“Organiza el festi al que te gustaría ir”. Ese es el lema que tiene la Asociación Trespa Joven (ATJ), y con esa filosofía han creado el que podríamos considerar uno de los mejores festivales de la zona norte del país. Trespaderne es un pueblo de menos de 800 habitantes, donde los eventos culturales están a la orden del día. No pasan ni tres semanas desde que se celebraba aquí el Encuentro de Artistas Urbanos de Trespaderne (EAUT) y los comercios, habitantes y organización ya están volcados de pleno con su evento anual. Son muchos años los que llevamos teniendo la fecha reservada en el calendario, y es todo un orgullo que se celebre en la misma Comarca en la que vivimos (Las Merindades) este pedazo de festival que ya consideramos nuestra segunda casa.
Como no podía ser de otra forma, el décimo aniversario traía novedades y sorpresas. Del 20 al 23 de julio íbamos a vivir unas cuantas, y la primera de ellas, fue empezar un día antes de lo habitual calentando el ambiente con un concierto acústico de la banda italiana Los Fastidios. Esta agrupación creó muy buenas migas con las gentes del Tresparock en su edición anterior. Lamentablemente no pudimos asistir, pero tenemos constancia de que fue un show con la plaza del Pub Búho casi a reventar, con un buen ambiente creado con versiones acústicas de temas como “Antifa Hooligans”, “Take a Stand” o la versión de la Polla Records “Ellos Dicen Mierda”.
Los Fastidios
Normalmente para ver un cartel de estas características tenemos que hacer cientos de kilómetros, pero esta vez en menos de 15 minutos ya veíamos las primeras crestas que hacían tiempo para ver a grupos como Talco, Narco, Envidia Kotxina o Manifa, entre otros.
Para quitarnos el mal sabor de boca que nos dejó el no poder ver a Los Fastidios el día anterior, el viernes estábamos más que puntuales a las 7 de la tarde para ver cómo los italianos se encargaban de inaugurar el décimo aniversario del Tresparock. Con el buen rollo que les caracteriza, supieron ganarse al público desde el primer momento, y es que la plaza estaba prácticamente llena desde el minuto uno, cosa que no vimos otros años.
El concierto empezó con “Monkeys” y “Torneremo Ancora”. A mitad de concierto dedicaron un tema de su último trabajo, “I Don’t Wanna Say to You Goodbye”, a Javier Sarabia, miembro de la organización que desgraciadamente había fallecido una semana antes. A pesar de que el acceso al recinto estaba más vacío sin Sarabia, su recuerdo estaba presente gracias a varios detalles que tuvo la organización para con su persona. Para poner punto y final, Enrico bajó a cantar con los suyos “Antifa Hooligans”, despidiéndose así del escenario, pero no de la fiesta, ya que pudimos verle junto a su banda el resto del fin de semana, dándolo todo por las calles de Trespaderne.
Los Fastidios
Casi sin tiempo para repostar, no habían pasado ni 10 minutos cuando empezaba a sonar la intro de La Inquisición, los de Barcelona invadían el escenario al grito de “somos la puta inquisición”, para arrancar con “Stella Marins”, “El Himno a España” y “Febrero”. Esta banda de punk sucio nos sorprendió por su actitud sobre las tablas, ya que no pararon de moverse ni un segundo. Con un público bastante arriba, sonaba “1991” y el show iba llegando a su fin con “Guerra Total” y “Rosa de Mort”.
La Inquisición
El segundo cambio de backline parecía que se iba a complicar, cuando Sartenazo Cerebral empezó a probar, hubo un corte de energía que provocó un apagón total. Con los plomos levantados, probaron otra vez. Pero a los pocos rasgueos de guitarra, se volvió a ir la luz. Todo parecía que estaba solucionado y tanto era así, que a pesar de estos inconvenientes, la banda empezó 6 minutos antes de lo estipulado.
Es de admirar la gran capacidad del equipo de técnicos para solucionar este incidente de manera tan eficiente. Los asturianos nos deleitaron con temas como ”Tal Vez Asista”, “Los Punkis Tenían Razón”, “Aquarius, Spiz y Doritos” o “Seguirán Jodiéndonos Igual”. Esta banda, que en ocasiones nos recuerda a Lendakaris Muertos por sus letras satíricas y ritmos acelerados, seguro que fue un descubrimiento para muchos de los asistentes.
Sartenazo Cerebral
La noche ya se había apoderado del ambiente, cuando la segunda banda del “Bel Paese” Italia, Talco, se hacía notar en Trespaderne con su intro plagada de “lorololos”. Sin duda el plato fuerte del viernes, ya que la plaza Ricardo Nogal estaba hasta sus topes. Unos minutos antes de la hora programada para su actuación, las clásicas melodías de temas como “Danza dell’Autuno Rosa”, La Torre”, o “Dalla Pallido Miro”, hicieron que toda la plaza estuviera arribísima en todo momento, con una ejecución de los músicos casi perfecta.
Los vientos eran los protagonistas del show, y es que los coros del público tarareaban hasta la última nota. Y hablando de coros, durante la versión del Bella Ciao cabe destacar el esfuerzo del público por hacerse oír más que a la banda. Con el examen más que aprobado, Talco se despedía del escenario con más de una hora y cuarto de concierto, dando paso a Envidia Kotxina.
Talco
Los madrileños empezaron sobre la una y cuarto de la mañana con un bloque de tres auténticos temazos, “Malos Pensamientos”, “Fantasmas del pasado”, y “Por lo Visto”. Después de verles en el Fck de Villena (Alicante) y en el San Jorge de Borja (Zaragoza), podemos confirmar que los Envidia están en plena forma y lo dan todo en cada concierto
Esta era la segunda vez que la banda pisaba el Tresparock, la primera fue en 2015, y después de su regreso no podían defraudar a su público yéndose sin tocar “1 Madero 1000 Lapiceros”, “Historias en Blanco y Negro” o “El País de Alicia”. Se despidieron de esta décima edición del Tresparock con “Daños Colaterales”, y no sabemos cuántas veces nos quedarán este año por ver a Envidia, pero nunca serán suficientes.
Envidia Kotxina
Hora y media pasaba de la media noche, cuando Ignotus arrancaron con su bien definido "Punk”n”Roll. El estilo de esta banda es bastante peculiar, un rock macarra bastante punky, con una voz bien grave y rasgada. Era la primera vez que los veíamos y nos fuimos con muy buen sabor de boca, gracias a temas como “Quemando el Amor”, “Mis Viejos”, “Indomable” o “Cartas a Papá” de “Desconocidos”, 2018. Su show terminaba con su voz cantante por el foso dándolo todo con los suyos y con su temazo por excelencia “Bandera Negra”.
Ignotus
Era el turno de la banda que cerraba el viernes, los Manifa desde Euskadi con su ruido del bueno. El payaso manifero salía armado al campo de batalla a calentar al personal, y acto seguido lanzaban la intro que daba comienzo a su show con “Dispara”, “Generación Rendida” o “Las Revoluciones Murieron”, entre otros temas que la gente no paró de cantar. Pasaba la mitad del concierto y después de haber tocado “A Las Mariscadas”, “Cristales Rotos” o “Dios Salve Al Viña”, Mena nos sorprendía anunciando que la jornada de conciertos del viernes no iba a terminar con ellos, entre varias pistas nos anunció que el grupo sorpresa venía de Barakaldo.
Después de varios intentos fallidos del público por adivinar de qué banda se trataba, el frontman de Manifa nos confirmó que se trataba del grupo de punk rock Distorsión. Tras las ovaciones de la gente, los de Repélega se coronaron con “Cuando Ya No Veas Más” e “Incendiaremos La Noche”, donde literalmente eso hicieron, antorcha en mano y queroseno en boca, Mena se despidió del Tresparock escupiendo tremendas bolas de fuego.
Manifa
Rondaban las 4 de la mañana, y lo que tendría que haber sido una pesca de arrastre hacia la zona de acampada, se convirtió en una hora más de punk rock en el recinto del Tresparock. Esta noticia parece que fue un triunfo general, ya que apenas vimos bajas en la plaza. Josu, la cabeza de Distorsión, agarró el micro para pronunciar un discurso en contra de Abascal y compañía, con el humor ácido que le define. Después de quedarse a gusto, los barakaldotarras sacaron a relucir perlas como “Puta Sociedad”, “Civilízate”, “Suben y Bajan”, “Lakasitos” o “¡Ké Buen Dios!”, que da nombre a su primer disco de 1988.
Con este show concluía la primera traca de conciertos de este aniversario, y tras muchas horas sin parar y con los pies reventados, recogimos todos los bártulos y nos fuimos a recargar baterías para lo que nos esperaba al día siguiente.