, preguntar a la audiencia femenina, y además continúa dominando las tablas como lo que es, un clásico del estilo tupe, rock and roll y chulería a los mandos de un Buick Electra 225. La versión de Roy Orbison de su mítico “Pretty Woman” dio paso a un mini set semi acústico con toda la banda al borde del escenario. Este mini set nos dejo unas cuantas curiosidades, la confesión del enamoramiento de nuestro país por parte de Chris Isaak convertida en canción, “Blue Spanish Sky” o la amenaza de Rowland (bajista) cuando se puso a las voces para interpretar “Killing The Blues” bajo la amenaza al propio Chris Isaak de “prohibido terminantemente que toques mi bajo” como nos reconoció el de Stockton. Y es que cuanto más grande eres más sabes que necesitas de la complicidad y del buen hacer de tu banda, y para eso, hay que hacer concesiones y dejar que desplieguen todo su potencial a riesgo de que puedan captar toda la atención por momentos, los grandes jefes no cortan las alas de sus talentos.
Chris Isaak
Isaak eligió para los bises un traje de piedras como las que recubren las bolas de discoteca dejando en el camerino el azul cielo con lentejuelas del resto del concierto, un traje con el que tras dos horas del mas autentico, puro y mítico rock and roll daba por terminado un concierto que se cuela como un tiro entre los 5 mejores que hemos podido disfrutar en la historia de las Noches del Botanico en todas sus ediciones. Hay algo innegable, cuando alguien lleva tanto tiempo dando guerra y es considerado un clásico es por algo, aquí no hay regalos.