Corría el año 1992 cuando Scorpions visitaba la capital andaluza por primera vez, más de 3 décadas después, gracias al festival Icónica, que en sus últimas ediciones está apostando por el heavy clásico entre su variopinto cartel, volveríamos a tener a la veterana banda en nuestra ciudad, y no en un enclave cualquiera, si no en la Plaza de España, donde ya el año pasado Deep Purple puso su huella también.

El mismo día por la mañana se nos fue anunciado en redes sociales que el concierto se retrasaría media hora (de las 22:00 a las 22:30), debido a las altas temperaturas que asolaban la ciudad en esos días. Al igual que el año pasado, al entrar al recinto nos encontraríamos con numerosos bares donde consumir bebida y comida, baños en muy buen mantenimiento, e incluso zona con mini escenarios con conciertos previos al show principal, muy ameno para irse unas horas antes a disfrutar de la Plaza de España.

Ya a la hora anunciada, empezaría una especie de mapping con luces y música sobre el gran monumento y el escenario del concierto, que duraría unos minutos; Tras ello, saldrían a escena la banda alemana para interpretar el primero de los temas de la noche, que sería “Gas in the Tank”, corte extraído del que ha sido su trabajo más reciente de estudio, “Rock Believer” (2022), no sería el último que escuchamos del disco, pues fueron varios los que sonaron durante la noche. “Con “Make it Real” empezaría realmente la jarana, y aunque el público venía caliente, entre otras cosas por los más de 40º que se podía notar en el ambiente recalentado, con sus clásicos se empezó a notar la presencia de un respetable que llevaba meses soñando con esta noche, contaron con una pantalla de fondo y laterales que irían proyectando imágenes tanto del concierto como seleccionadas por la banda, como en este caso que plantaron la bandera de España de fondo. “The Zoo” hizo que Klaus Meine sacara su pandereta y se pusiera también a regalar baquetas a las primeras filas, y es momento quizás de dedicar unas palabras a los miembros de la banda, empezando por el propio Klaus, quien a sus 75 años sigue llevando el peso vocal de una banda que exige y de la cual siempre se espera mucho, bien es cierto, que no es el mismo de hace 20 años, si quiera diría que no suena igual que la última vez que lo vi en Mérida hará unos pocos años, pero sigue teniendo un carisma y una voz, la cual se administra más, que enamora a todo el mundo, no se le puede exigir tener los mismos registros ya con la edad que cuenta, me pareció que estuvo a un gran nivel y fue un placer poder disfrutar de su timbre.

Y qué decir de Rudolf Schenker! El hermano mayor de la dinastía, que aguanta el tirón como un chaval de 20 años, y es increíble verle con ese espíritu a sus 74 primaveras, acompañándolo a la guitarra, el bueno de Matthias Jabs, que aunque no fuera miembro fundador, lleva con la banda más de 45 años y que hace una labor musical como pocos, ya por último, la sangre más nueva de la banda, el peso rítmico, Paweł Mąciwoda al bajo y el mítico batería Mikkey Dee (Motörhead, King Diamong...entre otros), un quinteto de lujo, que a pesar de la media de edad, están en forma para dar mucho juego en los escenarios.

El concierto iría sucediendo entre clásicos, de la formación como el genial instrumental “Coast o Coast”, que sonó realmente bien, o “Bad Boys Running Wild”, entremezclándose con temas del último disco como “Seventh Sun” o “Peacemaker” donde se haría una mención especial al conflicto bélico que está sucediendo en Ucrania.

Turno de la instrumental “Delicate Dance” donde Matthias Jabs cogería el timón del barco, y después se haría el silencio para “Send me an Angel”, la primera de las famosas baladas de los alemanes que nos quedaba por escuchar, y es que además de seguido, casi sin respiro, empezaría la famosa melodía de silbidos para anunciarnos “Wind of Change”, coreados por todo el público sevillano, andaluz, y de todas partes que se reunieron esta noche en la Plaza.

La noche iba fluyendo según lo esperado, y es que es raro ver fallar a los alemanes, que saben como administrar los tempos de un concierto, era hora de subir de nuevo los decibelios, para ello nos dejaron “Tease Me Please Me” y “Rock Believer”, luego sería el turno de “New Vision”, nuevo tema que realmente consiste en un extenso solo de batería donde Mikkey Dee sacaría todo su arsenal durante varios minutos, y así de paso dar descanso a los otros miembros de la banda durante unos minutos, por algunos momentos pareció revivir un concierto de los añorados Motörhead.

Por último para despedirse prontamente, “Big City Nithts”, de nuevo coreada en su mayoría por los asistentes.  Con ello la banda se dispuso al despido protocolario a sabiendas que serían pocos minutos, ya que todo el mundo sabía que un concierto de Scorpions no puede acabar así; Y entre vítores y aplausos reanudaron con dos bises, que no podían ser otros que “Still Loving you” y “Rock you like a Hurricane”, ¡Qué placer poder escuchar estos clásicos en Sevilla y en este entorno!, a pesar de haberlos escuchado bastantes veces en directo, poderlo hacer en nuestra ciudad tiene un color especial, sin duda.