La noche de Halloween de este año 2023 era una fecha de sentimientos encontrados para los seguidores del rock en Torrelavega, ya que, por un lado, íbamos a tener una gran fiesta, como es la celebración del cumpleaños de nuestra compañera Alex Kennedy, que nos iba a invitar a disfrutar de los conciertos de Pizzería Moloch y Cantaebria, pero, por otro lado, suponía el último evento musical que iba a tener lugar, al menos durante un tiempo, en el Centro Social Ítaca.
A esta organización, como a un par de ellas más que luchan por que en Torrelavega siga habiendo actividad cultural al margen de las instituciones, la debemos mucho, precisamente por esto, y ha sido un buen puñado las veces que ahí he acudido, la última hacía ya seis meses, recordando, especialmente, que fueron de los primeros locales en programar en plena pandemia.
Los motivos de este cese de actividad supongo que vayan un poco ligados a los mismos que motivaron la ausencia, en las anteriores elecciones municipales, de la Asamblea Ciudadana de Torrelavega, de cuyo local este espacio es sede, además de otros colectivos como el Rincón Cubano Granma, y es el cansancio por parte de la gente que lleva toda la vida al pie del cañón y que no ve un relevo que haga más llevadero poder sacar adelante estas iniciativas; ojalá, todo esto, pueda revertir en un futuro.
Pero vamos ya con el aspecto festivo y es que, por segundo año consecutivo, iba a asistir, en este local, a The Birthday of Rock, en su séptima edición, que es como se denomina este acontecimiento, el cual sirve como fiesta de cumpleaños de la conocida redactora y fotógrafa de la web Noche de Rock y a la que todos tenemos un cariño especial, y que esta noche nos iba a traer un doble menú, que abrirían Pizzería Moloch, a los que todavía no había tenido ocasión de ver en directo, y a los ya míticos Cantaebria, una de las bandas más activas de nuestra escena local.
Pizzeria Moloch
con una buena presencia de público, que iría creciendo según iban trascurriendo los minutos y la gente salía de trabajar, con muchos de los asistentes disfrazados acorde a esa noche tan especial que se iba a vivir y todo ello en un entorno festivo y familiar.
No se demoró mucho el inicio del evento y enseguida estaban sobre las tablas Pizzería Moloch, un trio de Laredo, compuesto por Andy Darke, voz, Brendo Ricardo, guitara y coros, y Söphee Cürr, bajo y coros, y cuyos inicios se remontan al año 2019, aunque no sería hasta dos años después cuando se asentarían con la actual formación, habiendo publicado, hasta la fecha, la demo “Brujería”, del 2019, el disco “Último tren para cobardes y condenados”, del 2021, y el Ep “Correas de cuero”, de finales del 2022, además de algún tema más que han subido a sus redes sociales.
Comenzaron con una intro sonando de fondo, mientras Söphee y Brendo bajaban de la parte superior del local por las escaleras, para, más tarde, hacerlo Andy, todos ellos perfectamente caracterizados, arrancando propiamente la velada con “Dinamita”, uno de los cortes que han subido a redes en este mismo año, un tema que empezó de manera calmada y luego con una parte contada a modo de manera locutor radiofónico, siendo una pieza muy quedona.
Momento de adentrarse en su único disco de larga duración, el cual repasaron ampliamente, con “La sangre de la herida”, con ese sonido industrial, contando con un ritmo, constante y machacón y que tiene un estribillo muy pegadizo, para continuar con una canción que no está publicada en redes y que dedicaron a los chavales de Laredo y es que llegaba el momento de “Atalayazo”, muy pegadiza y contundente y con un estribillo muy directo y quedón.
No querían que aquello se relajase y es que la gente parecía muy metida en el concierto, para continuar con “Tu cólera tremenda”, que también estaba recogida en su obra de hace dos años, una pieza muy intensa y potente, con el sonido del bajo muy marcado y una muy buena labor de los coros, y en la que Andy estuvo un rato cantando sentado, dejándonos luego un buen solo de guitarra, siendo una gran canción y que te engancha.
Pizzeria Moloch
Tras un cambio de guitarra, continuaron con “Cambiando”, un tema que ya aparecía en su maqueta y que dedicaron a los que les han seguido desde el principio, contando con una música muy intensa y con el bajo muy marcado, teniendo un aire más machacón, para seguir con un corte que también aparecía en su maqueta, pero que han vuelto a grabar para su Ep del pasado año, “El maizal”, avisándonos de que era el momento de bailar y mover las caderas, ya que estábamos ante una pieza muy movida y animada, con ese ritmo pegadizo y bailable, con las que es imposible no mover la cabeza y los pies.
Compañera de la anterior en ese Ep era “Dr. Jekyll”, también animada, movida y muy bailable, pero, a la vez, muy rápida y potente, con los coros cobrando mucho protagonismo, para volver a su obra de hace 2 años con “Reina del lodazal”, con ese inicio tan grandioso que tiene, contando luego con un bajo muy marcado y dejándonos un tema muy machacón y potente.
Sin parar ni dejar ese disco, era el momento de “Lengua cuchillo”, un tema que se inició con un ritmo tétrico, pero pegadizo, contando con partes muy rápidas y un estribillo muy quedón, al mismo tiempo que muy intenso, siendo enlazado con su compañero en dicho álbum, “Día de la bestia”, un corte tocado con mucha rapidez, con un muy pegadizo estribillo y un sonido machacón, mientras Brendo y Söphee no paraban de moverse por el escenario.
Nos avisaron de que la siguiente, “Jardín del edén”, no era propiamente una canción, pero que la utilizaban para darnos las gracias por estar allí, regalándonos gominolas en forma de gusano, que tenían en una urna, una pieza muy movida y en la que nos pidieron que cantásemos con ellos el estribillo, para continuar con el último corte que tenían subida a sus redes sociales, “Punkis de la tumba”, con esa intro previa, siendo un tema muy pegadizo, movido y bailable, y que cuenta con ese estribillo tan quedón.
Llegaba uno de los momentos estelares de la noche con “Correas de cuero”, la que restaba de su Ep del pasado año, con Söphee haciendo de sumiso, arrodillado en el escenario, mientras Andy aparecía con un pantalón corto de cuero, siendo una gran pieza, con un sonido muy pegadizo y un estribillo muy vacilón, lanzando al público trozos de una pizza, cuyo olor, por cierto, nos acompañaría durante toda la velada, y dejándonos un gran final.
Pizzeria Moloch
Turno ahora de un corte nuevo como era “Tragarratas”, el cual nos anticiparon que irá en su siguiente disco, que sacarán el próximo año, un tema que empezó de manera machacona, con Andy, en un principio, cantando desde el cabarete y siendo muy pegadizo, para avisarnos de que con la próxima se iban, para dejarnos con “Mi querida amiga muerte”, de su disco de hace 2 años, la cual empezó con ese aire siniestro, siendo una canción muy movida y pegadiza, a la vez que muy machacona, constante y quedona.
Pero todavía iba a haber rato para alguna canción más, siendo el turno de la genial “Las panchoneras zombie”, de su obra del 2021, que vino precedida con esa intro tan especial, una pieza muy pegadiza y vacilona y que ha sido de las que más me han gustado y primero se me han quedado, para continuar con su compañero de disco “Más allá de la tierra del sueño”, con el que avisaban que iban a irse, un tema con un sonido más lento en su origen, para luego tener un sonido machacón y movido.
Aun hubo tiempo para un tema más y este fue el inmortal “Quiero ser santa”, de los siempre recordados Parálisis Permanente, muy coreado y celebrado y con el que pusieron el punto y final a su velada tras, más o menos, 70 minutos de actuación, después de dar un muy buen concierto, con un estilo muy personal y ofreciendo un gran espectáculo, que nos mantuvo, en todo momento, expectantes.
Lo cierto es que su propuesta, con esa mezcla de gothic rock, postpunk y sonidos similares, les queda muy bien, ya que le dan un toque personal, donde la música está muy lograda, pero, a la vez, es pegadiza, unida a unas letras que combinan partes más personales con otras más vacilonas, pero siempre desde un punto de vista desenfadado, logrando captar la atención de quien les está escuchando.
Disfruté mucho con el concierto de Pizzería Moloch, que demostraron que se puede dar otra vuelta de tuerca a sonidos de otras décadas y que suenen frescos y, sobre todo, que quien les esté viendo, se lo pase bien con ellos; totalmente recomendables.
Tras el habitual cambio de bártulos, no tardaron mucho en aparecer la gente de Cantaebria, ese quinteto corraliego, compuesto por Víctor, voz y guitarra, Gerar y Sete, guitarras, Osu, bajo y coros, y la reciente incorporación de Tula, batería, los cuales se han hecho un nombre dentro de las escena cántabra, en los más de 6 años que llevan en activo, siendo muchas las veces que les he visto en directo, la última a principios de la primavera de este 2023.
El quinteto ha editado, hasta la fecha, los discos “El rock ha vuelto”, que salió a la venta a finales del 2019 y por cuya publicación les entrevistamos en plena pandemia y el directo llamado “La noche de las ratas” del 2022, grabado en vivo un año antes y que es lo último que, de momento, tenemos editado de ellos.
Se situaron en el escenario, obligando a que Alex Kennedy también subiera con ellos para que dijese unas palabras, ante lo que la cumpleañera lo hizo, aunque un poco a regañadientes, por el miedo que profesa a los micrófonos, llevándose una calurosa y merecida ovación, para que luego fuese Víctor quien, desde el altillo del local, fuera objeto de nuestra atención, comenzando, plenamente la velada, con una pieza nueva, muy rockera y que sonó muy bien, haciendo que nos moviésemos con su ritmo.
Cantaebria
Continuábamos con temas no publicados todavía con “Criminal”, aunque éste es un corte que ya hemos oído en más ocasiones, muy pegadizo y animado y con un sonido muy machacón, para pasar a una canción que estaba recogida en su último lanzamiento, “Se llama rock and roll”, que fue iniciada por Sete, y que es una pieza muy guitarrera, pegadiza y movida, con la que, como es habitual en ellos, lo dieron todo.
Sobre la siguiente canción dijeron que era autobiográfica, pero que en vez de hablar de temas amorosos, se llamaba “Borracho, perro y malo”, también recogida en su último lanzamiento, una pieza muy cantada y pegadiza y en la que nos pidieron que nos acercásemos, con un llamamiento a la barra para que les pusiera una copa más, antes de continuar en ese disco, con el que fue su primer adelanto, es decir, “Shine”, un muy buen tema y muy pegadizo, con Sete bajando a tocar entre el público, algo que haría en diferentes partes de la velada.
Nos anunciaron que iban a grabar un disco en próximas fechas, lo que, por cierto, ya tocaba, para mostrarse a gusto esa noche de estar allí y continuar con el siguiente corte, “La rubia”, también recogido en su último trabajo y que hablaba sobre una chica que impresionó a Víctor, pero que ésta no le hizo caso, aunque el cantante vaciló sobre que se está forrando con este tema, muy rockero y pegadizo, con Sete y Víctor volviendo a bajar entre el público, mientras Gerar subía a tocar al cabarete del local.
Turno ahora para una versión y es que, a veces, cuando vas a hacer algo resulta que hay poco de lo que sea y con el rock and roll cada día pasa más, siendo el momento del clásico “Hay poco rock and roll”, de los Platero y Tú, muy celebrado, con Víctor cantando entre el público, sobre todo con David Holgado, de Green River Tribute, y Juanma Pinto, de Soulbane, que harían buena parte del estribillo, para regresar a su DVD con “Zuzo panzaburra”, que está basado en un vecino de Los Corrales de Buelna, al que se la quisieron dedicar y que esperaban que se recuperase de algún problema de salud que tenía, una pieza muy rápida y cañera.
Cantaebria
Fueron avisándonos de que iba llegando el final del concierto, colgándose Víctor una guitarra acústica y pidiendo aplausos para el equipo técnico, para Noche de Rock, para el Centro Social Ítaca, para Pizzería Moloch y, sobre todo, para Alex Kennedy, siendo el turno de otra canción nueva, que dedicaron a la gente que no había podido venir, la cual empezó relajada, pero luego fue cogiendo mucha fuerza e intensidad, con muy buenos solos y dejándonos con una gran pieza.
Víctor desapareció brevemente y sus compañeros nos pidieron que nos acercásemos y al vocalista que bajará, haciéndolo con una capa puesta, siendo el momento de “La locomotora del amor”, una de las canciones que integraban su ópera prima, muy aclamada y celebrada, lanzando una globos al aire, para disfrute de muchos de los presentes, y con el cantante cortándose su pantalón y tirando trozos al público, una pieza muy festiva y que fue enlazada con su mítica versión del “Mi gran noche”, de Raphael, también publicada en ese primer disco, que fue recibida con júbilo y que sirvió para presentar a los músicos del grupo, con un buen solo de batería, un fragmento del “Land of a thousand dances” de Ted Nugent y con lanzamiento de confeti final.
De esta manera y tras una hora y cuarto sobre las tablas, concluía un concierto muy divertido y entretenido, como es habitual en ellos, de unos Cantaebria, que nos lo hicieron pasar muy bien con ese desparpajo que tienen, pero no olvidemos que estamos ante una banda compuesta por grandes músicos y que saben tocar muy bien, dándole mucha importancia a esas composiciones, que son tan directas y pegadizas.
Cantaebria es un quinteto que se ha ganado un hueco en la escena cántabra a base de echarle arrojo, como lo demuestran en sus directos, donde no dejan indiferente a nadie, con unas actuaciones que son adictivas, a base de alguna que otra versión, pero, sobre todo, asentándose en sus propias creaciones, de gran calidad, frescas e intensas y en donde hay momento para la brillantez de sus músicos.
Cantaebria
No hay dos conciertos de Cantaebria iguales y esta noche tampoco lo fue, pero, lo que siempre hay garantizado, es el buen ambiente y la buena música; y tu ¿todavía no los conoces? ¿A que esperas? Vete a verlos en directo y disfruta con ellos.
Después de despedirme de unos cuantos de los presentes, me fui del Centro Social Ítaca, todavía con el olor a pizza entre sus paredes, sin mirar atrás, con la pena de que este local deje de albergar conciertos de música, al menos durante una temporada, y esperando que, en un futuro, vuelva a sonar música allí, pero con la alegría de que, gracias a Alex Kennedy, esta noche pudiéramos disfrutar de los grandes conciertos de Pizzería Moloch y de Cantaebria; por muchas ediciones más de este The Birthday of Rock y que nosotros las veamos.