En casi todos los aspectos de la vida se nota en seguida quien hace lo que hace por mero afán de lucro y quién lo ama. Y la gente de la localidad jienense de Vilches y su Asociación Cultural llevan varias décadas demostrando que aman el rocanrol y la música en directo por encima de todas las cosas. Lo demuestran a través del mimo, la atención y el esmero que ponen en cada pequeño detalle; permitiendo así no sólo que su festival sobreviva a lo largo de los años, sino que se haya convertido en un referente dentro del calendario veraniego, atrayendo público de todos los rincones de España.

El pasado 5 de agosto, minutos después de caer el sol, regalándonos un majestuoso atardecer desde el punto más alto del pueblo; se iniciaba la vigésimo cuarta edición del Novato Rock en las instalaciones de la piscina municipal, que iban llenándose hasta sobrepasar los mil espectadores.

Los encargados de dar el pistoletazo de salida fueron los miguelturreños Maldito Matas que, tras una breve intro, abrieron su concierto a ritmo de “Perros”, último corte de su tercer EP publicado en 2021 y cuya contundencia permite hacerse una idea bastante aproximada de lo que esta banda tiene que ofrecer: unas guitarras rápidas y punzantes que, apoyadas en un bajo y una batería que suponen el soporte perfecto, parecen abrir el camino para que unas letras elaboradas y reivindicativas cantadas por una voz desgarradora se vayan asentando en la mente de quien las escucha y queden tatuadas en su cerebro para siempre.

Sería realmente complicado responder a la pregunta de “a quién se parecen” pues se perciben varias influencias sutiles de algunas de las bandas más importantes del panorama rockero reciente, como puedan ser Desakato o Segismundo Toxicómano, pero siempre manteniendo su propia identidad. Aunque si nos dejamos guiar por las versiones de otras bandas, habría que destacar la muy sentida interpretación del clásico de Barricada “En blanco y negro” que sirvió de emotivo homenaje al fallecido Boni.

La formación que fuera recientemente descrita como el mejor grupo de rock de La Mancha repasó su todavía discreta discografía, continuando con la presentación en directo de su último sencillo “La bestias”, publicado en junio de este año y, aprovechando que estábamos todos allí, incluir en el set list su nuevo tema “El alma del león”; para terminar el show con “Perder para vencer”.

Que a nadie se le olvide el nombre de esta banda, pues están destinados a integrar más temprano que tarde la primera línea del rock nacional debido, fundamentalmente, a su incansable trabajo y a la fuerza de su directo.

Seguidamente y tras un rápido cambio, los extremeños Sínkope tomaron el escenario y se presentaron a un público que aún no terminaba de dar crédito a lo que acababan de presenciar. “No fluye nada”, canción que alude a los bloqueos creativos que todo artista sufre con mayor o menor frecuencia, fue la elegida para abrir un concierto  muy en la línea de lo que llevamos visto en la gira de 2023.

“La alegre tristeza”, que narra un amor prohibido entre dos mujeres,“Por pensar le dio al hombre”, alegato por la defensa de la tierra y los entornos naturales, y “Si querer me va a doler” sirvieron para dejar patentes los pilares de la lírica de una formación que no ha hecho sino ir engrosando su lista de incondicionales durante los últimos años ofreciendo un rock sencillo, sincero y cercano.

No podía faltar la mención a Álvaro Delicado, road manager y amigo personal de la banda por quien se brinda en todos y cada uno de los conciertos desde que se retomó la actividad en abril de 2022.

Con “Le voy a cobrar a tus labios tus miradas” y “El carro de la vida” llegamos al ecuador de un concierto que estaba cumpliendo todas las expectativas, impregnando el recinto de un rock poético de muy escogidas palabras que no dan puntada sin hilo y que son mecidas cuidadosamente por unas guitarras que las sostienen con devoción mientras el bajo y la batería van marcando el camino.

Pero nada de esto tiene valor alguno si no hay una conexión con el público, y éste es quizá el principal activo de la formación. Sínkope sabe conectar y lo demuestra en todos y cada uno de sus conciertos, ganando adeptos y manteniéndolos a lo largo de los años.

“Sin ti no hay color” inició un último bloque durante el que todos sabíamos que el final se acercaba pero nadie quería aceptarlo. Como quien se aferra a su copa al ver venir al recogevasos, el millar de almas que abarrotaban el recinto cantaron “A merced de las olas” y “En tarros de miel” con evidentes indicios de felicidad para finalmente romperse en un aplauso ante unos músicos que agradecieron el calor recibido.

El fin de fiesta corrió a cargo de los madrileños Boikot, que hasta el pasado mes de marzo habían estado una temporada alejados de los escenarios, pero quienes parecen haber recuperado sorprendentemente el ritmo alcanzando un nivel frenético de actuaciones. Actuaciones además caracterizadas por un nivel de entrega y un derroche de energía poco habituales en bandas con trayectorias tan dilatadas.

“Jarama” fue el tema elegido para abrir una actuación que repasaría los temas más importantes de la discografía de la formación, o más concretamente, aquellos que mejor han demostrado funcionar en directo. Y es que Boikot es, sobre todo, una banda de directo. Una banda con la que cantar, saltar, bailar y disfrutar de un ciclón de contagiosas emociones que van desde la euforia al abatimiento pasando por la esperanza y la rabia… y vuelta a empezar.

“Inés”, “Naita Na” y “Sin tiempo para respirar” terminaron de meter al público en situación y de doblegar su voluntad, quedando a merced de unos vientos y unas guitarras inconfundibles, y una percusión capaz de definir los latidos de quien se encuentre dentro del radio de acción de un grupo que lleva más de tres décadas siendo un referente del rock político.

“De espaldas al mundo” y “Alma guerrera” precedieron al momento “Bajo el suelo”, del álbum Tus Problemas Crecen (2004) que habitualmente es cantado con la colaboración de cuantas mujeres deseen subir al escenario, aunque en esta ocasión sólo una espectadora se animó a participar, eso sí, con tanta entrega y actitud que rellenó completamente el espacio.

“Mentiras” inició una recta final donde destacaron “Korsakov”, la versión de “Kualkier día” de los ribereños Piperrak, “Gritando en alto”, y “Nos quieren detener” (versión del clásico de Kortatu “Zu atrapatu arte”) para terminar con “Tierra quemada” y “Hablarán las calles”,  quedando de manifiesto que queda Boikot para rato y que no han perdido un solo ápice de frescura durante todos estos años.

Para terminar, no podemos sino agradecer a los organizadores del festival que nos invitaran a cubrirlo y esperamos volver el próximo año. Apunten la fecha: 10 de agosto de 2024.