Desde hacía unos cuantos meses tenía apuntada la fecha del 10 de noviembre por ser el último concierto en Cantabria que iban a dar los navarros El Columpio Asesino, que a finales de este año lo dejan y a los que no había podido ver, por cuestiones de horario, el pasado año, cuando tocaron en el Santander Music 2022.
La cita iba a tener lugar en el Escenario Santander, a donde hacia 3 meses que no acudía, habiendo cambiado durante este periodo de manos, algo de lo que ya os habló Jorge, nuestro jefe supremo, cuando estuvo una semana antes viendo a Rayden; se vienen cosas muy interesantes de la mano de El Silencio Music, que son los encargados de llevar la producción de esta sala.
Lo cierto es que he profundizado algo tarde en la carrera de El Columpio Asesino, pese a que había oído hablar mucho de ellos y es que estamos hablando de un grupo que se crea hacía el año 1996, aunque no sería hasta 3 años después cuando grabaron su primera maqueta, a la que siguieron los discos “El columpio asesino”, del 2003, “De mi sangre a tus cuchillas”, del 2006, “La gallina”, del 2008, “Diamantes”, del 2011, “Ballenas muertas en San Sebastián”, del 2014, y “Ataque celeste”, del 2020, además de los Ep´s “Lucas 44-48”, del 2005, “Dispararé”, del 2009, y “Mondo Sonoro”, del 2012, al margen de más temas que han ido subiendo a sus diferentes redes sociales.
La formación está integrada por Cristina Martínez, guitarra, voz y percusión, Albaro Arizaleta, voz y batería, Raúl Arizaleta, guitarra, Iñigo "Sable" Sola, trompeta, percusiones y sintetizadores, e Iñigo Cabezafuego supliendo a Daniel Ulecia por enfermedad, bajo y coros, que son los que venían presentando esta gira, titulada “Amarga baja”, por diferentes puntos del estado y que esta noche iban a actuar ante una importante cantidad de gente que esperaba con ganas la presencia del citado quinteto.
El Columpio Asesino
Y con la siempre rigurosa puntualidad con la que empiezan los conciertos en dicho local, comenzaba la actuación de El Columpio Asesino, siendo Iñigo el primero en salir, saludándonos mientras sonaba esa “(Intro) Babel”, que daba comienzo a su obra de hace 9 años, mientras se iban incorporando el resto de sus compañeros entre el júbilo de los presentes, siendo unida con la propia “Babel”, como en dicho trabajo, con Albaro, que tenía situada su batería en primera fila, haciéndose cargo de la voz principal, muy pegadiza y contundente, siendo una pieza muy celebrada.
No dejaron ese mismo álbum, para continuar con “La lombriz de tu cuello”, con muchos intensidad y fuerza, contando con una contundente batería, sonando muy poderosa y con un estribillo pegadizo y en la que se produjo la rotura de una cuerda de la guitarra, lo que obligó a éste a cambiar de instrumento, para, sin dejar su plástico del 2014, ser el turno del corte que lo daba nombre, “Ballenas muertas en San Sebastián”, que fue iniciado a capela, siendo una pieza muy machacona e intensa, con ese estribillo que fue muy coreado y celebrado y un final muy potente para este temazo.
Nos saludaron y se mostraron encantados de que la sala tuviera tanta afluencia de gente, para seguir en ese disco de hace 9 años con “Susúrrame”, que empezó relajada, pero que luego fue intensificándose progresivamente, ganando en fuerza y potencia y con esa locura final, para ser unida con su compañero de trabajo “Escalofrío”, con Cristina colgándose la guitarra por vez primera esta noche, un tema con fuerza y ese sonido hipnótico, ganando fuerza y con Iñigo tocando la percusión, siendo un corte muy intenso y que nos hizo meternos en trance.
Continuaban en su anterior trabajo con el tema que lo cerraba, “Entre cactus y azulejos”, comenzado de manera relajada, para luego coger más fuerza con la voz de Cristina y esos gritos que nos volaron la cabeza y que enloquecieron a los presentes, pasando luego a avisarnos de que iban a repasar canciones antiguas, siendo el momento de “Ye Ye Yee”, de su ópera prima, con un muy pegadizo inicio y que fue muy coreada y celebrada por un público totalmente entregado a la banda.
El Columpio Asesino
Sin dejar ese disco, que este año cumple 20 desde su publicación, era el turno de “Motel”, que empezó con ese sonido especial de guitarra, ganando intensidad tras ese momento de éxtasis y que fue un tema muy movido, para pasar a su segunda larga duración, del 2006, con “Edad legal”, que comenzó con ese ritmo tan machacón y constante y que fue muy celebrada cuando se inició, siendo una pieza muy movida y muy pegadiza.
Regresaron a su primer trabajo con el corte que le daba inicio, “Your man is dead”, con el bajo muy presente y cogiendo fuerza progresivamente, siendo un tema muy intenso y con partes muy cañeras, para avisarnos de que ahora iban a relajar un poco aquello y recordarnos que “La marca en nuestra frente es la de Caín”, como nos decían en esa pieza, de su tercer disco, que comenzaron de manera calmada y con ese ritmo más tranquilo, pero con un sonido inquietante, para luego ir ganado fuerza, con diversos cambios de intensidad y siendo una canción muy pegadiza y que nos atrapa en vivo.
No dejaron su obra de hace 15 años con “Un arpón de grillos”, que empezó con ese ritmo hipnótico y ganado fuerza, contando con esos coros que te hechizan y enganchan, lo que hace que mantengan en todo momento la atención de los presentes, para, casi sin parar, avanzar hasta su cuarto disco con “Corazón anguloso”, que se inició con esa aire místico y ganado fuerza y potencia, con Cristina dando un paso adelante y acercándose a las primeras filas, siendo un tema con un sonido muy eléctrico, movido y psicodélico.
Cristina se despojó de su guitarra, para volver a su anterior disco con “A la espalda del mar”, notándose la importancia de ese trabajo en la trayectoria de la banda, avisándonos de que iban a ponerse sentimentales con esta pieza, que empezó muy movida y animada, ganándose todavía más a la gente y con Cristina más suelta sin la guitarra, que de seguido recuperaría, para retroceder a su obra del 2011 con “Diamantes”, el tema que lo daba nombre, el cual empezó relajado, pero luego le fueron metiendo más fuerza, con un quedón estribillo, siendo un corte muy machacón y con un acelerando final.
El Columpio Asesino
No dejaron su cuarto disco para llegar el momento del tema que le daba inicio, “Perlas”, intercambiándose sus instrumentos Cabezafuego e Iñigo, un corte que empezó con una buena presencia del bajo, muy pegadizo, cantado y animado, y que contó con un intenso final, para, tras volver a recuperar la formación inicial y darnos las gracias por todo este tiempo, antes de lanzarse a tocar la mítica “Toro”, también de ese mismo trabajo, con ese sonido tan conocido y que fue muy celebrada, convirtiendo aquello en una verdadera fiesta, dejándonos con una pieza muy coreada y pegadiza, tal y como se preveía.
Y tras la anterior se fueron durante un tiempo del escenario, regresando el primero Iñigo, luego Cristina, mientras sus compañeros se hacían de rogar, animándonos a que les llamásemos, para, ya con toda la formación sobre las tablas, adelantarnos que iban a hacer un recorrido por su último disco, que quedó un poco tapado por la pandemia, comenzando dicho repaso con la canción que lo daba inicio, “Huir”, la cual empezó tranquila, pero que luego se giró más movida y que fue muy coreada y bailable.
Siguiendo el orden de dicho trabajo, era el turno de “Preparada”, la cual empezó muy movida y animada, con ese aire bailable y el bajo muy marcado, siendo una canción muy pegadiza y con esa música tan intensa que tiene, para continuar con la que la sucede en dicho álbum, es decir, con “Sirenas de mediodía”, que también comenzó relajado, pero que fue ganando intensidad, contando con un bajo muy presente, dejándonos un corte muy movido y pegadizo, a la vez que muy animado y dinámico.
De nuevo Cristina se enfundo la guitarra, para ser el momento de “Floto”, que salió editado primero en su Ep del 2005 y luego en su segundo disco, un tema que empezó con un sonido de batería machacón, pero luego contó con diferentes cambios de intensidad, hasta convertirse en un corte muy potente, para pasar a agradecernos nuestra acogida y mostrarnos su cariño, pasando a ser el momento de su versión del “Vamos”, de los Pixies, que recogieron en su ópera prima, la cual empezó con un sonido machacón, ganando fuerza paulatinamente y con un enloquecido final, acabando en éxtasis y con Iñigo tocando la trompeta.
El Columpio Asesino
De esta manera y tras una hora y tres cuartos sobre las tablas, acababa este gran concierto de El Columpio Asesino, que nos supieron meter en ese ambiente tan hipnotizante que, visto lo visto esta noche, son sus actuaciones, en donde te dejas llevar por ese sonido tan psicodélico que tienen y todo gracias a esa música tan variada y personal, en la que las combinaciones de las intensidades de su propuesta provocan que no sepas por donde van a seguir sus temas.
Su estilo es muy interesante, pero no apto para todos los públicos, ya que son composiciones crudas y con un sonido muy ecléctico y variado, que no siguen una formula estándar y en donde la ejecución de los músicos es fundamental para que todos los matices suenen limpios y claros cuando tienen que serlo e intensos y contundentes cuando la pieza lo demanda, luciéndose cada uno en su campo, pero siempre al servicio de la canción.
Quedan muy pocas fechas para despedir a esta histórica banda antes de su cese de actividad, un grupo al que algunos hemos llegado a profundizar un poco tarde, pero lo suficientemente a tiempo como para poder verlos en directo en este gran concierto que nos brindaron esa noche.
De esta manera y tras adquirir un Ep con algunos de sus temas más conocidos, pero con las colaboraciones de algunos artistas conocidos, me fui del Escenario Santander, tras haber disfrutado de un gran concierto de El Columpio Asesino, que nos ofrecieron una gran velada, aunque, tristemente, sea la última que íbamos a ver en la tierruca de dicha formación; quien sabe lo que deparará el futuro y si puede que vuelvan en un tiempo, pero lo que vivimos esta noche no nos lo quita nadie. Gracias a la banda por su música y al Escenario Santander por aposar por el rock en esta nueva andadura que nos va a deparar muchas noches especiales.