Por mucho  que algunos se empeñen en decir lo contrario, el rock and roll da para lo que da; poco o nada queda ya por descubrir y, menos aún, por inventar. Y es bastante habitual encontrarse con músicos (fundamentalmente noveles) que pretenden vender la burra de que su sonido es nuevo y diferente, aunque luego baste escuchar el primer single para caer una vez más en la decepción y el aburrimiento.

Otros artistas más experimentados -y más honestos- al ser conscientes de esta realidad optan por coger un estilo que ya existe y trabajarlo y personalizarlo de tal forma que terminan haciéndolo suyo. Y esto es exactamente lo que han hecho los turolenses Effe en su último trabajo “Los días de las palabras muertas”, recién editado y que fue presentado al público madrileño  el pasado día 15 en El Perro de la Parte de Atrás del Coche.

Con un ligero retraso respecto al horario previsto, la formación, a la que ya pudimos ver en febrero en la Sala Tótem de Villava abriendo para Cuatro Madres, tomó posiciones en el singular escenario del medio cañón de la Corredera Baja dispuesta a no dejar títere con cabeza, pues una de sus señas de identidad es la intensidad con la que afrontan los conciertos y la energía que transmiten, como si fueran a ser ejecutados a la mañana siguiente y no quisieran dejarse nada por hacer ni por decir. Intención que queda de manifiesto en “El último”, tercer corte del nuevo LP -grabado en la versión de estudio junto a Jerry Erro- que fue el elegido para abrir un show que había congregado a una importante representación de la prensa especializada y a un público ávido de un rock and roll frenético a la par que elegante.

“De nuevo”, “Como, cuando, sí” y “Tierra sin huellas” nos llevaron de vuelta a 2019, año en que vio la luz su anterior trabajo Ni realidad ni quimera, permitiendo cantar a aquellos seguidores que aún no habían tenido tiempo de estudiarse las nuevas canciones.

Apenas llevábamos veinte minutos de concierto y la banda ya se había metido Madrid en el bolsillo. No quedaba nadie indiferente. Incluso a los fotógrafos y fotógrafas se las veía sonreír detrás de sus cámaras y bailaba hasta el técnico de sonido al ritmo de una música que cautiva, que emociona, que canta cosas que muchos hemos sentido, pero que casi todos nos hemos callado. Canciones que hablan de sueños (unos alcanzados y otros no), del paso del tiempo, del ansia por vivir, de las reivindicaciones de la España vaciada y el entorno rural, de amor y, por supuesto, de desamor.

Continuamos con “El Zaguán”, primera canción del disco que estaba siendo presentado y que, de alguna manera, tiene un saborcillo a El Trompo, de Barricada. Después de todo, es innegable que todos tenemos influencias de otros artistas, y puestos a tenerlas, que sean las mejores.

“A la sombra de una encina” nos trajo a la memoria el álbum Tras la tormenta, de 2017 para a continuación encarar la recta final del espectáculo con “A deshoras”, “La Copla del R&R” (canción en la que colabora Kutxi Romero) y “Sin Nada”; despidiéndose entre interminables aplausos a ritmo de “Tu sinsentido, mi sinrazón”.

A parte de para presentar este nuevo álbum, el concierto sirvió para dejar patente que Effe no se conforma con ser una banda local, sino que convence allá donde va y que concierto a concierto y a fuerza de trabajo, amplía notablemente su número de seguidores.