Espacio Creativo José Manuel Illera, Torrelavega, Cantabria
www.insonoro.com
Desde hacía algunas semanas tenía previsto acudir de nuevo al Espacio Creativo José Manuel Illera de Torrelavega, que ha retomado las actividades, tras una chapuza administrativa, otra más, de las instituciones locales y por donde no me dejaba caer, por unos u otros motivos, desde principios del verano pasado.
En un primer instante, el cartel lo conformaban Bridge To Nowhere y Granada Goblin, pero, una inoportuna laringitis de la vocalista de los primeros, parecía echar por tierra este evento, hasta que, desde la Asociación Cultual Los Bancos de Atrás de Unquera, propusieron que, los dos grupos que iban a actuar en el local de la citada asociación ese día, lo hiciesen en Torrelavega junto a la banda cántabra Granada Goblin, por lo que al final íbamos a ver esa noche, además de a la mencionada formación, a Humo y Narwhale desde la vecina Asturies.
Para allá que me fui, en otra de esas jornadas en que había varias opciones de escuchar música en vivo en la tierruca y, además, el tiempo era bastante fresco, por lo que quizás mucha gente pudiera echarse atrás, pero, al final, fuimos varias decenas de personas las que nos dejamos caer por el citado lugar, retrasándose todo un poco para hacer tiempo a que los interesados pudieran llegar, ya que se había adelantado la hora habitual de los eventos en este recinto, para que las tres bandas pudieran tocar su repertorio sin contratiempos.
Después de esperar más o menos media hora, subían a las tablas Humo, un grupo fundado hace 13 años y que está integrado, si los pocos datos que tengo de la banda no me fallan, por José Mora, voz y teclados, Diego Aparicio, guitarra, Francisco Muradás, guitarra, Fernando Martínez, bajo, y Pablo García, batería, habiendo publicado, hasta este momento, los trabajos “Humo Demo CD”, del 2011, y “Humo”, del 2016.
Humo
Como ya he comentado, no es mucha la información actualizada en redes del grupo, por lo que pude que alguno de los datos que aquí exponga no sean exactos, pero lo que es seguro que comenzaron la velada con el sonido de los teclados tocados de manera relajada, dando paso a una guitarra juguetona y luego intensificándose, cogiendo más velocidad esta pieza, aunque contando con muchos cambios de velocidad y de ritmo, para pasar a presentarse y saludarnos, antes de confirmar que Humo existe, lanzándose a tocar “La danza de los ummitas”, que es un tema nuevo, y que contó con un sonido en crecimiento, con muchos cambios de ritmo y mostrando la calidad y fuerza de su propuesta.
Reiteraron los agradecimientos por haber venido, para tocar una nueva canción, llamada “Bendición cósmica”, si no entendí mal, que empezó con el sonido de los teclados de manera relajada, una pieza muy pausada, estando, a diferencia de las anteriores, cantada, en lo que es un significativo cambio respecto a esas grabaciones, cogiendo luego algo más de velocidad e intensificándose paulatinamente, parando, levemente, pero recuperando la fuerza con el sonido de los teclados, acompañado luego por el resto de instrumentos y acabando de manera relajada.
Humo
El siguiente corte se inició de manera tranquila, pero enseguida cogió más fuerza, hasta que llega ese momento en que se relaja hacia la mitad y en donde el teclado y la batería cobran más protagonismo, antes de que el tema recupere fuerza y volviéndose más y más contundente, pero acabando de manera relajada, pasando a agradecernos nuestros aplausos, para continuar con una canción que fue iniciada por los teclados, tocados estos de manera muy suave y luego entrando la guitarra, ambos con sendos solos, para luego cobrar protagonismo el bajo y de seguido los teclados, endureciéndose la pieza, con un sonido machacón, de los de mover la cabeza con él, pero luego calmándose, para ser la guitarra la que recupere la fuerza, contando con una alternancia de intensidades y un explosivo final.
Después de agradecer al Espacio Creativo Jose Manuel Illera, a la gente de Cultura Base Besaya, que está al frente de los mismos, a la Asociación Cultual Los Bancos de Atrás y a todos los presentes la acogida que le habíamos brindado, concluyeron con una versión, según tengo entendido de los Melvins, la cual empezó con fuerza y con un sonido machacón, con Jose Mora abandonando el teclado para hacerse cargo solamente de la voz, una canción muy potente e intensa, relajándose en partes, pero luego apareciendo de nuevo el sonido del teclado y que terminaron haciendo sonar la distorsión de la guitarra.
Humo
De esta manera y tras unos 45 minutos de actuación, concluía un muy buen concierto de unos Humo que en directo ganan muchísimo sobre lo que se escucha en sus discos y que nos ofrecieron una velada muy intensa, con una propuesta muy contundente y en la que se puede apreciar la evolución en su sonido desde sus orígenes hasta un estilo más consistente y que con la aportación de Jose Mora han dado un paso adelante.
Esto no quiere decir que lo hecho hasta ahora no esté bien, todo lo contrario, pero se notan muchos más detalles en las nuevas composiciones y, sobre todo, la presencia ya real del teclado y la voz, cuando ésta aparece, que da más juego a una más que interesante propuesta, que cuenta con un sonido muy compacto y en donde también hay leves momentos para el lucimiento individual.
Sin duda, habrá que seguir la pista de estos Humo, a los que esperamos ver más veces por la tierruca y ojalá que la próxima vez hayan editado ya nuevos temas, para poder disfrutarlos; muy recomendables.
Tras un cambio bastante rápido, enseguida teníamos sobre las tablas a la otra banda asturiana de la noche, Narwhale, la cual se fundó en el 2016 y que está compuesta por Javier Fernández, bajo y voz, Ales Sánchez, guitarra y coros, Diego Aparicio, guitarra y que hacía doblete esta noche, y Víctor Puente, batería, habiendo publicado, hasta la fecha, los discos “Narwhale”, del 2017, “Heart of the corpse-whale”, del 2019, y “El espacio interior”, del 2022, un buen disco y sobre el que se asentaría casi todo su repertorio.
Lo cierto es que me había gustado mucho lo que había escuchado de la banda, aunque a veces tenía sentimientos encontrados con la voz de Javier, muy particular e inquietante, por lo que tenía mucha curiosidad sobre lo que me iba a encontrar en una velada que iniciaron, como en su último trabajo, con la extensa y genial “Nebulosa Barnard 33”, la cual empezaron con fuerza y contundencia, además de con intensidad y la mencionada voz tomando mucha presencia, jugando con diferentes cambios de ritmo, con una parte algo más sosegada, pero con el bajo muy presente, dando paso a un duelo de solos de guitarras y contando con un fragmento más relajado, de nuevo con mucha relevancia del bajo e intensificándose en la parte final, dejándonos un verdadero temazo.
Se presentaron, mostrándose encantados de estar aquí y de nuestra presencia, pese al frío existente, para, sin dejar ese mismo disco, continuar con “Océanos de tiempo”, un tema que comenzó de manera relajada, pero que luego fue cogiendo más fuerza, con las guitarras teniendo mucha presencia, alternando diferentes intensidades en su sonido y manteniéndonos en ese sonido hipnótico que nos iba cautivando, siendo una canción pegadiza en su estribillo y que se intensificó en la parte final.
Narwhale
Para el siguiente tema, “Los anillos de Saturno”, también de ese disco que venían presentando, contaron con la colaboración de José Mora, de Humo, a las voces, un corte que empezó de manera calmada, pero que luego fue cogiendo mucha fuerza al llegar estribillo, para, más tarde, volverse machacón y más rápido, relajándose brevemente, antes de endurecerse nuevamente y contando con unos buenos matices del invitado, para dejarnos con un relajado final.
Ya sin el invitado, era el momento de “Glaucus”, una canción que ya aparecía en sus dos primeros discos, pero que ahora han querido darla una vuelta y cantarla en castellano, la cual comenzó de manera lenta y pesada, con un sonido machacón, antes de volverse muy fuerte y potente, relajándose muy brevemente, para, después, retomar esa fuerza y contundencia, aunque luego la pieza se volvió a relajar, para dar más presencia al bajo, pero que, con un solo de guitarra, volvió a recuperar dicha fuerza y potencia.
Tras ésta, hubo un momento de incertidumbre, ya que Javier había rotó la quinta cuerda de su bajo y no tenía recambio, pero, afortunadamente, Luis, de Voltaje Cadáver y uno de los técnicos de esta noche, comentó que él tenía uno de cuatro cuerdas, pero con una afinación que les podía encajar, trayendo dicho instrumento, ya que, recordemos, que estábamos viendo un concierto en un espacio rodeado de locales de ensayo, para despedirse con “Los rojos vientos de Marte”, regresando a su actual disco y recuperando la colaboración de José Mora, una pieza que comenzó relajada, aunque luego cobró más intensidad progresivamente, ganando velocidad y fuerza, para luego relajarse y, más adelante, recuperar esa potencia, con la voz tomando protagonismo y dejándonos un majestuoso final.
Narwhale
De esta manera y después de 45 minutos sobre el escenario, concluía el concierto de unos Narwhale, que nos ofrecieron una propuesta muy intensa, con muchos matices y cambios de ritmo, que te hacían evadirte y llevarte a otra dimensión, con ese sonido tan inquietante e hipnótico, en donde la música y las voces te atrapan y te dejan totalmente enganchado a sus composiciones.
La verdad es que me gustó mucho su propuesta, de esas que no dejan indiferentes a nadie, ya que, te puedan gustar más o menos, lo que no se puede discutir es la calidad musical de estas composiciones ni la de los músicos que las ejecutan, habiendo creado un sonido que a mí me ha gustado mucho, demostrando, esta noche, que saben cómo crear canciones extensas y que en sus directos se pasen de manera muy amena, merced a esos cambios de intensidad.
Muy interesantes estos Narwhale, que tienen muy buenas ideas, las cuales se han reflejado, primero en este último disco y más tarde en conciertos como éste; dadles una escucha y, sobre todo, id a verlos en directo.
Y después de otro cambio rápido, llegaban los de la tierruca, los Granada Goblin, a los que he visto muchas veces en directo y no me aburro de hacerlo, siendo la última en este mismo escenario, en una gélida noche de enero del pasado año, manteniéndose la formación ya muy consolidada desde hace tiempo y estando integrada por Dani, voz, Tillo, guitarra, Fran, guitarra y coros, Gabo, bajo, y Toro, batería y coros.
En sus 14 años de existencia la banda ha publicado los discos “Jackalope”, del 2011, “Y el misterio del chile fantasma", del 2014, “Ciencia fricción”, del 2018 y “Hongol”, del 2019 y por el que los entrevistamos, además de los Ep´s “Tacos de canasta”, del 2022, y “Yogur Antinatural”, del 2023.
Granada Goblin
Tras presentarse y sin Dani sobre el escenario, comenzaron su andadura con “Mamuts”, de su ópera prima, con mucha fuerza en su inicio y apareciendo algo después su vocalista, un tema muy potente, rápido y con contundencia, que fue seguido por “Megacritter”, esa maravillosa pieza recogida en su segundo trabajo, muy pegadiza y esperada, notándose una buena interacción entre ellos, como es habitual, dejándonos una canción que sonó con mucha velocidad.
Reconocieron que iban a buen ritmo y es que no querían que aquello se relajase, para comentar que del amor al genocidio solamente va un paso, y es que llegaba “Genocidio por amor”, un tema recogido en su genial tercer plástico, el cual empezó muy acelerado, pero que luego se volvió más lento y pesado, dejándonos un corte muy potente y machacón, con Tillo luciéndose, para adentrarnos en el mundo de Stephen King con “La torre oscura”, de su disco debut, una canción con mucha fuerza y contando con esa esa parte central más machacona y con un vacilón final.
Afirmando que algunos no habrán cenado y que ellos son más de “Tacos de canasta”, llegaba el corte que daba nombre a su Ep de hace dos años, con Dani entrando de golpe, un tema muy rápido, pero con ese parón en que el bajo tuvo mucha presencia con un sonido crudo, para luego recuperar la contundencia y la rapidez, contando con un final rapidísimo, para, sin dejar esa obra, ser el turno de su compañera “De Chamaco a Chamuco”, sobre no abrir libros perdidos en desvanes abandonados, la cual empezó rápida, pero que luego se volvió más lenta, aunque muy pesada, para volver a acelerarse cuando llegaba el estribillo, combinando estos contrastes, pasando a una parte de exhibición musical de los componentes y con Dani subiendo y bajando del escenario.
Granada Goblin
Vuelta a ese ya clásico trabajo de la banda que salió publicado hace 6 años, con el tema que le daba nombre, “Ciencia fricción”, muy intenso, con ese sonido tan pegadizo y con un momento en que éste se relaja, para luego recuperar esa fuerza, dejándonos un corte muy pegadizo y quedón, para, después de avisarnos de que iban acabando, pasar a ese disco que la pandemia impidió presentar, el de hace 5 años, y para ello iban a tocar un fragmento de esa obra conceptual, “IIV Ohmnimpotente”, una pieza que empezó relajada, ganando fuerza y contundencia más adelante, con esos contrastes de intensidad, dejándonos una gran canción y que demuestra las grandes composiciones que allí estaban recogidas.
Se despidieron de todos nosotros con “El zar de la basura”, el tema que cerraba su tercer trabajo y que, como nos dijeron, habla de una persona que hace dinero recogiendo lo que los demás desechan, empezando con fuerza y contando con un bajo muy marcado, volviéndose luego más potente, para recuperar su presencia el bajo cuando el corte se relaja, pasando luego a acelerarse la composición y coger mucha fuerza en ese final tan potente, con Toro y Fran tocando a fuego.
Y aunque, según su setlist, hay acababa su velada, aun había tiempo para un par de ellas más, siendo la primera de ellas “Los perros del espacio exterior”, que, según he podido leer por ahí, es una versión castellanizado de un tema de los Red Fang, una canción que empezaron con fuerza, sonando muy contundente y muy pegadiza, dejándonos con una pieza muy potente e intensa y que contó con un machacón final, siendo unida por ese clásico que es “Jesucristo Yeti”, de su segundo álbum, un corte que fue tocado con fuerza y rapidez, para, a la mitad, relajarse, aunque luego volvió con un sonido todavía más fuerte.
Granada Goblin
De esta manera y después de poco menos de una hora sobre las tablas, concluía un muy buen concierto de los Granada Goblin, como en ellos es habitual, los cuales sonaron de manera muy intensa y potente, sin casi dar un segundo de tregua entre tema y tema y repasando buena parte de sus canciones más conocidas, aunque siempre se echan en falta algunas, pero eso es normal cuando la discografía ya es tan extensa.
Qué duda cabe que se nota la consolidación y asentamiento de este proyecto, que no para de crecer y como prueba tenemos que cada obra que publican supera a la anterior, pero es que, además, en directo, se les ve muy seguros y conectando muy bien entre ellos, viéndose como se lo pasan muy bien sobre las tablas y lo bien que suenan, algo que, lógicamente, hace que los que estamos delante suyo acabemos por dejarnos llevar por ese vendaval que son en vivo.
Como no son de estarse quietos, supongo que estén preparando más temas y que en poco tiempo podamos escuchar dichos cortes, algo a lo que estamos esperando, así como a volver a verlos en directo, ya que son una garantía de diversión y calidad; no te los pierdas en vivo en cuanto puedas hacerlo.
Después de despedirme de alguno de los presentes y de adquirir los últimos Cds de las bandas asturianas, ya que los de los Granada Goblin los tenía, me fui de este Espacio Creativo Jose Manuel Illera, que sigue siendo uno de los pocos lugares en donde escuchar música en Torrelavega y todo gracias al empeño la gente de Cultura Base Besaya, que, en unión con la Asociación Cultural Los Bancos de Atrás de Unquera, nos brindaron las grandes actuaciones de Humo, Narwhale y Granada Goblin, en una noche fresca, pero que, con los conciertos de los tres grupos, uno salía de allí con el cuerpo y la cabeza contenta por haber descubierto a dos grandes grupos y confirmar el buen estado de la formación cántabra.