Ya hacia un par de semanas que no me dejaba caer por el Rock Beer The New, pero este primer viernes de las fiestas de Santander, me iba a acercar a la sala santanderina para ver en directo a dos bandas, a las que todavía no había visto en directo y a las que apenas había escuchado, como eran LCH y Zebra Maison, dos grupos de la tierruca.
Siempre me parece muy interesante descubrir bandas que no he seguido y la propuesta de ambas formaciones me parecía más que interesante para verlas y escucharlas en directo, con un estilo en el que combinan pop, rock y unas gotas de eso que se llama indie, por lo que no tuve ninguna duda en acudir a ver este concierto, al que los dos grupos iban con muchas ganas, ya que hacía mucho tiempo que no tocaban en vivo.
A mi llegada a Santander se notaba ese bullicio propio de la época del año en la que estábamos, con una noche agradable, algo que, afortunadamente, también se vio reflejado en una buena presencia de asistentes en la citada sala, ayudado, seguramente, porque el evento era gratuito, con una buena presencia de niños y niñas, que se sentaron frente al escenario durante buena parte del concierto.
Zebra Maison
Tras la espera de rigor, teníamos sobre las tablas a Zebra Maison, a los que mis compañeros de web ya habían visto en directo hace unos años, y que es un trío santanderino, que se forma ya hace más de 12 años y que está integrado por Nacho Cénjor, voz y guitarra, Jim Stairs, bajo y coros, y Jaime Sardinero, batería y coros, y, hasta la fecha, han publicado los discos “Zebra Maison”, del 2017, y “Dinosaurios”, del 2020, al margen de alguna canción más que tienen por sus redes sociales.
Después de tantear un poco el sonido de los instrumentos, arrancaron su velada con “Ahora entiendo”, la canción que abría su primer trabajo, la cual empezó con fuerza, siendo una pieza pegadiza y movida, con un sonido muy elegante y que fue muy aplaudida, para pasar a “Nitroglicerina”, un tema que no tienen todavía publicado y que se inició con un sonido bailable, siendo un corte muy movido y dinámico.
De vuelta a su ópera prima, era el turno de escuchar “Plutón”, que empezó el bajo, teniendo un sonido tranquilo, pero inquietante, contando con un ritmo constante, aunque luego fue cogiendo más fuerza y volviéndose más animado, tras el cual nos saludaron y nos expresaron sus muchas ganas por tocar, invitándonos a dejar los problemas afuera, siendo el batería el que dio comienzo a “Corazón cabezón”, el que sería su primer acercamiento hasta su último disco hasta la fecha, contando con un sonido machacón, pegadizo y psicodélico en partes y notándose mucha fuerza en la parte final.
Zebra Maison
Continuando el recorrido por su trabajo de hace 3 años, era el turno de “Mirando al mar”, sin dejar mucha pausa con la anterior, una canción que se inició con mucha fuerza, que fue muy machacona y en la que su guitarra bajó a tocar junto a los niños de los que hablaba más arriba, una pieza muy intensa, para continuar con su compañera de plástico, “La fiera”, muy intensa y pegadiza, con mucha fuerza y con un bajo muy marcado.
Más relajado fue el comienzo de “Perdóname”, el tema que cierra su actual disco, con la guitarra iniciándolo en solitario y luego entrando el resto, creciendo progresivamente, siendo un corte con mucho sentimiento y muy bonito, para mí, de lo mejor de su repertorio, para tocar otra de esas canciones que todavía no han publicado, “Insecto”, con mucha fuerza inicial y un ritmo muy intenso, teniendo una parte en que se relaja, para luego coger más fuerza.
Cosecharon muchos aplausos entre la concurrencia, siendo el turno de una de las primeras canciones que hicieron, como nos confesaron, pero que, hasta el momento no han editado, “¿Qué hacer?”, la cual comenzó relajada y tranquila, intensificándose después, pero acabando calmada y que es una muy bonita composición, antes de avisarnos de que iban a ir encarando la recta final de su concierto y que luego había que hidratarse ante el calor que hacía, interpretando otro corte que no han publicado hasta la fecha, titulado “Felicidad”, con ese ritmo pegadizo inicial y contando con las palmas de los presentes, teniendo un sonido inquietante, pero pegadizo y animado.
Les restaba un tema por tocar de su actual disco, precisamente el que lo da nombre, “Dinosaurios”, que fue dedicado a todos los pequeños allí presentes, con un sonido movido y potente, siendo un corte pegadizo, animado y que fue muy cantado, y, aunque hicieron amago de irse, todavía interpretaron “Ya no sirve llorar”, la pieza que cerraba su primer trabajo, que empezó con fuerza y muy guitarrera, aunque relajándose en la parte central, siendo una canción muy elaborada, con esos contrastes de sonido y en la que pidieron y lograron las palmas de los asistentes.
Zebra Maison
De esta manera y después de más o menos una hora de actuación, concluía un muy buen concierto de Zebra Maison, tocado con mucha clase y con un estilo en que combinan partes más intensas con otras más pausadas, pero logrando, en todo momento, que los asistentes se mostraron encantados con su propuesta y sin perder en ningún instante la atención sobre lo que estaba ocurriendo sobre el escenario.
La verdad es que la banda regresó con mucha fuerza, demostrando estar en un buen nivel y en donde, tanto los cortes más conocidos, como los que, al menos yo, no había escuchado, estuvieron a una gran altura, lo que nos deja entrever que el grupo tiene cuerda para rato y que éste solo ha sido el primer paso para una mayor continuidad, tanto en la composición de nuevos temas, como en futuros conciertos.
Muy buen concierto de una de esas bandas que se disfrutan más en locales como éste, con la gente más cerca y apreciando la música de un grupo al que os animo a descubrir, ya sea en directo, siempre más recomendable, o en estudio.
El cambio entre banda y banda fue muy rápido y enseguida teníamos sobre las tablas a LCH, un ahora trío, que se formó hace 12 años y que está compuesto, en la actualidad por Juan Carlos Mazas Rojo “Perruzo”, bajo y voz, Javier Gutiérrez Alarcón, guitarra, y David Pérez Pocero, reconvertido ahora en batería, habiendo publicado, hasta la fecha, los discos “Ingravidez”, del 2012, “Inverno”, del 2014, y su último trabajo, “José Caléndula”, de hace ya 7 años.
Precisamente con un tema de ese último disco, concretamente con “Sin el sol”, comenzaron su velada, con un inicio guitarrero y siendo un corte instrumental, muy intenso y con muchos matices, tras el que se presentaron y continuaron en dicho álbum con “Rey”, no sin antes agradecernos nuestra presencia y vacilar sobre la casi ausencia de los pañuelos azules en la sala, tan típicos de las fiestas santanderinas, una canción que fue iniciada por el bajo y que contó con un sonido relajado y pausado, aunque con partes más intensas.
Turno ahora para un par de cortes que todavía no han editado, o al menos yo no tengo constancia de ello, siendo el primero de los mismos “Mansiones”, que comenzó con fuerza y contundencia, contando con un ritmo muy constante y un falso final en seco, ya que luego retomaron la intensidad anterior, pasando a recordarnos que hacía mucho que no tocaban y agradecernos nuestra presencia, para ser el turno de “San Valentín”, que empezó con un sonido constante y poderoso, ganando fuerza paulatinamente.
L.C.H.
Volvieron a los temas ya editados con “Android.es”, el que abre su segundo trabajo, un corte muy bueno y muy intenso, que fue ganando fuerza, hasta tener un final bastante cañero, siempre dentro del estilo de la formación, presentando, a continuación, una canción nueva llamada “Devora gasolina”, recordando que hoy era el debut de David en directo con las baquetas, siendo una pieza que empezó con mucha fuerza, muy intensa y con contundencia, dejándonos una composición corta y directa.
De vuelta a su trabajo de hace ya 9 años, era el turno de recordar un par de cortes de dicha obra, comenzando por el que, precisamente, lo cierra “不 要 辣”, con un sonido algo más accesible, empezando muy solemne, pero luego metiéndole caña, combinando intensidades, aunque, en general, siendo un tema intenso, tras el que recordaron que era un concierto especial por la presencia de tanto niño, siendo el turno de “Humo negro”, que fue iniciada por la sección rítmica, una pieza tranquila y relajada, acompañada por las palmas de los presentes, cobrando fuerza a medida que avanzaba, una muy buena canción, que luego volvió a relajarse, con el bajo muy presente, para recuperar fuerza, con su guitarra luciéndose y confesando que a veces eran un poco moñas, aunque a mí no me lo estaba pareciendo para nada.
Íbamos ahora con el corte que cerraba su presente disco, es decir, con “Especies”, que fue iniciado por el batería, teniendo un inicio relajado, pero ganando intensidad y fuerza, volviéndose algo más rápido después, para, tras afinar su bajista, ser el momento de otro tema no editado como era “Nación fantasma”, con ese comienzo magnético de guitarra, con fuerza, aunque luego fue relajándose, pero con intensidad y recuperando esa fuerza más adelante, contando con diversos cambios de ritmo y con un aire oscuro y algo fantasmal, como su título indicaba.
Otro tema que no han editado hasta la fecha, o al menos yo no tengo constancia de ellos, es “Foo”,empezando con ese ritmo machacón, siendo una pieza instrumental, con mucha fuerza y contundencia y en la que tuvieron algunos problemas con el cable de la guitarra, lo que condicionó la canción, avisándonos de que iban a ir acabando, siendo el momento de “Limbo”, el que daba inicio a su ópera prima, recordando que este corte tenía muchos años y que si entonces el mundo asustaba, ahora acojonaba, empezando tranquilo, pero con fuerza y ganando contundencia después.
L.C.H.
Nos volvieron a agradecer el haber venido, ya que les hacía mucha ilusión este concierto, siendo el turno de otro corte no publicado todavía como era “Retiro sideral”, que empezó guitarrero y con un ritmo constante y movido, teniendo luego un sonido seco de guitarra, haciendo amago de relajarse, para luego acelerarse más, para, casi sin pausa, adentrarse en “Star Wars”, de su primer trabajo, empezando el bajo, con un sonido machacón, pero luego parando y acelerando, teniendo algún problemas con el cable de la pedalera al final.
De esta manera y tras algo más de una hora, concluía un muy buen concierto de LCH, sonando muy bien, pese a los problemas finales con el cable, pero eso no deslució una muy buena actuación de un trío que ha sabido reinventarse en este formato y hacer que el sonido no desluzca, dejándonos una buena mezcla de sonidos y de ritmos, logrando que la gente estuviera en todo momento dentro de la propuesta de la banda.
L.C.H.
Se nota la elaboración de los temas, tanto los publicados como los que todavía no lo han sido, dejando en todo momento la sensación de gran banda, que, a poco que ruede más en directo, puede darnos grandes veladas, como la que pudimos disfrutar esta noche, además de estar pendientes a las futuras composiciones de un grupo que, esta jornada, demostró estar en muy buena forma.
Seguiremos los pasos de LCH, tanto en directo como en estudio, algo que os aconsejo hacer también a vosotros, si os gustan este tipo de estilos.
Con los dos trabajos de Zebra Maison debajo del brazo, ya que no vi ninguno de los de LCH en el puesto de merchán, me fui de un Rock Beer The New, en el que, una vez más, pude descubrir a dos bandas más que interesantes, dentro de una propuesta que, aunque no es la más habitual en mi colección de discos, no deja de ser buena música y con la que disfruté esa noche de viernes, dentro de un ambiente mucho más variado de lo habitual y con mucha presencia de niños, algo que siempre es de agradecer, si queremos que estos estilos y otros pervivan en el tiempo.