El festival Música En Grande, lleva en activo desde el año 2009, años tras año, salvo los del 2020 y 2021 por la pandemia, con músicas muy variada, pero, especialmente, destinado a un público más mayoritario, aunque, generalmente, siempre hay un hueco para el rock en todas sus ediciones. Pese a ello y por diferentes coincidencias, hacía ya más de 10 años que no acudía a alguna de sus ediciones.
Aunque sus inicios estuvieron en la campa de la Magdalena de Santander, este festival, organizado por Mouro Producciones, tiene lugar, desde el año 2018, en el Estadio de El Malecón, en Torrelavega, un lugar que solamente había pisado para escuchar música en directo allá por el año 2017, precisamente coincidiendo con otro Año Jubilar Lebaniego y fue para ver a los alemanes Scorpions, junto a Avalanch y Aranea Adventus.
Lo cierto es que me alegré de que este año, ese día que dedican al rock, fuese un sábado, ya que me iba a permitir acudir y es que íbamos a tener, en esa jornada, la visita de la legendaria banda británica Suede, junto a un buen elenco de grupos estatales, compuesto por los ya consagrados Lori Meyers o Shinova, unos Arde Bogotá que vienen pisando fuerte y Natalia Lacunza, con bastante tirón, sin olvidar a We Are Not Dj´s, que serían los encargados de abrir y cerrar la velada.
Este año, además, iba a tener lugar el Más Música en Torrelavega, una nueva iniciativa con conciertos gratuitos en la Plaza Roja de dicha ciudad, coloquios y feria del vinilo, entre otros actos, y que buscaba acercar el festival a diferentes partes de esta localidad, así como darlo a conocer y que aquellos, para quienes la programación del mismo no fuera de su agradado, tuvieran otras alternativas.
Ambiente
Poco había que pensar ante este elenco de artistas, con propuestas muy diversas, pero todas ellas muy interesantes y a los que nunca había visto en directo, salvo a Lori Meyers, así que para allá que me fui, con algo de antelación, aunque lo cierto es que ya entré con We Are Not Dj´s animando al personal que, ya en buen número, estaba en dicho recinto, con un ojo puesto en el cielo, ya que dos días atrás la intensa lluvia había provocado la suspensión de los conciertos de Leo Rizzi, Malú y Pablo Alborán, pero, afortunadamente, esta vez el tiempo respeto este evento.
Allí estaban Paco y Yoli, el dúo que forman We Are Not Dj´s, los cuales llevan más de una década en activo, habiéndose pateado muchos de los más grandes festivales del estado, los cuales nos iban deleitando con canciones de León Benavente, Pet Shop Boys, La M.O.D.A. u Oasis entre otros, aprovechando este tiempo para conocer un poco el recinto, la ubicación de baños y barras, etc.
Seguía entrando gente, mientras el sol hacía, sorpresivamente, acto de presencia, continuando el dúo animando el ambiente, con una música variada, pero tendiendo, lógicamente, a los sonidos bailables, combinando música e imágenes, con un sonido muy machacón y con la imagen final de dos chicas besándose, que, estando en fechas del orgullo LGTBI y con la que está cayendo, supuso una muy necesaria reivindicación y poniendo así el punto y final a su primer pase, entre fuertes aplausos de los allí congregados, que disfrutaron con este aperitivo y es que We Are Not Dj´s saben cómo animar al público.
Prácticamente, nada más acabar We Are Not Dj´s, teníamos sobre el escenario a Natalia Lacunza, una joven cantante navarra, que se dio a conocer por su participación en la edición 2018 de Operación Triunfo, quedando en tercer lugar, y que practica una interesante combinación entre pop, indie e incluso música tecno, habiendo editado, hasta la fecha, los Ep´s “Otras alas”, del 2019, y “EP2”, del 2020, y su álbum debut “Tiene que ser para mí”, del pasado año.
Junto a Natalia Lacunza, a la voz y la guitarra, estaría sobre las tablas la Tiny Band, su grupo de acompañamiento y con el que lleva más de 5 años, compuesto por Luz Abril, a la guitarra y coros, Teresa Gutiérrez, a los teclados y coros, Paula Ruiz al bajo y coros, y María Lázaro, a la batería, comenzando de manera puntual su descarga esta noche con, precisamente, el tema que da nombre a su trabajo del año pasado y que también le daba inicio, es decir, “Tiene que ser para mí”, siendo recibidas con aplausos, una canción tranquila, pero con gancho y saludándonos a mitad de la misma.
Natalia Lacunza
Sin pausa alguna, la batería dio entrada a “Mi sitio”, también de su ópera prima, y para la que Natalia se hizo con la guitarra, muy relajada, pero, a la vez, animada y con una buena presencia de teclados, tras la que nos desearon que lo pasásemos bien, continuando con “Mejor que yo”, también de su actual plástico, una buena pieza, muy pegadiza y con efectos de sonido para arropar a la misma.
Recordaron que la siguiente en sonar pertenecía a su último trabajo, siendo el turno de “El circulo”, más animada y bailable, con un sonido más ágil y machacón, para continuar con su compañera de obra “Cuestión de suerte”, la cual empezó fuerte y potente, dentro del estilo de la banda, y en la que las primeras filas cantaron a capela, esta movida y pegadiza canción.
Natalia Lacunza
Nos agradecieron de corazón nuestros aplausos, para continuar con “Todo lamento”, la última que sonaría de su último trabajo, con un sonido más tecno y animándose progresivamente, siendo una composición pegadiza y bailable, presentándonos, a continuación, el que es uno de los adelantos de su próximo LP, “Intro (Duro)” y que habían subido a redes unas semanas antes, empezando relajado, con Luz, sin su guitarra, situándose junto a Teresa para ayudarla a los teclados, teniendo un aire más tecno y movido y que se volvía, en partes, muy machacón y animado, conjugando bien esos contrastes.
Avisándonos de que iba a ser el concierto más breve de su carrera, todavía tuvieron tiempo para uno más, siendo el turno de “Nunca llega”, que habían subido a redes el día anterior y que también es un tema nuevo, con solo Natalia cantando y el resto de músicas bailando, estando el sonido grabado, un corte muy movido y pegadizo, despidiéndose de todos nosotros, después de agradecer la labor tanto a sus compañeras de escenario, como a su equipo y a quienes hicieron posible que estuvieran allí, abandonando el escenario tras menos de media hora de actuación.
Natalia Lacunza
Natalia Lacunza y su Tuny Band dieron un concierto animado e intenso, en donde aprovecharon su escaso tiempo para disfrutar y hacérnoslo pasar bien, tanto a los que ya las conocían, como a los que apenas habíamos seguido su trayectoria, cosechando muchos aplausos y es que su actuación de esta tarde solo tuvo una pega y fue el escasísimo tiempo que les dejaron y es que, al menos 10 minutos más deberían haber actuado.
Salvando esta pega, lo cierto es que en directo la artista y su banda ganan mucho y demuestran que, no solo son buenas y experimentadas músicas, sino que saben trasmitir esa propuesta, tan particular, que nos ofrecen, logrando en todo momento que la gente se meta en ese ambiente que te crean con su música.
Muy interesante propuesta para todos aquellos que gusten de nuevos sonidos.
La verdad es que tenía muchas ganas de ver en directo a los cartageneros Arde Bogotá, una formación que, en apenas 6 años desde su fundación, se ha hecho un hueco en la escena estatal, habiendo grabado el Ep “El tiempo y la actitud”, del 2020, y los discos “La noche”, del 2021, y, su más reciente “Cowboys de la A-3”, publicado en mayo de este año y sobre el que asentarían su repertorio.
El grupo, compuesto por Antonio García, voz y la guitarra, Dani Sánchez, guitarra, Pepe Esteban, bajo, y Jota Mercader, batería, y que en directo cuentan con un guitarrista y corista adicional, salieron a escena con un enorme toldo recreando la portada de su nuevo disco y con un sonido de sirenas a modo intro, entre grandes aplausos e iniciando su andadura con “Los perros”, precisamente la que da inicio a esta obra, con un sonido machacón y que fue muy bien acogida y muy cantada, ya que es una pieza muy pegadiza y que ha calado rápidamente entre los muchos seguidores de la formación.
Arde Botogá
Con su vocalista, ya sin la guitarra, saludándonos, pasaron al corte que abría su trabajo de hace dos años, es decir, “Abajo”, muy movido y bailable, con ese sonido tan quedón y demostrando que la banda tiene mucha presencia escénica, además de esas piezas tan pegadizas que enganchan, para volver a saludarnos y agradecernos nuestra presencia y confesar que habían venido a hacer rock and roll y para muestra ese “Besos y animales”, de su reciente disco, presentado como un viaje pasional, que empezó relajado, pero que luego fue cogiendo más fuerza y con un ritmo más movido y bailable.
De vuelta a su anterior obra, era el turno de “El beso”, que fue unida a la anterior y que empezó directa, pero de manera relajada y pegadiza, contado con partes más intensas, siendo muy cantada por todos los allí presentes, algo que también ocurriría, de manera aún más intensa, con la genial “Qué vida tan dura”, otro de los adelantos de este nuevo álbum, una canción muy cañera y muy pegadiza, con todo el mundo coreando y saltando con este verdadero cañonazo, que ha calado muy bien entre los seguidores de la banda.
Arde Botogá
Antonio se hizo con una guitarra acústica para, como nos anunció, relajar un poco aquello con “La salvación”, la que cierra su actual obra y que fue presentada como el viaje de vuelta después de una perdida, la cual comenzó de manera relajada, pero con intensidad, sobre todo en el estribillo, y dejándonos un momento muy emotivo en su velada, tras la que nos pidieron aplausos para los técnicos, cambiando su vocalista la acústica por una eléctrica y llegando el turno de la genial “Cowboys de la A3”, la que da título a su reciente disco y que, precisamente, dedicaron a la gente de su equipo, una pieza muy importante para la banda, como ellos mismos dijeron, y que fue muy cantada y celebrada, contando con ese estribillo tan pegadizo.
Era el momento de recordar aquel Ep con el que se dieron a conocer y que contenía temas como “Virtud y castigo”, anunciado como un corte de sexo explícito, pidiéndonos que le cantásemos con ellos, muy potente y pegadizo y con esos coros finales que la gente prolongó, incluso después de haber acabado de tocar los músicos, comenzado a anunciar que su tiempo se estaba acabando, siendo el turno de la pieza que cerraba su obra de hace 2 años, es decir, “Exoplaneta”, que nos habla sobre un lugar mágico e idílico y que empezó relajada, con mucha calma, pero que luego fue cogiendo más fuerza y que fue cantada por todo el mundo.
Arde Botogá
Como durante toda su velada, no hubo apenas pausa y continuaron con “Antiaéreo”, la canción que abría su Ep, muy cantada según fue reconocida y que resultó una pieza muy intensa y más cañera, con un sonido potente, mientras su cantante recuperaba su guitarra eléctrica, que abandonaría después para interpretar “Cariño”, de su anterior obra, antes de la cual presentaron a los miembros de la banda, avisando de que ya se iban, confesando que había venido a bailar y que eso es lo que iban a hacer, con Antonio saliendo a cantar fuera de la zona Vip, entre sus seguidores, cerca de donde yo estaba, y convirtiendo aquello en una verdadera fiesta.
De esta manera y tras casi una hora de concierto, concluía la actuación de unos Arde Bogotá que dieron un impresionante concierto, pese a que no contaron con mucho tiempo y demostrando que son muy buenos, quedándose con todo el mundo y confirmando que sus canciones, no solamente son buenas en estudio, sino que en directo crecen todavía más, con esa simbiosis que consiguen con sus seguidores.
Es gratificante que una banda, que se da a conocer en plena pandemia, con lo que ello supone de negativo, haya logrado hacerse un hueco tan rápidamente dentro de la escena estatal y lo hayan hecho con una propuesta muy personal, con temas que te enganchan y con un sonido contundente, pero al mismo tiempo pegadizo y muy animado, confirmando que van a dar todavía más que hablar en un futuro cercano.
Sin duda, Arde Bogotá es una de las bandas destinadas a encabezar los grandes festivales en poco tiempo y esta tarde lo confirmaron.
Reconozco que en los 90 apenas seguía la música que sonaba en la radio formulas, pero era inevitable escuchar estilos como el grunge o el britpop que, aunque no eran los sonidos que más me llenaban, al menos eran bandas de mucha calidad y que, pasado el tiempo, he de reconocer que me han ido gustando, unas más que otras, además de hacerme recordar, con cierta nostalgia, aquella época que me pilló en la universidad: buenos tiempos.
De entre el mal llamado britpop, una de las bandas que más me gustaron desde su eclosión fueron Suede, con esos temas intensos y pegadizos al mismo tiempo y ese cierto poso al glam británico de décadas anteriores, y que esta noche iban a actuar en Torrelavega, siendo, y sin desmerecer al resto del cartel, el grupo al que más me apetecía ver y es que, ocasiones así, en Cantabria, hay pocas.
Por hacer un breve recordatorio, decir que la banda se funda en 1989 y que está integrada por Brett Anderson, vocalista, Richard Oakes, guitarra y coros, Neil Codling, teclados, guitarra y coros, Mat Osman, bajo, y Simon Gilbert, batería, los mismos que regresaron tras 7 años de ausencia en el 2010.
Lógicamente, con esta amplia trayectoria, cuentan con muchos discos, 10 en total en estudio, siendo estos “Suede, de 1993, “Dog man star”, de 1994, “Coming up”, de 1996, “Sci-Fi Lullabies”, de 1997, “Head music”, de 1999, “A new morning”, del 2002, “Bloodsports”, del 2013, “Night thoughts”, del 2016, “The blue hour”, del 2018, y, su más reciente, “Autofiction”, del pasado año.
Suede
Se retrasó un poco la prueba, con la impaciencia de los allí presentes, saliendo el quinteto con una intro de fondo y entre los aplausos de los allí reunidos, comenzando con “Turn off your brain and yell”, la pieza que cierra su actual obra, con el público dando palmas y empezando de manera intensa y ganado luego más fuerza, aunque desde mi posición se oía poco la música, pasando su cantante a subirse a uno de los altavoces para saludarnos y continuar con la muy celebrada “Trash”, la que abría su tercer trabajo y durante la cual, como lo haría durante toda la velada, aparecían en la pantalla, situada detrás de los músicos, referencias a la canción que sonaba, muy celebrada según fue reconocida, una composición muy pegadiza y con los teclados muy presentes.
Cada uno tendrá una canción que asocia a esta banda y que, probablemente, sea su favorita y en mi caso es “Animal nitrate”, de su ópera prima, que fue muy cantada y que es un verdadero clásico de su trayectoria, para, sin parar, continuar en su primer trabajo con “The drowners”, con ese inicio tan guitarreo y durante la cual su cantante bajó a cantar junto a las barreras situadas en la zona Vip, siendo una pieza pegadiza y quedona, con ese ritmo tranquilo, pero con fuerza a la vez.
Nos dieron las gracias por nuestra acogida, pero sin parar y enlazando la anterior canción con “Filmstar”, de su tercer lanzamiento, que empezó con contundencia, teniendo luego un sonido machacón y movido, animando todavía más aquello, retrocediendo, sin pausa, a su segundo disco con “We are the Pigs”, con un machacón y potente inicio, siendo un corte muy pegadizo, con un buen solo de guitarra y esa coreada parte final, en la que el público participó activamente.
Suede
Más cercana en el tiempo es “Everything will flow”, de su quinto trabajo, la cual empezó tranquila y relajada, pero con fuerza, siendo una pieza pegadiza y en la que su vocalista bajó para que las primeras filas cantasen con él, con unos teclados y un bajo marcados, para, sin casi parar, regresar a su actual plástico con el corte que le da inicio, es decir, “She still leads me on”, con el público dando palmas y contando con ese inicio constante, que fue creciendo a medida que el tema fue avanzando y que demostró que la formación sigue haciendo buenas composiciones.
Vuelta a su época más exitosa con ese “Lazy”, presente en su tercer trabajo, con ese inicio movido y animado, un tema muy animado y que fue recibido con mucho entusiasmo por los allí congregados, siendo unida la anterior pieza con “Can't get enough”, de su plástico de 1999, con las palmas de la gente haciendo como nexo de unión, teniendo un inicio muy rockero, también muy celebrado y pegadizo y es que es un verdadero temazo, muy quedón y que en directo gana mucho.
Continuaron dándonos las gracias y nos invitaron a tomarse un pequeño respiro, y es que llegaba esa interpretación acústica del “She's in fashion”, también de su disco de hace 24 años, que les quedó muy bonita, con un estribillo quedón y pidiendo y logrando las palmas de los presentes, en una parte final muy buena y emotiva, para volver a las guitaras eléctricas con “New generation”, de su segundo trabajo, con un guitarrero inicio y un pegadizo estribillo, dentro de un corte muy pegadizo y celebrado.
No querían que aquello se enfriase y continuaron con la canción que abría su ópera prima, es decir, “So young”, que es una composición muy intensa y pegadiza, con ese sonido tan elegante que posee y que te acaba por cautivar rápidamente, para, sin dejar ese mismo disco, ser el turno de “Metal Mickey”, con ese inicio guitarrero y que fue enlazada con la anterior pieza, siendo la misma pegadiza, cañera y muy poderosa, contando con un intenso final.
Suede
Volvieron a pedirnos que diésemos palmas para arroparlos en “Beautiful ones”, de su tercer trabajo, uno de sus temas más emblemáticos y que fue muy cantado, bajando, de nuevo, su vocalista a hacer cantar a las primeras filas, convirtiéndose aquello en una verdadera fiesta, tras el que se fueron brevemente, para luego volver y seguir dándonos las gracias, recordándonos que, en ese momento, era “Saturday night”, también de ese disco de 1996, una bella y tranquila canción, en la que, una vez más, Brett bajo a recibir el cariño de las primeras filas, mientras todo el estadio coreaba dicha pieza.
Y de esta manera, tras más o menos una hora y cuarto de actuación, concluía un gran concierto de Suede, muy elegante y demostrando el gancho que tienen en gente de todas las generaciones y es que a mi alrededor podía ver a bastantes jóvenes que, seguramente, no habían nacido cuando la banda comenzó a tener éxito, pero lo disfrutamos tanto los unos como los otros.
Pese a que el sonido estaba algo bajo, sobre todo en el inicio, el concierto fue impecable, centrándose, básicamente, en su época dorada, es decir la de los años 90, aunque sin olvidar ese trabajo que venían a presenta, contando con una gran puesta en escena, manteniéndose no solo en forma, sino por encima de lo que podíamos esperar y dejándonos con un gran sabor de boca.
Sin duda, Suede dieron un magnífico concierto, demostrando que el que tuvo retuvo y logrando que disfrutásemos con sus éxitos, dando una gran actuación.
¿Y ahora quien toca después de ver lo que acabamos de disfrutar? Pues Lori Meyers, una banda que, no solo retuvo a la gente que había estado viendo a Suede, sino que se veía que muchos de los presentes habían ido a ver a esta banda granadina, que este año cumple 25 años en activo y que está compuesta por Noni, a la voz y la guitarra, Alejandro Méndez, guitarra y coros, Tony Jiménez, guitarra y coros, Miguel de Lucas, bajista, J.J. Machuca, teclados y Alfredo Núñez, batería.
Durante esta ya larga andadura el grupo ha editado los discos “Viaje de estudios”, del 2004, “Hostal Pimodán”, del 2005, “Cronolánea”, del 2008, “Cuando el destino nos alcance”, del 2010, “Impronta”, del 2013, “En la espiral”, del 2017, y “Espacios infinitos”, de hace dos años, además de reediciones, Ep´s, directos y demás.
Ya los había visto en directo el pasado año, y me habían gustado mucho, así que iban un poco predispuesto a pasármelo bien con la banda, que salió al escenario, tras los cambios oportunos, con una intro que dio paso a “Seres de luz”, de su último trabajo, muy pegadiza y quedona, con unos buenos efectos de luz, como veríamos durante toda la velada, saludando en la parte final y con un sonido muy psicodélico en esa última parte.
Lori Meyers
Se fueron atrás en el tiempo, concretamente a su tercer plástico, con “Luces de neón”, que fue muy aplaudida según fue reconocida, siendo muy cantada y pegadiza, convirtiendo aquello en una verdadera fiesta, para, casi sin parar, continuar con “Planilandia”, que abría su quinto disco, con un inicio muy cañero, volviéndose muy pegadiza y potente, logrando en todo momento la complicidad de la gente.
No querían que aquello se parase y regresaron a su más reciente obra con la genial “Punk”, muy buena, pegadiza y muy movida, con ese sonido tan particular y un maravilloso juego de luces, para ser el batería quien diese inicio a “Luciérnagas y mariposas”, de su tercer álbum, cogiendo fuerza progresivamente, siendo una pieza muy pegadiza y coreable y pidiendo que iluminásemos el cielo con las linternas de nuestros móviles, ya con Noni sin su guitarra.
Pasaron ahora a su cuarto disco con “Rumba en atmósfera cero”, que se inició de manera muy directa y que es un corte muy potente e intenso, que logró mantener la atención de la gente, para pasar a presentarnos el que es su nuevo single, “No me merecía la pena”, de este mismo año, y en cuya grabación colaboró Kora, empezando lento, pero luego ganando fuerza y contando con un pegadizo estribillo.
Lori Meyers
De vuelta a su más reciente álbum, llegaba el turno de “Primaveras”, que empezó relajada, pero muy dinámica y pegadiza, pidiéndonos palmas en la parte final, con Noni bajando a cantar entre el público, pasando a tocar uno de esos cortes que no pueden faltar en sus directos como es “Siempre brilla el sol”, de su anterior obra, muy aclamado según fue reconocido, sonando intenso, potente y muy pegadizo, siendo cantado por todo el mundo, mientras su vocalista recuperaba su guitarra momentáneamente.
Volvieron a su disco de hace 10 años con “El tiempo pasará”, con ese inicio bailable, muy pegadiza y cantada y ganando más fuerza, para regresar a su más reciente trabajo con “Hacerte volar”, la canción que le daba inicio, con ese comienzo tan psicodélico, siendo muy quedona y coreada, aumentando más la sensación de estar viviendo una verdadera fiesta y demostrando que las nuevas composiciones tienen mucho tirón entre sus seguidores.
Pero, sin duda alguna, uno de los momentos más esperados y celebrados en sus conciertos es cuando llega el turno de “Emborracharme”, de su disco del 2013, una verdadera locura, muy pegadiza y quedona, con todo el mundo cantando y saltando, relajándose brevemente, pero luego recuperando esa fuerza, siendo el turno de “Religión”, de su cuarto álbum, con una locución que le dio inicio y luego metiendo bien de caña, con Noni bajando a cantar entre el público.
Tras el grito de “Viva Cantabria”, llega el turno de “¿Aha han vuelto?”, compañera de trabajo de la anterior, con ese comienzo en el que los teclados están bien marcados, muy animada y coreable, empezando a despedirse de todos nosotros con “Mi realidad”, el que abría ese mismo álbum, muy celebrado desde el principio y es que es un corte muy pegadizo y querido por todos sus seguidores.
Lori Meyers
Pero todavía quedaba tiempo para un tema más y este sería “Alta fidelidad”, de su obra de hace 15 años, con el que se despedían, una pieza muy pegadiza y con el cantante bajando fuera de la zona Vip, siendo muy coreada y cantada por todos, relajándose un poco la misma, para luego recuperar esa energía que posee.
Y así, de esta manera y tras casi hora y cuarto sobre las tablas, concluía la actuación de unos Lori Meyers que dieron un impresionante concierto, haciéndonoslo pasar muy bien y dándolo todo sobre el escenario, demostrando que son una banda que en directo ganan mucho, haciendo que esos temas, que ya gustan en estudio, conecten todavía más contigo y conviertan aquello en una verdadera fiesta.
Al margen de la excepcional puesta en escena, con todas las luces, los fondos de pantalla y demás, lo verdaderamente importante es la música y ésta ya longeva banda granadina tiene una buena colección de éxitos, que son venerados por sus muchos seguidores, y que son interpretados en directo con mucha soltura y mucha calidad, además de lograr una gran conexión con el público que va a verlos.
Lori Meyers son una banda para verlos en vivo y para no parar de disfrutar con su música, saltando y cantando con cada canción.
Ya el cansancio se iba notando y más cuando el cambio ente Lori Meyers y Shinova se demoró levemente, pero, por fin íbamos a tener a la banda vizcaína, que este año cumple 15 años de trayectoria y que está integrada por Gabriel de la Rosa, voz, Erlantz Prieto, guitarra y coros, Daniel del Valle, guitarra y teclados, Ander Cabello, bajo, y Joshua Froufe, batería, con todavía una buena cantidad de gente allí presente.
Con una introducción electrónica salieron al escenario, antes de lanzarse a tocar “El álbum”, de su anterior trabajo, muy pegadiza y cantada por los allí presentes, con un sonido potente, la cual fue seguida por “Niña kamikaze”, de su disco de hace 7 años, con esa potencia inicial que tiene, muy coreable y muy bien acogida, con la banda preguntándonos si estábamos o no, mientras la gente daba palmas para acompañar al quinteto, que lo estaba dándolo todo sobre las tablas desde el primer minuto.
Pasaron a saludarnos, presentándose y recordando al resto de bandas con las que habían compartido cartel, para continuar en su cuarto trabajo con “Doce meses (El año del maravilloso desastre)”, uno de los temas que más me gustan del grupo, el cual empezó relajado y tranquilo, pero cogiendo luego fuerza, siendo muy movido y pidiendo palmas a los presentes, con unos muy buenos cambios de ritmo, para interpretar la primera que caería esta noche de su actual disco, “Gigantes”, muy buena y pegadiza y que combina partes más relajadas con la fuerza que contiene su estribillo.
Shinova
No querían que aquello parase y era el turno de volver a su anterior trabajo con “Cartas de navegación”, la que le daba nombre, con un inicio movido, cantando Erlantz una parte de esta pieza, muy animada y bailable, con un cierte aire psicodélico, tras la que nos preguntaron qué tal iba, mientras confesaban que ellos estaban muy a gusto, siendo el momento de ese tema que subieron a redes a primeros de este año y en donde colabora Rafa Val, de Viva Suecia, “Si no es contigo”, muy pegadizo y quedón, con un sonido constante, pero relajándose al final.
Regresaron a su cuarto disco con “Qué casualidad”, que, como nos dijeron desde el escenario, habla sobre esos encuentros casuales que nos empujan a hacer cosas, empezando relajada, pero luego cogiendo fuerza, siendo muy cantada y con ese parón en la parte final, para luego recuperar esa potencia y con su cantante entre el público, fuera de la zona Vip, para continuar en dicha obra con “Para cambiar el mundo”, cañera, muy pegadiza y movida, contando con ese sonido machacón y haciendo cantar a todo el campo.
Unida a la anterior, llegaba el turno de “Mirlo blanco”, de su anterior trabajo, con todo el mundo saltando, una pieza muy pegadiza, movida y muy coreada, con la voz distorsionada al final y todos los presentes coreando el final, para, tras tomarse un breve respiro, volver a su actual obra con “La sonrisa intacta”, que fue cantada por todo el campo en cuanto fue reconocida, muy machacona y pegadiza y jugando con diferentes contrastes de velocidad, que les quedaron muy bien.
Shinova
Fue el sonido de la batería el que dio comienzo a “Ídolos (Los mejores momentos están por llegar)”, también de su actual plástico, con mucha pegada, un potente sonido y un estribillo muy pegadizo, siendo una pieza muy animada y positiva, de las que se te quedan rápidamente, despidiéndose, dándonos las gracias por esa noche, que ya es suya para siempre, siendo el momento de “Te debo una canción”, de su último disco, empezando con ese sonido tecno, muy pegadiza y movida, solicitando nuestros aplausos para los técnicos y su equipo, para nosotros y para los trabajadores del escenario, pidiéndonos que cantásemos con ellos, como así hicimos.
Y con ese “Volver”, del disco de igual nombre, cantado a capela, se despedían Shinova, después de una hora de actuación, donde nos dieron un muy buen concierto, con un sonido muy pegadizo, pero al mismo tiempo cañero y demostrando que ambas cosas no están reñidas, logrando conectar, en todo momento, con el público, que, pese al cansancio ya acumulado, lo dio todo.
Shinova
Es una banda con temas que se te quedan, pero que están muy elaborados, algo que han ido forjando en esta ya larga trayectoria como grupo, afianzando un sonido propio, pero que, al mismo tiempo, no cierra las puertas a nuevas ideas, que puedan reforzar o aportar algo a ese estilo personal que tienen, todo ello, para beneficio de unas canciones que, además, han logado el reconocimiento de una buena parte de la escena,
Shinova son una banda para ver en directo, ya que es allí donde sacan toda la fuerza que tienen y que hace que la formación y el público sean solo uno.
Y, aunque de nuevo iban a salir We Are Not Dj´s para pinchar música y prolongar la noche, yo, después de despedirme de algunos amigos, decidí que era buen momento para recogerse, después de estar allí más de 8 horas, con la sensación de haber disfrutado de una verdadera fiesta, en la que pude descubrir y ver en directo a todas estas bandas, alguna de las cuales apenas había escuchado, sonando todo muy bien y dando todas ellas muy buenos conciertos, ante un público que lo disfrutó por todo lo alto.
Muchas gracias al festival Música en Grande y a Mouro Producciones por apostar por el rock y esperemos que esto se siga repitiendo en futuras ediciones, a ser posible en sábado, para que las obligaciones laborales no nos impidan ir; estaremos atentos a los próximos carteles.